lunes, 12 de marzo de 2018

''Ya somos Cofradía''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

¡Por fin!... ni yo lo podía creer cuando, tras paso por paso, lentos y medidos como los de los costaleros, fuimos avanzando en la configuración y reconocimiento jurídico de hecho y de derecho ya, de la Cofradía del Cristo de la Piedad y Ntra. Sra. De La Soledad.

Recientemente el Decreto de su fundación y reconocimiento por parte del Arzobispado de Oviedo, daba paso a la democrática elección de su Primera Junta Directiva. Atrás, y entre bastidores, quedaban ya los primeros y tímidos movimientos que motivaron la ilusión y el trabajo de muchos para que la Cofradía fuese una realidad.

Pero lejos de haber llegado a ninguna meta, se abre ahora una nueva e ilusionante etapa. La aventura de organizar y dinamizar la Semana Santa de Lugones, la cual empieza a ser referente y opción para muchas personas que deciden quedarse o no pueden ir muy lejos en esas fechas, es el nuevo reto que tiene la Cofradía, junto a la participación e implicación singular en los actos más solemnes de nuestra Parroquia.

Ser cofrade ante todo es ser testigo de Jesucristo en un mundo que lo necesita, paradójicamente, tanto y mucho más de lo que algunos lo pretenden alejar. La importancia de nuestra fe, que se entremezcla inseparablemente con nuestra herencia familiar y cultural, tiene su particular expresión en las cofradías como síntesis de todo ello, y, en una especie de reivindicación serena de nuestra historia y al calor de corazones nobles de Lugones, nace la del “Cristo de la Piedad y Nuestra Señora de la Soledad”.

Quiero desde aquí no sólo dar ánimos a todos los miembros de la Cofradía; los que participan activamente y los que la apoyan moral y económicamente, sino agradecer a todos ellos esta iniciativa de “religiosidad popular” que nos sitúa en el mapa diocesano como un modelo y referente a seguir en otras parroquias tan humildes como la nuestra.

Muy particularmente quiero felicitar a todos los que han hecho posible esta realidad, tanto en los inicios de la “Junta Gestora” como al nuevo equipo de la reciente Junta Directiva. Es especial a la nueva Hermana Mayor, “Rosi”, a la que la Parroquia y yo mismo como Párroco le estamos profundamente agradecidos y en deuda por su inestimable colaboración y participación permanente en la vida de esta Comunidad.

Al igual que en el pasado “Año de la Cruz” (de Caravaca y Liébana) poníamos nuestras intenciones y proyectos ante Él, quiero hacer lo mismo en este “Año Jubilar Mariano de Covadonga”, encomendándole a esta Cofradía y a todos sus miembros y familiares, vivos y difuntos; y muy en especial, a los que sufren problemas de enfermedad, rupturas familiares o incertidumbre laboral. Que Ella, que en su “Soledad” se mantuvo firme al pie de la cruz y conoció el dolor de su Hijo, os llene a todos de fuerza para luchar y fije vuestros ojos en la esperanza de la Pascua de Resurrección.

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