sábado, 25 de febrero de 2023

Felicidades floreras del Corpus de Lugones. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Este jueves pasado en el trasiego habitual de las tardes en la Parroquia, me adelantaron la gozosa noticia de que este año el premio "Pueblo de Lugones" recaía en nuestras insignes floreras que alfombran en "El Corpus": el equipo de mujeres de la Parroquia y la Cofradía que año tras año logran superarse en su minuciosa misión de engalanar el suelo por donde habrá de pasar el Santísimo Sacramento. Confieso que me ha dado muchísima alegría la decisión del jurado del galardón, pues sin ser una realidad con mucho tiempo entre nosotros es evidente que es un trabajo hecho con mimo y amor; trabajo por el que no cobran nada y en favor de todos, sí; pero especialmente es una obra por amor a Dios, por lo que tiene aún más relevancia que en estos tiempos se valore la sensibilidad de lo espiritual. Mi enhorabuena a ellas; se lo merecen, sin duda; y la Parroquia que se siente igualmente reconocida con tal distinción.

El Corpus en Lugones tuvo mucha importancia, algo que se evidencia en las exposiciones de fotos antiguas de "Ángel el gallegu", donde vemos las largas colas de niñas y niños, estandartes y arcos de flores, y familias enteras vestidas de domingo cerca de sus pequeños... Aún la gente mayor lo comenta en sus recuerdos: "yo era monaguillo y acaba reventado con el cirial de lo larga que era la procesión"; "cómo el Corpus era de jueves y no teníamos clase"; "yo hice la comunión el día de Corpus y el suelo estaba lleno de espadañas y cenoyu"... Son recuerdos de niñez, recuerdos de la infancia de los niños y mayores en el pueblo que era entonces Lugones.

En muchas parroquias de Asturias en los años setenta y ochenta decidieron poner fin a las procesiones, considerando que eso eran cosas del pasado. En Lugones también la procesión del Corpus se suprimió por aquel entonces en tiempos de D. Cecilio, aunque antes de llegar yo a la Parroquia la procesión ya había sido recuperada por mi antecesor, D. Fernando. En mi Parroquia natal de Candás, por ejemplo, gracias a los sacerdotes que tuvimos nunca se ha dejado de celebrar debido al empeño de Don Valeriano y después de Don José Manuel, el cual la potenció mucho esta con novedades que fue incluyendo y que fueron para mí un espejo pastoral para Lugones.

En estos años hemos estrenado un nuevo palio, acompañado por un baldaquino para portar al Santísimo para que sean los fieles quienes lo lleven, y no el sacerdote. Pero, evidentemente, lo que más ha llamado la atención de creyentes y no creyentes, de gente de Lugones y de fuera de aquí, son las primorosas alfombras florales que cada domingo de Corpus bien temprano nos dejan boquiabiertos. Son muchas horas de trabajo, de trocear el verde, pétalos y flores... Sólo Dios sabe el tiempo dedican sin dejar sus ocupaciones, empleando su propio tiempo libre.

La Solemnidad de Corpus es muy querida en España; muchos pueblos la quisieran celebrar y no pueden... Una abuela emocionada al terminar la procesión reclamaba una foto de familia con la alfombra floral para guardarla para la posteridad, pues la sabía mujer comentaba a su nieto: "cuando seas mayor, cariño, verás que fuiste un afortunado; que no todas las parroquias pueden presumir de esto"... Cada año los dibujos cambian; las floreras buscan detalles de algo vinculado con la celebración, con el lugar o con nuestra historia, pero su resultado nunca deja a nadie indiferente. Siempre me gusta decir que las cuestiones religiosas no quieren restar, sino sumar; hacer pueblo, y ahí están nuestras mujeres regalando su arte aunque a veces las critiquen, aunque ni siquiera conozcan a ninguno de los peques primocomulgantes. La alfombra no es sólo para disfrute de los pequeños, también de los mayores y, principalmente, es un acto de fe en que como católicos manifestamos nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.

El año pasado hubo un pequeño disgusto los días previos, pues otras pobres mujeres que se ofrecieron a echar una mano buscando flores, sin ninguna mala fe cogieron algunas de un ajardinado público. No estuve muy al tanto de los pormenores, pero sí me enseñaron que una vecina les hizo una foto en el momento en que las estaban cogiendo y la subió a modo de denuncia en las redes sociales, cayéndoles la del pulpo. Estuvo mal tomar las flores de allí, ciertamente, pero es curioso que a los pocos meses de ocurrir dicho incidente no sólo quitaron las flores, sino hasta las plantas y la tierra en otros tantos jardines idénticos de Lugones -pues era necesario para la nueva urbanización  las calles- y nadie sacó la flema ecológica por el hecho... A veces buscamos polémicas donde no existen, y otras aparecen donde menos esperamos; una convivencia real y en pluralidad, donde se reconoce el trabajo bien hecho de todos sin juicios ni prejuicios, es exponente de una sociedad inteligente y avanzada. Nuevamente, muchas felicidades a las floreras.

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