viernes, 13 de junio de 2025

Decálogo de monseñor Argüello para preparar la consagración del mundo al Corazón de Jesús en 2033

(Rel.) Este domingo se clausuró el congreso internacional sobre el Corazón de Jesús Cor Iesu Spes Mundi, que se celebró durante el fin de semana en Valladolid con motivo del 350º aniversario de las apariciones a Santa María Margarita Alacoque y en preparación del 300º aniversario de las del beato Bernardo de Hoyos, que tendrá lugar en 2033.

La ponencia final correspondió al arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, quien propuso un Programa 2033 basado en concretar en acciones esta devoción teniendo "los mismos sentimientos del Corazón de Cristo".

La responsabilidad de la Gran Promesa

Antes de esa intervención, el director del congreso, José María Alsina Casanova, presidente del Instituto del Corazón de Cristo, agradeció al prelado su entrega y colaboración para la organización y buen resultado del evento desde que contactaron con él para ello.

Monseñor Argüello les comentó en aquel momento que desde que fue nombrado arzobispo de la diócesis en 2022 (ya era obispo auxiliar de su predecesor, el cardenal Ricardo Blázquez, desde 2016) sintió "la responsabilidad de subrayar la importancia y la misión" de la diócesis en promover el culto al Sagrado Corazón, "desde el legado recibido a través del beato Bernardo de Hoyos" y su Gran Promesa.

Por eso, una de sus primeras providencias fue pedir al Papa Francisco para 2023 el año jubilar del Sagrado Corazón por el centenario de la colocación de la imagen en la catedral.

¡Gracias, Francisco, por "Dilexit Nos"!

Tras estas palabras de gratitud tomó la palabra el presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien planteó una propuesta que denominó Esta es la hora del amor. Programa 2033.

Y cifró ese programa en un decálogo para contrarrestar una realidad: "El mundo se resiste al Evangelio, junto con la carne, por culpa del maldito demonio", causando al corazón unas heridas que solo pueden sanarse con el Corazón de Jesús.

Por eso, proclamó entre los aplausos de los asistentes, "¡Gracias, Papa Francisco, por Dilexit Nos!", la encíclica del pontífice fallecido sobre el Sagrado Corazón de Jesús.

Esa encíclica recuerda, dijo, que la "vía maestra" que puede restaurar el mundo de los efectos del pecado consiste en "tener los mismos sentimientos del Corazón de Cristo", fundamento para que amor al prójimo permita "construir sobre las ruinas que deja el pecado" mediante "la compunción del corazón, la conmoción de las entrañas, la misericordia".
Los 10 puntos del Programa 2033

Seguidamente monseñor Argüello desgranó un decálogo del que denominó Programa 2033, que sirva para preparar la consagración del mundo al Sagrado Corazón por parte del Papa en ese año bimilenario de la Redención.

1. Acoger, orar, compartir y anunciar Dilexit Nos desde la perspectiva del frontispicio que puso León XIV en su pontificado: "Ésta es la hora del amor".

2. Vincular caridad, unidad y paz: la caridad encarnada en el amor humano y divino del Corazón de Cristo, caridad que ha de fundamentar la comunión en la Iglesia para hacer posible la germinación de la paz.

3. Vivir la vida como vocación: el amor ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación; es la hora de un amor que toma forma en la vocación sacerdotal, consagrada o laical.

4. Sacar brillo a la Eucaristía del domingo, no como acto devocional o como mandamiento, que también, sino como expresión de un pueblo que celebra una comunidad visible.

5. Sinodalidad: una comunión misionera para salir y anunciar el Evangelio. Es el caminar juntos de una Iglesia que peregrina y que anuncia. A este respecto, Argüello contó que en la primera sesión del sínodo de la sinodalidad, en octubre de 2023, a la que él asistió, cuando parecía que la clave de lectura de la sinodalidad podía ser el "poder", tomó la palabra el cardenal Robert Prevost (futuro León XIV) y tras leer la Carta de San Pablo a los Filipenses 2, 5-11, afirmó que el sínodo solo daría fruto en la senda del crecimiento en las virtudes de Cristo: la obediencia, la humildad, la pobreza y el sacrificio.

6. Cuidar la devoción popular, que tiene tanto que ver en la extensión de la devoción al Corazón de Jesús: Hora Santa, Primeros Viernes, novenas, mes de junio, publicaciones devocionales...

7. Alianza social para la esperanza, con especial atención a la natalidad y al cuidado de la vida en los ancianos y los inmigrantes.

8. Insuflar alma a las organizaciones sociales, de modo que los cristianos en los colegios, en la sanidad, en las obras profesionales y sociales sean almas confesantes que tengan el amor de Cristo en la corazón y crean en la victoria de Cristo sobre el pecado.

9. La afirmación del Reinado Social de Cristo (recordó el centenario de la encíclica Quas Primas, que se celebra este año) y de la Doctrina Social de la Iglesia, de la que mencionó dos puntos esenciales: la cuestión antropológica, con el rechazo al posthumanismo (porque el anuncio del que somos depositarios parte de la humanidad y la divinidad de Jesucristo), y el bien común, que obliga a repensar la democracia, porque el liberalismo ha resquebrajado el demos y el cratos.

10. Renovar nuestra consagración personal, familiar, diocesana al Corazón de Jesús para crear una "conciencia eclesial" que pueda ser presentada al Papa "para pedirle la renovación de la consagración del mundo al Corazón de Cristo en el año 2033”.

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