sábado, 22 de octubre de 2022

Frases que me hacen desconectar inmediatamente. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) Reuniones, encuentros, congresos, charlas, simposios, círculos, tertulias, conferencias, asambleas… ¿Quién de nosotros no recibe invitaciones o se encuentra en la necesidad de asistir a unas cuántas de estas iniciativas?

Uno es perro viejo. No sé si más perro o más viejo. Para el caso es lo mismo. La experiencia me ha hecho espabilar y sin demasiados esfuerzos me saltan las alarmas. Es algo incontrolable. Me van a permitir que apunte aquí algunas de esas cosas que me hacen desconectar. No porque no sean buenas, sino por repetidas e insulsas.

- Es importante que nos reunamos para conocernos y poner en común lo que hacemos. Vana pretensión. A estas cosas acudimos siempre los mismos, nos conocemos estupendamente, y ya sabemos que lo que hacemos porque hace cuarenta años que lo ponemos en común periódicamente.

- La reunión es para ver qué se nos ocurre. Ocurrencias no, gracias. Pues yo creo, pues a mí me parece, pues se podría intentar… No. Deberían ser para ver qué quiere Dios.

- Hay que ver lo que la gente quiere. Me decía un cura amigo que la gente lo que querría es la dispensa total del sexto mandamiento, pero que eso excede de nuestras competencias.

- Una vez hicimos tal cosa y vino gente. ¿Y? ¿A qué vinieron? ¿Qué buscaban? ¿Qué continuidad? Es verdad que uno a veces necesita su momento de triunfo, pero nada más.

- Tenemos que comprometernos ante el cambio climático y hacer una apuesta por una vida más ecológica. Por supuesto, y que no se nos olvide reivindicar el respeto por los colectivos LGTBI JKLMNOPQRSTU…

- Es que la gente se aburre. Claro. Si no saben el sentido de lo que se hace se aburren en misa, en clase, en el trabajo y opositando a notarías.

- Necesitamos dar continuidad. Es importante que nos veamos periódicamente. Pues nada, cuando quieran.

- (Añadan sus propias frustraciones)

Nada hay más desmoralizador que reunirte sin saber por qué, para qué, no sacar conclusiones, que si se sacan no se haga ni puñetero caso y al final terminemos dejándonos la piel para trabajar en el interesantísimo proyecto de reunirnos aún más si cabe.

Desconectas. Tal vez porque los años te enseñan a simplificar y echas en falta lo que crees y entiendes como fundamental: la misa diaria, la oración, la adoración, predicar las verdades que el catecismo nos recuerda. Tal vez echas en falta eso de “buscar el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura” y te quedas con la impresión de que solo hablamos de añadiduras…

Cosas de uno.

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