El pasado miércoles, 27 de noviembre, quedó instituido el nuevo Colegio de Consultores que está formado por los siguientes sacerdotes:
Ilmo. Sr. D. Adolfo Mariño Gutiérrez,
Vicario General - moderador de Curia y Párroco de S. Tirso el Real (Oviedo)
M.I. Sr. D. Benito Gallego Casado,
Deán - Presidente del Cabildo Catedral de Oviedo
Rvdo. Sr. D. Jesús Bayón Rodríguez,
Sacerdote Jubilado y Miembro del Equipo de Pastoral Exequial de Oviedo
Ilmo. Sr. D. Andrés Fernández Díaz,
Vicario judicial adjunto y Párroco de la Unidad Pastoral de Viesques - El Bíbio (Gijón)
Rvdo. Sr. D. Juan Ignacio García Iglesias,
Vicerrector del Seminario Metropolitano de Oviedo
Rvdo. Sr. D. Domingo Ignacio González Álvarez,
Párroco de la Unidad Pastoral de Celorio - Nueva de Llanes
Rvdo. Sr. D. Pedro Martínez Serrano,
Vicario Parroquial de la Unidad Pastoral de Grandas de Salime-Los Oscos
Rvdo. Sr. D. Santiago Rancaño Fernández,
Párroco de la Unidad Pastoral de San Claudio y Capellán del Hospital Monte Naranco (Oviedo)
El Colegio de Consultores es un órgano que nace después del Concilio Vaticano II y el nuevo Código de Derecho Canónico de 1983, al que el obispo puede acudir para consultar las materias que considere necesarias mientras que hay otras que vienen establecidas en la legislación canónica. En esta legislación «se le atribuyen al consejo funciones muy determinadas en el gobierno de la diócesis como ayuda al obispo. Este tiene que oír a los consultores para hacer algunos nombramientos importantes como puede ser el ecónomo diocesano. Lo mismo para realizar algunos actos de administración de mayor relevancia», explica Jaime Díaz Pieiga, Canciller-Secretario de la diócesis, «luego tiene otras funciones menos conocidas y que merecen especial atención como puede ser las que le competen si en la diócesis se da el caso de sede vacante; es decir, si el obispo fallece, es trasladado a otra diócesis o se le acepta la renuncia por parte del Santo Padre. En estos casos el Colegio de Consultores asume el gobierno de la diócesis hasta la constitución de lo que se llama el administrador diocesano, en tal caso que la Santa Sede no establezca otra cosa. Al mismo tiempo es el colegio el que en unos días ha de elegir a ese administrador diocesano y ayudarlo en determinadas materias de gobierno».
El Colegio de Consultores tiene que estar formado por un mínimo de seis componentes y un máximo de doce, todos ellos elegidos de entre los miembros del Consejo Presbiteral por lo que son, por lo tanto, todos sacerdotes. El Colegio recién constituido lo forman ocho miembros por un plazo ya determinado de cinco años, cuando deberá ser renovado.
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