ME APETECE
Ahora que tantos personajes
de toda pátina harán cansinas felicitaciones navideñas y cursis despedidas del
año, ahora que parece exigencia del guión las charlitas hipócritas y
caramelosas, no quisiera caer en los mismos
y aburridos tópicos de éstos, repetitivos como el chorizo de “Cantimpalo” (aunque este haya sido un año de mucho chorizo).
Esta vez simplemente me apetece recordar a los que (con razón y motivos) no tienen ganas ni
de fiestas ni de nada; a los que han perdido su trabajo o éste les pende de un
hilo o lo tienen en precarias
condiciones; a los que sobreviven cada día para llegar al siguiente con la
misma angustia y perspectiva.
Me apetece sentarme en silencio frente a la aburrida
televisión (aunque esté llena de muchos
canales digitalizados) cogiéndole la mano a quien ha perdido a su ser más
querido y entrañable en este año, o del que hace tiempo que se fue pero vuelve
a la memoria haciendo notar su ausencia.
Me apetece visitar a los ancianos aparcados y olvidados en
las frías residencias (geriátricos los
llaman ahora -parece que suena mejor, pero es lo mismo-) a modo de último “desguace”, si no del
alma ni del cuerpo -¡que yo qué sé!-
sí de la mimada y degastada cartilla de los últimos ahorros.
Me apetece cenar con los que están solos en sus casas y
lloran la muerte de su perro o gato como único compañero del alma cuando en sus
vidas nunca llegó el amor o se marchó hace mucho tiempo. Me gustaría pasearme
por todos los hospitales y cárceles del mundo donde la Navidad ni está ni se le
espera…
Este año hasta me apetece reñir con Dios por dejarnos ser
“tan libres” como para matarnos entre nosotros, como para olvidarnos unos de
otros; como para, creyéndonos dioses de nosotros mismos, dejar que nos
estrellemos con nuestros mezquinos orgullos y estúpidas soberbias.
Me apetece repetir muchas veces como un niño enrabietado
la palabra NAVIDAD, a ver si, repitiéndola mucho, cambian tantas tristes
realidades y se enteran los ridículos anti todo, que sólo dejando nacer a Jesús
en nuestro mundo lo sufriremos de otro modo.
Y, no sé por qué, pero, pese a todo, también me apetece
desearos a todos buen adviento y FELIZ NAVIDAD
Joaquín
(Párroco)
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