Proviene
del pueblo y del pueblo se siente. Nunca ha renunciado a sus raíces ni a sus
orígenes. Su fe, unida a su bondad personal y su amor por Asturias, se deja
entrever durante toda la conversación con Esta Hora, que se reproduce
seguidamente.
Pasados ya los primeros momentos de desconcierto provocados por la llamada de Nunciatura para recibir la propuesta de ser obispo auxiliar de Oviedo, “nuestro Juanín” o “el niño del cura”, como lo conocen sus amigos o sus vecinos de Villamarín de Salcedo, está “fresco como una lechuga”. Tal como lo retrató el Papa Francisco durante su primer encuentro en la plaza de San Pedro a los pocos días de ser designado auxiliar de Oviedo.
Sereno, y consciente de las nuevas responsabilidades que va a desempeñar a partir de los próximos días en el ministerio episcopal, ha decidido retirarse en días pasados a meditar en Pedreña (Cantabria) para prepararse espiritualmente.
Don Juan Antonio Menéndez Fernández se ha forjado en los asuntos de gobierno de la Iglesia desde 1991 en que fue nombrado vicario episcopal de la zona de Oriente y en 2001 vicario general de la diócesis. No es, por tanto, un novato en los diagnósticos ni en las propuestas de soluciones pastorales, porque hace 22 años que integra el “gobierno” diocesano.
En esta labor apostólica se conoce al dedillo los caminos y los vericuetos de nuestra región y, por formación generacional, mantiene una sensibilidad social grande. Le preocupan las cosas de la Iglesia, pero también las de la calle y las que afectan a las personas que hay que evangelizar en un ambiente endurecido por los efectos devastadores de la crisis económica sobre tantas familias.
Este hijo de Asturias estrena ministerio y mayor responsabilidad. Será pastor en medio del pueblo. No le faltarán la oración y el apoyo de los suyos, de los nuestros, de la comunidad, de la Iglesia, que lo constituye el sábado 8 en pastor de su verdadero pueblo.
Pasados ya los primeros momentos de desconcierto provocados por la llamada de Nunciatura para recibir la propuesta de ser obispo auxiliar de Oviedo, “nuestro Juanín” o “el niño del cura”, como lo conocen sus amigos o sus vecinos de Villamarín de Salcedo, está “fresco como una lechuga”. Tal como lo retrató el Papa Francisco durante su primer encuentro en la plaza de San Pedro a los pocos días de ser designado auxiliar de Oviedo.
Sereno, y consciente de las nuevas responsabilidades que va a desempeñar a partir de los próximos días en el ministerio episcopal, ha decidido retirarse en días pasados a meditar en Pedreña (Cantabria) para prepararse espiritualmente.
Don Juan Antonio Menéndez Fernández se ha forjado en los asuntos de gobierno de la Iglesia desde 1991 en que fue nombrado vicario episcopal de la zona de Oriente y en 2001 vicario general de la diócesis. No es, por tanto, un novato en los diagnósticos ni en las propuestas de soluciones pastorales, porque hace 22 años que integra el “gobierno” diocesano.
En esta labor apostólica se conoce al dedillo los caminos y los vericuetos de nuestra región y, por formación generacional, mantiene una sensibilidad social grande. Le preocupan las cosas de la Iglesia, pero también las de la calle y las que afectan a las personas que hay que evangelizar en un ambiente endurecido por los efectos devastadores de la crisis económica sobre tantas familias.
Este hijo de Asturias estrena ministerio y mayor responsabilidad. Será pastor en medio del pueblo. No le faltarán la oración y el apoyo de los suyos, de los nuestros, de la comunidad, de la Iglesia, que lo constituye el sábado 8 en pastor de su verdadero pueblo.
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