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martes, 19 de marzo de 2024

San José, que a tu Iglesia le preocupe antes la Santidad que la justicia social. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Celebramos al bendito San José, el glorioso Patriarca, custodio del Redentor, esposo de la Santísima Virgen, Patrono de la Iglesia Universal... De tantas maneras le podemos llamar que aún así son pocas para santo de tal grandeza e importancia. El pueblo cristiano siempre supo ver en Él un referente preclaro del varón adornado de toda virtud, de fe recia y docilidad sincera para aceptar en su vida el plan que Dios no sólo había pensado para este humilde carpintero, sino que valiéndose de él, formara parte del plan de salvación trazado desde antiguo. 

El venerable Don José Rivera, recordado sacerdote Toledano y en proceso de beatificación, solía afirmar cuando predicaba sobre la figura del padre putativo de nuestro Señor un detalle bien importante que los místicos como él han sabido ver mucho antes que los exégetas, y es que cuando los evangelios nos dicen que ''José era un hombre justo'' no se refieren a que no robaba ni que pagaba bien a unos obreros que no tenía, sino se que era un hombre santo. Por ello, cuando se nos dice ''buscad primero el reino de Dios y su justicia'', deberíamos traducirlo por ''buscad primero el reino de Dios y su santidad'', que ya lo demás se os dará por añadidura. 

Con frecuencia se ha manipulado la palabra de Dios para llevar cada cuál el agua a su molino, por ejemplo, con ese criterio que en algunas diócesis españolas se impuso en el postconcilio de que el único horizonte y meta de la pastoral diocesana era la llamada ''justicia social''. En la diócesis de Oviedo sufrimos durante décadas ese empeño de que la cumbre del cristiano era por llevar a efecto ese tan repetido término, sobre el cuál pregunté en cierta ocasión a un profesor muy devoto de San José, cuál era su fuente doctrinal en la Iglesia, y no me supo responder más allá de que leyera el Compendio de doctrina social de la Iglesia.: ¿Pero de dónde sale esto? ¿forma parte de la tradición de la Iglesia y del depósito de la fe? ¿Sería San José promotor de la doctrina social?... Vemos en San José un modelo de trabajador, esposo castísimo, y hasta le decimos ''Salvador del mismo Salvador''. Pero como diría Rafael Palmero Ramos, su único sindicato era de la madera. 

Aún así muchos fieles preguntan que hay detrás de este término. El P. Delgado, que es un gran entendido en esta cuestión despeja toda duda en varias pinceladas: ''La justicia social no está definida en ningún documento magisterial. Por lo tanto, el uso que el Papa Francisco hace del término «justicia social» no es incuestionable. El término «redistribución de la riqueza» es un término marxista, que no aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica. El término «redistribución de la riqueza» sólo aparece metido de manera bastarda en el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, que no es un libro magisterial, sino que es un compendio de citas. Pero justo donde dice «redistribución» no aparece ninguna cita. No es una doctrina de siempre, de los Santos Padres. Es una cosa nueva. La redistribución implica quitar el dinero a unos para dárselo a otros (y por eso muchos lo llaman robar). Respecto a este primer punto, lo más cerca que se llega a decir de Justicia Social se recoge en el epígrafe 1943 del Catecismo de la Iglesia Católica, que dice así: «La sociedad asegura la justicia social provocando las condiciones que permitan a las asociaciones y a los individuos obtener lo que les es debido». Y esas condiciones son justo las que proporciona el libre mercado. Explica también el padre Francisco que, en la medida en que hay libertad y un recto orden en la sociedad, las desigualdades que de ahí surgen son desigualdades justas. Por ejemplo, en la Rerum Novarum, de Leon XIII, en ningún sitio dice que se deba acabar con la desigualdad. Igualmente explica el padre Delgado que el Catecismo de la Iglesia Católica dice que la desigualdad es querida por Dios, para que los que más tienen ayuden a los que menos tienen. La Iglesia no defiende que tiene que haber una igualdad igualitarista.

Cuando el Beato Pío IX lo declaró Patrono de la Iglesia en 1870 no atravesaba precisamente el catolicismo su mejor momento: había crisis interna y persecución externa, por ello se acudió al patrocinio de San José como reza el decreto de su nombramiento: “Y puesto que en estos tiempos tristísimos la misma Iglesia es atacada por doquier por sus enemigos y se ve oprimida por tan graves calamidades que parece que los impíos hacen prevalecer sobre ella las puertas del infierno, los venerables obispos de todo el orbe católico, en su nombre y en el de los fieles a ellos confiados, elevaron sus preces al Sumo Pontífice para que se dignara constituir a san José por patrono de la Iglesia”. ¿Qué podemos pedirle en este 2024 a San José para nuestra Iglesia? ¿Qué sea más justa o que sea más santa?. Los santos españoles siempre han destacado por su profunda espiritualidad josefina, como Santa Teresa de Jesús que recomendaba: ''Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará en el camino” [2](Vida 6, 7-8). O San Josemaría Escrivá que solía llamarlo: ''Mi Padre y Señor''. Nosotros le invocamos en esta Parroquia que hoy también recuerda la colocación de su primera piedra, con las palabras del Salmo 93: ''A tu casa le conviene la santidad''. 

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