SEXTO DOMINGO
El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.El gozo: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.
Oh ángel de la
tierra, glorioso San José, que pudisteis . admirar al Rey de los cielos,
sometido a vuestros más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto
se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel,
vivisteis dichoso en Nazaret con Jesús y María.
Por este dolor y
este gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor
nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir
también asistidos por ellos.
Padrenuestro, Ave y
Gloria.
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