jueves, 20 de febrero de 2025

Redes sociales. Uno llega a donde llega. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) - Usted es un grosero y un maleducado, porque le he mandado ya dos mensajes y no me ha respondido.

No se hacen idea de lo que puede llegar a ser esto, porque el personal se empeña en contactar con un servidor por todos los medios que se le ocurren, con las cuestiones más insólitas y peticiones de lo más original. Uno llega a donde llega. Me explico.

Comenzamos por las peticiones de dirección espiritual. Creo que no es conveniente que la señora X de Montevideo o el joven Y de Cochabamba se dirijan con un servidor. Estoy seguro de que en sus diócesis respectivas encontrarán sacerdotes que puedan orientarles de una manera adecuada. Más complicado recibir mensajes de personas que, o bien se están planteando una vocación de especial consagración, o se sienten rechazadas en un seminario o convento. Tampoco sé muy bien la altura espiritual de las Társilas de Villariba del Monte o si los Padres Gundisalvos de Villabajo del Llano están más o menos contaminados de modernismo.

Tremendo lo de ¿me podría dar su opinión? Porque ahí me hacen llegar artículos supongo que para que los recomiende, libros publicados o en vías de, videos, a veces larguísimos y sobre las cosas más variopintas.

Apartado recomendaciones. Padre… ¿Un buen libro para mi sobrino Toñito que hace la comunión el mes que viene? Recomiéndeme unos buenos ejercicios espirituales. ¿Usted sabe de alguna parroquia de confianza en la diócesis de Tal? ¿No conocerá algún buen director espiritual en Logroño?

Esto no puede ser el consultorio de la otrora famosísima señora Francis pero con cura. ¿Y usted que haría? ¿Y cómo puedo vencer el vicio de Tal? Mire padre que a mí lo que me pasa es que… y yo necesitaría que me ayudase… Ni puedo hacerlo ni me fío, me van a perdonar, de los que se dirigen a un servidor sin más identidad que una cuenta de mail, porque no sé si van de buena voluntad, me quieren tomar el pelo o incluso están deseando cualquier cosa para luego filtrar mis respuestas a vaya usted a saber dónde.

No faltan los que a través de los chats de Facebook cada día me saludan, me desean una buena mañana, envían memes o la fotito del momento. Muy agradecido. Pero no llego a más. Es que usted, padre, es un maleducado, no me responde. Pues a lo mejor el maleducado es usted, que sin conocernos de nada se permite la libertad de mandarme cosas constantemente y con la pretensión de respuesta casi inmediata.

Uno hace lo que puede. Es decir, escribir un post de cuando en cuando, el catecismo, las noticias… y poco más. Y si puedo ayudar a alguien de una manera especial, estoy abierto, de hecho lo vengo haciendo, pero casos concretos y con mucha prudencia. No me pidan más. Uno llega a donde llega.

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