sábado, 15 de marzo de 2025

Don Cefe, un ángel en las calles más oscuras de Madrid. Por Joaquín Manuel Serrano Vila, Arcipreste de Oviedo

Decimos adiós en este mundo a una persona entrañable como lo hacemos los católicos, desde la esperanza y la mirada puesta ya en la Pascua, que para Don Ceferino se ha adelantado en esta Cuaresma. A pocos días del aniversario de su ordenación y ya en plena Campaña del Seminario le decimos hasta pronto Don Cefe. Como arcipreste de Oviedo quisiera públicamente dar gracias a Dios por este hermano que, aunque moscón de nacimiento y reguerano por ascendencia, se sentía ovetense como el que más, orgulloso de presentarse siempre como "uno del Rancho de Guillen Lafuerza", cuando afirmar tal cosa era como decir "soy del Bronx, o de las tres mil viviendas de Sevilla". 

Las parroquias de la Sagrada Familia de Ventanielles, y San Francisco Javier de la Tenderina, conocieron el paso inolvidable de Don Cefe por sus vidas: en Faedo le pusieron una calle, en Illas le hicieron Hijo Adoptivo, en Madrid Asturiano predilecto...Pero para él su mayor título sencillamente seguía siendo ser "Ceferino, el del Rancho". Aunque en su DNI dice Ceferino Fernández Suárez, todos sabrán que él firmaba de otro modo: Ceferino "Suárez'', en honor a su madre, y "de los ángeles", por los angelinos que acompañan a la cruz de nuestra Catedral y que la afición del Oviedo apodo como Gelu y Gelin, siendo durante muchos años las "mascotas" del equipo. Gracias al Real Oviedo, al centrocampista Rafael García Martínez-"Falin"y su mujer Teresa no tuvo que dejar los estudios en el Seminario, ya que en casa ya no quedaban ahorros para seguir pagando la pensión. Don Ceferino pudo llegar a la ordenación por ese milagro de esos dos ángeles inesperados y generosos, y así también él quiso devolver aquella buena acción con cada persona que se tropezó en la vida. 

Habla Mikel Erentxu en una de sus canciones: ''de las calles más oscuras y gastadas de Madrid''... Tuvo su etapa joven de cura en la avanzadilla reivindicativa escribiendo en la voz de Avilés, en El País o la revista Alandar. Yo le pregunté en cierta ocasión: Don Cefe, ¿cómo se tomó la jerarquía eclesiástica su apuesta por sacar adelante una familia? -familia que también los ángeles le puso en su puerta- y él me dijo: ..pues mira, eso cambió mucho mi forma de pensar y de ver la Iglesia, pues los que yo esperaba que estuvieran conmigo me dieron la espalda y, sin embargo, los que pensaba que me darían la espalda fueron los que mejor me trataron... En aquel 1981 era arzobispo de Madrid-Alcalá el Cardenal Tarancón, al que no le gustó nada que Don Ceferino quisiera adoptar a unos niños en una situación tan concreta. Después vino el Cardenal Ángel Suquía que quizá no lo entendía del todo, pero no le puso pegas. 

Y, finalmente, el Cardenal Rouco Varela, que no sólo valoró su obra, sino que le destinó a una de las mejores parroquias de la ciudad como es Santa Teresa y Santa Isabel, en el barrio de Chamberí tras años de apostolado entre chabolas, drogas, prostitución, enfermedades con ello relacionado, y todo tipo miserias... En el año 2008 le comunicó al entonces arzobispo de Madrid -Don Antonio María Rouco Varela- su deseo de volver a Asturias, y el Cardenal llegó a ofrecerle una parroquia más importante  para que no dejara la archidiócesis matritense. Don Cefe agradeció aquel gesto; estaba claro que la visión del episcopado había cambiado en él, y agradeció la oferta de quedarse y poder ir a una parroquia con más vida pastoral, pero con setenta años ya a sus espaldas, habiendo compaginado la vida ministerial sacando adelante una familia, ya no se veía con muchas fuerzas para grandes empresas... Regresó a su Asturias del alma ofreciéndose a Monseñor Osoro para asumir las parroquias rurales en las que pudiera ser útil, aún en su vocación de cura de pueblo. Así fue destinado a las parroquias de Illas y La Peral, vacantes por el deceso de su anterior párroco, Don Norberto, y cuya muerte dejó consternada a nuestra Diócesis. Don José Manuel Feito (malogrado párroco de Miranda de Avilés) escribió unos versos en aquellos días, que también hoy podemos queremos aplicar a su amigo Don Ceferino:

''Mas si el alma está viva en cuerpo inerte
es más fácil hacer la travesía
y llegar sin temor al cielo a verte''

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