viernes, 20 de junio de 2025

El Papa aprueba la beatificación de los 124 mártires de Jaén, la primera de su pontificado

(DiócesisdeJaén.es) Con gran alegría, la Iglesia de Jaén, ha recibido esta mañana, la noticia de la aprobación por el Papa León XIV, de la beatificación de los 124 mártires que dieron su vida a causa de la fe durante la persecución religiosa entre los años 1936-1939.

El Dicasterio para la Causa de los Santos, ha dado a conocer este decreto de martirio, el primero aprobado por el Papa León XIV, con el que la Santa Sede autoriza la beatificación de estos 109 sacerdotes, una religiosa y 14 laicos que dieron su vida por amor a Cristo. La celebración de la Beatificación se realizará en Jaén de acuerdo con el calendario que proponga el Vaticano.

A las 12 de la mañana el Boletín de la Santa Sede anunciaba la promulgación de los Decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos firmados por el Santo Padre, entre los que se encontraban: el martirio de los Siervos de Dios Manuel Izquierdo Izquierdo, sacerdote diocesano, y 58 compañeros de la diócesis de Jaén (España), asesinados entre 1936 y 1938, por odio a la fe, en diferentes lugares de España, en el contexto de la misma persecución. Y el martirio de los Siervos de Dios Antonio Montañés Chiquero, sacerdote diocesano, y 64 compañeros de la diócesis de Jaén (España), asesinados entre 1936 y 1937, por odio a la fe, en diferentes lugares de España, en el contexto de la misma persecución.

Doble Causa de martirio


Aunque el proceso de beatificación impulsado por la Diócesis de Jaén contemplaba a los 124 presuntos mártires en una misma causa, ha sido la Santa Sede quien, a través del Dicasterio para las Causas de los Santos, el 13 de noviembre de 2020 decide dividir la causa original en dos, dada la extensión (124) y complejidad de la misma.

La de Manuel Izquierdo Izquierdo y 58 compañeros y la de Antonio Montañés Quiquero y 64 compañeros, encabezando ambas causas los dos sacerdotes de mayor edad.

Perfiles

Entre los 124 mártires que serán beatificados, sacerdotes, religiosa y laicos, hay perfiles diversos con grandes testimonios de fe detrás de cada historia. Entre ellos, “el Kolbe español”, un sacerdote que dio su vida por el de un padre de familia; un médico dedicado al cuidado de los más vulnerables de su tiempo y una viuda que levantó una residencia para personas sin hogar.

Francisco de Paula Padilla Gutiérrez- sacerdote (Marmolejo 1892- Mancha Real 1937)

Al ser designado para la muerte otro compañero de prisión, padre de familia con seis hijos, llamado José, el Siervo de Dios Francisco de Paula Padilla Gutiérrez suplicó sustituirlo, yendo él a la muerte en lugar del otro prisionero.

Pedro Sandoica y Granados- laico (Linares 1876- Mengíbar 1936)

Médico que desarrolló su trabajo profesional en Villargordo no sólo tiene una actividad médica de servicio a los más pobres; también se implica en otras actividades para procurar la justicia social con los obreros. Se compromete en tareas apostólicas y de piedad: renueva la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Apostolado de la Oración, fomentando la devoción al Santísimo Sacramento y al Sagrado Corazón de Jesús. Casado y sin descendencia, en la localidad de Villargordo se da frecuentemente el nombre de “Pedro María” como prueba de los varios niños pobres que el matrimonio apadrinaba desde su nacimiento, ayudándoles a lo largo de su vida en sus estudios o hasta conseguir una formación necesaria. En la lista de detenidos “en la ermita del Cristo de la Salud” se incluye a Pedro Sandoica Granados (del día 24 de septiembre al 25 de septiembre de 1936) por orden del Frente Popular. Asesinado el 25 de septiembre de 1936.

Obdulia Puchol Merino- seglar (Martos 1900- Monte Lope Álvarez 1936)

Desde que quedó viuda se dedica a hacer obras de caridad apostolado y de piedad. Hija de padres muy cristianos, la parroquia encontró en ella su mejor colaboradora. Su obra más importante de caridad consistió en la creación de una residencia para los transeúntes pobres, en la cual les facilitaba alimentos, dormitorio y servicios sanitarios si es que los precisaban. Para esta hermosa institución contó con la ayuda sin par de las Conferencias de San Vicente de Paul, precisamente fundadas en la parroquia y presididas por su padre, don Antonio Puchol, que a su vez era médico forense de la localidad. El día que recibió la palma del martirio vestía el hábito de San Francisco, pues también era Terciaria Franciscana Seglar.

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