sábado, 19 de marzo de 2022

San José, humilde entre los humildes. Por Joaquín M. Serrano Vila

El pasado año hemos tenido muy presente a San José, y aunque el Año Santo dedicado a él haya terminado ya, es una devoción que no podemos dejar pasar como un día cualquiera, pues estamos ante una figura clave de la historia de nuestra salvación; un hombre del que tantísimas lecciones podemos aprender y que ha de estar muy presente en nuestra vida de creyentes. El Papa Francisco ha dado un importante impulso en seguir cuidando y fomentando el amor del pueblo de Dios por este santo, que desde bien antiguo los fieles sintieron muy suyo.

San José siempre ha sido el santo de los sencillos, el santo querido por las abuelas, los obreros, los pobres... A veces los "intelectuales" lo han minusvalorado con la vaga excusa de que sabemos muy poco de él, o de que ni siquiera pronuncia una palabra en las escrituras... Ni falta que ha hecho para ser uno de los santos más venerados del mundo; un santo universal en el cual se cumplen las palabras del Señor: ''Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra; porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los humildes, sí Padre, así te ha parecido mejor'' (Mt 11, 25-26).

San José es el nexo de unión para que el Antiguo y el Nuevo Testamento se abracen, gracias a él se cumple la profecía de que el Mesías nacería de la casa de David. No en vano, San José es llamado ''hijo de David''  (Mt 1,20) por ser de la tribu de Judá. En la tradición judía es el padre el que elige y le pone nombre al niño; ya estaba el nombre pensado como le adelantó el ángel a María, pero realmente es San José el que le pone ese Dulce y bendito nombre: ''y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados'' (Mt 1,21).  En la cultura hebrea los nombres y su significado son importantísimos, tal y como vemos en la biblia. Jesús significa "el salvador", y José significa ''el que añade''; y es que si nos paramos a pensar, parece que el pobre es el último en llegar y el primero en irse; se entera del plan redentor cuando María ya está encinta, y muere antes de que Jesús inicie tan siquiera su vida pública. Es el Santo discreto y sigiloso, el hombre de tantas obras como silencios, al que quisiéramos imitar en su unión plena a Jesús y María, así como en su radical sencillez. Al igual que la de Moisés, San José destacó por ser ''un hombre muy humilde, más que nadie sobre la faz de la tierra'' (Nm 12,3).

San José es Patrono de la Iglesia Universal. Sabéis que nuestra Parroquia está muy ligada a San José. Mi buen predecesor D. Leandro Vigil Miyar -de cuyo fallecimiento se cumplieron ayer 79 años- eligió este día para la colocación y bendición de la primera piedra del actual templo parroquial, en el año 1939. Le tenemos por tanto entre nuestro protectores e intercesores. A San José, a quien el Señor le confió el cuidado de su familia, le encomendamos para que desde el cielo y en la Comunión de los Santos siga cuidando de nuestra Parroquia, sabedores de que en en padre de Jesús y esposo de María se cumple: ''el siervo fiel y prudente a quien su señor puso al frente de su casa para que les diera la comida a su tiempo'' (Mt 24, 45).

En este día de San José toca felicitar a muchos, a los padres que como él tienen la misión de criar y educar a sus pequeños, y a las madres o no, que también llevan el nombre de "Josefina"; a los que tienen tan insigne nombre en sus múltiples compuestos, a los seminaristas y a los que cuidan de su formación como hizo José con su pequeño "sumo y eterno sacerdote". Del mismo modo, un recuerdo muy especial para los sacerdotes de la Casa Sacerdotal puesta bajo el cuidado de San José, pues también a ellos les vuelve a costar andar y necesitan un José que les ayude a dar nuevos pasos, y, por último, una oración por los padres difuntos y por tantas personas que son enfermos terminales o moribundos cuyo abogado especial es San José, al cual pedimos para ellos y para nosotros una santa muerte como la suya en los brazos de Cristo y su Madre.

Joaquín, párroco

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