sábado, 21 de septiembre de 2024

En la toma de posesión de D. Santiago Rancaño Fernández como Párroco de la Unidad Pastoral de San Claudio, Loriana, Sograndio y Santa Marina de Piedramuelle. Por Joaquín Manuel Serrano Vila, Arcipreste de Oviedo


Queridos fieles de estas comunidades parroquiales de Santa María de San Claudio, San Esteban de Sograndio, Santa María de Loriana y Santa Marina de Piedramuelle:

En nombre del Sr. Arzobispo, como arcipreste de Oviedo tengo la alegría de presentaros a quien desde hoy os presidirá en la caridad, Don Santiago Rancaño; un regalo que el Señor por medio de la Iglesia os hace: un sacerdote bueno, sencillo, cariñoso, humano y muy cercano. Os aseguro que la caridad de este querido sacerdote supera cualquier cálculo previsible… En él se cumple lo de tener un corazón que no entra en el pecho y lo comprobaréis pronto. Espero que le recibáis y ayudéis tanto y tan bien como hicisteis con los sacerdotes que habéis tenido en los últimos años: Don Luis González, Don José Luis Alonso, Don Ceferino Bermúdez, Don Julio y Don José María de la Riva, Don Manuel Fanjul de la Roza y, especialísimamente Don Abundio que en los últimos siete años ha dado lo mejor de sí entre vosotros a pesar de sus problemas de salud, su situación familiar y tantos contratiempos. Muchas Gracias amigo y paisano y profersor Don Abundio; merecido y jubiloso descanso, que no será del todo en alguien como tú. 

Como véis, no os llega un recién ordenado, os llega un sacerdote con años y daños a sus espaldas y muy en la línea de nobleza de Abundio. Don Santiago en los últimos años ha superado altibajos de salud importantes, por eso os pido mucho que le cuidéis y miméis, pues los sacerdotes cada vez somos menos, por lo que debéis ver como un privilegio contar con un párroco para estas cuatro queridas comunidades. Él tiene esa autenticidad sin doblez de los asturianos del Occidente, zona que conoce muy bien de sus años de ministerio allí como coadjutor de Cangas y párroco en la zona de Besullo, con un intervalo de ministerio en Riaño (Langreo). En estos últimos doce años ha ejercido su sacerdocio en el Occidente-Costa en las parroquias valdesanas de la zona de Cadavedo, Trevías, Canero con un total de diez parroquias.

Queridos fieles, el futuro de estas parroquias no depende de nadie más que de vosotros mismos: os pido que arriméis el hombro para que no se apague la llama de la fe en ellas. Que os esforcéis en ayudaros unos a otros; unas parroquias a otras, y que la comunidad parroquial sirva de nexo de unión y comunión para estas localidades, que no están olvidadas ni para Dios ni para la Iglesia. Soy consciente de que hay problemas, heridas y contratiempos que os hacen sufrir y complican las cosas, como es la realidad del templo parroquial de Loriana, que ojalá algún día si fuera posible logremos rescatar entre todos. Os animo a no perder la esperanza, a agarraros a la fe del que nunca defrauda y a que no dejéis sólo a vuestro sacerdote en esas batallas ahora que tenéis que enseñarle dónde está cada barrio y aldea del entorno.

Querido Don Santiago, el Señor te regala unas comunidades pequeñas en número, pero grandes en historia y nobleza; sé que para ti que has sido párroco en parroquias pequeñas y rurales tantos años esto no te asusta, al contrario. Esto no es Arganza tu pueblo natal en Tineo, pero seguro que lograrás darle a estas parroquias ese sabor occidental de familiaridad hogareña que siempre has sabido aportar en todos los destinos que has tenido, así como ahora también en la capellanía del hospital Monte Naranco como testimonio vocacional impagable al lado del lecho del dolor de los que sufren.

Mantén la sonrisa y que Santa María, patrona de San Claudio y Loriana, que San Esteban patrono de Sograndio y Santa Marina patrona de Piedramuelle desde el cielo te asistan en la cura de almas en estas encomiendas. Que así sea.

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