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jueves, 2 de noviembre de 2023

Marcos Argüelles, Delegado Episcopal para las Causas de los Santos: «Tenemos que fomentar la devoción a nuestros beatos»

(Iglesia de Asturias) A pocos días de la celebración de la solemnidad de Todos los Santos, entrevistamos al nuevo Delegado episcopal para las Causas de los Santos, el sacerdote Marcos Argüelles.

¿Qué celebra la Iglesia en la fiesta de Todos los Santos?

Pues celebra a la propia Iglesia y cómo Dios actúa en Ella. Muchas veces cuando oímos hablar de la Iglesia, sobre todo la gente de la calle piensa en los obispos, en los curas y en realidad la Iglesia es mucho más. Somos todos: también los laicos, los religiosos, pero no nos podemos quedar ahí, porque no solo somos los que estamos en este mundo, sino que también hay una «Iglesia triunfante», que son esas personas que ya han fallecido y que ya están en el cielo, que ya gozan de esa vida eterna junto a Dios. A ellos son a los que honramos en el día de Todos los Santos. De muchos sabemos el nombre, como san Antonio de Padua, que tanta devoción suscita en todo el mundo, pero aquí también tenemos santos asturianos como San Melchor de Quirós y otros muchos de los que no conocemos el nombre. Esos son a los que celebramos el día de Todos los Santos también.

Antes era habitual leer vidas de santos, pero hoy se les ve como personas lejanas, cuyas vidas son muy ajenas a las nuestras. ¿Qué nos dicen hoy los santos?

Todos estos santos nos enseñan que la santidad, estar junto a Dios para toda la eternidad pero preparándolo aquí, en este mundo y en nuestra vida, es posible, ya que todos podemos ser santos.
Claro, tenemos la visión de esos santos de siglos pasados. Pero también hoy en día se puede ser santo. Yo no sé si la gente recuerda un atentado que hubo en Londres hace cinco años o seis años, en el que murió Ignacio Echeverría, que era un joven católico, practicante, que por intentar salvar la vida de otras personas se enfrentó a los terroristas para no siguieran matando. Pues quieren abrir su causa de beatificación para que pueda ser ejemplo para muchos jóvenes de hoy, de que se puede ser creyente, de que se puede tener fe y de que eso no está reñido con el mundo actual.

¿Conocemos los orígenes un poco de esta fiesta?

Pues sí, los primeros santos en la iglesia eran los mártires. Eran tiempos de persecución, los cristianos morían a causa de su fe y los mártires fueron las primeras personas a los que los cristianos empezaron a tener devoción. Empezaron de alguna manera a rezarles para pedir su intercesión ante Dios. De muchos mártires se conocía el nombre. Aquí tenemos por ejemplo en la diócesis a Santa Eulalia, en Roma estaban Pedro y Pablo, pero de otros muchos, sobre todo de la persecución de Diocleciano, no se conocía el nombre de esos mártires. Pero también se los quería celebrar. Entonces es cuando en Roma, tanto en lo que es el Panteón como en una capilla que había en el Vaticano, se dedicó a todos los mártires, a todos los santos y de ahí surge esta fiesta.

Además de San Melchor de Quirós, en Asturias tenemos a un gran número de beatos cuyas causas de canonización están abiertas. ¿Podemos conocer un poquito de quiénes estamos hablando?

Pues sí. Ahora mismo en la diócesis tenemos a San Melchor, ya santo, y tenemos, aunque no sean asturianos, pero sí santos, por ejemplo los santos mártires de Turón, Inocencio de la Inmaculada y compañeros que murieron aquí y dieron su vida aquí por causa de la fe. Hay que tenerlos presentes también.

Tenemos también a San Pedro Poveda, tampoco asturiano pero muy ligado a Asturias, no nos podemos olvidar de él pues también fue mártir en el siglo XX, aquí en nuestro país.

Y tenemos también a los beatos mártires de Nembra: el párroco de Nembra, don Genaro, con cuatro feligreses también ya beatificados. Y los beatos Seminaristas Mártires de Oviedo, nueve jóvenes. Pero no se acaba la cosa con la beatificación. La meta es la canonización: ser santos. Para que pueda lograrse esa canonización es necesario un milagro. Pero para que se pueda obrar ese milagro por su intercesión, también tenemos que fomentar su devoción. Y esa es la tarea que yo desde la Delegación quiero desarrollar y que compete un poco a todos: fomentar esa devoción a los beatos, a los seminaristas mártires, a los mártires de Nembra, para que la gente les rece, les pida aquello que necesitan en su vida. Además de ellos, hay un gran número de beatos asturianos que pertenecen a congregaciones religiosas, que son quienes llevan sus causas.

No nos olvidemos también, aunque es verdad que no es beata todavía, de Praxedes, que también está muy presente en la zona de Mieres. Ella ya es Venerable, ya está en Roma la causa. Y Praxedes va por otra vía, va por la vía de Virtudes Heroicas, pues no fue mártir y también hay que propagar su devoción.

Hablando de los Seminaristas Mártires, este sábado empieza su Novena y el día 5 habrá una Vigilia de Oración, a las 20 h en el Seminario, en la víspera de su fiesta.

Es muy importante la figura de los Seminaristas Mártires y está muy presente en el Seminario. Hace tres años que dejé el Seminario y todavía lo tengo muy reciente, además me tocó vivir la beatificación como seminarista. Era algo que llevaban esperando los sacerdotes de la diócesis muchísimos años, porque muchos de los sacerdotes mayores –alguno todavía vive–, convivieron con ellos, sabían mucho de aquellos jóvenes que por el hecho de ser seminaristas fueron perseguidos y asesinados, y eso se esperaba con gran interés en toda la diócesis. Los que estábamos en el Seminario en aquel momento, vivimos ese día con una gran ilusión. Veíamos culminado un ansia que había, que era que se reconociera públicamente y que se les pudiera rezar públicamente a aquellos nueve seminaristas.

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