El abad decidió situar la pieza en un lugar más "visible y seguro" tras llevar varias décadas a la entrada del cementerio del pueblo
(lne/ M. Villoria) Una robusta y antigua cruz de piedra llama estos días la atención de los visitantes pocos metros antes de llegar al túnel que da acceso a la santa cueva de Covadonga.
Data de 1676 y llevaba varias décadas a la entrada del cementerio de la localidad, aunque originariamente dirigía a los peregrinos al entrar en el entorno del Santuario desde la zona del parque del Príncipe, cerca de donde el abad de Campomanes construyó un siglo después la casa conocida hoy como el Mesón.
"Era como anunciar que el lugar que pisaban era un lugar sagrado, donde se venía a venerar a la Virgen", explica el abad del Real Sitio, Adolfo Mariño, quien avanza que próximamente limpiarán la piedra y se apreciará la inscripción con el año. Fue el propio abad el que planteó su traslado, que se llevó a cabo la pasada semana a una zona más "visible y segura".
"La pusimos en este lugar porque es por donde pasa todo el mundo y nos indica que este lugar es sagrado y llegamos a casa de la madre de Dios", comentó el Abad.
La cruz ya aparece en 1776, cien años después de hacerse y un año antes de la quema de la gruta, pintada en el cuadro de Francisco Reiter sobre Covadonga. "Es un testimonio de que ahí existió esa cruz", comenta Mariño. Y añade que "no tiene nombre", pero en el santuario la denominan "la cruz del peregrino". Pocos pueden evitar la tentación de fotografiar el marco natural que ahora encuadra, a la vez, la cruz, con la basílica y el monte Priena al fondo.
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