(RD) Jorge Guibert y Juan Carlos Escribano son sacerdote y laico, respectivamente, que a finales de abril presentaron su nueva edición, en castellano, del Vesperal Hispano-Mozárabe. Hablaron con RD sobre los atractivos de la liturgia mozárabe, que son tres, principalmente: que es muy participativa, que es muy ricaen simbolismo y que atesora una "espiritualidad tremenda".
Hoy, están con nosotros Jorge Guibert y Juan Carlos Escribano, coautores de este Vesperal Hispano-Mozárabe, que me ha causado mucha sorpresa porque es la primera vez, en dieciocho siglos de historia del rito, que se sistematiza en castellano una liturgia que ha pasado por muchísimas vicisitudes a lo largo de la historia, y que, afortunadamente, por su riqueza y su pluralidad, se está recuperando.
Cuéntenos, padre Guibert, cómo surge esta idea y por qué es relevante que la liturgia hispano-mozárabe pueda estar en este libro.
JG.- Cuando el cristianismo entró en España, las primeras Iglesias fueron organizando la celebración de la eucaristía y la celebración del pueblo cristiano.
Así, se fue formando un liturgia propia, diferente de las otras liturgias. Cada país organizaba la suya. La liturgia hispánica comienza a partir del siglo IV o V, se fue desarrollando, llegó el momento de más auge en el siglo VII-VIII, y en el 711 con la invasión musulmana, la España visigótica desapareció.
La liturgia siguió utilizándose en los reinos que se formaron en el norte de la península y en los cristianos que estaban bajo la dominación musulmana.
En el año 1080, el Papa Gregorio VII, pidió a los monarcas españoles que renunciaran a la liturgia propia en favor de la liturgia romana. Con mucho dolor y muchas dificultades, se hizo el cambio, pero los cristianos que estaban con los musulmanes continuaron con la liturgia antigua.
Cuando Alfonso VI conquista Toledo se encuentra con un grupo que se niega a aceptar la liturgia romana, y se les permite continuar con su liturgia propia.
Cuando, en el siglo XVI, es nombrado arzobispo de Toledo el cardenal Cisneros, se encontró que había unos cristianos que utilizaban esta liturgia, con unos libros viejos escritos a mano, que se estaban perdiendo. Entonces, encarga al canónigo Alfonso Ortiz que prepare una edición nueva de los libros. Y el cardenal Cisneros publica el misal y el breviario hispano-mozárabes.
Estos libros han continuado utilizándose en la capilla del Corpus Christi, en la catedral de Toledo.
El cardenal Lorenzano, en el siglo XVIII, hace una nueva edición de estos libros. Y después del Vaticano II, la Santa Sede pidió al cardenal de Toledo, Monseñor Marcelo González Martín, que hiciera una nueva edición y se empezó con el misal, que fue revisado y publicado.
En la Liturgia de las horas, el breviarium góticum no se ha hecho todavía ni la revisión ni la edición. Pero hay una riqueza dentro estupenda.
Éste es el Vesperal.
Entonces, el señor Escribano me lanzó la idea: ¿por qué no damos a conocer, un poco, esta riqueza?
El oficio de la liturgia de las horas del rito romano, en el rito hispánico tiene dos horas por la tarde, las vísperas, y por la mañana el oficio de la mañana, que es muy largo y complicado. En cambio las vísperas son muy sencillas. Y lo hemos dado a conocer.
Estos son textos escogidos de todo el breviario, porque es enorme el material que hay. Esto es, simplemente, una presentación para que la gente lo conozca y empiece a apreciarlo.
¿El sacerdote, preside bajo este rito en algún momento?
Esas oraciones eran, siempre, el pueblo con los sacerdotes y diáconos. Era cada día: al atardecer empezaban las vísperas con la bendición de la lámpara, que ha de iluminar las tinieblas de la noche. Hay una salmodia y unas oraciones, y esta era la oración de la tarde.
Juan Carlos, entiendo que participas, como laico que eres, en este tipo de celebraciones. ¿Cuánto hay de atrayente y por qué participar en estas vísperas?
JC.- En primer lugar, es nuestra tradición. Una liturgia propia, de España, que se estaba perdiendo y que, gracias a Dios, se recuperó, como ha contado el padre Jorge.
Nos ofrece un modelo celebrante, a mi entender, muy rico en significado y con una espiritualidad tremenda. Es, para mí, una liturgia muy popular porque es muy participativa.
Estamos acostumbrados al rito romano, que es donde hemos crecido y hemos celebrado los sacramentos. Hace años descubrí la liturgia mozárabe gracias a la celebración semanal que se hace aquí, en Madrid, con el padre Manuel. En Toledo, también he ido unas cuantas veces. Y es una liturgia que me gusta, porque es muy rica, con mucho simbolismo.
¿Por qué es necesario recuperar ese tipo de liturgia, aparte de por la riqueza?
JG.- Creo que es una herencia que hemos recibido y que vale la pena. En la introducción dice:
Este vesperal, simplemente, quiere ser un subsidio para permitir una aproximación a unos venerables y ricos textos litúrgicos escritos originariamente en latín, que alimentaron la fe y la piedad de muchas generaciones de cristianos que sirvieron a Dios de acuerdo con las prescripciones de la Iglesia de Hispania entre los albores del cristianismo en la Península Ibérica hasta el siglo XI, momento en el que tuvo lugar, por voluntad de la sede romana, la sustitución de la secular liturgia propia por la liturgia romana.
Por el contenido, este vesperal ofrece al lector, en primer lugar, los textos bíblicos que en su momento histórico fueron escogidos y adaptados para permitir una plegaria devota siempre de acuerdo con la verdadera tradición de la Iglesia de Cristo.
En segundo lugar, presenta unos textos eucológicos que son el resultado de una reflexión contemplativa del contenido de las "Escrituras Santas". Por esta razón creemos que los cristianos que quieran dedicar parte de su tiempo a la lectura de este vesperal, podrán encontrar material precioso que puede ser de ayuda en nuestro constante esfuerzo para aprender cómo acercarnos a Dios por medio de la verdadera oración.
Es el resumen con el que presento la obra y que responde a tu pregunta.
Cuando se habla de la liturgia mozárabe se habla de Toledo, pero no solo se encuentra en Toledo. ¿Dónde podemos encontrarla, hoy, en España?
JG.- Creo que hay alguna cosa, alguna que otra vez, en algunas diócesis para celebrar alguna que otra fiesta.
JC. En alguna fiesta, sobre todo de santos mozárabes.
JG.- Pero, fijo, está la catedral de Toledo y después, aquí en Madrid.
JC.- En Madrid, una vez a la semana.
JG.- Cuando estaba en Valdedios, dos veces al mes celebrábamos allí, en "El Conventín". Pero ahora, ya nadie lo hace.
¿Y cuántas personas pueden seguir este rito? Estamos hablando de las comunidades en Toledo, en Madrid...
JC.- Sí, en Toledo hay varias parroquias exclusivamente para los mozárabes.
JG.- Hay una asociación, también.
JC.- Sí. De Caballeros Mozárabes.
Y aquí, en Madrid, todas las semanas se junta un grupo de fieles bastante importante. En la Basílica de la Concepción, en la calle Goya, todos los martes a las siete de la tarde se celebra la eucaristía en el rito hispano, que atrae a mucha gente. Incluso, se ha formado una asociación de fieles, aquí en Madrid, que siguen esta liturgia. Y paralelamente, una asociación de sacerdotes ligados a ella, y que aunque no son exclusivamente de rito mozárabe, tienen el permiso concedido por Toledo. Porque no hay que olvidar que el superior del rito es el arzobispo de Toledo.
JC.- Hay que aclarar una cosa: que este libro es perfectamente válido para rezar de una forma privada, pero no es un libro litúrgico oficial publicado por Toledo, que es en este caso quien tiene primero el permiso, para que luego la Santa Sede lo reconozca. Es un intento de acercarlo para que se conozca, porque este breviario está en latín.
JG.- Para que el gran público pueda acercarse.
JC.- No hay que olvidar que las normas litúrgicas son muy claras y los libros litúrgicos, para se se consideren como tal, tienen que pasar una serie de pasos, unos permisos y unos reconocimientos que este libro, en principio, no tiene.
Dejando eso claro, perfectamente se puede rezar con él. No hay ningún problema.
¿En algún momento en este siglo y en el pasado, este libro ha corrido riesgo cierto de desaparición o, como poso de la cultura hispánica, es algo que siempre se ha cuidado?
JG.- Siempre ha habido gente, digamos fiel, que la ha mantenido viva. Por ejemplo, una liturgia parecida a la hispánica, era la liturgia galicana. Cuando Carlomagno cambió de la liturgia galicana a la liturgia romana, la liturgia galicana desapareció y no ha vuelto a tener vida en absoluto. En cambio, la liturgia hispánica se ha salvado de esta supresión y se ha mantenido.
JC.- Hay que mencionar la gran labor que hizo el cardenal Cisneros, del que precisamente ahora estamos celebrando el centenario, de coger unos manuscritos que estaban condenados a perderse. La lectura era complicada porque la escritura de siglos atrás era muy mala. Entonces, hace una gran labor con su encargo al canónigo Ortíz . Y gracias al trabajo de este último y de más gente, se logró imprimir los libros mozárabes en la misa y el oficio y se han conservado.
¿Cómo animaríais, a quien nos escuche, a participar? ¿Cuál es el atractivo?
JG.- Lo que no se conoce no se puede amar. Hay que empezar a conocerlo.
Mi primer contacto con la liturgia hispánica, es del año 1970, cuando empezaba a estudiar liturgia en San Anselmo, en Roma. Y asistí a un seminario que dirigía el padre Jordi Pinei, monje de Montserrat, hicimos un seminario sobre liturgia hispánica. Allí empecé a conocerla e hice mi tesis doctoral sobre ella.
Después, cuando estuve en Valdedios, el arzobispo de Oviedo me pidió que tuviésemos celebraciones en la iglesia de San Salvador, "El Conventín". Es una iglesia del siglo IX y allí celebrábamos, dos veces al mes, liturgia hispánica. Hay que ir conociéndolo poco a poco, y apreciándolo.
Empezamos a celebrar en Valdedios en diciembre de 1992 y hasta 2009, siempre que celebrábamos había gente, participaba y apreciaba estas celebraciones. Porque cuando se conoce, uno se interesa.
Siempre es interesante mantener las tradiciones que nos ayudan a entender quiénes somos y de dónde venimos, fundamental para saber hacia dónde tenemos que construir.
JG.- Una herencia riquísima, que pocas naciones tienen.
Don Jorge, Juan Carlos, ha sido un placer. Esperemos que la presentación sea un éxito, y que el libro se venda bien, que también es interesante.
JC.- Que llegue a mucha gente. Y que lo aprecien.
Parte de nuestro legado, como españoles, pero también como cristianos que estaba íntimamente ligado, hasta hace bien poco.
Gracias por darnos a conocer esta liturgia, todavía muy desconocida, pese a bastantes siglos de vigencia.