“Desde muy pronto descubrí que amar a los demás, 
tal y como nos pide el Señor, es vivir interesado por ellos, olvidándote de tus 
egoísmos, con ternura”. Esta frase define a la perfección la labor que desde 
hace décadas lleva realizando el padre jesuita Javier Repullés 
a favor de los más necesitados de Madrid.
“No sólo de pan vive el hombre”
Junto a las Misioneras del Santísimo Sacramento  
de María Inmaculada ayuda cada a día a más gente a poder cubrir sus necesidades 
más básicas y también para abrirles un “cachito de cielo”, curiosamente como es 
conocida la capilla en la que están las hermanas en pleno barrio de Chueca de 
Madrid. 
Pues como dice el propio Repullés utilizando las palabras del Evangelio, “no sólo de pan vive el hombre”, por lo que su labor va más allá de dar de comer y se centra también en la escucha y en la recogida, aunque sea una a una, de las ovejas perdidas.
 
Pues como dice el propio Repullés utilizando las palabras del Evangelio, “no sólo de pan vive el hombre”, por lo que su labor va más allá de dar de comer y se centra también en la escucha y en la recogida, aunque sea una a una, de las ovejas perdidas.
Pronto se vio impresionado por esta realidad y 
tras ligarse a la Compañía de Jesús, con tan sólo 17 años decidió irse a 
vivir a una de las barriadas más pobres de Madrid y durante años vivió 
la fe con las miles de personas con las que se encontró. Fue así como a poco a 
poco va tomando forma la historia que llegaría después.
 
Su iniciativa junto a las religiosas
Su iniciativa junto a las religiosas
Años más tarde, se encontró con la hermana 
Corazón, religiosa del convento 
del Santísimo Sacramento y María Inmaculada y fue aquí donde nació 
el germen de la atención a los necesitados que tanto ha crecido desde entonces. 
Hace más de 25 años desde que daban el desayuno a algunos indigentes. Ahora son 
cientos de personas, de distinto tipo y condición, las que reciben esta ayuda 
material y espiritual. 
 
Comida a más de 1.300 
familias
De los diez a doce pobres de la calle se fue 
pasando, según cuenta Repullés, “a más y ahora mismo damos comida a 
1.300 familias, las que cada mes llenamos el carrito de la compra y, 
cada día damos un café con leche y un bocadillo a todo el que viene pidiendo”. 
Actualmente, unas 400 personas pasan todos los días por “cachito de 
cielo”.
 
Y a pesara del número ingente de personas que les 
llega la providencia actúa. “Una pastelería conocida nos manda pasteles, un 
restaurante cocido, y así varios sitios”. Además, reciben donaciones e incluso 
personajes importantes como Esperanza Aguirre o el extinto grupo musical “El 
Canto del Loco” no han dudado en colaborar cuando se les ha pedido. 
“Siempre tuve claro que Jesucristo lo que quiere de nosotros y en concreto de mí es ese amor a los más pobres sean del tipo que sean”, asegura este jesuita madrileño.
“Siempre tuve claro que Jesucristo lo que quiere de nosotros y en concreto de mí es ese amor a los más pobres sean del tipo que sean”, asegura este jesuita madrileño.
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