Distinguidas autoridades,
Junta directiva de la Cofradía del Carbayu,
Devotos de Nuestra Señora del Buen Suceso,
Hermanos todos en el Señor:
''Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú la honra de nuestro pueblo''
Estas antiquísimas palabras del Salmo 126 las vemos nosotros cumplidas en María, quien con su "sí" a Dios hizo posible que se llevara a cabo "el plan de redención trazado desde antiguo", y así tomara nuestra carne el Salvador a quien contemplamos también en esta efigie como dulce niño, bendiciendo a su Madre y bendiciéndonos a todos. En esta mañana de fiesta, también nosotros te decimos Santina del Buen Suceso: ''Tú eres el orgullo y la honra del Carbayu''. Me parece providente que coincida el centenario de nuestras fiestas con el Jubileo ordinario que celebra la Iglesia, ambos unidos, por un lado haciendo fiesta por María y con María, y por otro, 2025 años del nacimiento de su hijo Jesucristo, a quien con tanto acierto San Pablo llamó ''nuestra esperanza'' (1 Tim 1,1).
Ciertamente, somos peregrinos de la esperanza, por ello, qué mejor referente que mirar a Nuestra Señora, la peregrina de esperanza por excelencia, para saber caminar los senderos de nuestra vida con sus subidas y bajadas y sus tramos tortuosos o llenos de obstáculos, con la confianza puesta en aquel que nunca nos abandona en el peligro o la tribulación. A buen seguro hoy, en cada flor que presentamos, en cada vela y en cada plegaria, subimos peregrinos hasta esta capilla del Carbayu -casa de la Madre- a poner a sus pies tantas preocupaciones y gracias, tantos ruegos y favores, peticiones y acciones de gracias que guardamos en lo más hondo del corazón y que tan sólo a Ella confiamos: problemas de salud, situaciones familiares, precariedad laboral, tristezas o frustraciones... Como diría San Bernardo, no nos quepa duda que en María tenemos la mejor Abogada de nuestras necesidades: ¡Bendita seas Santa María, por ser vida, dulzura y esperanza nuestra!
Por nuestro Archivo Parroquial (salvado milagrosamente por un sacerdote de las llamas y destrucción de los ignorantes, cuya suerte no tuvieron otros archivos colindantes) sabemos que ya en el siglo XVIII la devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso aquí en El Carbayu estaba más que asentada; convivían en esta zona dos devociones: la San Pedro en el Villar, y también aquí en El Carbayu la de San Antonio, en la capilla privada de la familia Estrada Nora.
En aquel 1925 supuso ya una singular epopeya haber puesto en marcha esta Romería y la Cofradía del Buen Suceso; la prensa de 1923 considera la romería de San Pedro en El Villar la fiesta más importante de Lugones, pues estando tan cerca y con poca población entonces, parecía imposible sacar adelante una nueva fiesta, pero lo lograron. Durante poco más de una década convivieron las dos romerías, la del Villar en torno al 29 de julio, y la del Carbayu en torno al primer domingo de agosto. Nuestra incivil guerra lo destruyó todo, además de vidas, archivos centenarios, templos, capillas, imágenes, etc. No se recuperó ya la fiesta de San Pedro del Villar, y de la capilla del Buen Suceso apenas quedaron unas piedras, pero ante el empeño de la Cofradía por recuperar la fiesta y a su Virgen cuanto antes, la Familia Estrada Nora donó su capilla de San Antonio que había sido menos dañada, para ser la nueva capilla del Buen Suceso. Y así llegamos hasta nuestros días, con reformas, cambios y mejoras. No sólo ha cambiado la capilla; la imagen de la Virgen no es la que presidió aquella primera romería; también ha cambiado aquel Carbayu, con bosque de robles y su hermosa carbayera. Esto hoy sólo pervive en la memoria de los más mayores y en la maqueta del Museo de la Romería.
También el cartel de fiestas ha ido evolucionando, ya no hay novillada ni tiro al plato, plaza de toros ni tiro al pichón; ya no hay línea especial de tranvía Oviedo-Lugones, ni la banda de música del cuartel del Milán. Hoy tenemos otra programación igual de atractiva que era aquella en su momento, que en realidad es -al igual que entonces- una oportunidad única de compartir lo que nos une que siempre es mucho más que lo que nos separa. Vivamos, pues, el gozo de estos días en clave de fraternidad. Benedicto XVI decía que ''La alegría es parte integrante de la fiesta. La fiesta se puede organizar; la alegría no. Sólo se puede ofrecer como don; y, de hecho, nos ha sido donada en abundancia''.
Cien años pueden parecer que tampoco son tantos, pero tienen su peso y su vértigo. Llegar a esta efeméride nos recuerda y nos exige algo muy concreto: "seguir adelante y seguir mejorando". Que el recuerdo de los que en estos cien años lo hicieron posible haga que no mueran las fiestas ni la buena relación de unos con otros, y que la Cofradía siga siendo el motor dinamizador de este oasis verde de Lugones que es El Carbayu. Que la devoción a la Virgen del Buen Suceso sea el nexo de unión para mantener esta cadena tras un siglo de existencia, y donde nunca ha faltado relevo ni entusiasmo para todo, incluso en los momentos más difíciles y complejos como fue la guerra civil o la pandemia del 2019. Con el motor de María y el recuerdo de los nuestros, desde la experiencia del pasado construimos el presente, con una mirada esperanzada hacia el futuro.
De la mano de Cristo, que es el mismo ayer, hoy y siempre, nada nos puede hacer temer. Y junto al Señor, siempre María arropándonos bajo su manto de oro azulado… El Arciprestazgo de Oviedo es muy "azul", aunque Manolito me esté escuchando y mirando un poco de reojo desde el cielo...
En estos cien años son muchos los cofrades que han formado parte de esta Institución tan querida en Lugones, contribuyendo con sus aportaciones a sacar adelante cada año la fiesta de Nuestra Señora del Buen Suceso con el cuidado de su capilla y hasta las pequeñas mejoras en beneficio de todos, en lo que al barrio se refiere. Ahí tenemos por ejemplo una fuente que puso la Cofradía, y así tantas y tantas otras cosas. Desconozco si se conservan todos los documentos desde 1925 hasta hoy, pero donde seguro no faltan esos datos es en el corazón del Señor y en el de su Madre. ¡Cuantísimos nombres!: Darío Valdés, Antón el Pegu, Manuel Firme, Enrique Uría, Manuel Lunes, Paco Sico, Victor Pin de Secades, Engracia Rodríguez, José Rivas, José Luis Sánchez ''Pito''… y así un largo etc. Me perdonen los que no traemos a colación, tan importantes como los anteriores. Los tenemos aquí presentes a todos sobre el altar, que es el mejor favor que podemos hacerles. Obviamente, y aunque ya le he hecho un guiño irónico, quisiera tener hoy un recuerdo especial para Manolito el Pegu que nos ha dejado recientemente, y cuyo recuerdo y encomienda es deuda de gratitud de este su pueblo hacia la persona que se desvivió por hacer felices a los demás, y porque hubiera unidad y camaradería entre vecinos y foráneos, todo en torno a María.
Le pedimos a Nuestra Señora del Buen Suceso que aprendamos a descubrir a su Hijo en su Palabra, en la eucaristía, en cada enfermo, sediento, emigrante que llama, hambriento, preso o desnudo. Que nos enseñe a amar al prójimo, a convertir en amigo al enemigo, a consolar al triste y a enseñar al que no sabe, a aconsejar a quien lo necesita y corregir fraternalmente al que yerra, a sufrir con paciencia los defectos de los demás y a consolar al triste. A rezar por vivos y difuntos, así como a perdonar a los que nos ofenden. Vivamos en clave de misericordia -como lo hizo San Félix nuestro Patrón, que también nos acompaña hoy- logrando manifestar con nuestras obras que el Reino de Dios ha comenzado ya en nosotros.
Que seamos un buen suceso para los demás a imitación de María, y que por su mediación en este Centenario de la Romería se derramen muchas gracias sobre todos sus devotos y sobre El Carbayu.
Que así sea.
Joaquín Manuel Serrano Vila
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