jueves, 17 de febrero de 2022

Diecisiete años sin D. Pablo Corro. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Cruzado el ecuador del mes de febrero, es inevitable por muchos no recordar al que fuera parte de esta Parroquia y compañero mío en el Seminario,  nuestro querido D. Pablo José Corro González. Su muerte conmocionó al barrio de Pumarín, a nuestra parroquia de Lugones y a toda la diócesis de Oviedo. En estas fechas hace ya diecisiete años, aparecía su cuerpo sin vida en la vivienda del tercer piso de la casa rectoral de Pumarín de Oviedo. Pablo tenía 35 años y era natural de Cangas de Onís; había sido seminarista, diácono y Vicario Parroquial en nuestra Parroquia. En el momento de su fallecimiento llevaba dos años ya en la de San José (Pumarín de Oviedo) además de ser el Coordinador de Catequesis del Arciprestazgo de Oviedo.

Aunque el Boletín Oficial del Arzobispado fija el día de su defunción el 15 de febrero, lo cierto es que D. Pablo falleció a primeras horas de la tarde del domingo 14 ante el ordenador de su apartamento, y no fue hallado muerto hasta pasada la una de la tarde del día 15 de febrero. Su silenciosa partida pasó desapercibida (igual que su entregada vida) puesto que tenía previsto desplazarse en la tarde del domingo a Madrid para participar en un acto de la Unión Eucarística Renovadora (UNER) que se desarrollaba al lunes siguiente. No estaba previsto que regresase antes de dos días.

Sacerdote inteligente, sencillo de corazón y con grandes dotes para la informática, así como la Pastoral Juvenil. Los agentes de la Policía Nacional que acudieron al que era su domicilio en Pumarín encontraron su cuerpo sin vida sentado a la mesa de su ordenador. Había llegado a San José en septiembre de 2003; anteriormente -de 2000 a 2003- había estado en nuestra parroquia de Lugones, la cual fuera su primer destino sacerdotal, aunque llevaba ya años vinculado como seminarista y diácono.

El funeral por su eterno descanso se celebró en Cangas de Onís al día siguiente de su hallazgo a las 12.30h recibiendo cristiana sepultura en el cementerio parroquial de la ciudad a continuación. Días más tarde se celebraron sendos funerales en San José de Oviedo, así como en nuestra parroquia de San Félix de Lugones. Se fue sin avisar, con apenas cinco años de ministerios sacerdotal.

El entonces párroco de Villalegre de Avilés y también aficionado a la informática -que empezaba a tener mucha relevancia en las noticias eclesiales- D. Julio Asterio (+), publicó un artículo muy sentido en su innovador y controvertido "blog" y que llevaba por título: ''En recuerdo a Pablo, sacerdote asturiano''. De aquella publicación quisiéramos rescatar un pequeño extracto que refleja muy bien los sentimientos de aquel momento: Nuestra vida, a medida que transcurre y se va convirtiendo en historia, comienza a acumular ausencias que nos van marcando. Las personas que descubrimos en la niñez y de las que fuimos aprendiendo a vivir comienzan, de forma paulatina, a pasar de estar presentes en nuestra vida a estar ausentes de ella. En la medida que las ausencias van creciendo nuestra propia historia se va haciendo más densa, más pesada. Pablo ha comenzado a ser una ausencia demasiado pronto y eso, aunque no sepamos ahora la razón o el sentido que puede tener, tiene que irremediablemente servir para algo dentro de los planes que Dios tiene para cada uno de nosotros y para el mundo.

La eucaristía de este martes día 15 la hemos aplicado por él, en su 17º aniversario. Todos los meses, desde que yo soy Párroco, hay una misa en sufragio por D. Pablo, así como de todos los sacerdotes que ejercieron en nuestra comunidad parroquial en el último siglo. No sólo nos sentimos en deuda de su labor, sino que estamos convencidos que nosotros queremos ayudarles con la oración como a buen seguro, si ya están ante el trono del Altísimo, no dejarán de hacerlo ellos por nosotros. Cuando acudimos a Covadonga es inevitable girar la cabeza al Camposanto cangués -así me lo enseñó Juan el de Rosi la primera vez que fui con feligreses al hogar de la Santina- al pasar por allí: ''D. Joaquín allí arriba está D. Pablo''... Ciertamente tiene que estar ya bien arriba, y seguro que él, que ya tiene línea directa con la Santísima Virgen al haber nacido tan cerca del Real Sitio, le hablará a nuestra Madre de esta Parroquia y de sus gentes que tanto quiso, le quisieron y junto a su Párroco actual le recuerdan.
D.E.P. Pablo.
Joaquín, párroco

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