sábado, 8 de noviembre de 2025

Comunión eclesial. Mucho más que irse de cañas. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) No sé cuántas veces tengo escuchado eso de ser prudentes, discretos y comedidos para no romper jamás la comunión en la Iglesia. Y en positivo: buscar la comunión, signos de comunión, promover la comunión.

Ya saben que la cosa está siempre en aclarar las palabras. La comunión eclesial a todos nos preocupa e inqiuieta y todos queremos promoverla, pero no será tarea fácil si primero no nos ponemos de acuerdo en lo que significa la comunión y lo que exige.

Teología básica, catecismo elemental.

La comunión eclesial, es decir, la unidad visible y espiritual que une a todos los miembros de la Iglesia, se fundamenta en tres realidades:

- Comunión de fe: creer en el mismo Evangelio y profesar la misma fe.

- Comunión de los sacramentos: especialmente en la Eucaristía, que es el signo supremo de unidad.

- Comunión jerárquica: estar unidos en la misma Iglesia bajo el Papa (sucesor de Pedro) y los obispos.

A partir de aquí, quien busque la comunión debe hacerlo fomentando estas tres cosas.

Es difícil no, imposible, vivir la comunión si no aceptamos el catecismo íntegro. Cómo vas a sentirte unido con hermanos que te dicen que el catecismo según y habría que revisar ciertas cosas que hoy no se entienden. Uno se haría preguntas. Por ejemplo, si la resurrección de Cristo es real o experiencia interna, si Cristo es Dios, si en la eucaristía se produce excatamente la transustanciación o es un apenas un símbolo. No pudes sentirte en comunión si no aceptamos la misma moralidad o la convertimos en un pues yo creo.

Complicada la comunión con aquellos que celebran de forma alternativa, con rosquillas, ornamentos iuxta modum, creatividad a tope y burla de lo que consideran algo obsoleto por más que sea la liturgia de tantos siglos.

Tampoco es sencillo sentirte en comunión con tantos que se entienden con el papa según quien sea, que todos nos conocemos.

Es muy sencillito. Aquí da igual ser conservadores, progresistas, más o menos liberales, mayores o jóvenes, expertos en reuniones curiales y diocesanas o gente del rural común. La comunión es muy sencilla:

Se trata de estas tres cosas:

- Aceptar el catecismo ÍNTEGRO y aplicarlo en enseñanza, predicación y confesionario.

- Celebrar los sacramentos EXACTAMENTE según los libros aprobados por la Iglesia.

- Estar unidos REALMENTE al papa y al obispo y aceptar en todo la disciplina eclesiástica.

Vivir la comunión en la Iglesia es ESTO, y no otra cosa.

El problema es que para que todos se sientan cómodos en esa comunión que nos inventamos, vamos quitando cosas hasta quedarnos en unos mínimos tan mínimos que directamente tienden a la nada. Ya saben: lo importante es encontrarnos, darnos abrazos y rezar tomados de la manita en un pseudo místico corro de la patata.

Eso no es trabajar por la comunión. Es ir de cañas. O quedar para tomar agua del Carmen.

«Tú también puedes ser santo»: Día de la Iglesia Diocesana

(C.E.E.) Con el lema “Tú también puedes ser santo” la campaña invita a conectar la santidad con el hoy de nuestras vidas.

Se celebra el 9 de noviembre, día que estableció el papa Francisco a partir de 2025 para conmemorar a los santos, beatos, venerables y siervos de Dios en las Iglesias particulares.

“En todos los amigos y amigas de Dios encontrarás cada día la inspiración que necesitas para llevar una vida de santidad”.

«Tú también puedes ser santo» es el lema de la campaña del Día de la Iglesia Diocesana que la Iglesia celebra este año el domingo 9 de noviembre. El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia invita a conectar la santidad con el día a día de nuestras vidas. Precisamente, el 9 de noviembre, día de la dedicación de la Basílica de Letrán, es la jornada establecida por el papa Francisco para conmemorar a partir de 2025 a los santos, beatos, venerables y siervos de Dios en las Iglesias particulares.

Presentación de la campaña del Día de la Iglesia diocesana 2025

La presentación de la campaña, el viernes 24 de octubre en la sede de la Conferencia Episcopal Española, está a cargo de Mons. Vicente Rebollo, obispo responsable del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia; José María Albalad, director de este secretariado; y Lourdes Grosso directora de la oficina para las Causas de los Santos.

Todos los materiales preparados para esta ocasión están disponibles en la página web de la campaña: https://www.portantos.es/. En ella, el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia presenta las huellas que dejaron los santos, beatos o venerables, sus rostros, para que su historia sea un ejemplo de fe en la vida cotidiana de cada uno de nosotros, además del impacto que supone en cada diócesis y las actividades que se generan a su alrededor. “En ellos encontrarás cada día la inspiración que necesitas para llevar una vida de santidad”, apuntan. Todo esto está también en sintonía con la campaña del Día de la Iglesia Diocesana del año pasado en torno a las vocaciones, que llevaba por lema “¿Y si lo que buscas está en el interior?”.

Las huellas, los rostros y el impacto, en la web de portantos.es

Concretamente, en el apartado titulado “Huellas” presentan un mapa interactivo con las diócesis españolas, en el que se ofrece los lugares donde vivieron los santos, su casa natal, museos específicos o donde se conservan sus restos, que son meta de peregrinación y oración. “Ahí nos damos cuenta que fueron mujeres y hombres de carne y hueso”, indican.

Asimismo, en otra de las pestañas muestran los “Rostros” de algunos santos, beatos o venerables españoles como santa Teresa de Jesús, san Francisco Javier, san Pedro Poveda, la beata Victoria Díez o el venerable Faustino Pérez Manglano, donde se puede conocer la biografía y una oración de cada uno de ellos.

Además, se puede ver el impacto que la actividad de la Iglesia tiene en las diócesis. Detrás de muchas realidades con las que convivimos, nos encontramos que muchos pueblos y ciudades tuvieron su origen en hombres y mujeres de fe. También se observa que llevan su nombre plazas, calles o templos, además de diferentes curiosidades en torno a estos hombres y mujeres.

Revistas “Nuestra Iglesia”, memoria de la labor de la Iglesia en cada diócesis

Desde el secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia subrayan que no solo es una herencia del pasado sino que el impacto es actual: “Cuando se viven las circunstancias cotidianas a la luz del Evangelio, tratando de responder a la llamada a la santidad, se genera un impacto directo a nuestro alrededor”.

En esta sección ofrecen con un buscador las revistas “Nuestra Iglesia”, editadas con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, personalizadas por diócesis y en los diferentes idiomas, como memoria particular de las mismas, con los principales ingresos y gastos. En estas publicaciones se muestra el alcance de la labor que realiza la Iglesia, una visión general de todo lo que supone el anuncio, la celebración y la vivencia de la fe en cada una de las diócesis de España.

viernes, 7 de noviembre de 2025

Mons. Martínez Camino: «El hecho más importante de la historia de la Iglesia en el siglo XX es el martirio»

(Iglesia de Asturias) El Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino (Marcenado, Siero), ha estado estos días en Asturias para presentar su libro «Los 39 mártires de 1934, con los santos de Turón a la cabeza», una obra en la que se describe, por vez primera, el panorama completo del martirio en España en el año 34. El acto fue organizado por la Librería Diocesana de Oviedo y de Gijón y tuvo lugar en el Club de Prensa de La Nueva España, el miércoles, 5 de noviembre. El Arzobispo de Oviedo, autor del prólogo, presidió el encuentro, que contó con numeroso público.

Así respondió a la entrevista para los medios de comunicación de la diócesis:

Este libro pone sobre papel por primera vez ese compendio de mártires del año 34, laicos y religiosos que fueron asesinados por odio a la fe. Qué curioso que hasta el momento no haya habido una recopilación como tal.

En esta historia tan interesante queda mucho por hacer, es una cantera que apenas está explorada. Así lo digo. Aunque, gracias a Dios, de los mártires del siglo XX en España, de los cuales estos 39 son los primeros, ya han sido beatificados 2.200 y están en proceso unos 3.000 y pico. Claro, fueron más de 10.000. En este librín aparecen los santos de Turón: San Cirilo Beltrán y los ocho Hermanos de la Salle, de la Escuelina de Covadonga de Turón. Estos ya son santos. Solo hay otro santo mártir que no es hermano de la Salle, que es San Pedro Poveda, pero que estuvo en Covadonga y por lo tanto también tiene que ver con Asturias. Este es un libro de divulgación para todos los públicos, para dar a conocer esta gran epopeya del martirio del siglo XX en España y en todo el mundo. Y es un libro de divulgación, por lo tanto es una recopilación para ver el conjunto y eso pues a nadie se le había ocurrido hasta ahora, que yo sepa, y si hay alguno que lo sepa que me lo diga por favor.

Asturias en este caso, se «lleva la palma», nunca mejor dicho, en la persecución religiosa en el año 34. En su libro explica los motivos del «éxito» de la revolución en esta tierra más que en otros lugares.

Un éxito trágico. Fue una revolución, la del 34, que se llamó «de Asturias» porque aquí fue donde esta tragedia tuvo más duración y muchos más muertos. 1500 muertos. Pero era un levantamiento contra la República planeado para toda España desde Madrid. Y en Madrid hubo 40 muertos y en Barcelona 80. Y hubo por lo menos 39 mártires. Digo por lo menos porque es lo seguro, pero puede haber más. No muchos más, pero puede haber algunos más. Católicos, muertos por ser católicos, asesinados por ser católicos.

Y de ellos, la mayoría también son de Asturias, con estos santos de Turón a la cabeza; con los beatos Seminaristas Mártires; con los Padres Paúles del Seminario de Oviedo; con el prior de los Carmelitas de Oviedo, el Beato Eufrasio de Niño Jesús; con el Vicario General de Oviedo, que está en proceso de beatificación, Juan Bautista Puertes se llamaba; pero también hay otros de fuera. En Asturias fueron 35 y hay cuatro también martirizados de fuera de Asturias. Concretamente, uno que ya es Beato, el Beato Bernardo, hermano marista de Barruelo, en la provincia de Palencia. Luego el párroco de Navás, en la provincia de Barcelona, diócesis de Solsona, Josep Morta, y también otro sacerdote de Palencia. Y luego un seglar, que está en proceso de beatificación, que se llama Marcelino Oreja Elósegui, asesinado en Mondragón. Era una revolución para toda España y en Asturias duró un poco más, con muchos muertos y mucho dolor.

A diferencia de los mártires asesinados en el 36, que eran conocedores ya de esta persecución porque había empezado antes, ¿los religiosos en el 34 pensaban que eso no podía sucederles a ellos? ¿Tiene esa sensación, después de conocer sus biografías?

No. Ellos estaban esperándolo. Los Seminaristas Mártires de Oviedo y los Hermanos de Turón, Cirilo Bertrán y compañeros, por ejemplo. Cirilo Bertrán tenía 47 años y llevaba solo un curso, un año en Turón. Los demás entre todos no llegaban a 24 años de media, eran todos jóvenes y llevaban menos de un año en Turón y dos de ellos cuatro o cinco meses porque dos de los que vinieron al principio del curso 33-34 no aguantaron y tuvieron que cambiarlos porque venían con muchísima presión. La presión anticatólica en los años 33-34 era muy fuerte.

¿Y por qué llevaban tan poco tiempo en Turón? Porque una ley del año 33 prohibió a todos los religiosos la enseñanza. ¿Y qué hicieron los Hermanos de la Salle? Pues sacaron un resquicio legal para poder seguir con su tarea y montaron una operación que llamaron «Operación Balmes», que consistió en vestirse todos de seglares, dejar el hábito y el baberín que llevaban los Hermanos de la Salle, que llevan, y cambiarlos a todos de sitio, de colegio o escuela. Entonces, en el curso del 33, llegaron aquí nuevos y venían contando con ello, con el martirio. ¿Creían que podrían sufrirlo al 100%? no, pero había mucha presión y persecución legal a los religiosos en España, ya desde el año 31. Lo podemos ver en el testimonio de uno de los religiosos de Turón, San Benito de Jesús, que es el primer santo de la Argentina. En realidad sus padres eran de Burgos pero él había nacido en Argentina y sus padres habían vuelto a España, aunque el padre había vuelto a probar fortuna de nuevo en México, justo cuando estaba la revolución y la resistencia católica con los cristeros, donde asesinaron a unos 500 sacerdotes. San Benito de Jesús, que así se llamaba –su nombre de pila era Héctor Valdivielso–, se escribía con su padre y le decía ya en el año 26, cuando él tenía 16 años y estaba en el Seminario de los de la Salle, y le decía así: «usted está en un país de persecución, yo estaría contento, si pudiera estar como usted en medio de una persecución donde poder obtener el martirio e ir al cielo». Y en el año 27, cuando fueron beatificados los hermanos de La Salle que fueron asesinados en la revolución francesa, le escribía también así a su padre: «¿Qué importa la muerte? Al contrario, es una gracia de Dios que da a sus escogidos. Si amáramos a nuestro Señor, nos gustaría el día en que podamos dar la vida por Él».
Es decir, no es que estuvieran tan solo prevenidos, sino tenían «deseo» de martirio, había una mística del martirio.

Sin embargo, en alguna carta también precisamente de alguno de los Hermanos de Turón, se comentaba que ellos se sentían queridos por el pueblo. Y pensaban que eso les podría proteger.

Sí, sí, sí. Los hermanos de la Salle llevaban en Turón desde 1919 porque la empresa Huyera había creado allí una escuela gratuita para los hijos de los empleados suyos que eran casi todos los del pueblo. Habían educado a más de 1500 chavales del valle en todos esos años y los jóvenes y los padres estaban encantados. Decía uno después de la revolución que hasta entonces, hasta que se tensó tanto la situación por las leyes sectarias y por las ideologías del odio que entonces imperaban, hasta entonces las fiestas del colegio eran las fiestas del pueblo. Era un pueblín pequeño, Turón, mucho más que ahora y en el colegio hacían fiestas y allí iba todo el pueblo. Pero ya en el 33 tuvieron problemas, como una denuncia del Alcalde Turón de entonces.

Es autor de numerosos libros, y concretamente tiene varios sobre el tema del martirio y de la persecución religiosa en España. ¿Cree que es importante que los cristianos, los católicos aquí en España, concretamente, conozcamos a fondo este suceso tan triste del siglo pasado?

Tan triste y tan glorioso. Porque si me preguntan qué es lo más importante de la Historia de la Iglesia del siglo XX, no sólo en España, diría que el martirio.

Sólo en el campo de concentración de Dachau, el primer campo de concentración que hizo Hitler para sus adversarios políticos y para los enemigos de su ideología racista y anticatólica, estuvieron 2.900 curas católicos internados, de los cuales murieron 1800 y pico, la mayoría polacos, pero también franceses y holandeses. Hay uno que ya es santo, San Tito Brandsma, que era un carmelita holandés, rector de la Universidad Católica de Lobaina.

En este sentido, en cuanto a los perseguidores de los cristianos, las ideologías fueron de distintos ámbitos, pero todas ellas dominadas por una falsa idea del progreso. Ese «paraíso en la tierra» que ellos prometían ilusamente y con promesas con las que encandilaron a tanta gente. Estas falsas promesas no se cumplieron, porque el que promete el paraíso en la tierra, como aquellos ideólogos, y olvida el cielo de Dios, pues lo más probable es que haga un infierno en la tierra. Como sucedió en siglo XX, que es el siglo más violento de la historia.

Este hecho martirial no solo es de España, sino de toda Europa y de todo el mundo en el siglo XX a causa, vamos a decir así, de los devotos del «ídolo progreso». Cuidado, no estamos hablando del buen progreso, contra el que no hay nada. Que podamos hablar por la radio tan campantes o que yo haya podido venir de Madrid en tres horas y media, eso es un progreso magnífico. Pero cuando esto se convierte en una obsesión absurda de pensar que vamos a hacer el cielo en la tierra y esto ocupa las mentes de la gente, pues entonces esto no presagia nada bueno, como sucedió.

Por tanto y repito, si se me pregunta cuál es el hecho más importante de la historia de la Iglesia en el siglo XX, yo diría que el martirio. El martirio de los católicos, pero también de los protestantes: en Dachau fue asesinado, Dietrich Bonhoeffer, un pastor protestante y teólogo importante. De los ortodoxos en la Rusia soviética fueron asesinados 250 obispos ortodoxos rusos y en torno a 200.000 clérigos, monjas, monjes de los muchos y grandes monasterios que había en Rusia de los cuales después de la revolución no quedó ninguno abierto. Por lo que allí fue mucho más grave que en España la persecución. Y en Albania mucho más grave también. Entonces el hecho del martirio de los cristianos de todas las confesiones es el hecho más grande y más glorioso porque fueron fieles, fueron fieles a su amor a Jesucristo y a su vocación y no se dejaron obnubilar, fueron fuertes para resistir a las falsas promesas de los ídolos como los cristianos de la época de Roma fueron fuertes para no claudicar entre los ídolos de Roma, ídolos que según la terminología filosófica antigua son dioses políticos hechos por los intereses mundanos y el gran ídolo político del siglo XX se llama progreso. Y por eso es glorioso, porque hubo tres millones por lo menos de cristianos que prefirieron dar su vida a claudicar ante las mentiras del ídolo moderno.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano Rvdo. Sr. D. Héctor José García Montoto 

Nacido en Bierces - La Riera (Colunga) el 18 de enero de 1937

Ingresó en el Seminario Metropolitano de Oviedo donde inició sus estudios. Se trasladó a Brasil con la ayuda del sacerdote diocesano de Oviedo D. Justo Ordoñez García (+). Concluyó los estudios de teología en el Seminario Diocesano de Goiás. 

Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de julio de 1968 por manos del entonces obispo de Goiás (Brasil), Monseñor Abel Ribeiro Camelo.

Durante diecisiete años, entre 1968 a 1985 ejerció el ministerio sacerdotal en la Diócesis de Goiás. Se incorpora al servicio pastoral de la Archidiócesis de Oviedo en 1985.

Destinos pastorales:

Vicario Parroquial de San José de Pumarín - Oviedo (1985 - 1998)

Capellán del Hospital Monte Naranco de Oviedo (1998 - 2003)

Adscrito a San Isidoro el Real de Oviedo (2003 - 2023)

En 2023 pasó a la situación de jubilado fijando su domicilio en la Casa Sacerdotal de Oviedo. 

Sacerdote piadoso, fiel orante de la liturgia de las horas y siempre vinculado a la pastoral parroquial. Gastó sus fuerzas con generosidad en la atención espiritual de los fieles. En estos dos últimos años su salud se fue deteriorando progresivamente. Falleció en la mañana de este día 6 de noviembre de 2025 en el Hospital Universitario Central de Asturias. Tenía 88 años de edad, y 57 de ministerio sacerdotal. 

D.E.P. 

El funeral por su eterno descanso tendrá lugar mañana viernes día 7 de noviembre, a las diez de la mañana en la capilla de la Casa Sacerdotal. Será presidido por el Sr. Arzobispo de Oviedo. La capilla ardiente ha quedado instalada en la Capilla de Altares de la Casa Sacerdotal de Oviedo. 

 ''Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida'' (Sal 26)

Comunicado del Arzobispado de Toledo en relación al sacerdote D. Francisco J. Delgado Martín

Archidiócesis de Toledo

1) En el mes de enero de 2024, el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, sacerdote diocesano de Toledo, fue denunciado ante la Santa Sede por el Sr. Escardó Steck por un presunto delito de calumnia y difamación contra el derecho a la buena fama (c. 220 CIC), por unas intervenciones en redes sociales. También por el presunto delito de impedir el ejercicio de la potestad de la autoridad eclesiástica de la “Misión Especial al Sodalicio de Vida Cristiana”, en relación con dichas intervenciones. Se añadió además otra denuncia por el presunto delito de provocar la aversión o el odio a la Sede Apostólica a través del programa La Sacristía de la Vendée, difundido a través de la plataforma YouTube.

2) Este Arzobispado de Toledo, después de realizar la investigación previa conforme a derecho, abrió el proceso penal judicial, el día 6 de septiembre de 2024, contra el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, siguiendo las normas procesales que contempla la Ley de la Iglesia.

3) El día 28 de julio de 2025, el tribunal colegiado nombrado para conocer este proceso penal dictó sentencia y, examinadas las acusaciones formuladas contra el acusado, determinó que las imputaciones eran infundadas y carentes de valor probatorio. En su parte dispositiva, la sentencia afirma que no consta ninguno de los delitos por los que se acusaba al Rvdo. D. Francisco José Delgado y, en consecuencia, se le declara inocente. Después de cumplido el período de apelación conforme a Derecho, el 18 de septiembre se decretó la sentencia firme.

4) Lamentamos que el comunicado emitido por la Archidiócesis, el 28 de febrero de 2024, haya podido generar interpretaciones erróneas que dañaron el buen nombre y la fama de D. Francisco José Delgado Martín. Asimismo, lamentamos que la imposición de medidas disciplinares como la prohibición de usar medios de comunicación o redes sociales, haya sido interpretada como una condena impuesta por el Arzobispado o la Santa Sede, algo que es rotundamente falso.

5) Valoramos la buena actitud de D. Francisco José Delgado Martín que, desde que se impusieron las medidas mencionadas, siempre ha mostrado obediencia y respeto escrupuloso al proceso canónico y a sus superiores, permaneciendo en plena comunión eclesial a lo largo de todo el proceso.

6) En consecuencia: dictada sentencia y siendo firme, con el fin de asegurar la verdad de los hechos y reafirmar el compromiso con la justicia, con el afectado y con la comunidad cristiana, consideramos que queda restablecida la buena fama y reputación del Rvdo. D. Francisco José Delgado Martín como presbítero de esta Iglesia particular de Toledo.

En Toledo, a 5 de noviembre de 2025


EL PROGRAMA EMPEZARÁ A LAS 21'00 HORAS

El genocidio que la izquierda atea no logra silenciar: los 10.000 mártires del siglo XX en España

(El Debate/ Álex Navajas) La historiografía de izquierdas y anticlerical siempre ha ignorado a los mártires de la persecución religiosa de los años 30 del siglo XX en España; cuando no ha podido ocultarlos más, ha achacado los asesinatos a «elementos incontrolados» y a «hechos aislados e inconexos», y hay incluso quienes han tratado de justificarlos amparándose en que «la Iglesia siempre estaba al lado de los ricos».

Sin embargo, el propio Julián Besteiro, uno de los grandes líderes del PSOE del primer tercio del siglo XX –y de los poquísimos que mostró una cierta honestidad intelectual y moral–, escandalizado por las mentiras y falacias de sus compañeros de partido, llegó a deplorar «ese Himalaya de falsedades que la prensa bolchevizada ha depositado en las almas ingenuas». El anarquista ruso Serguei Necháyev fue aún más epigramático al formular su particular credo: «Contra los cuerpos, la violencia; contra las almas, la mentira y la calumnia, y contra los muertos, el silencio».

Pero 10.000 mártires son muchos mártires como para obviarlos tan fácilmente. No en vano, algunos historiadores han definido la persecución religiosa de los años 30 del siglo XX en España como «la mayor desde la época del emperador Diocleciano». Cada 6 noviembre la Iglesia celebra, con rango de memoria obligatoria, a los 2.053 mártires (12 santos y 2.041 beatos) de la persecución religiosa del siglo XX en nuestro país que están ya en los altares.

Junto a ellos, en los despachos vaticanos aguardan los expedientes de alrededor de dos mil mártires más cuyos casos están siendo estudiados, y alrededor de 6.000 más se encuentran en la fase diocesana de investigación o sus casos aún no han sido abiertos.

Asesinados por la fe

La Iglesia siempre ha puesto un especial énfasis en recordar que todos fueron asesinados in odium fidei, por odio a la fe. No militaban en un partido, ni murieron defendiendo unos ideales políticos, ni pertenecían a ningún bando, aunque fue sólo uno de ellos –el del Frente Popular– el que acabó con todas sus vidas. Muchísimos eran sacerdotes –incluidos trece obispos–, religiosos o monjas, aunque también hubo miles de laicos que murieron única y exclusivamente por sus creencias religiosas. Hubo un rasgo común a todos ellos, imprescindible para ser declarado mártir de la Iglesia católica: murieron perdonando a sus verdugos.

Pese a su ejemplo de reconciliación, magnanimidad y fe, muchas diócesis de la Iglesia parecen pasar de puntillas sobre esta festividad, tal vez por el temor a ser asimiladas con el bando franquista. Algo similar ocurre con las congregaciones religiosas: aunque algunas de ellas veneran y honran a sus mártires como testigos del Evangelio, son muchas las que se ponen de perfil y renuncian a reconocerles por miedo a «herir sensibilidades».

En la propia página web de la Conferencia Episcopal Española no hay una sola mención al respecto, y parece ponerse más énfasis en la colecta del próximo domingo con motivo del Día de la Iglesia Diocesana que en la festividad de los mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España que se conmemora hoy en todos los templos del país.
El silencio institucional

A la Conferencia Española de Religiosos (Confer) tampoco parece suscitarle demasiado interés la efeméride, pese a representar a más de 400 congregaciones religiosas y a cerca de 31.500 consagrados. Las últimas noticias de su web, publicadas esta misma semana, abordan «el fin de los combustibles fósiles», el «pago de la deuda ecológica» y que «más de 5.800 personas se beneficiarán del fondo de inversión ‘Santander Compromiso Solidario FI’».

Una rápida búsqueda por las webs diocesanas arroja unos resultados más bien magros: solo Málaga, Oviedo, Guadix-Baza, Toledo, Plasencia y unas pocas más se hacen eco de los mártires. El silencio es aún más atronador en el caso de las páginas de las principales congregaciones religiosas, que enfocan sus contenidos hacia el drama de los inmigrantes, el cuidado de la Casa Común o el compromiso solidario. Los mártires, sin embargo, no aparecen por ninguna parte. La máxima de Serguei Necháyev de guardar silencio sobre los muertos parece cumplirse en algunos sectores de la Iglesia española.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Y ahora, qué hacemos con san Pedro Poveda. Por Jorge López Teulón

(Víctor in vinculis) En 1926 y en 1932 hizo voto de sangre por el voto de María Corredentora

Yo no digo nada. Solo digo que pasado mañana celebramos a los 2.130 mártires de la persecución religiosa en España (1934-1939) y que ya han sido elevados a la gloria de los altares presididos, en el título de la fiesta litúrgica, por san Pedro Poveda Castroverde. De él llevamos escritos decenas de artículos desde que comencé con este blog el 19 de octubre de 2010: San Pedro Poveda, sacerdote y mártir (1), (2) y (3). San Pedro Poveda y la masonería. San Pedro Poveda: el mártir (1), (2) y (3). O, finalmente, para no alagar esta introducción: El voto de martirio de san Pedro Poveda o San Pedro Poveda y el Santo Rostro de Jaén.

Y en uno de ellos, en 2016, recordábamos que el único sacerdote diocesano canonizado por la causa martirial de 1936 hizo voto de martirio en 1926 y en 1932 por la proclamación de los dogmas marianos de la Asunción y de María Corredentora.

San Pedro Poveda Castroverde (1874-1936) preside el grupo de 2.130 mártires de la persecución religiosa española.

San Pedro Poveda: la gracia de ser mártir

Las siguientes citas están sacadas de POVEDA, P. Obras I. Creí, por esto hablé, Edición Crítica y Estudio (Madrid, 2005).

Pág. 408, texto [103]: La Virgen María y las Bodas de Caná.

“Acostumbrémonos a orar con fe y confianza y a acudir a María, porque lo que el Verbo toma una vez no lo deja más y a María la eligió Él por Madre desde la eternidad”.

Pág. 479, texto [134]: Caro Christi, Caro Mariae.

“Invoquémosla con la confianza con que se acude a la Madre, como hacen los hijos que no se atreven a recurrir al padre, ya que les parece que las entrañas de la madre son más tiernas. Jesús no se ofende porque acudamos siempre a su Madre, lo agradece, como agradecen el amor a su madre todos los hijos y Él es el mejor Hijo”.

Pág. 884, texto [325]: La Virgen María en la obra.

“La maternidad espiritual en medio del mundo necesita un ejemplo de dolor, de caridad, de firmeza, de valentía que sólo la Madre de Jesucristo puede ofrecerlo”.

Pág. 1085, texto, [406]: Stabat Mater.

“Todo debemos pedirlo por medio de María. La mediación universal podemos decir que es un dogma latente en el pueblo cristiano desde los primeros tiempos”.

Pág. 1119, texto [417]: Da sangre y recibirás espíritu.

“Y si pasamos a la consideración de la Santísima Virgen ¿Cuándo da sangre? cuando el Verbo Divino se encarna en su seno ¿Y qué recibe? Al mismo Dios. Y con Él, ¡qué efusión de gracias y de comunicaciones! Solo Dios lo sabe. En otras ocasiones derrama también sangre la Santísima Virgen como al pie del Calvario, convertida en lágrimas. ¿Y qué recibe? La maternidad de todos los hombres, el ser medidora universal de todas las gracias; las recibe en tal abundancia que las derrama a manos llenas sobre los mortales”.

Pág. 704, nota a pie de texto [217]:

La Virgen María Raíz de todos los bienes: [...] En la etapa de 1924-1930, la propagación de la devoción a la Virgen, las costumbres marianas, las múltiples cartas de consagración de centros y actividades a María, la denominación de "Santa María" dada al Centro de formación, el juramento mariano de Poveda y de los miembros de la obra, así como su conocida súplica: "pido la gracia de ser mártir por estos dogmas” [los de la Asunción y la Mediación Universal, 1926] son algunos de los testimonios de su marianismo...

Mª Dolores Gómez Molleda en Pedro Poveda, Hombre de Dios (Madrid, 2003), recoge en la página 103:

“No extraña nada que el 2 de febrero de 1926, Pedro Poveda se obligase con juramento a defender, aun a costa de su vida, la Asunción de María y su Mediación Universal”. Cita en nota al pie a Josefa Segovia, en su libro Spes Nostra, Madrid, 1963, pág. 103.

Cita definitiva:

En Spes Nostra obra escrita por María Josefa Segovia Morón (Madrid, 1953) podemos leer en la página 69:

“Entre los pocos y ennegrecidos papeles del archivo teresiano, que pudieron escapar de la destrucción, en los días amargos de nuestra pasada guerra, hay una estampa de extraordinario valor que providencialmente ha venido a nuestras manos. Es una estampa de la Santísima Virgen, escrita por nuestro Padre y Fundador en el año 1926, y en la que se lee: El día 2 de febrero de 1926, después de hechos los votos de defender con mi vida los misterios de la Asunción en cuerpo y alma, y de la Mediación universal, pido a la Santísima Virgen la gracia de ser mártir por estos dogmas.- Pedro Poveda”.

Estampa impresa utilizada en España y firmado por san Pedro Poveda con su voto, que se 
renovaba cada año y que empleaba el término "co-redentora"

Diez años después de su primer juramento, Nuestra Señora aceptó el voto de san Pedro Poveda y murió como mártir al comienzo de la persecución religiosa (28 de julio de 1936). Catorce años después de su martirio, en 1950, se proclamó el dogma de la Asunción.

No hace muchos años alguien escribía hablando de ello: "El segundo, como todos sabemos, aún no ha sido proclamado. Quizás Nuestra Señora necesite que alguien más se ofrezca como mártir por su proclamación".

Hoy Doctrina de la Fe con palabras graves ha dictado otra cosa. Me parece excelente el artículo, y su final, de Jesús María Silva:

"La prudencia del Magisterio merece respeto y obediencia. Pero la historia de la Iglesia muestra que muchas verdades comenzaron siendo cautelas antes de ser proclamadas con alegría. La fe del pueblo, que llama a María “Corredentora”, “Mediadora” y “Abogada”, no pretende alterar el primado de Cristo, sino confesar, con la misma lógica del amor, que el Redentor no quiso salvarnos sin su Madre.

Quizá haya llegado el tiempo de reconocer que, si el término “Corredentora” se entiende como lo que realmente significa: cooperación subordinada y maternal, no solo puede decirse, sino que debe decirse. Porque en esa palabra -corredentora- vibra la verdad de toda la historia de la salvación: Dios salva al hombre con el hombre, y quiso hacerlo comenzando por una mujer.