Iglesia Parroquial de la Purísima de Nuevo Gijón
J. MORÁN El sacerdote leonés Jesús
Fernández González, de 58 años, que el pasado martes fue nombrado por el Papa
Francisco obispo auxiliar de Santiago de Compostela, evocó ayer su pasado
gijonés, ya que cuando él contaba unos 15 años "mis padres se fueron a vivir a
Gijón, en 1971, y desde entonces pasaba los veranos con ellos". En aquellos
años, Jesús Fernández ya se estaba formando para sacerdote en el Seminario de
León, pero las citas veraniegas eran obligadas. "Un año trabajé como albañil en
el ambulatorio de Perchera-La Braña, en Nuevo Gijón, donde mi padre era peón de
construcción, y en otras ocasiones di clases particulares en una academia de La
Calzada". Sus padres, Isidora y Benigno, continúan viviendo en el presente en el
barrio de Nuevo Gijón y son feligreses de la parroquia de la Purísima, cuyo
cura, José Luis -Pin- Fonseca, comentaba ayer que "son tan buenas personas como
su hijo y me alegro por ellos y por Jesús tras este nombramiento".
Nacido en el pueblo leonés de Selga de Ordás, el 15 de septiembre de 1955, y
tras su paso por los seminarios menor y mayor de León, Jesús Fernández se
licenció en Filosofía por la Universidad Pontificia de Salamanca y realizó los
cursos de doctorado. Su labor sacerdotal comenzó tras su ordenación, en 1980, en
las parroquias de Senra, Lazado y Villaquilambre. También fue director del
periódico diocesano "Iglesia en León", y en 1987 fue nombrado rector del
Seminario Menor. Después pasó al Seminario Mayor San Froilán y a continuación
volvió al trabajo en parroquias. De 2003 a 2010 fue vicario episcopal de
Pastoral y del Clero, y en la actualidad era vicario general, además de profesor
del Centro Superior de Estudios Teológicos y del Instituto Superior de Ciencias
Religiosas. También es consultor de la comisión de Pastoral de la Conferencia
Episcopal Española (CEE).
Jesús Fernández comentó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que recibió con "sorpresa" la
noticia de su nombramiento. "A veces me decían los conocidos que me iban a hacer
obispo, pero siempre lo tomé en plan de cumplido o de broma". El obispo electo
lamenta "tener que dejar mi tierra, pero estos días me he sentido muy apoyado
por la gente, a la que veo muy feliz con el nombramiento". De hecho, para la
diócesis de León la designación ha sido un estímulo, ya que existen muy pocos
obispos de dicha provincia.
"Me anima mucho ir a la gran diócesis de Santiago de Compostela, a donde
acudí este viernes y su arzobispo, Julián Barrio, me acogió como un padre". El
de Jesús Fernández es el tercer nombramiento episcopal del Papa Francisco en
España, tras los obispos auxiliares de Oviedo -Juan Antonio Menéndez-, y Toledo.
"Francisco es un Papa al que admiramos y queremos, y por ello ha supuesto una
gran alegría".
En Gijón recordaba ayer al nuevo obispo el presidente de la Casa de León en
Asturias, Andrés Cuñado. "Él fue el cura que me casó y de chavales íbamos juntos
a ver al Sporting", evocaba. "Fue muy aficionado y portero de fútbol, y creo que
sigue siendo capellán de la Cultural y Deportiva Leonesa". Por su parte, Pin
Fonseca, que también jugó "mucho al fútbol con él, que era un portero fabuloso",
describía a Jesús Fernández como "buenísima persona, humilde y servicial, y es
sencillo como el Papa Francisco".
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