Así me lo soltaron no hace mucho en un comentario. Que menos ortodoxia y más ortopraxis. Simpático el muchacho.
Yo no sé ustedes, pero si yo me encuentro con un médico que me dice que a él no le gusta la ortodoxia, que es partidario de la ortopraxis, y que en consecuencia ni lee, ni estudia, ni se documenta porque lo interesante es pasar consulta y hacer cirugía, buen sabe Dios que a mi ese señor no me toca, que los experimentos mejor con gaseosa. ¿Y si es un arquitecto? ¿Se imaginan? Se va levantando un edificio y ya veremos lo que sale, que estudiar y aprender es perder el tiempo y lo que hace falta es colocar ladrillos. Y si el edificio se cae, pues nada, no iba a durar toda la vida y la alegría de las emociones.
¿Cómo va uno a hacer las cosas bien si no sabe la verdad de las cosas? Podemos seguir.
Yo no sé ustedes, pero si yo me encuentro con un médico que me dice que a él no le gusta la ortodoxia, que es partidario de la ortopraxis, y que en consecuencia ni lee, ni estudia, ni se documenta porque lo interesante es pasar consulta y hacer cirugía, buen sabe Dios que a mi ese señor no me toca, que los experimentos mejor con gaseosa. ¿Y si es un arquitecto? ¿Se imaginan? Se va levantando un edificio y ya veremos lo que sale, que estudiar y aprender es perder el tiempo y lo que hace falta es colocar ladrillos. Y si el edificio se cae, pues nada, no iba a durar toda la vida y la alegría de las emociones.
¿Cómo va uno a hacer las cosas bien si no sabe la verdad de las cosas? Podemos seguir.
Ortopraxis. Alguien escuchó la palabra y le ha parecido la solución a la problemática religiosa del mundo occidental y de forma particular de la caduca Iglesia católica. Porque total, según este amable comentarista, no vamos a ponernos quisquillosos con que si Cristo es el Hijo de Dios o un señor buenísimo que andaba por la vida en plan hippie, o que si resucitó realmente o es que le recordaban y estaba vivo en los corazones de sus discípulos, ni vamos a hacernos especial problema de si el aborto está bien o mal, que hay que respetar la libertad. ¿La vida eterna? Bah… quién sabe. ¿La gracia? Uf. ¿El pecado? No seas aguafiestas…
Ortopraxis es el correcto vivir, imposible sin conocer la verdad de las cosas. Vivir en todo: la relación con Dios, con la Iglesia, el comportamiento correcto en la vida como persona, el amor al prójimo. La ortodoxia, correcto pensar, es imprescindible para saber por qué, cómo y para qué las cosas. Uno conoce y luego aprende a vivir en consecuencia. Lo hemos visto en el médico: primero estudiar la carrera y luego la práctica de la medicina. O según se va estudiando se va practicando, pero siempre de la mano de un maestro y despacito.
En realidad cuando alguien te aparece en un blog y te suelta esa bobada de que menos ortodoxia y más ortopraxis, lo que quiere decir, aunque no se atreva, es que saques a Dios de tu vida, que te olvides de la moral, que renuncies a tu dimensión religiosa y procures ser buena persona y ayudar a quien puedas, que es lo mismo que dejar de ser sal y luz para convertirte en nada. Porque a ver qué entiende cada uno por buena persona, que miedo me da.
Los católicos necesitamos conocer muy bien la doctrina: el evangelio de Jesucristo según nos lo ha hecho llegar la Iglesia a lo largo de veinte siglos, es decir, ser ortodoxos. Y pedir a Dios que nos conceda vivir en todo según la Palabra que hemos recibido y se nos ha entregado (ortopraxis).
¿Que es una bobada para algunos? Pues no lo descarto. Pero a un servidor no le mete mano (en el mejor sentido de la palabra) un cirujano práctico que no sabe lo que es un libro de medicina ni ha vuelto a leer un folleto desde que salió de la facultad. Cosas de uno, qué les voy a contar.
Jorge Glez. Guadalix
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