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martes, 31 de diciembre de 2019

Soñar. Por Fray Ángel Abarca Alonso OSB

Silos. 18:30 horas de un jueves. Día de paseo. Regreso al monasterio al anochecer, justo antes de la oración de vísperas. A la entrada del pueblo hay un enorme panel luminoso que nos desea una feliz Navidad. Camino en medio de esta noche fría. Noche de invierno, como aquella primera noche, dicen los cantos, en la que nació Jesús. Y recuerdo mi infancia envuelta en olor de estufa y humo de chimenea. Y recuerdo ese niño ilusionado por cada momento, por cada vivencia, por cada palabra. A veces quisiera volver a serlo para seguir soñando cada instante. Todo es posible en Navidad, nos decían de pequeños. Todo es posible, es verdad, cuando estás Tú.

Y sueño. Sueño con dejar un mundo mejor del que tengo entre mis manos. Sueño con un corazón más grande, más misericordioso. Sueño con ese Niño que, envuelto en pañales, siempre espera. Allí, en el pequeño establo de mi día a día. Ese Niño que, en su debilidad, es capaz de llenar toda la vida, de tocar mi carne, de cambiarme.

Niño Dios, ven, nace bien dentro, no una vez más, sino para siempre. Que tu luz lo llene todo, lo rompa todo, me rompa por dentro y me construya de nuevo. A tu imagen. Con manos de hombre, pero con corazón de Dios. Quién tuviera tu mirada, quién pudiera tocar el alma, devolver la esperanza a tantos corazones para los que no hay una Navidad feliz. Quién pudiera hacer nuevas todas las cosas. Por eso viniste a mi encuentro aquella primera Navidad: para hacerme tocar el cielo. Para estar conmigo siempre. Para decirme que me quieres.

Y sigo soñando con verte salir a mi encuentro en todos aquellos que pones en mi camino. Verte en la fragilidad, escucharte pedir posada. Quédate dentro para que viva. Quiero verte, tocarte, arrodillar mi corazón ante este gran misterio de amor. Darte el oro de mis talentos, el incienso de mi esfuerzo y la mirra de mis lágrimas. Lo que tengo. Lo que soy.

Es Navidad y sueño. Sueño con ser cada día mejor. Más alegre. Más ilusionado. Más de Dios. Y quiero soñar, una vez más. Soñar y soñarte esta Navidad y siempre.


El autor es Monje benedictino del Monasterio de Santo Domingo de Silos

No quieran buscar una segunda intención. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) Los responsables de aquel comercio no daban crédito a lo que veían sus ojos. Su tienda iba de capa caída. Es verdad que mantenían a duras penas una clientela de toda la vida y con eso aún justificaban su existencia. No se lo explicaban, porque de verdad que eran amables, cariñosos, besaban a cada viejecita, fiaban hasta fin de mes, regalaban globos a los niños los jueves y hasta montaban sus tertulias en la trastienda. Tertulias, eso sí, cada vez más escasas, pero entendían que profundas y casi imprescindibles.

Y el caso es que cerquita, casi a lado, un establecimiento aparentemente como el suyo, y dedicado al mismo tipo de productos, subía como la espuma: hasta jóvenes entraban, e incluso alguno de sus clientes de toda la vida había cambiado de hábitos de consumo.

Costó mucho. Ya pueden imaginar. Pero, aunque sin mucha confianza, el tendero mayor del languideciente negocio acudió un día al otro comercio para hablar con el responsable y preguntar por el truco.

- Porque, oiga, aquí hay truco. Seguro que ustedes tienen algún secreto, o fidelizan a la gente de forma inadecuada, o los amenazan con algo. Es que, si no, no se explica.

- Mire, no. De truco nada, y de cosas secretas menos. Simplemente cuidamos las cosas. Le voy a poner algunos ejemplos:

Nuestros empleados, para empezar, visten escrupulosamente el uniforme de la empresa, porque eso da seriedad, confianza y permite que cualquier cliente los identifique a la primera.

Tenemos un código de funcionamiento que conocen a la perfección tanto empleados como clientes, y unos protocolos perfectamente definidos, de forma que aquí todo el mundo sabe a qué atenerse.

Estamos abiertos siempre, cada vez con horarios más amplios.

- No siga, por favor, no siga… ¿Pero ¿cómo, en estos tiempos, se puede exigir uniformes? ¿Dónde queda la libertad personal? Ustedes no respetan a las personas…

¿Y un código de funcionamiento y unos protocolos perfectamente definidos? Eso se llama fundamentalismo. Hay que ser flexibles y ver cada caso.

Y además no me cuadra lo del horario. Total, unas horas definidas, las justas, y al que le interese, que se ajuste. Es mucho más lógico. ¿Todo el día con la tienda abierta? ¿Así pierden el tiempo?

Qué horror. Mucho mejor lo nuestro.

- ¿Pero ustedes tienen clientes?

- Cada vez menos. No pasa nada. Lo importante es que hagamos las cosas bien.

- ¿Y no les da pena que se estén cerrando tiendas de su cadena de comercios?

- Sí, pero si tenerlas abiertas es a costa de no respetar la libertad individual, optar por el fundamentalismo y a base de la pérdida de tiempo, mejor que cierren.

- Pues nada, ustedes mismos.

Hablamos de comercio. No quieran buscar una segunda intención.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Evangelio de la Sagrada Familia

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-15.19-23):


Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.»

Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.

Palabra del Señor

sábado, 28 de diciembre de 2019

''Familia Sagrada''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

El salmo que hemos cantado en este fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret es sin duda el más utilizado de los varios que la liturgia nos ofrece para la Eucaristía en la que se celebra el sacramento del matrimonio: Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa, tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa. Y es que la familia nace de aquí, de la unión del hombre y la mujer ante los ojos de Dios y los hombres. María y José no eran una pareja que vivía en pecado, al contrario; habían vivido su noviazgo con todas las premisas que la ley mosaica predisponía para ello, hasta el punto que el año de prometidos no se podían dar ni la mano. Y aunque lógicamente las escrituras no nos relaten cómo fue la boda de José y María, hubo boda, aunque ningún detalle tengamos de aquel emocionante acontecimiento. 

La tradición cristiana muy pronto hizo suyo ese momento tan íntimo de la Santísima Virgen, su desposorio con San José y que los artistas a los largo de los siglos han representado en pinturas, retablos, iconos, mosaicos, relieves... Marido y mujer a los ojos de Dios, como eran costumbre en el pueblo judío y como exigía la situación en la que se vieron envueltos al responder al plan de Dios para ellos constituyendo la familia de su Hijo, la familia de Dios mismo aquí en la tierra. 

Y Jesús no creció creyéndose por encima de sus propios padres, sino que como buen hijo cumplió siempre el cuarto mandamiento de la ley que manda ''honrar padre y madre''; así nos decía al respecto la primera lectura del libro del Eclesiastés: ''El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros''.

La lectura de San Pablo a los Corintios que hemos escuchado, nos suena un tanto "machista" y anacrónico cuando el apóstol dice ''Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos'', y es cierto que a nosotros nos suena un poco "fuerte", pero entendamos que en el siglo I, cuando fue escrito, las mujeres no contaban nada en la sociedad judía. Pero si en esa frase San Pablo nos suena anticuado, en su siguiente afirmación se adelanta a su tiempo al pedir: "Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas''; es decir, sed delicados, no las tratéis como objetos, sino como la que es compañera en el camino de la vida. 

El evangelio de la Sagrada Familia de este domingo, dentro de la octava de Navidad, se corresponde con a la huída a Egipto por la matanza de los inocentes a manos de Herodes. Este hecho ocurre después de la visita de los magos; sin embargo, la Iglesia nos pone hoy delante este pasaje doloroso y tierno a la vez para contemplar en él la estampa de la Sagrada Familia de Nazaret como modelo y reflejo de lo que deben ser y a lo que deben aspirar nuestras relaciones familiares. 

El sufrimiento de José y de María fue inmenso al tener que huir a prisa de Belén al desierto como si fueran criminales, adentrándose igualmente en el peligro de un largo viaje hasta Egipto y dejando tras ellos un reguero de sangre inocente de tantos niños sacrificados, cuando al que en verdad buscaba asesinar el infame reyezuelo era su pequeño Jesús. 

En ellos vemos a la familia unida ante los problemas; la familia que se pone en camino, la familia que mira al futuro y no al pasado, la familia que reza y confía en Dios, la familia que sabe ser piña en lo bueno y en lo malo. 

¿Cuántas familias a lo largo del tiempo han tenido que hacer como Jesús, José y María dejando atrás su tierra para buscar un mañana mejor para ellos? Es este un domingo especial para recordar a los emigrantes e inmigrantes, pues también la Familia Sagrada emigró, buscó refugio y anheló su propia tierra prometida. 

Es un día para pedir por la familia, por todas las familias que pasan tribulación, rupturas o desgarro por la pérdida de un ser querido -mucho más si es un niño pequeño-; por las que viven problemas personales, de salud o económicos... A todas ellas las ponemos hoy ante el portal de Belén, ante la Familia Sagrada de Nazaret que experimentó igual que ellos lo que es el sufrimiento y el dolor.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Experiencia «Pausa» de Cáritas Asturias

(Iglesia de Asturias) Hace años que el equipo de Cáritas en Asturias denuncia la existencia del fenómeno de la transmisión intergeneracional de la pobreza, que no es otra cosa que la herencia de las situaciones de exclusión que va pasando de padres a hijos. En el acompañamiento que hacen a familias con menores a cargo, desde el pasado curso pusieron en marcha una experiencia que denominaron “Pausa”, para ayudar a que las personas pudieran salir, por su propio pie, de situaciones que les mantienen en la exclusión. Dos trabajadoras del proyecto de Menores y Familia y una usuaria de “Pausa” explican en qué consiste esta experiencia:

¿Cómo llegáis a la certeza de la transmisión intergeneracional de la pobreza?

Sara Álvarez: Vemos que atendemos a los hijos de padres que ya estuvieron con nosotros. Al final forman parte de una misma rueda, de hacer las cosas de la misma manera. Ahí se ve que las personas no salen de un mismo estilo de vida, o un ambiente concreto. Especialmente mal lo pasan las familias monoparentales, porque toda la situación difícil la vive una sola persona, no tiene con quién compartirla. Es más, a veces esa figura con quien se debería compartir, en vez de ayudar, genera más conflicto. Cuando tienes muchos problemas encima y además nadie te ha enseñado a canalizar tus emociones, a pensar de una manera determinada etc., al final hay un conflicto entre la pareja que suma a todo lo demás.

Contadnos en qué consiste esta experiencia de “Pausa”.

Lorena Neira: Desde el programa Menores y Familia hace años que se empezó a trabajar con los padres además de con los menores, con formatos como escuelas de padres, etc. La idea era acompañarles en ese camino que es la crianza. Pero nos dimos cuenta de que, además de ser padres y madres, son personas con sus propias inquietudes y vivencias que a veces les dificultan aún más esa crianza. Fuimos poniendo un poco más el foco de atención en ellos, y comenzamos a ver a la familia como el sujeto directo de nuestra acción.

¿De dónde viene este nombre, “Pausa”?

Lorena Neira: El nombre representa lo que queríamos dar a entender, que era parar, coger aire, mirar un poco cómo está la persona internamente para continuar en el camino. Parar para poder seguir avanzando.

¿Y en qué consiste? 

Lorena Neira: La idea es poder crear un espacio en el que acompañamos a una serie de personas, participantes de otros programas de Cáritas. Les acompañamos en un proceso de introspección, de mirada hacia el interior, a cómo se siente la persona en los diferentes aspectos de su vida, analizar qué cosas no le dejan avanzar y a partir de ahí generar cambios.

¿Qué tipo de problemas son los que les impiden avanzar?

Sara Álvarez: Nosotros decimos que hay lugares comunes en todas las personas. Da igual de dónde se parta, porque al final lo que hacemos es reproducir el mismo modelo que hemos experimentado con nuestra propia familia. Todo eso al final acaba generando una dinámica en la que de repente uno nota que no está a gusto, de que las cosas van mal, de que los problemas se repiten. Empieza a haber un montón de síntomas pero que no son interpretados como una llamada al cambio. Por eso, desde “Pausa” se pone de relieve que las cosas pasan para algo, esa es nuestra clave. Son problemas que afectan a todas las dimensiones de la persona: desde relaciones familiares deterioradas, el hecho de no tener una red de amistades –porque a veces las personas en los procesos de exclusión lo primero que pierden son la red de amistades–, o sí que tienen amigos, pero con los mismos problemas que ellos, lo cual les impide poder salir de situaciones complicadas, etc. Cuando tú cambias internamente, todos tus escenarios de vida van cambiando, pero para que se produzca, el cambio tiene que empezar desde dentro, no desde fuera.

¿Es fácil generar ese cambio?

Sara Álvarez: Más de lo que parece. Generar un espacio ya te permite tomar consciencia de que el camino que tú vienes utilizando no funciona porque te ha llevado al camino en el que estás, que no te hace sentir bien.

¿Dónde ha tenido lugar esta experiencia? 

Lorena Neira: Lo hemos hecho en Gijón, Oviedo, Avilés y Mieres, de manera simultánea, han participado unas cuarenta personas.

¿Cómo viven los niños de las familias estos cambios? 

Hay frases reveladoras, como ¿qué le estáis haciendo a mi madre? Ellos notan, y si estás con ellos en centros de día u otros proyectos y les sigues, ves que tienen esa sensación de que algo está pasando.

¿Cómo ha sido tu vivencia con “Pausa, Noelia? 

Noelia Martínez: Participar en “Pausa” me ha cambiado totalmente la vida. Llegué con la autoestima muy baja, me ayudaron a subirla, a cambiar la imagen que tenía de mí y me dieron fuerza. Tengo un niño de 6 años, y ahora me ve alegre, porque me veía muy pasiva, con miedo, y ahora todo lo contrario. El mundo me parecía hostil y ahora me parece amigable. Me cambió todo.

Nuevo Arzobispo de Toledo

La Nunciatura Apostólica en España comunica a la Conferencia Episcopal Española (CEE) que a las 12,00 horas de hoy, viernes 27 de diciembre, la Santa Sede ha hecho público que el Papa Francisco ha nombrado Arzobispo Primado de Toledo a Monseñor Francisco Cerro Chaves, en la actualidad Obispo de Coria - Cáceres..

La diócesis de Toledo estaba a la espera de nuevo arzobispo por la renuncia por edad del que hasta ahora ha sido su prelado Monseñor Braulio Rodriguez Plaza. Monseñor Rodríguez fue nombrado arzobispo de Toledo en abril de 2009 por el Papa Benedicto XVI 

Curriculum del nuevo Arzobispo de Toledo

El Arzobispo electo de Toledo nació el 18 de octubre de 1957 en Malpartida de Cáceres (Cáceres). Cursó los estudios de bachillerato y de filosofía en el Seminario de Cáceres y los teológicos en el Seminario de Toledo, diócesis en la que fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1981. Es Doctor en Teología Espiritual por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Es miembro fundador de la Fraternidad Sacerdotal del Corazón de Cristo.

Su vida sacerdotal ha transcurrido entre las diócesis de Toledo y Valladolid. En la primera desempeñó distintos ministerios: Vicario Parroquial de San Nicolás (1981-1986); Consiliario de pastoral juvenil de la ciudad de Toledo desde 1982 y de toda la Archidiócesis desde 1983 hasta 1989; colaborador de la Parroquia de Santa Teresa (1986-1987); y Director de la Casa Diocesana de Ejercicios Espirituales (1986-1989).

Desde 1989 ejerció el ministerio en Valladolid, donde se incardinó el 20 de septiembre de 1992. Allí fue Capellán del Santuario Nacional de la Gran Promesa y Director del Centro de Formación y Espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús, desde 1989; Director diocesano del Apostolado de la Oración, desde 1990; miembro del Consejo Presbiteral Diocesano, desde 1994; Delegado diocesano de Pastoral juvenil, desde 1996; y Profesor de Teología espiritual del Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid. 

En la CEE ha sido miembro de las Comisiones Episcopales para la Vida Consagrada (2007-2017) y del Apostolado Seglar (2008-2011).

En la actualidad es miembro de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias desde 2017. Miembro de la Comisión Episcopal del Clero (2017-2020), y dentro de ésta, Presidente Nacional del Diaconado Permanente.

Autor de más de 120 libros, escritos con un lenguaje asequible para todos y dirigidos, sobre todo, a la formación espiritual de los jóvenes. Algunos de sus libros han sido traducidos a varios idiomas (francés, italiano, portugués).

Se convierte en el arzobispo número 121 de sede primada de Toledo.

Arzobispo Emérito
Mons. Rodríguez Plaza nació en Aldea del Fresno (Madrid) el 27 de enero de 1944. Desde 1960 realizó estudios humanísticos, filosóficos y teológicos en los Seminarios Menor y Mayor de Madrid. En 1973 se licenció en Teología Bíblica en la Universidad Pontificia Comillas y tras dos años de estudio, de 1979 a 1981, se diplomó en Sagrada Escritura por L΄École Biblique de Jerusalén. Además, en 1990, se doctoró en Teología Bíblica por la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos.

Recibió la Ordenación sacerdotal el 3 de abril de 1972 en Madrid y sirvió a esa diócesis durante 15 años en las parroquias de Cubas de la Sagra, San Miguel en Carabanchel y San Fulgencio. Además fue capellán de la ermita de San Isidro. Entre 1984 y 1987 fue Formador del Seminario Diocesano de Madrid.

El 13 de noviembre de 1987 fue nombrado Obispo de Osma-Soria. Recibió la ordenación episcopal el 20 de diciembre del mismo año y permaneció en la diócesis soriana hasta que fue nombrado Obispo de Salamaca el 12 de mayo de 1995. Tomó posesión el 9 de julio.

El 28 de agosto de 2002 el Santo Padre le nombró Arzobispo de Valladolid y tomó posesión de la diócesis el 13 de octubre del mismo año.


Benedicto XVI en sustitución del cardenal Antonio Cañizares Llovera, le nombra Arzobispo Metropolitano de Toledo y Primado de España el 16 de abril de 2009, ocupando el 120.º lugar en la sucesión apostólica de la archidiócesis primada.

En la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha sido miembro de las Comisiones Episcopales de Apostolado Seglar y de Liturgia, a la que también pertenece actualmente. Fue Presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de 1996 a 1999 y de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar durante dos trienios, de 1999 a 2005. Es miembro de la Comisión Permanente de la CEE en representación de la Provincia Eclesiástica de Valladolid. Desde 1995 a 2005, por designación de la Conferencia Episcopal, fue Vice-Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca (1995-2005).El 1 de marzo de 2011 es elegido por la XCVII Asamblea Plenaria presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación de la Iglesia, a la vez que miembro de la Comisión Permanente.

Braulio Rodríguez durante el pontificado en la Archidiócesis de Toledo ha impulsado distintos aspectos, como son:

- La Visita Pastoral completa durante todo su mandato, visitando todos los arciprestazgos que conforman la Archidiócesis.

- La aplicación de un Plan Pastoral Diocesano durante el periodo 2012-2021con especial atención a la evangelización y a la familia.

- La apertura de distintos colegios concertados de titularidad diocesana.

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Pregón de “novedad” (navidad)

Por todos sitios fluye la gana y el deseo del mensaje de estos días. A pesar de todo, y en medio de tanto, no nos queremos resignar al come-come de nuestros problemas cotidianos y una vez más, de nuevo, nos vamos disponiendo a la celebración consabida. Calles engalanadas, escaparates adornados, un ambiente de especial magia, con dulces típicos y donde el tiempo y las autoridades lo permiten, hasta un oportuno pregón.

Se nos pone carita de tregua, y tratamos de enterrar nuestras cuitas con sus hachas y sus hechos. Al menos un breve período en el que no nos lanzamos hirientes órdagos, y todo parece que conspira para celebrar juntos unos días de cristiana bondad. Algo así sucede en este tiempo, como siempre que ha llegado nuestra calenda navideña a esta esquina del invierno. Sí, nuevamente llama a nuestra puerta un tiempo especial, único y cada vez irrepetible, aunque parezca que nos lo sabemos ya. La Navidad tiene toda esta virtud, de sacar de nosotros lo mejor de nosotros mismos, por más que pueda estar escondido o descuidado en al arcón de nuestros entresijos. La Navidad tiene ese encanto de volver a entonar el canto de una noche de paz porque es la Noche de Dios por antonomasia y con mayúsculas.

Si pudiéramos contarnos un secreto, me gustaría poder pregonar tan en breve, este tiempo bendito, esta fiesta tan nuestra, este regalo de cielo que nos permite mirar la tierra desde unos ojos diferentes. Siempre un pregón implica una novedad, una noticia que es preciso y hasta urgente comunicar para sobre aviso de los usuarios al uso. Porque un pregón que viniera a repetir una noticia gastada, dejaría de interesarnos y levantaríamos acta de cómo no sirve para nada. Y, sin embargo, cada año nos ponemos en este afán de comunicar una noticia que sabe a novedad a pesar de ser una noticia sabida.

El viejo sabio de Israel lo acertó a cantar con un texto bellísimo de la mejor literatura sapiencial hebrea: “Cuando un silencio todo lo envolvía, y la noche estaba a la mitad de su carrera tu Palabra omnipotente, Señor, se abalanzó a una tierra condenada al exterminio” (Sab 18,14-15). Siempre nos volverá a conmover que en un silencio que nos envuelve, haya una palabra que rompa su mutismo, y que en una tierra rota y enfrentada esa palabra encienda una luz capaz de alumbrar, reconciliada, todos los caminos.

Así es la Navidad, siempre igual y siempre en trance de reestreno. Por eso, además de engalanar nuestras calles y poner guirnaldas de color en nuestro entrecejo, sabemos que hay un porqué, que hay un por quién en estas fiestas que nos llenan de alegría y esperanza. Un porqué y un por quién que tiene nombre, que logran encender de nuevo la humilde luz de Dios que nos alumbra sin deslumbrar, que nos abraza sin posesión, que nos acompaña con paciencia y discreción.

Porque la luz que el Señor encendió necesita de candeleros de hoy en donde luzca, y la gracia que nos regala precisa de manos de ahora que la repartan. Es la Navidad continua, la que no tiene guirnaldas, la que nunca caduca, pero que llena de paz y bien cada carencia y cada entraña.

Como hiciera el mismo San Francisco de Asís con aquel primer belén viviente, deseo que la Navidad sea abrazo de Dios a nuestra vida, iluminación de nuestras oscuridades y salvación de nuestros callejones sin salida. El pregón de Navidad es al mismo tiempo un pregón de novedad. Que esta santa Navidad cristiana nos llegue como el anuncio nuevo de la Buena Noticia que por venir de Dios nunca se gasta. Dios sea con nosotros en su Madre bendita. Feliz Navidad hermanos.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Evangelio de la Natividad del Señor

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

El príncipe de Gales pronuncia un mensaje de Navidad en defensa de los cristianos perseguidos

El príncipe Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales y sucesor de su madre, la reina Isabel II, ha publicado un videomensaje desde el Palacio de San Jaime, en el que ha recordado a los cristianos perseguidos en el mundo y ha instado a fortalecer “nuestra resolución para evitar que el cristianismo desaparezca de las tierras de la Biblia”.

Les dejamos la transcripción del vídeo, traducido al español, y publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. 

Mientras los cristianos de todo el mundo se preparan para celebrar el nacimiento de Jesucristo, es de vital importancia que recordemos a todos aquellos que sufren persecución por su fe cristiana.

Recientemente, tuve el gran privilegio de conocer a un sacerdote que había tenido bajo su ministerio a aquellos que en Sri Lanka resultaron tan terriblemente heridos en los ataques bárbaros de este año, en las iglesias, el día de Pascua.

Con casi 260 muertos y más de 500 heridos en esta terrible atrocidad, el domingo 21 de abril, fue el peor día de violencia contra los cristianos en la era moderna. Pero, trágicamente, no fue un ejemplo aislado.

También conocí a una hermana religiosa recientemente, que me habló de manera muy conmovedora sobre la situación en Siria, donde con inmenso coraje y en condiciones imposibles, ella brinda un apoyo crucial a los cristianos y otras personas que escapan de la violencia y la muerte.

El informe de octubre de la organización benéfica Ayuda para la Iglesia Necesitada encontró que, en una década, hasta dos tercios de los cristianos han huido de Siria. En Irak, las comunidades cristianas se han reducido hasta en un 90% en una generación.

Al recordar cómo el niño Cristo huyó con sus padres a Egipto, recordemos a los innumerables, que sufren una terrible persecución o se ven obligados a huir de sus hogares, y fortalezcamos nuestra resolución para evitar que el cristianismo desaparezca de las tierras de la Biblia.

La hermana siria que conocí, me dio un regalo, era una representación de la cabeza de Cristo crucificado, hecha de madera carbonizada recogida de una iglesia destruida por una bomba en Alepo.

Mientras marcamos ésta, la más santa de las celebraciones, en el calendario cristiano, dejadme aseguraros a los que cargáis con vuestra cruz este día que sois los que estáis más presentes en mis pensamientos especiales y oraciones más sentidas.

Y a los cristianos por todo el mundo os deseo una tranquila, segura y santa Navidad.

Papa Francisco: ¿Por qué regalar una sonrisa en Navidad?

(Aleteia) “Sonreír es acariciar, acariciar con el corazón, acariciar con el alma”. El Pontífice encontró a los empleados de la Santa Sede, por largo rato se quedó a jugar, bendecir y ‘robar una sonrisa’ a los niños presentes en el aula Pablo VI del Vaticano. 

“Jesús es la sonrisa de Dios”, expresó el papa Francisco en su discurso dirigido a los empleados de la Santa Sede y de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, con sus familias, para felicitarles por la Navidad, este sábado 21 de diciembre de 2019, en el Aula Pablo VI. 

“También aquí, en el Vaticano y en las diversas oficinas romanas de la Santa Sede, necesitamos siempre dejarnos renovar por la sonrisa de Jesús. Que su bondad desarmada nos purifique del de las escorias que muchas veces se han incrustado en nuestros corazones, y nos impiden dar lo mejor de nosotros mismos”, expresó. 
Sonreír en el trabajo

Francisco también recomienda sonreír en el trabajo y la vida diaria: “Es verdad, el trabajo es el trabajo, y hay otros lugares y momentos en los que cada uno se expresa de forma más plena y rica; pero también es verdad que en el ambiente de trabajo pasamos buena parte de nuestras jornadas, y estamos convencidos de que la calidad del trabajo va de la mano de la calidad humana de las relaciones, del estilo de vida”. 

Sonreír hace bien al espíritu. “Esto es especialmente cierto para nosotros, que trabajamos al servicio de la Iglesia y en nombre de Cristo”. 

“A veces se hace difícil sonreír, por muchas razones. Entonces necesitamos la sonrisa de Dios: Jesús, sólo Él puede ayudarnos. Sólo Él es el Salvador, y a veces lo experimentamos concretamente en nuestras vidas”. 
Sonrisa despoja de falsa seguridad


Por otro lado, advirtió de esas sonrisas que esconden autosuficiencia. “Otras veces las cosas van bien, pero también existe el peligro de sentirse demasiado seguro y de olvidarse de los demás que lo pasan mal. También entonces necesitamos la sonrisa de Dios que nos despoje de la falsa seguridad y nos devuelva el gusto por la sencillez y la gratuidad”.

Sonrisa expresión del amor 

Después de pronunciar, esta mañana, un largo discurso a la Curia romana con motivo de los tradicionales saludos de Navidad, el Papa encontró a las familias de los empleados de la Santa Sede. 

Respecto a la sonrisa, como “gesto humano” dijo que le impresionó de las personas que visitó en su ultimo viaje apostólico a Tailandia. “la gente es muy sonriente, tienen una amabilidad especial, muy noble, que se resume en este rasgo facial, que se refleja en todo su porte”. 

Entonces, señaló la sonrisa “como una expresión de amor, una expresión de afecto, típicamente humana”. Francisco la practicó en el aula Pablo VI, encontrando a varios niños a los que se acercó juguetón: a una niña de casi un año le quitó el chupo y se lo puso de nuevo para notar su sonrisa. 

Sonrisa divina 

“Cuando miramos a un bebé recién nacido, estamos inclinados a sonreírle, y si una sonrisa florece en su pequeño rostro, entonces sentimos una emoción simple, ingenua”. 

“Tantas veces los acariciamos también con el dedo, así, para que sonrían. El niño responde a nuestra mirada, pero su sonrisa es mucho más “poderosa”, porque es nueva, pura, como el agua de un manantial, y en nosotros los adultos despierta una íntima nostalgia de la infancia”. 

Francisco evocó la sonrisa del pequeño Jesús que también emocionó a sus padres: “Esto sucedió de una manera única entre María y José y Jesús. La Virgen y su esposo, con su amor, hicieron florecer la sonrisa en los labios de su hijo recién nacido. 

Pero cuando esto sucedió, sus corazones se llenaron de un nuevo gozo, que venía del Cielo. Y el pequeño establo de Belén se iluminó”.

Sonrisa de la bondad

“Jesús es la sonrisa de Dios. Vino a revelarnos el amor de nuestro Padre, su bondad, y la primera manera en que lo hizo fue sonriendo a sus padres, como todo niño recién nacido en este mundo.

Y ellos, la Virgen María y San José, por su gran fe, supieron captar ese mensaje, reconocieron en la sonrisa de Jesús la misericordia de Dios con ellos y con todos los que estaban esperando su venida, la venida del Mesías, del Hijo de Dios, del Rey de Israel”.

Dios nos sonríe

La experiencia de la sonrisa también revive en el belén: “mirar al Niño Jesús y sentir que allí Dios nos sonríe, y sonríe a todos los pobres de la tierra, a todos los que esperan la salvación, que esperan un mundo más fraterno, donde no haya más guerras ni violencias, donde cada hombre y cada mujer pueda vivir en su dignidad de hijo e hija de Dios”.

Sonrisa para acariciar el alma

En Navidad, invitó el Papa, “participando en la liturgia y contemplando también el belén, dejémonos sorprender de la sonrisa de Dios, que Jesús vino a traer”. 

“Es Él mismo, esta sonrisa. Como María, como José y los pastores de Belén, acojámoslo, dejémonos purificar y también nosotros podremos brindar a los demás una sonrisa humilde y sencilla”.

El Papa instó a regalar una sonrisa en Navidad. “Llevad esta felicitación a vuestros seres queridos en casa, especialmente a los enfermos y a los ancianos, que sientan la caricia de vuestra sonrisa. Es una caricia. Sonreír es acariciar, acariciar con el corazón, acariciar con el alma. Y permanezcamos unidos en la oración. ¡Feliz Navidad!”

domingo, 22 de diciembre de 2019

Evangelio Domingo IV de Adviento

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,18-24):

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto.

Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor

''Tiempo cumplido''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

El cuarto domingo de Adviento suele ser cada año el domingo más mariano de todo este tiempo; sin embargo, al "eclipsar" la solemnidad de la Inmaculada el segundo domingo, parece que éste brilla menos que en años pasados, más sigue teniendo su fundamental encanto maternal.

A medida que hemos entrado en esta recta final de preparación con las llamadas "ferias mayores" y las solemnes antífonas de la "O" con el día propio de Nuestra Señora de la Esperanza, nos hemos percatado ya de en quién hemos de poner nuestra mirada hoy. Tras detener nuestra atención en los profetas y en San Juan Bautista, nos centramos ahora exclusivamente en Santa María.

La liturgia de la Palabra de hoy nos habla de cómo Dios viene a salvarnos en su libérrima decisión pero apoyándose en una criatura mortal como nosotros, aunque totalmente diferente por no conocer el pecado. Dios la había predestinado a esa misión pero dejó que la última palabra y decisión -nada más y nada menos- fuera la suya.

Ella es la señal de Dios esperada por los siglos; en ella se cumple la profecía de Isaías donde nos relata cómo el rey Acáz, ochocientos años antes de Cristo, ya creía que una virgen concebiría y daría a luz al mesías. Y el profeta nos dice aún más: ''y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros''. He aquí la primera espera de la venida del Señor.

San Pablo en su carta a los Romanos les recuerda que todo lo anunciado por los profetas se ha cumplido en Cristo, nacido ''según la carne''. Tiene lugar así la primera venida, por tanto empieza un nuevo advenimiento. 

Y el evangelio aborda un aspecto imprescindible para comprender cómo también en María se cumple la Palabra, pues no es una mujer en estado de buena esperanza sin más, sino que está gestando una nueva vida en su interior sin haber perdido en ningún momento su pureza. 

En este pasaje también se nos muestra la bondad de San José, que aunque no lo entiende, aunque duda y aunque es consciente de lo que la ley marca para una situación como la que está viviendo, él se salta esa decisión que la cultura judía no sólo exige la condena sino resarcir con la lapidación el honor perdido del varón. Pero José demuestra no sólo que es justo, sino misericordioso; profundamente misericordioso y hombre de fe, anteponiendo el corazón a las reglas. El Señor premia su justicia abriéndole los ojos en sueños, de forma que comprendió la llamada que Dios le hacía -e igualmente que María acepta sin reparos- para ser esposo de su Madre, y padre de su Hijo.

Cristo ha venido; Cristo vendrá, pero estemos atentos al presente, pues nace a nuestro lado y no siempre somos buenos posaderos del Señor. Abramos nuestra alma y nuestro corazón a Dios hecho hombre que se quiere acurrucar en lo más profundo de nuestro ser cuál niño indefenso que llega y ni es bien recibido ni tiene sitio en tantas posadas. Dejémosle la nuestra para que Él nos regale la suya eternamente.

El desierto estéril; santa Isabel, estéril... pero Dios hace florecer el desierto, dice Francisco

(Rel.) El Papa Francisco ha comentado este jueves en la misa matinal en la casa Santa Marta dos escenas de la liturgia que hablan del poder de Dios para hacer brotar el bien y la vida donde otros sólo ven esterilidad.

Así, la Biblia presenta el caso de dos mujeres estériles: Isabel y la madre de Sansón. Ambas tendrán un hijo cuando nadie lo espera. En el Evangelio, la historia de Isabel hace pensar también en la historia de Abraham y Sara, dijo el Pontífice.

Y el Señor hace florecer el desierto. Ambas mujeres conciben y dan a luz. "Padre, ¿es esto un milagro? No, es más que un milagro: es la base, es el fundamento mismo de nuestra fe. Ambas conciben porque Dios es capaz de cambiar todo, incluso las leyes de la naturaleza; es capaz de dar paso a su Palabra. Los dones de Dios son gratuidad. Y esta vida de ambas mujeres es la expresión de la gratuidad de Dios", anunció el Pontífice.

San Juan Bautista y Sansón símbolos de la gratuidad de la salvación

Tanto Juan el Bautista como Sansón son, por tanto, "gratuidad de Dios", más aún, "son el símbolo -por así decirlo- de la gratuidad en nuestra salvación", dice el Papa, porque "nadie puede salvarse a sí mismo". "El único que salva es el Señor", el único capaz de salvarnos de nuestras miserias y brutalidades, y "si no te encomiendas a la gratuidad de la salvación del Señor no te salvarás", subraya. Hay que tener fe, que también es un don de Dios.

Somos estériles, todo es gracia

Precisamente para remarcar el sentido de la gracia, Francisco se remite a San Agustín exhortando a abrir el corazón a la gratuidad: "Ninguno de nosotros merece la salvación. ¡Ninguno! "Pero yo rezo, ayuno...". Sí, esto te hará bien, pero si no está esta gratuidad al inicio de todo eso, no hay posibilidad. Somos estériles. Todos. Estériles para la vida de la gracia, estériles para ir al cielo, estériles para concebir la santidad. Sólo, la gratuidad. Y es por eso que no podemos presumir de ser justos. "Padre, soy católico, voy a misa los domingos, pertenezco a esta asociación, a esta, esta, esta, esta...". "Y dime, ¿estás comprando tu salvación así? ¿Crees que esto te salvará?" Te ayudará a salvarte sólo si crees en la gratuidad del don de Dios. Todo es gracia".

Alabar al Señor por todo lo que nos da gratis

Ambas mujeres dieron a luz a hijos que serán grandes en la historia, señala el Papa deteniéndose en particular en la historia de Sansón que, gran luchador y hombre fuerte, después de haber salvado al pueblo de los filisteos, "tal vez no se preocupó por la gratuidad del don recibido", se equivocó, cayendo en manos de una mujer que lo vendió a los filisteos. Pero luego se recuperó. El Papa se refiere a su historia precisamente para recordarnos que "todos somos pecadores y que el pecado es no custodiar la gratuidad".

"Pero, ¿soy consciente de que el pecado es no custodiar la gratuidad? Y cuando voy a confesarme, ¿qué hago? ¿Digo los pecados como un loro o los digo porque siento que he arriesgado el don de la gratuidad para tener algo mío? Custodiar la gratuidad y pensar en Sansón: elegido, bueno, que hacia el final de su vida tuvo un desliz, luego se recuperó. Pero nosotros podemos, podemos resbalar y creernos redentores de nosotros mismos. El pecado es este. El pecado es el deseo de redimirnos a nosotros mismos. En estos días antes de Navidad alabemos al Señor por la gratuidad de la salvación, por la gratuidad de la vida, por todo lo que nos da gratis. Todo es gracia".

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Como un Belén viviente

Hacía frío aquella noche. Era el tiempo propio de un avanzado diciembre. Los primeros copos de nieve vistieron de blancura aquel valle donde gentes sencillas vivían honradamente del trabajo de sus manos, se querían mutuamente con un amor verdadero, y con delicada entrega se cuidaban en todo cuanto entraña la aventura de la vida.

Cristianos, eran cristianos. Con más o menos hondura en su fe creyente, con más o menos coherencia en sus vidas en lo que concierne a los amores, a los perdones, a las rencillas, a las labores y faenas diversas. Pero sucedió que recibieron una visita especial que vino a despertar su letargo religioso, poniendo motivo y razón a cuanto creían. Se trataba de alguien que por aquellos años estaba incendiando con auténtico fervor las comunidades cristianas por las que pasaba. Era San Francisco de Asís. Y esto sucedía en un pueblecito del valle de Rieti, no muy lejos de Roma, allá por el año 1223.

Sucedió que quiso ver San Francisco en aquellas oquedades de las peñas que presidían el pequeño pueblo, una especie de portalín como aquel que albergó a la Sagrada Familia en un Belén que no tenía sitio en ninguna posada para haber acogido a quien venía a salvar sus estrechas y maltrechas existencias.

Entonces, organizaron la celebración escenificando por primera vez un Belén viviente. Una joven primeriza mamá, acompañada de su esposo, llevaron bien envuelto al pequeño, fruto de su amor esponsal, emulando así la escena de aquel pesebre con María y José, teniendo a Jesús bajo sus asombradas miradas. Otros hicieron de pastores, que es lo que eran en la vida cotidiana, otros más audaces se atrevieron a cantar villancicos sin mucho ensayo precedente, y los frailes que acompañaban a San Francisco se dispusieron a celebrar la santa Misa de aquel 24 de diciembre, en la noche más buena de todas las noches. Así nació la tradición franciscana de poner un Nacimiento en nuestros hogares, en nuestras iglesias, en nuestras plazas principales, y en tantos otros lugares como son los hospitales, los colegios, los ayuntamientos, las cárceles… en cualquier rincón donde es bueno recordar vivencialmente, el milagro de un Dios que se hace hombre.

El papa Francisco nos ha regalado un breve escrito donde recuerda esta hermosa herencia religiosa del Nacimiento: «El hermoso signo del pesebre, tan estimado por el pueblo cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría… El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos… El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad. Que en la escuela de san Francisco abramos el corazón a esta gracia sencilla, dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos».

Hagamos de nuestra Navidad un Belén viviente donde testimoniar el regalo que de parte de Dios celebramos los cristianos. Feliz Navidad.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

miércoles, 18 de diciembre de 2019

P. Luis Suárez Velasco -O.P.-, nuevo mártir asturiano a los altares. Por Rodrigo Huerta Migoya

El Santo Padre, el Papa Francisco, firmó el decreto martirial del Siervo de Dios P. Luis Suárez Velasco O.P. este pasado día 11 de Diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, durante el transcurso de su encuentro con los miembros de la Congregación de las Causas de los Santos. Con ello crece el número de nuestros intercesores por la tierra asturiana ante el trono del Altísimo, y que antaño no tenía oficialmente santos reconocidos por la Iglesia; ahora ya tiene no sólo Santos sino Beatos y Venerables y otras muchas otras causas en camino.

El Sucesor de San Pedro con su firma en el decretum super Martyrio reconoce la entrega absoluta por su fe de Veintisiete nuevos mártires españoles que perdieron su vida en la persecución religiosa sufrida en España entre los años 1936 y 1937. Veinticinco religiosos dominicos, veinte en la causa llamada de Ángel Marina Álvarez y sus diecinueve compañeros mártires de la Orden los Frailes Predicadores -entre los que se encuentra el P. Luis- y otros cinco en la causa de Juan Aguilar Donis y cuatro compañeros más. Un laico de la Tercera Orden de Santo Domingo y, por último, una monja dominica de clausura del Convento de Huéscar (Diócesis de Guadix) -Comunidad que por desgracia cerró el pasado mes de Mayo tras 449 años de presencia de las dominicas en dicha localidad-.

Nuestro paisano, el P. Luis Suárez Velasco nació en Pelúgano (Aller), el 22 de Septiembre de 1897. Ingresó muy joven en la Orden de Predicadores, siendo ordenado sacerdote con 27 años en 1924. Por su capacidad para las lenguas fue enviado a estudiar Sagrada Escritura. Inició sus estudios en el Angelicum de Roma, terminando los mismos después en la École Biblique de Jerusalen, cuando era director del prestigioso Centro Arqueológico Francés el P. Marie-Joseph Lagrange O.P., verdadero promotor e impulsor de dicha Fundación.

Concluido sus estudios, en 1934 es destinado al Convento de Almagro (Ciudad Real) como Maestro de los Hermanos Cooperadores, confesor de los novicios y profesor de hebreo, griego y sagrada escritura. También asumió la formación de los jóvenes de Acción Católica de la localidad.


En el convento de los dominicos de Almagro había unos ciento diez religiosos entre colegiales, novicios, religiosos profesos, padres y hermanos legos. Más al ser verano y tiempo de vacaciones sólo había -gracias a Dios- unos cincuenta en la Casa cuando se produjeron los altercados; de haber sido en otra fecha hubieran sido -sin duda- muchos más los muertos.

El asalto a la Comunidad tuvo como causa original (como luego contarían los propios verdugos) el que creían que los frailes tenían muchas riquezas, por lo tanto, lo que querían los rapiñadores era el dinero y cualquier cosa de valor de los frailes, junto a un trasfondo de anticlericalismo alimentado desde la ignorancia y la fácil manipulación que ésta genera. Los padres dominicos llevaban en la localidad de Almagro desde 1538 siendo para toda esta comarca manchega un faro luminoso desde donde se ofreció educación a las clases más humildes y pobres, hasta el punto de habilitarse el edificio conventual como universidad desde 1550 a 1824. Los dominicos se ganaron su sitio en Almagro siendo una de las instituciones más queridas de la zona. Llegaron a abrir una imprenta para publicar temas religiosos en la llamada editorial de "Nuestra Señora del Rosario". Dicha imprenta fue ideada y promovida por el dominico asturiano Monseñor Barbado Viejo O.P., la cuál ofreció puestos de trabajo a familias necesitadas de la Villa. No les hacía realmente falta a los frailes contratar a nadie con la cantidad de religiosos que eran, pero tampoco querían quitarle el pan a otros que lo necesitaban más que ellos. No había ningunos antecedentes de que los dominicos hubieran sido "malos" con el pueblo llano en Almagro y, sin embargo, las ideologías extremistas promovieron considerarlos enemigos.

El 18 de Julio los insultos a los frailes cada vez iban a más, incluso cuando incendiaron el templo parroquial y los frailes acudieron a prisa a tratar de sofocarlo mientras era expoliado, los religiosos fueron maltratados y expulsados del lugar por los revolucionarios. El Ateneo Libertario de Almagro se esforzó en hacer campaña contra los dominicos, en especial presionando al alcalde del pueblo -que era socialista- para que les concediera autorización para fusilar a los frailes. Tras el suceso de la profanación de la Parroquia, la turba se presentó en el convento el 25 de Julio obligándoles a salir para llevarlos detenidos a una casa abandonada, la cual haría las veces de prisión para ellos. Siguieron haciendo vida de comunidad con el rezo del rosario en común, preparándose espiritualmente para la muerte anunciada, cantando la salmodias y confesándose.

Catorce religiosos fueron sacados de la cárcel y llevados a pie lejos de Almagro para ser asesinados. El primero de ellos en ser abatido fue el novicio Fray Antolín Martínez Santos O.P., martirizado el 24 de Julio de 1936 (22 años).

A tres les dijeron que los enviaban en tren a Madrid por su bien, aunque en realidad iban camino a la muerte. Sus verdugos de Almagro avisaron a sus colegas de Miguelturra de que los frailes iban en el tren hacia Ciudad Real, que paraba en esa localidad vecina. El aviso de los de Almagro a sus correligionarios fue el siguiente: Ahí os mandamos a tres pajaritos, esperamos que os ocupéis de ellos y les deis la comida con el pico. Cuando llegaron a Miguelturra fueron señalados por los que iban en el tren, entre ellos el maquinista; empezaron a gritar que eran frailes y había que matarlos, y cuando se disponían a bajar del tren fueron abatidos con tiros a quemarropa. Estos tres dominicos eran el P. José Garrido Francés O.P. (43 años) y los profesos Fray Justo Vicente Martínez O.P. (23 años) y Fray Santiago de Prado Fernández O.P. (29 años). El martirio de los tres ocurrió el 30 de Julio de 1936.

Seguidamente, otros tres dominicos fueron asesinados a la altura de Manzanares; ellos eran los profesos Fray Ricardo López López O.P. (22 años), Fray Paulino Reoyo Garcia O.P. (23 años) y Fray Santiago Aparicio López O.P. (23 años). Estos tres martirios tuvieron lugar el día 8 de Agosto de 1936.

El 14 de Agosto, una nueva horda marxista se presentó en la "prisión" a buscar otro grupo numeroso. El P. Prior trató de abogar por los colegiales más jóvenes, algunos de apenas doce años, alegando que eran meros estudiantes y no religiosos. Los milicianos no se fiaban de las palabras del superior y optaron por hacer su propia selección. Esta vez fueron trece los elegidos para el patíbulo, entre ellos el P. Luis. Los sacaron arrestados de la casa de la calle Bolaños de Almagro, y de ahí salieron del pueblo por la zona de la plaza de toros por un camino solitario para evitar que la localidad conociera su cobardía o se alertara de lo que estaba ocurriendo. Los trece frailes caminaron dos kilómetros con sus rosarios en la mano conscientes de que había llegado el final. Cuando llegaron al lugar apartado elegido por los milicianos, los colocaron en fila efectuando una descarga masiva de tiros sobre ellos. Sus hábitos bancos se tiñeron de rojo cayendo todos en tierra entre gritos de muerte, misericordia y piedad. Uno de los frailes gritó las palabras del Señor en la Cruz: Padre perdónalos por que no saben lo que hacen... Abandonaron allí sus cadáveres hasta que días después unas familias piadosas de Almagro al tener noticia de lo ocurrido fueron, aún exponiendo sus vidas al mismo final, y recogieron con cuidado y cariño los destrozados cuerpos, limpiándolos y llevándolos al cementerio para darles sepultura. Años después se levantaría una cruz para recordar el lugar regado con las sangre de estos discípulos del Señor, buenos y fieles.

Estos trece religiosos eran: el novicio Fray Fernando García de Dios O.P. (20 años); los religiosos profesos Fray Dionisio Pérez García O.P. (24 años), Fray Ovidio Bravo Porras O.P. (28 años) y Fray Arsenio de la Viuda Solla O.P. (56 años).Y nueve sacerdotes profesos, el P. Ángel Marina Álvarez O.P. (46 años) -su nombre encabeza esta causa-, el P. Manuel Fernández-Herba Pereira O.P. (58 años), el P. Antonio Trancho Andrés O.P. (36 años), el P. Natalio Camazón Junquera O.P. (63 años), el P. Eduardo Sáinz Lantarón O.P. (30 años), el P. Pedro López Delgado O.P. (39 años), el P. Francisco Santos Cadierno O.P. (23 años), el P. Sebastián Sainz López O.P. (21 años) y nuestro P. Luis Suárez Valdés O.P. (39 años).

Finalmente, cuatro dominicos que aún permanecían prisioneros en la casa-prisión de Almagro fueron trasladados a Madrid donde estuvieron encarcelados en la "cárcel modelo" primero, y después en la de San Antón. El 28 de Noviembre fueron trasladados a Paracuellos de Jarama donde fueron igualmente martirizados y asesinados. Los cuatro son ya beatos:
El Beato Fray José Delgado Pérez O.P. asesinado el 7 de Noviembre de 1936 (19 años), el Beato Fray José Prieto Fuentes O.P. asesinado el 28 de Noviembre (23 años), el Beato Fray Francisco Fernández Escosura O.P. asesinado el 3 de Diciembre de 1936 (19 años) y el Beato Fray Manuel Santiago Santiago O.P. asesinado el 3 de Diciembre de 1936 (20 años).

Esta historia, por desgracia totalmente real, ha sido retratada fielmente en la película ''Bajo un manto de estrellas'' (2014) de Óscar Parra de Carrizosa. La recomiendo vivamente para todo aquel que quiera adentrarse en la realidad histórica de la Persecución Religiosa de nuestro país en los comienzos del siglo XX. 

martes, 17 de diciembre de 2019

Actividades Adviento - Navidad


Queridos amig@s:

Desde la Parroquia os queremos hacer llegar nuestro afectuoso deseo de que estas fiestas de Navidad que se acercan sean unos hermosos días de fiesta en familia, y que el próximo año venga cargado de ilusión y paz.

A continuación os exponemos algunas de las actividades que tendremos los próximos días:

*Campaña “Selfie-Belén”. Todos los que quieran pueden mandarnos foto de su belén de casa. En la foto puede salir el peque de la casa, la mascota, la abuela o la familia al completo… Y pueden participar todas las personas de Lugones que lo deseen. Los números de “ WhatsApp” a los que podéis mandar vuestras fotos con vuestra descripción o título;  son:


 659313353 (D. Joaquín-Párroco) y 660732647 (Rosi-Sacristana).

*Celebración Penitencial de Adviento con confesiones individuales. 
Viernes 20 de diciembre, a las 17:00 horas. 


*Charla sobre El Adviento y la Vírgen María
sábado 21 de diciembre a las 17:00 horas. 


*Domingo IV de Adviento. El Domingo 22 en la Misa de las 11:00h tendremos la bendición de las imágenes del niño Jesús que nos traigáis. Cada uno podrá traer para bendecir la imagen del niño Jesús que tenga en su casa o en casa de la abuela, los tíos etc., sea de tamaño que sea. Ese mismo día a las 12:00 horas bendeciremos también el belén de la Iglesia que está en el Cabildo mirando al Parque,  y a las 13:15h tendremos el popular festival de Villancicos con todos los niños del Cate.

*Misa de Gallo
24 de diciembre a las 24:00 horas. 

*Sagrada Familia de Nazaret. El domingo 29 al celebrar la fiesta de la Familia del Señor, como novedad ofrecemos la posibilidad de bendecir dentro de la misa a todas las familias que lo deseen. Para ello deben apuntarse antes del sábado 28 y acudir toda la familia para la bendición.

*Visitas especiales En la misa de 12:30h del día de Navidad -25 de Diciembre-habrá un pequeño belén viviente, y el día de la Epifanía del Señor -6 de Enero- sus majestades de Oriente asistirán a la Misa de 12:30h.

Esperamos que esta información os sirva por si os queréis unir a nosotros en estos días tan especiales en la vida de la Parroquia. Otras actividades que tendremos de tipo más espiritual, musical o caritativas, las iremos anunciando en el “Blog” y las redes sociales de la Parroquia:

lunes, 16 de diciembre de 2019

Nuestro Patrimonio en ruinas (II)

Villavaser (Allande)


Godos (Oviedo)


Trasona (Corvera)


Puerto de Vega (Navia)



Capilla de San Roque y Santa Apolonia - Villalegre (Avilés)


Iglesia vieja de Olloniego


Santa Eulalia de Sorriba (Tineo)


Trescares (Peñamellera Alta)


Capilla Sena (Ibias)


Capilla Santa Marta (Teverga)


Capilla Valle (Belmonte de Miranda)


Soto (Aller)


Capilla Restiello (Grado)


Ferrería - La Corrada (Soto del Barco)


Capilla Mendiello - Santiago de Sierra (Cangas de Narcea)


Fondos de Vega (Degaña)


Capilla la Zoreda (Oviedo)


Capilla Molleda (Corvera)


Capilla San Pelayo - Gurulles (Grado)


Capilla Caces (Oviedo) 


Ranón (Soto del Barco)


Vibaño (Llanes)


Fios (Parres)