(Víctor in vinculis) En 1926 y en 1932 hizo voto de sangre por el voto de María Corredentora
Yo no digo nada. Solo digo que pasado mañana celebramos a los 2.130 mártires de la persecución religiosa en España (1934-1939) y que ya han sido elevados a la gloria de los altares presididos, en el título de la fiesta litúrgica, por san Pedro Poveda Castroverde. De él llevamos escritos decenas de artículos desde que comencé con este blog el 19 de octubre de 2010: San Pedro Poveda, sacerdote y mártir (1), (2) y (3). San Pedro Poveda y la masonería. San Pedro Poveda: el mártir (1), (2) y (3). O, finalmente, para no alagar esta introducción: El voto de martirio de san Pedro Poveda o San Pedro Poveda y el Santo Rostro de Jaén.
Y en uno de ellos, en 2016, recordábamos que el único sacerdote diocesano canonizado por la causa martirial de 1936 hizo voto de martirio en 1926 y en 1932 por la proclamación de los dogmas marianos de la Asunción y de María Corredentora.
San Pedro Poveda Castroverde (1874-1936) preside el grupo de 2.130 mártires de la persecución religiosa española.
San Pedro Poveda: la gracia de ser mártir
Las siguientes citas están sacadas de POVEDA, P. Obras I. Creí, por esto hablé, Edición Crítica y Estudio (Madrid, 2005).
Pág. 408, texto [103]: La Virgen María y las Bodas de Caná.
“Acostumbrémonos a orar con fe y confianza y a acudir a María, porque lo que el Verbo toma una vez no lo deja más y a María la eligió Él por Madre desde la eternidad”.
Pág. 479, texto [134]: Caro Christi, Caro Mariae.
“Invoquémosla con la confianza con que se acude a la Madre, como hacen los hijos que no se atreven a recurrir al padre, ya que les parece que las entrañas de la madre son más tiernas. Jesús no se ofende porque acudamos siempre a su Madre, lo agradece, como agradecen el amor a su madre todos los hijos y Él es el mejor Hijo”.
Pág. 884, texto [325]: La Virgen María en la obra.
“La maternidad espiritual en medio del mundo necesita un ejemplo de dolor, de caridad, de firmeza, de valentía que sólo la Madre de Jesucristo puede ofrecerlo”.
Pág. 1085, texto, [406]: Stabat Mater.
“Todo debemos pedirlo por medio de María. La mediación universal podemos decir que es un dogma latente en el pueblo cristiano desde los primeros tiempos”.
Pág. 1119, texto [417]: Da sangre y recibirás espíritu.
“Y si pasamos a la consideración de la Santísima Virgen ¿Cuándo da sangre? cuando el Verbo Divino se encarna en su seno ¿Y qué recibe? Al mismo Dios. Y con Él, ¡qué efusión de gracias y de comunicaciones! Solo Dios lo sabe. En otras ocasiones derrama también sangre la Santísima Virgen como al pie del Calvario, convertida en lágrimas. ¿Y qué recibe? La maternidad de todos los hombres, el ser medidora universal de todas las gracias; las recibe en tal abundancia que las derrama a manos llenas sobre los mortales”.
Pág. 704, nota a pie de texto [217]:
La Virgen María Raíz de todos los bienes: [...] En la etapa de 1924-1930, la propagación de la devoción a la Virgen, las costumbres marianas, las múltiples cartas de consagración de centros y actividades a María, la denominación de "Santa María" dada al Centro de formación, el juramento mariano de Poveda y de los miembros de la obra, así como su conocida súplica: "pido la gracia de ser mártir por estos dogmas” [los de la Asunción y la Mediación Universal, 1926] son algunos de los testimonios de su marianismo...
Mª Dolores Gómez Molleda en Pedro Poveda, Hombre de Dios (Madrid, 2003), recoge en la página 103:
“No extraña nada que el 2 de febrero de 1926, Pedro Poveda se obligase con juramento a defender, aun a costa de su vida, la Asunción de María y su Mediación Universal”. Cita en nota al pie a Josefa Segovia, en su libro Spes Nostra, Madrid, 1963, pág. 103.
Cita definitiva:
En Spes Nostra obra escrita por María Josefa Segovia Morón (Madrid, 1953) podemos leer en la página 69:
“Entre los pocos y ennegrecidos papeles del archivo teresiano, que pudieron escapar de la destrucción, en los días amargos de nuestra pasada guerra, hay una estampa de extraordinario valor que providencialmente ha venido a nuestras manos. Es una estampa de la Santísima Virgen, escrita por nuestro Padre y Fundador en el año 1926, y en la que se lee: El día 2 de febrero de 1926, después de hechos los votos de defender con mi vida los misterios de la Asunción en cuerpo y alma, y de la Mediación universal, pido a la Santísima Virgen la gracia de ser mártir por estos dogmas.- Pedro Poveda”.

Estampa impresa utilizada en España y firmado por san Pedro Poveda con su voto, que se
renovaba cada año y que empleaba el término "co-redentora"
Diez años después de su primer juramento, Nuestra Señora aceptó el voto de san Pedro Poveda y murió como mártir al comienzo de la persecución religiosa (28 de julio de 1936). Catorce años después de su martirio, en 1950, se proclamó el dogma de la Asunción.
No hace muchos años alguien escribía hablando de ello: "El segundo, como todos sabemos, aún no ha sido proclamado. Quizás Nuestra Señora necesite que alguien más se ofrezca como mártir por su proclamación".
Hoy Doctrina de la Fe con palabras graves ha dictado otra cosa. Me parece excelente el artículo, y su final, de Jesús María Silva:
"La prudencia del Magisterio merece respeto y obediencia. Pero la historia de la Iglesia muestra que muchas verdades comenzaron siendo cautelas antes de ser proclamadas con alegría. La fe del pueblo, que llama a María “Corredentora”, “Mediadora” y “Abogada”, no pretende alterar el primado de Cristo, sino confesar, con la misma lógica del amor, que el Redentor no quiso salvarnos sin su Madre.
Quizá haya llegado el tiempo de reconocer que, si el término “Corredentora” se entiende como lo que realmente significa: cooperación subordinada y maternal, no solo puede decirse, sino que debe decirse. Porque en esa palabra -corredentora- vibra la verdad de toda la historia de la salvación: Dios salva al hombre con el hombre, y quiso hacerlo comenzando por una mujer.

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