(Lne/ Juan A. Ardura) La elección del cardenal norteamericano Robert Francis Prevost, sacerdote agustino, como Papa fue celebrada muy especialmente en las Agustinas Recoletas de Oviedo, una comunidad formada por nueve religiosas de nacionalidad española, mexicana, keniata y guatemalteca. “Para nosotras es una gran alegría y júbilo. Nosotras somos agustinas recoletas, pero tenemos el mismo carisma y el mismo padre”, expresó la madre Guadalupe, superiora del Monasterio de la Encarnación, situado en la avenida de los Monumentos, en las primeras rampas de la carretera del Naranco.
“El papa León XIV es un hijo de San Agustín, es un pastor que conoce el camino interior y la verdad y tiene una vivencia de comunión, de interioridad y de servicio al pueblo”, comentó la Madre Superiora de las Agustinas Recoletas de Oviedo, que destacó la actividad misionera desarrollada por el que será el primer Papa norteamericano. “Ha bebido del manantial agustino”, destaca la madre Guadalupe, quien explicó la diferencia de la rama femenina de la recolección agustiniana. “En el siglo XVIII hubo una renovación de las familias religiosas y en la Orden de San Agustín nacieron las Agustinas recoletas”.
En la actualidad el monasterio ovetense de las Agustinas Recoletas de Oviedo está integrado por nueve religiosas, que se dedican a la elaboración de las formas religiosas que luego se reparten a toda las parroquias e iglesias de Asturias y, además, también hacen pastas que son muy apreciadas.
La comunidad ovetense de las Agustinas Recoletas celebró en la tarde de este jueves la designación del cardenal Prevost, que “es el primer Papa agustino y el segundo pontífice americano”. La elección de su nombre, León XIV, no les parece casual: el antecesor del mismo nombre, León XIII, fue un Papa que destacó por intensificar y estrechar los lazos entre Roma y la iglesia norteamericana. Del nuevo sucesor de Pedro, la Madre Superiora del monasterio ubicado en las primeras rampas de la carretera al Naranco, subrayó “su labor misionera en Perú”. De hecho, Prevost fue enviado a la misión agustiniana de Chulucanas entre 1985 y 1986 y en 1988 se incorporó a la misión de Trujillo, también en Perú, como director del proyecto de formación común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Más adelante, también se le confío la atención pastoral de la parroquia de Santa Rita, en la periferia pobre de Trujillo entre 1988 y 1999. Tras una etapa en Chicago, el papa Francisco le nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo en noviembre ed 2014 y luego obispo titular, en septiembre de 2015.
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