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Las benedictinas de Zhytomyr. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

En Zhytomyr, ciudad situada a 150 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, se halla el monasterio de la Inmaculada Concepción, en el que hay diez monjas, que, a causa de los bombardeos, han debido refugiarse en el sótano de la casa.

A oscuras, cantan el Oficio Divino y dicen no sentirse en absoluto solas, ya que tienen una píxide con la Eucaristía, que han retirado de la iglesia, por lo que pudiera suceder. Saber que Jesús está allí abajo con ellas les da fortaleza y serenidad.

Han enviado a las hermanas enfermas a Leópolis, pero las que se valen bien por sí mismas han decidido permanecer en el monasterio. Pasan la noche en oración, con el temor de que caiga sobre ellas un misil, pero, aun así, no pierden la calma.

Han acogido con ellas a dos familias, que no tienen a dónde ir, al igual que las monjas benedictinas de Leópolis, que están recibiendo en su monasterio a quienes huyen del país con el propósito de llegar a Polonia.

Y, en ese oscuro sótano de Zhytomyr, unas monjas, de las cuales dos son rusas y otras dos son bielorrusas, tratan, sabiéndose esposas de Cristo, de mantenerse en el espíritu de oración, en la estabilidad y en la fraternidad que distinguen a quienes siguen la Regla de san Benito.

domingo, 27 de febrero de 2022

''De lo que rebosa el corazón habla la boca''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila



Nos encontramos curiosamente en el domingo VIII del Tiempo Ordinario, y digo curiosamente, pues lo normal otros años sería comenzar la Cuaresma en el mes de febrero; sin embargo, el calendario lunar coloca la Pascua este año un poco más tarde. La palabra de Dios de este día está cargada de matices importantes a tener en cuenta para nuestra vida de fe; son unas lecturas de una gran carga sapiencial que quieren invitarnos a conocer más al Señor, a vivir conforme a Él y mostrar en nuestro camino que nos esforzamos por conocer al que amamos y vivir como espera de nosotros. 

Seguimos con la catequesis que San Pablo que viene desarrollando en su Primera Carta a los cristianos de Corinto sobre la resurrección. El domingo pasado la Iglesia nos regalaba el fragmento de la epístola que abordaba mayormente la dimensión espiritual; hoy sin embargo, el Apóstol se detiene en lo que respecta a la corporeidad de la resurrección. Quizá esta lectura traslade nuestra mente tan sólo al futuro con esa verdad de fe que proclamamos en el credo: ''creo en la resurrección de la carne'', pero no únicamente; la resurrección de Cristo ya ha ocurrido, pero no se queda en un pasado ni nos deja a la espera de un futuro; hoy -en presente- celebramos y actualizamos que Cristo ha resucitado. Por eso esta mañana, en el momento de la consagración he de decir con el corazón: ''Señor sé que estás ahí, vivo y resucitado, oculto bajo las especies del pan y el vino''. Y no es ésta sólo la victoria de Jesús, sino la de todos los que han muerto con la esperanza puesta en Él. Por eso también éstos se hacen presentes en la mesa del altar con Cristo resucitado junto con todos los que ya viven con Él. 

Estas palabras han de ser un aliento para nosotros que vivimos la realidad de la enfermedad, las guerras, el dolor y el sufrimiento: ''Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?»''. Sólo se nos pide la fe, esa fe que hemos recibido de nuestros mayores y que hemos de saber cuidar y actualizar. En el bautismo se pone la semilla en la maceta, ahora es muy complicado que pueda nacer algo si no lo regamos y no lo ponemos al sol; si no no quitamos las malas hierbas... Lo más difícil ya lo ha hecho Cristo entregándose a la muerte para darnos la vida en plenitud; ahora nos toca a nosotros responder a ese amor que nos ha tenido a pesar de nuestra pobreza. Cómo no vamos a intentar corresponder a ese amor y entrega absoluta y proclamar con el salmista: ''Es bueno darte gracias, Señor''.

La primera lectura del libro de la sabiduría nos habla de La Palabra, viene a poner de manifiesto el valor que ésta tiene. Por medio de la palabra no sólo podemos describir lo que vemos alrededor sino, además, desvelar lo que guardamos en lo más profundo de nuestras entrañas. El autor nos revela cómo no busca quedarse en adornos externos, sino buscar la palabra que permanece, la que sale del corazón y la única que tiene sentido. El saber verdadero no parte de medias tintas o apariencias engañosas, sino de lo más profundo. Sólo esa es la sabiduría de verdad, la que sale del alma que se abre a Dios, la cual vale más que el oro. El evangelio de este domingo se abraza también a esta verdad con las dos comparaciones que Jesús nos regala: la del ciego y su ayudante, así como la del maestro y su discípulo: el árbol malo que es estéril, y el árbol bueno que da frutos. 

El Señor sigue avanzando en la formación de sus discípulos y a cada paso no sólo les regala una enseñanza, sino que la exigencia se va haciendo cada vez mayor. Por eso estas parábolas o escenas que les narra quieren ser un aldabonazo de atención para poner en práctica en sus vidas. Cristo nos llama a la misericordia, que es lo que les estaba diciendo a los suyos; que supieran ver y reconocer la sabiduría del misericordioso. También los cristianos del siglo XXI somos ciegos muy necesitados de guía y aprendices necesitados del Maestro. A menudo vamos con lupas tratando de averiguar los errores de los demás para pregonarlos sin caer en la cuenta de cuántas veces otros habrán conocido y disculpado los míos. Cómo cuesta reconocer que no vemos, y aún así nos empeñamos sin ver en guiar a otros ciegos que incluso hasta ven más que nosotros. A veces la soberbia nos hace ser como el aprendiz arrogante que se atreve a tratar de enseñar o corregir a su maestro. Jesús nos da claves para hacer más llevadera nuestra rutina diaria, nuestro el particular camino de perfección que cada cual ha de esforzarse en llevar adelante. Somos convocados a pocos días de empezar la santa cuaresma de este año, y a disponer el alma para esa conversión que hemos de practicar todo el año. San Lucas ha sido muy claro, y con sus palabras nos habremos de quedarnos: ''El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca»...

Evangelio Domingo VIII del Tiempo Ordinario

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:

«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».

Palabra del Señor.

Nota oficial de Lumen Dei. Nueva sentencia favorable a Mons. Jesús Sanz Montes

«Lumen Dei se alegra por el triunfo, una vez más, de la verdad»

Acabamos de recibir en Lumen Dei la Sentencia nº 50/2022, de 24 de febrero de 2022, del Juzgado de Primera Instancia nº 30 de Barcelona, recaída en el Procedimiento Ordinario nº 518/2017-D2 en el que, una vez más, se da la razón a nuestro Superior General Mons. D. Jesús Sanz Montes por parte de los Tribunales de Justicia.

Hasta la fecha, todos los procedimientos (más de 30) en que Mons. Sanz Montes ha sido querellado, denunciado o demandado, han terminado con pronunciamiento judicial favorable a nuestro Superior. El presente procedimiento, en el que se pedía la nulidad de la venta de un inmueble en Barcelona por parte de ex miembros de Lumen Dei, es importante en cuanto que tuvo un indudable eco mediático en su día a raíz de un programa de televisión emitido el domingo 23/05/2021 por la noche, en hora de máxima audiencia (programa Salvados, dirigido por el periodista D. Fernando González González, Gonzo). Sobre el mismo ya emitimos un comunicado en el que considerábamos dicho programa como carente de las más mínima ética periodística y repleto de falsedades, insinuaciones y manipulaciones evidentes, encaminadas, sin duda, a deteriorar y difamar la imagen y buena fama de Mons. D. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo y Superior de nuestra Asociación Unión Lumen Dei. La sentencia recién recaída viene a darnos la razón.

En dicho programa, autodenominado pomposamente periodismo de investigación (sic), el periodista entrevistaba a algunas ex miembros de Lumen Dei y a una de las abogadas de las demandantes, cuyas pretensiones han sido ahora totalmente desestimadas, pero no se tomaba siquiera la molestia de recabar cuáles eran las razones jurídicas de fondo que alegábamos en Unión Lumen Dei, y que el juzgado de Barcelona acaba de confirmar. Pretendió esquivar dicha obligación periodística con un abordamiento extemporáneo y sorpresivo al Sr. Arzobispo cuando se dirigía a celebrar Misa en la Catedral de Oviedo.

La sentencia recién notificada por el JPI 30 de Barcelona que ahora mencionamos es particularmente importante, pues es la primera del orden jurisdiccional civil que se pronuncia sobre el fondo de la cuestión planteada, sentenciando que:

no existen dos Lumen Dei como alegan las ex miembros: una Pía Unión Lumen Dei dependiente de la Archidiócesis de Valencia, y una Unión Lumen Dei, asociación privada de fieles, dependiente de la Diócesis de Cuenca. La sentencia deja claro que desde 1986 ya no existe la Pía Unión, y que la única que existe es la Unión Lumen Dei. Niega, pues, legitimación activa a las demandantes que se personan en nombre de la Pía Unión inexistente (Fdto. Jco. 6º: “sencillamente, no hay dos LUMEN DEI diferentes, sino una sola, con lo que cabe negar la legitimación activa esgrimida por la entidad demandante en este pleito”). Ésta fue, además, dice la sentencia, la voluntad del P. Rodrigo Molina, LD, fundador de Lumen Dei (Fdto. Jco. 9º).

niega también legitimación activa, como demandantes, a las 136 ex miembros de Lumen Dei (Fdto. Jco. 17º), en cuanto dimitieron de Lumen Dei en Mayo de 2014, o fueron separadas de esta entidad posteriormente. Estas personas, que primero se presentaban como “monjas” (nunca lo fueron) y ahora como “misioneras” (para ello tendrían que ser enviadas expresamente por la Iglesia, lo que no es el caso), desde 2014, hace ya casi siete años, ocupan indebidamente edificios que eran o son de Lumen Dei sin título jurídico alguno. Ellas son las que pusieron en marcha la campaña mediática y judicial para acusar a nuestro Superior, Mons. Sanz Montes, de estar “apropiándose indebidamente de sus bienes” (sic). La sentencia las pone en evidencia: manifiesta la actuación plenamente legal de Mons. Sanz, “que actuó, en todo caso, dentro del mandato que se le había conferido” (Fdto. Jco. 20º).

La Santa Sede ha actuado conforme a Derecho en el nombramiento de un Comisario Pontificio, porque “como consta en las actuaciones, nadie duda de que la situación que se estaba viviendo en la asociación entre los años 2005 y 2007 era de una gravedad extrema” (Fdto. Jco. 20º). Dicho nombramiento, con facultades de Superior General, recayó primero en la persona de Mons. D. Fernando Sebastián Aguilar (qepd) y después en Mons. Sanz Montes. La actuación de Mons. Sanz Montes ha sido reconocida como plenamente legal y cuenta con el pleno respaldo de nuestra Asociación; la oposición a Mons. Sanz proviene exclusivamente de las ex miembros, cuya legitimación y pretensiones el juzgado rechaza.

Teniendo en cuenta el varapalo judicial que se acaba de propinar a las ex miembros, pero sabiendo que cuentan con el apoyo de determinados y significativos medios de comunicación (ya que la noticia afecta a un Arzobispo de la Iglesia Católica), suponemos que las ex miembros de Lumen Dei volverán a las andadas para intentar conseguir en la prensa lo que le deniegan los juzgados. Tenemos conocimiento de que en estos días se está intentando mezclar a Mons. D. Jesús Sanz con un eventual desahucio que se está realizando en Barcelona, respecto del edificio al que se refiere la sentencia que hemos comentado en este comunicado. Lo desmentimos rotundamente. Ni Mons. Jesús Sanz Montes ni Lumen Dei están promoviendo ningún desahucio, ni son parte procesal en ningún juicio de tal naturaleza ni tienen vinculación alguna con los que intervienen en el mismo. Probablemente haya sido promovido por la propietaria del inmueble de Barcelona. Cualquier insinuación en este sentido, por parte de determinados medios de comunicación, será evidentemente, una vez más, una manipulación informativa.

En resumen, Lumen Dei se felicita por la nueva sentencia favorable a Mons. Sanz Montes, y así quiere manifestarlo a la opinión pública.

Oviedo, 25 de febrero de 2022

Carta semanal del Sr. Arzobispo

No es bueno que el hombre esté solo

Han sido muchos los artistas que nos los han pintado con sus pinceles o los han esculpido con sus cinceles. No pocos músicos pusieron notas a sus mejores lances. Y la pluma de los escritores ha hecho correr ríos de tinta con deliciosos relatos de obras literarias inolvidables. Adán y Eva han protagonizado buena parte de la historia de todos los hombres y mujeres que en el mundo han sido. En la lengua hebrea tienen un nombre que parece tan sólo una variante del mismo ser creado por Dios: Iss’ e Iss’á, Adán y Eva, que se podría traducir con precisión literal en esa lengua arcaica como “varón” y “varona”. Y vienen a significar lo que, de hecho, representan: el ser más perfecto que saliera de los labios creadores de Dios, su mejor criatura que de la arcilla modelaron sus manos, según ese relato del viejo libro del Génesis de la santa Biblia. 

Dios nos hizo a los hombres y mujeres las únicas criaturas que ostentábamos el raro título de parecernos a Él como una imagen de inmerecida semejanza. Hay cosas preciosas en la vida, hay criaturas que embelesan por su intrínseca belleza. Pero sólo el hombre y la mujer tienen ese privilegio de ser iconos de su Señor, imagen que asemeja la eterna belleza de quien nos formó. Sólo con el hombre y la mujer Dios dialogaba, y a ellos sólo les concedió la potestad de poner nombre a las cosas como queriendo invitarles a participar en su obra creadora. Cada tarde, a la hora de la brisa, Dios paseaba con sus hijos, obra acabada de aquellos siete días que terminaron en descanso del Creador. 

Sólo una cosa Dios puso como condición: no comer del árbol de la fruta prohibida que estaba plantado en el Edén. La curiosidad se disparó, y merodeaba el misterio de cuanto ese extraño árbol representaba. Así andaban remolones Adán y Eva día tras día. Mirando esas frutas, movían la cabeza para decir su cotidiano “no”. Pero ahí intervino el maligno, para hacer de la inocente curiosidad el pretexto para su formal tentación. Y desveló con engaño el secreto tramposo que les vendió: si coméis de ese árbol, seréis iguales a Dios. Ellos tomaron la fruta prohibida y no sólo no se igualaron a su Creador, sino que perdieron su semejanza que les hacía parecidos en la imagen de Dios. 

No obstante, el Creador no los hizo iguales a Él, sino sólo semejantes y parecidos. Y ese era el don que les permitía situarse en la vida, en el conjunto de todo el universo con su posición adecuada, con su comunión compartida, con el regalo que suponía nada menos que tamaña semejanza. Pero se dejaron tentar para ser más de lo que ellos podían, más de lo que se les había asignado, más de lo que les permitía… y terminaron siendo nada: extraños para sí mismos, ajenos para Dios y malditos en un jardín en el que ya no tenían cabida. Pero el pecado original no tuvo la última palabra. La redención de Cristo abrió a la gracia que lava nuestras manchas, venda nuestras heridas y posibilita nuestra andanza en una vida santa y reconciliada. 

Vivimos en un momento de tantas divisiones, crispaciones, confrontaciones. La dialéctica que nos enfrenta hace la hasta lo más querido y sagrado como es la familia, tenga tan fácilmente fisuras interpuestas que facilitan la destrucción de esta institución, verdadera clave del sostenimiento de la sociedad y de la maduración de las personas. Abatir la familia, romper el matrimonio, por acoso, confusión y mezcolanza, significa tener una sociedad más vulnerable y manipulable para otro tipo de intereses políticos y culturales que terminan trastocando el modelo antropológico de la persona humana. 

Por eso hemos de trabajar para guardar la familia, fortalecer el matrimonio, para que el hombre y la mujer, en amor complementario, en entrega de por vida con respeto y ternura, abiertos a la vida, sigan siendo la bendición en la tierra de quienes más se parecen a Dios. 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

El día que Llanera tocó el cielo: relato de la histórica visita de Juan Pablo II al aeródromo de La Morgal

(lne) El 20 de agosto de 1989, bajo un sol radiante, unas 100.000 personas se congregaron en el aeródromo de La Morgal para asistir a la misa celebrada por Juan Pablo II, el primer papa viajero, el pontífice que entre 1978 y 2005 llevó el timón de la Iglesia católica, el sucesor de san Pedro cuya batalla por la libertad contribuyó de manera muy relevante al desplome del régimen comunista soviético y del “telón de acero” que dividía a Europa en dos bloques antagónicos. Dos meses y medio después de la visita de Karol Wojtyla a Asturias, el 9 de noviembre de 1989, caía el Muro de Berlín.

Juan Pablo II no solo estuvo en La Morgal, sino que en aeródromo llanerense dejó un mensaje profundo, la semilla de lo que él mismo denominó “una nueva cultura del trabajo”, junto a una lúcida crítica de algunas ideologías entonces en boga:

“¿No está a la vista de todos el fracaso de las sociedades del materialismo ateo con su organización colectivista-burocrática del trabajo humano? Pero no tiene ciertamente menores problemas la sociedad neocapitalista, preocupada a menudo por los beneficios, lo cual puede alterar el justo equilibrio del mundo laboral; sociedad afectada también por una creciente cultura materialista”.

José Julio Velasco, actual párroco de la unidad pastoral de Posada de Llanera y vicario episcopal de Oviedo-Centro, participó en aquella misa muy cerca del Pontífice. “Fui convocado como diácono ministrante, junto al resto de mis compañeros de curso. Fue para mí un momento único, imborrable, el mejor regalo de ordenación diaconal, estar junto a un hombre de Dios, un santo”.

Velasco recuerda que Juan Pablo II “llegó a La Morgal con unas décimas de fiebre, pero la sonrisa, la sencillez y su mirada te cautivaban”. Desde entonces, apostilla, “lo he tenido como referente en mi vida sacerdotal y a él me encomiendo a diario. En mi despacho tengo desde entonces la foto dándome la paz en aquella eucaristía”.

Como comenta José Julio Velasco, Juan Pablo II llegó al Principado fatigado y con fiebre. Había volado desde Santiago de Compostela, donde el día anterior había presidido una multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud, en el Monte del Gozo. Era la primera vez que un papa pisaba el Principado. Y, hasta ahora, también la única.

El papa aterrizó en el aeropuerto de Asturias el 20 de agosto, a las 13.37 horas. Le recibieron las autoridades asturianas, encabezadas por el presidente del Principado, Pedro de Silva. En el propio aeropuerto le esperaba un helicóptero, que lo trasladó a Oviedo y tomó tierra en el campo de fútbol del Seminario Metropolitano. Las campanas de las iglesias de la ciudad repicaron en señal de bienvenida.

A bordo del famoso “papamóvil”, el Pontífice recorrió las calles de la capital, aclamado por una multitud que seguía el recorrido desde las aceras y las ventanas lanzando confeti. Guiado por el arzobispo Díaz Merchán, visitó la Cocina Económica de Oviedo, la Casa Sacerdotal, la Catedral –donde rezó ante la imagen del Salvador– y la Cámara Santa.

Desde el Seminario Metropolitano de Oviedo, en un helicóptero, fue llevado a La Morgal. Lo primero que hizo fue saludar y bendecir a tres niños aquejados de enfermedades graves. Se trataba de Miguel Lorenzo, Estefanía Valle Menéndez y Daniel Hernández, cuyas familias lloraron de emoción. Hasta 300 enfermos había en el aeródromo, atendidos por religiosos, voluntarios y un equipo de médicos y enfermeras.

Nunca antes se había registrado en el Principado tal aglomeración de personas. Resulta destacable la labor de más de un millar de voluntarios, jóvenes en su mayoría, para evitar que la multitud se desmandase. Unos 400 componentes de grupos folklóricos amenizaron la espera.

Con Wojtyla concelebraron la misa casi 500 sacerdotes, entre arzobispos, obispos y presbíteros. En la homilía, el papa señaló:

“La tarea de los cristianos hoy (…) es pues testimoniar con las obras de su trabajo una auténtica humanización de la naturaleza, dejando en ella una huella de justicia y belleza” (homilía en La Morgal).

Ana González Tresguerres, una niña de Bueño (Ribera de Arriba), vestida de asturiana, regaló al papa una montera picona. Una pancarta proclamaba: “El papa ye mundial”. Mineros, pescadores y gente del campo presentaron sus ofrendas y tuvieron ocasión de acercarse e intercambiar algunas palabras con Juan Pablo II.

Los vecinos de Lugo de Llanera, con su párroco Ignacio Gallo al frente, portaron en procesión hasta el Pontífice la imagen de la Virgen que la parroquia de Pruvia acababa de cederles y por las que, como compensación, habían entregado 25.000 de pesetas. Aquella figura había sido “fusilada” durante la Guerra Civil ante el paredón que estaba cerca de la iglesia. Los artilleros venidos de Gijón también habían intentado arrasar el templo. Desde entonces, la patrona de Lugo de Llanera, con su inscripción recordando la bendición papal, es uno de los testimonios que quedan de aquella jornada histórica en Asturias.

Desde La Morgal, Juan Pablo II se desplazó, de nuevo en helicóptero, a Cangas de Onís, e hizo noche en Covadonga, donde al día siguiente protagonizó otra jornada inolvidable que incluyó una visita a la Cueva y una misa ante unas 7.000 personas, durante la que lanzó un mensaje nítidamente europeísta:

“Covadonga es una de las primeras piedras de la Europa cuyas raíces cristianas ahondan en su historia y su cultura (…). En el contexto de mi peregrinación jacobea a las raíces de la Europa cristiana, pongo confiadamente a los pies de la Santina el proyecto de una Europa sin fronteras, que no renuncie a las raíces cristianas que la hicieron surgir”.

Tras la misa, el papa, gran amante desde joven de la naturaleza y la montaña, hizo una excursión al lago Enol que dio lugar a unas fotografías de extraordinaria belleza y enorme valor histórico. Por allí andaba una cuadrilla de policías y guardias civiles disfrazados de pastores para proteger al pontífice.

“Muy bonito”, se escuchó decir al papa a su regreso de los Lagos en un encuentro casual ante la colegiata de Covadonga.

Para entonces, la fiebre le había dejado. Llanera, Covadonga y Asturias habían curado al papa que sería declarado santo en 2014, solo nueve años después de su muerte.




















miércoles, 23 de febrero de 2022

Aclarando, que es gerundio. Por José Manuel Fueyo Méndez

(Artículo publicado en la Hoja Parroquial de la UPAP de la Marina de Villaviciosa) 

-Como varios feligreses me comentaron que, leyendo la última hoja, les pareció que al cura no le gustaban los coros cantando la Misa, aclaro para todos que nada más lejos de la realidad.

Lo que quería decir es que el hecho de que cante o no cante un coro no debe considerarse como factor determinante para calificar la “calidad” de la Misa.

Mal estaríamos, de ser así, en estas parroquias, pues sólo hay coro habitualmente en Bedriñana y en Villaverde.

Habría que concluir que a las misas de las ocho parroquias restantes les falta “calidad”.

Lo que quería decir también es que quienes sostienen esa teoría parten de una idea equivocada de la Eucaristía, como si ésta fuese un espectáculo, en el que unas personas, el cura y pocos más, “actúan” y los fieles asisten pasivamente.

De hecho, muchos de los que no acuden habitualmente se justifican precisamente con este argumento: la Misa les resulta aburrida. Y, si fuese un espectáculo, ciertamente habría que darles la razón.

Pero un cristiano que se precie debe tener claro que la Misa no es un espectáculo: es un encuentro con Dios, que se hace presente cuando nos reunimos en su nombre, y aprovechamos ese encuentro para varias cosas.

En la primera parte de la Misa lo principal es la escucha de la Palabra.

Dios nos habla a través de las lecturas bíblicas y nuestro deber es escucharle.

Aunque no nos quede en la cabeza todo el contenido de las dos o tres lecturas que se leen, porque habría que tener una memoria prodigiosa, sí debemos escucharlas con mucha atención e intentar quedarnos con algún detalle, especialmente con aquellos mensajes que le vengan mejor a uno en ese momento.

Puedes estar pasando una mala racha y quizás en las lecturas encuentres a Dios que te anima.

Puedes vivir momentos de duda y la Palabra quizás te aclare ideas.

Puedes estar esos días “metiendo la pata” y la Palabra te corrige…Y, si no estuviste atento-a a la Palabra de Dios, porque es muy fácil despistarse, intenta atender a la palabra posterior del cura en la homilía, que, aunque sea palabra con minúscula, a veces puede refrescarte la memoria sobre la Palabra con mayúscula.

Además en la primera parte de la Misa comenzamos pidiendo perdón por lo que hicimos mal durante la semana previa.

Lo hacemos normalmente rezando el “yo confieso” y los kiries, pero es un momento para que tú, mientras dices lo de “he pecado mucho” y te das los tres golpes de pecho, te acuerdes de las faltas más graves que cometiste durante la semana.

Tras el Credo, con en el que nos unimos a los más de mil millones de cristianos que profesamos la misma fe y la celebramos cada domingo, viene la llamada “oración de los fieles”, que refrendas con el “te rogamos, óyenos” y puedes y debes añadir mentalmente la petición o peticiones que desees en ese momento: por el ser querido difunto, por el pariente o amigo enfermo, por tus parientes o amigos ausentes…

La segunda parte de la Misa comienza con el ofertorio, en el que, mientras el cura presenta sobre el altar el pan y el vino, tú ofreces en la cesta tu ayuda para costear los gastos parroquiales y de paso puedes y debes ofrecerle mentalmente a Dios todo lo bueno que hiciste esa semana, especialmente aquello que te costó más esfuerzo o sacrificio.

En el momento de la Consagración, si el lumbago o la artrosis te lo permiten, te arrodillas para expresarle al Señor que crees que se hace presente real y verdaderamente presente en las especies eucarísticas.

En la plegaria que hay entre la Consagración y el Padrenuestro, aunque se te escapen algunos detalles, que no se te escape el memento de difuntos para acordarte mentalmente de los tuyos, además del difunto o difuntos por los que se ofrezca la Misa ese día.

Al rezar el Padrenuestro y darles la paz a los de al lado, acuérdate de que para comulgar con Dios debes estar en comunión con los demás, incluso con aquellos que te cuesta más aceptar y comprender.

Y recuerda que comulgar con el Cuerpo de Cristo es arma fundamental en la lucha contra el mal, que te estará amenazando a lo largo de toda la semana, presentándote tentaciones a todas horas.

Tras la Comunión, además del “amén” a la oración de acción de gracias que hace el cura, tú puedes y debes darle gracias a Dios mentalmente por todo lo bueno que te sucedió durante la semana y por las personas que más te ayudaron o te beneficiaron.

Y, tanto antes como después de la Misa, si no tienes mucha prisa, debes aprovechar para hablar con tus vecinos, para alegrate con sus alegrías y solidarizarte con sus penas, para “hacer parroquia” y vivir la comunión, que expresas rezando el Padrenuestro y dando la paz.

De propina, si el cementerio está cerca de la iglesia, qué menos que antes o después de Misa hagas una visita para dedicarles unos minutinos a tus deudos, rezando por ellos y limpiando su sepultura, cuando fuere necesario.

Si tienes en cuenta habitualmente estas recomendaciones, no necesitas que ningún coro mejore la “calidad” de la Misa y, si no cumples ninguna o casi ninguna, de poco servirá que amenice la celebración el mejor coro del mundo y la celebre el mejor cura del mundo, porque la “calidad” de la Misa depende de ti.

Para no poner el listón muy alto, también estoy convencido de que los fieles que no observen todas las recomendaciones antedichas, porque nadie se lo enseñó en su día, pero acuden cada semana a la iglesia, porque saben que por allí anda Dios y le quieren presentar sus respetos, aunque no se les ocurra decirle nada, seguro que ese buen Dios se alegra de verles allí y les da su bendición.

En fin, que el coro puede ser un buen complemento en la Misa, sus canciones pueden ayudarnos a rezar con otras palabras y transmitirnos mensajes estupendos, pero la “calidad” de la Misa depende de ti.

Feliz aniversario, Cáritas. Por Manuel Bretón

(Caritas.es) Comenzamos un año para celebrar. Entramos, llenos de esperanza y de fuerza, en este 2022 en el que la Confederación Cáritas celebra su 75 aniversario. Gracias a todos los que nos apoyan seguimos cumpliendo años y trabajando para que los que menos tienen alcancen una vida digna.

Quisiéramos que este fuera un año de esperanza compartida, de valentía, de creatividad, de retos y de sueños conseguidos; un año de recuerdo muy especial para todos los que lo hacen posible: voluntarios, trabajadores, personas que nos apoyan, ustedes que leen esta revista, empresas que generan oportunidades y nos ayudan a avanzar.

Queremos que este año sea un año de homenaje a todos los que hicieron posible que hayamos llegado aquí; un año de agradecimiento a la Iglesia de la que formamos parte y a los pastores que nos acompañaron, a nuestros Obispos acompañantes, que siempre han estado y están con nosotros.

Este 2022, como siempre, es un año de agradecimiento a Dios por lo que hemos hecho y por la gran oportunidad que nos ha dado de poder dedicar una parte de nuestra vida a esta institución. Y no olvidamos los retos que tenemos, la gran responsabilidad que tenemos ante el Evangelio y las personas que esta pandemia ha dejado sin sus necesidades básicas cubiertas.

Este año quisiéramos compartirlo con todos los que creen en nosotros; celebrar que, aunque nos quede mucho camino, hemos conseguido sueños y alcanzado logros, y asumimos el camino que nos queda.

No queremos olvidar ni dejar de luchar por esa Dimensión Universal de la Caridad que nos une a las Cáritas hermanas del Sur con las que todo este tiempo de pandemia hemos estado cerca, sintiendo con ellos, soñando con ellos y avanzando con ellos.

Para todo ello seguimos necesitando a todos, con la gran libertad de saber que somos necesarios y ninguno imprescindible. En lo que sí somos imprescindibles es en alimentar nuestra esperanza juntos, vivir juntos el Evangelio y seguir siempre hacia adelante.

Felicidades. Espero poder celebrarlo con todos.

Muchas gracias por el camino recorrido hasta aquí y por el que nos queda.

(El autor es el presidente de Cáritas Española)

martes, 22 de febrero de 2022

Sínodo 2021-2023 Comunión / Participación / Misión



Estimados fieles y amigos:

El pasado mes de octubre se iniciaba la fase diocesana del Sínodo de los Obispos a la que el Santo Padre el Papa Francisco nos ha convocado a toda la Iglesia Universal. Concluidas las etapas iniciales de dar a conocer el Sínodo de forma global a los sacerdotes y religiosos, llega la hora de hacerlo entre las comunidades parroquiales invitando a todos los fieles laicos.

Este domingo 20 de febrero se ha iniciado en las parroquias la difusión concreta de la realidad del Sínodo. El Papa nos pide nuestro parecer, opinión y sensibilidad de cómo mejorar nuestro camino eclesial que sólo se podrá hacer avanzando todos unidos. Esto sólo lo lograremos caminando juntos en comunión con el Magisterio, la Doctrina y Tradición de la Iglesia. 

La situación sanitaria en que nos encontramos no ayuda ni favorece la idea de crear grupos sinodales; sin embargo, extremando el cuidado hemos de ir dando pasos en retomar en la medida de lo posible la normalidad. Por lo pronto os animo a leer, rezar y acercaros a esta riqueza eclesial de la sinodalidad. Ahora mismo es lo que nos toca: adentrarnos en este acontecimiento de la Iglesia Universal que no busca tanto cambiar ni "inventar" grandes cosas, sino caer en la cuenta que no podemos vivir nuestra fe de forma individual, sino tendiendo puentes hacia mis hermanos en la fe y hacia aquellos que no la conocen o la viven como alejados, para los que todos estamos llamados a ser anuncio vivo ''para que el mundo crea'' (Jn 17,21).

Joaquín, párroco

A continuación os dejamos todo el material que os puede interesar sobre el Sínodo:

I. CALENDARIO

II. RECURSOS GENERALES


Fases del Sínodo (Infografía): Infografia-del-sinodo.pdf (conferenciaepiscopal.es)

Documento preparatorio: Documento-Preparatorio-ES-215.pdf - Google Drive

Adaptación C.E.E. documento preparatorio: Documento adaptado –  Laicos, Familia y Vida 

Tríptico informativo: AAFF_triptico_sinodo (conferenciaepiscopal.es)

Valdemecum: Vademecum-ES-A4-compl.pdf (synod.va)

III. CÓMO PARTICIPAR

Aquí tienes el formulario: Formulario de participación individual Por una Iglesia sinodal 

IV. POSIBLES GRUPOS

V. MATERIAL Y METODOLOGÍA

COMUNIÓN

Material del participante: Sesión Encuentro_comunión.pdf - Google Drive

Material del secretario - formularios: Por una Iglesia sinodal:  la voz de los jóvenes 

Vídeos y canciones: VEN A CASA - Wellgate Music, Javier Portela (feat. NFTW) - YouTube

PARTICIPACIÓN

Material del participante: Sesión Escucha_participación.pdf - Google Drive

Material del secretario - formulario: Síntesis sesión 2: ESCUCHA-PARTICIPACIÓN 

Vídeos y canciones: ABRE MIS PUERTAS. AIN KAREM (FUEGO Y ABRAZO) - YouTube

MISIÓN

Material del participante: Sesión Discernimiento_misión.pdf - Google Drive

Material del secretario - formulario: Síntesis sesión 3: DISCERNIMIENTO-MISIÓN 

Vídeos y canciones: "Donde Hay Amor". Cantos de Taizé. - YouTube 

SESIÓN DE JÓVENES

Guía del animador: Guía material jóvenes.pdf - Google Drive 

Formulario para el joven: Por una Iglesia sinodal:  la voz de los jóvenes 

Síntesis de la reunión - formulario: Proceso sinodal con jóvenes (office.com)

Vídeos y canciones: ¡Levántate! La canción de los jóvenes en el camino sinodal - YouTube

SESIÓN DE NIÑOS

Guía del animador: Guía material niños.pdf - Google Drive 

Material para el niño: Material niños.pdf - Google Drive

Síntesis de la reunión - formulario:  Proceso sinodal con niños La escalera del sínodo 

Vídeos y canciones: Himno Busquemos camino, Sinodo de la Sinodalidad - YouTube

GUIA GENERAL 

Vídeo de presentación: Mons Luis Marín Sinodalidad - YouTube

Información general para los participantes: Información general.pdf - Google Drive

Formulario - Valoración global: Valoración global (office.com)

VI. CONTACTO


Correo electrónico: sinodo@iglesiadeasturias.org


Cátedra de San Pedro

(Infovaticana) Fiesta de la cátedra de san Pedro, apóstol, a quien el Señor dijo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. En el día en que los romanos acostumbraban a recordar a sus difuntos, se celebra la sede de aquel apóstol, cuyo sepulcro se conserva en el campo Vaticano, y que ha sido llamado a presidir en la caridad a toda la Iglesia (elog. Del Martirologio Romano). Les ofrecemos una explicación del pontífice emérito, Benedicto XVI, acerca del sentido de esta importante fiesta:

La liturgia latina celebra hoy la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Se trata de una tradición muy antigua, atestiguada en Roma desde el siglo IV, con la que se da gracias a Dios por la misión encomendada al apóstol san Pedro y a sus sucesores. La «cátedra», literalmente, es la sede fija del obispo, puesta en la iglesia madre de una diócesis, que por eso se llama «catedral», y es el símbolo de la autoridad del obispo, y en particular de su «magisterio», es decir, de la enseñanza evangélica que, en cuanto sucesor de los Apóstoles, está llamado a conservar y transmitir a la comunidad cristiana. Cuando el obispo toma posesión de la Iglesia particular que le ha sido encomendada, llevando la mitra y el báculo pastoral, se sienta en la cátedra. Desde esa sede guiará, como maestro y pastor, el camino de los fieles en la fe, en la esperanza y en la caridad.

¿Cuál fue, por tanto, la «cátedra» de san Pedro? Elegido por Cristo como «roca» sobre la cual edificar la Iglesia (cf. Mt 16, 18), comenzó su ministerio en Jerusalén, después de la Ascensión del Señor y de Pentecostés. La primera «sede» de la Iglesia fue el Cenáculo, y es probable que en esa sala, donde también María, la Madre de Jesús, oró juntamente con los discípulos, a Simón Pedro le tuvieran reservado un puesto especial.

Sucesivamente, la sede de Pedro fue Antioquía, ciudad situada a orillas del río Oronte, en Siria (hoy en Turquía), en aquellos tiempos tercera metrópoli del imperio romano, después de Roma y Alejandría en Egipto. De esa ciudad, evangelizada por san Bernabé y san Pablo, donde «por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de cristianos» (Hch 11, 26), por tanto, donde nació el nombre de cristianos para nosotros, san Pedro fue el primer obispo, hasta el punto de que el Martirologio romano, antes de la reforma del calendario, preveía también una celebración específica de la Cátedra de San Pedro en Antioquía.

Desde allí la Providencia llevó a Pedro a Roma. Por tanto, tenemos el camino desde Jerusalén, Iglesia naciente, hasta Antioquía, primer centro de la Iglesia procedente de los paganos, y todavía unida con la Iglesia proveniente de los judíos. Luego Pedro se dirigió a Roma, centro del Imperio, símbolo del «Orbis» —la «Urbs» que expresa el «Orbis», la tierra—, donde concluyó con el martirio su vida al servicio del Evangelio. Por eso, la sede de Roma, que había recibido el mayor honor, recogió también el oficio encomendado por Cristo a Pedro de estar al servicio de todas las Iglesias particulares para la edificación y la unidad de todo el pueblo de Dios.

Así, la sede de Roma, después de estas emigraciones de san Pedro, fue reconocida como la del sucesor de Pedro, y la «cátedra» de su obispo representó la del Apóstol encargado por Cristo de apacentar a todo su rebaño. Lo atestiguan los más antiguos Padres de la Iglesia, como por ejemplo san Ireneo, obispo de Lyon, pero que venía de Asia menor, el cual, en su tratado Contra las herejías, describe la Iglesia de Roma como «la más grande, más antigua y más conocida por todos, que la fundaron y establecieron los más gloriosos apóstoles Pedro y Pablo»; y añade: «Con esta Iglesia, a causa de su origen más excelente, debe necesariamente estar de acuerdo toda la Iglesia, es decir, los fieles de todas partes» (III, 3, 2-3). A su vez, un poco más tarde, Tertuliano afirma: «¡Cuán feliz es esta Iglesia de Roma! Fueron los Apóstoles mismos quienes derramaron en ella, juntamente con su sangre, toda la doctrina» (La prescripción de los herejes, 36). Por tanto, la cátedra del Obispo de Roma representa no sólo su servicio a la comunidad romana, sino también su misión de guía de todo el pueblo de Dios.

Celebrar la «Cátedra» de san Pedro, como hacemos nosotros, significa, por consiguiente, atribuirle un fuerte significado espiritual y reconocer que es un signo privilegiado del amor de Dios, Pastor bueno y eterno, que quiere congregar a toda su Iglesia y guiarla por el camino de la salvación.

Entre los numerosos testimonios de los santos Padres, me complace recordar el de san Jerónimo, tomado de una de sus cartas, escrita al Obispo de Roma, particularmente interesante porque hace referencia explícita precisamente a la «cátedra» de Pedro, presentándola como fuente segura de verdad y de paz. Escribe así san Jerónimo: «He decidido consultar la cátedra de Pedro, donde se encuentra la fe que la boca de un Apóstol exaltó; vengo ahora a pedir un alimento para mi alma donde un tiempo fui revestido de Cristo. Yo no sigo un primado diferente del de Cristo; por eso, me pongo en comunión con tu beatitud, es decir, con la cátedra de Pedro. Sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia» (Cartas I, 15, 1-2).

Queridos hermanos y hermanas, en el ábside de la basílica de San Pedro, como sabéis, se encuentra el monumento a la Cátedra del Apóstol, obra madura de Bernini, realizada en forma de gran trono de bronce, sostenido por las estatuas de cuatro doctores de la Iglesia, dos de Occidente, san Agustín y san Ambrosio, y dos de Oriente, san Juan Crisóstomo y san Atanasio. Os invito a deteneros ante esta obra tan sugestiva, que hoy se puede admirar decorada con muchas velas, para orar en particular por el ministerio que Dios me ha encomendado.

Elevando la mirada hacia la vidriera de alabastro que se encuentra exactamente sobre la Cátedra, invocad al Espíritu Santo para que sostenga siempre con su luz y su fuerza mi servicio diario a toda la Iglesia. Por esto, como por vuestra devota atención, os doy las gracias de corazón.

lunes, 21 de febrero de 2022

Fashion & Religion. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

Hace ochocientos cincuenta años que fue consagrada la catedral de Tournai (Bélgica). En el marco de las celebraciones conmemorativas se mostraron públicamente los ornamentos litúrgicos más preciosos del templo y se montó una pasarela sobre la que desfilaron varias personas, que no eran modelos profesionales, ni tampoco sacerdotes, sino voluntarios que se prestaron a recorrerla luciendo las vestiduras artísticas de la sacristía catedralicia.

Antes de la exposición, el TAMAT (Musée de la Tapisserie et des Arts Textiles de la Fédération Wallonie-Bruxelles), con el apoyo de los Amigos de la catedral de Tournai y la Universidad católica de Lovaina, realizó una meticulosa labor de cosido y reparación de desperfectos en las telas y en los bordados.

Además de por razones estéticas, los promotores de esta gran obra de recuperación de los textiles litúrgicos, poco vistos por estar siempre guardados en calajes de la sacristía, la han llevado a cabo sobre todo por la estima que les merece su sacralidad: «Pertenecen a la esfera de lo sacro en el mismo grado que las oraciones, las palabras y los gestos que componen los ritos de las ceremonias religiosas. Si admiramos su belleza, debemos igualmente emplearnos en reinscribirlos en el corazón de la liturgia, que es en la que verdaderamente cobran sentido pleno». De aquí el título de la muestra: “Habiller le culte. Les fastes du textile liturgique de la cathédrale de Tournai”.

Esta exposición, sin embargo, no ha tenido el eco de la del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, en The Met Fifth Avenue y The Met Cloisters, en 2018: “Heavenly Bodies. Fashion and the Catholic Imagination». Fue acompañada de bastante alboroto mediático, debido a que, además de las piezas históricas, se exponían vestidos confeccionados bajo inspiración de ropajes de imágenes religiosas, de ornamentos litúrgicos y de atuendos eclesiásticos, lo que le confirió un aura de irreverencia para con las realidades sagradas a las que hacían referencia, que acabó siendo ofensiva para el sentir religioso. Algo parecido a lo que sucedió con la película “Roma”, de Federico Fellini, en 1972. Fue la exposición más visitada de cuantas se han organizado en el Metropolitan Museum of Art (1.659.647 visitantes), superando a la de “Treasures of Tutankhamun”, en 1978, que, hasta ese momento, era la que figuraba como número uno (1.360.957 visitantes).

Para la Iglesia, la importancia de los tejidos, no solo para los usos litúrgicos sino también para el embellecimiento de los templos y de las estancias en las que discurren las horas de cada día, está asociada a la obra creadora de Dios, pues, en el libro bíblico del Génesis, fue él mismo quien confeccionó, en el paraíso, el primer vestido de la humanidad, el de Adán y Eva, que ocultaron su vergüenza tapándose con hojas.

Más aún, el ser humano fue formado, en las entrañas maternas, con primor y amor por Dios, como se lee en el salmo 139: «Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno». Basándose en estas palabras del salmo y en el pasaje del Génesis arriba mencionado, a la Virgen María se le da, en la iglesia siria, el título de “Tejedora”, porque en ella fue tejido el cuerpo humano de Cristo, siendo revestida así, nuestra naturaleza, de gloria.

Y esto es lo que se ha hecho durante siglos en la Iglesia: crear. De los monasterios han salido los paños cosidos y bordados más hermosos que han circulado por el mundo, trabajados con paciencia, un gusto exquisito y una técnica de altísima precisión, siendo los talleres monásticos una suerte de paraísos en la tierra, en los que, además de obras de gran belleza, inapagable aunque pase el tiempo, se tejen relatos.

Relatos distintos de vidas que se encuentran y se unen para escribir un texto (“textus” = tejido), en el que hilos de distintos colores se combinan, de acuerdo con las antiguas tradiciones recibidas, hasta conformar un inmenso y bellísimo tapiz al que luego añadirán su arte otras manos. Y así es como se va desarrollando y embelleciendo también ese ya de por sí extraordinariamente hermoso Tapiz que es la Iglesia.

domingo, 20 de febrero de 2022

''Bendecid a los que os maldicen''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila



''Es domingo; una luz nueva resucita la mañana con su mirada inocente, llena de gozo y de gracia''. Estas palabras tomadas de un himno de la "liturgia de las horas", ejemplifica lo que debe de ser para nosotros este día, jornada para felicitarnos y decirnos de corazón: ''feliz domingo''; el día más grande para descansar y honrar al Señor, para celebrar que la vida más allá de ésta, es nuestro destino. Y en éste VII del Tiempo Ordinario la palabra de Dios viene con unas propuestas que rompen todo esquema y todo cálculo, y que nos exigirán un esfuerzo en nuestro ser cristiano para poder vivir de forma comprometida el mensaje del evangelio. No perdamos de vista tampoco las bienaventuranzas que nos fueron explicadas la pasada semana, pues siguen siendo clave para nuestra reflexión y oración personal.

La primera idea a tener presente este Domingo es la certeza de que Cristo no es pasado, sino presente. Por eso San Pablo en su Primera Carta a los Corintios nos ha dicho: ''Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial''. A menudo nos asombramos con toda la belleza que el mundo tiene y nos ofrece; sin embargo, estamos en un mundo para el que no hemos sido hechos, que no es nuestro verdadero destino, pues nadie se queda de por vida en él. Es lo que San Pablo intenta aclarar al hablarnos de los dos "adanes", el primero y el último; el animado y el vivificado, el mundano y el espiritual... Nosotros ¿cómo somos?, ¿más terrenos o más celestiales? ¿Dónde tenemos puesta la meta y nuestro horizonte? . La diferencia entre los dos "adanes" la da la hora de nuestro Señor Jesucristo; el primer Adán muere sin esperar nada, pero el último ya sabe que hay vida más allá y la espera; que Cristo ha resucitado y que, por tanto, "por Él, con Él y en Él", ¡vivirá! Es lo que celebramos cada domingo.

La segunda idea de este día nos la ofrece el profeta Samuel en el fragmento tomado de su Primer Libro, donde nos habla de la importancia de ser fieles. Nos encontramos ante un acontecimiento destacado en la vida de David, que era apenas un muchacho desconocido, y que en aquel momento el que era considerado el "elegido" para ser ungido del Señor, era Saúl. Se le presenta la oportunidad de quitarle la vida al que venía a ser su "opositor" y, sin embargo, le respeta; no le arrebata la vida sino que toma su lanza llevándola a lo alto del campamento para que todos vean su hazaña. El rey David nos da así no sólo una lección de magnanimidad y misericordia, sino de respeto por la vida y de fidelidad al Señor respetando a sus elegidos. David no toma la justicia por su cuenta, deja esta labor al Dios mismo cuando exclama: "El Señor pagará a cada uno su justicia y su lealtad".

El evangelio, finalmente, aborda otro detalle que ya indirectamente ha aparecido en la primera lectura: si David perdona la vida de su enemigo Saúl, Jesús hoy nos regala una enseñanza fuera de todo cálculo particularmente para el tiempo que nos toca vivir; no sólo perdonar la vida, sino que nos manda amar a los propios enemigos: ¡Que difícil!... Y nos da varias indicaciones: amarlos, hacer el bien incluso a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen y "ponen verdes"; rezar por los que nos difaman, presentarle la otra mejilla; al que te quite una cosa dale otra, al que te lleve lo tuyo no se lo reclames... ¿Parece imposible, verdad?; pues no lo es del todo, tenemos el ejemplo de los santos que supieron vivir esto con toda su radicalidad. Una forma de amar principalmente es perdonar y no pasar factura ni a los canallas; lo hará Dios en su momento dando a cada cual su paga.

Experimentamos actualmente en España aquello de que cuando no se cree en Dios se acaba creyendo en cualquier cosa, y es verdad; el ser humano es religioso por naturaleza y no puede negar esa profunda llamada interior. Es un hecho antropológico y empírico. Algunos van al "tarot", a "la bruja", a meditaciones "zen"... y de forma concreta en la última década hay un gran crecimiento en la práctica de ciertas corrientes inspiradas en las religiones "dhármicas", que son las que hablan del famoso "Karma". Ahora escuchamos ya en un lenguaje coloquial: ''hoy he saludado al vecino que no soporto y he quemado mucho karma''... Pues eso es lo que los cristianos llamamos ''ver a Cristo en mis enemigos'': ¿Puede haber experiencia más maravillosa que volver a hablarte con una persona con la que no te hablabas desde hacía años?; ¿o invitar a un café y tratar de comprender por qué esa persona actúa o piensa de una forma que yo no soporto?... Flexibilizar nuestras posturas, perdonar, reconocer y aceptar al otro, aunque sea antagónico, es todo un ejercicio necesario para nuestro crecimiento espiritual. Os invito a hacer una lista con los nombres de los enemigos y rezar un "padrenuestro" por cada uno de ellos... Que al final siguen injuriándonos o actuando como enemigos: "bendecid a los que os maldicen" y dejad el Juicio y la paga de cada uno a Dios mismo.

Evangelio Domingo VII del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,27-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»

Palabra del Señor