(El Comercio) La novena es el acontecimiento por excelencia en Covadonga, un periodo en el que el santuario se llena de fieles de toda Asturias y en cuyas misas lleva presente la Escolanía desde sus orígenes. Cuando el pasado 5 de julio el Cabildo confirmaba el fin del coro de voces blancas tras 78 años de presencia en el Real Sitio debido a la «falta de alumnos», una de las incógnitas que se abría era qué sucedería con el acompañamiento musical de la novena. Jorge de la Vega, director de la Escolanía, confirmó ayer que finalmente un grupo de «entre trece y catorce» escolanos pondrá voz tanto a las eucaristías que hoy comienzan como al día grande del 8 de septiembre. Serán tanto alumnos de este último curso como antiguos estudiantes, «como otros años», cuando ya era habitual reforzar el grupo. «Ser escolano se lleva en la sangre», subrayó De la Vega, quien fue también alumno de la Escolanía.
El ciclo final de actuaciones lo afrontan con «tristeza», pero también con «orgullo» por «estar hasta el final». «Es acabar con el honor máximo. La novena es el culmen de todo el curso, el punto máximo», afirmó. El propio Jorge de la Vega se encargará de la dirección, mientras que al órgano estará Fernando Álvarez.
La novena de Covadonga, que este año se desarrolla bajo el lema 'María, madre de la Iglesia', arrancó ayer miércoles a las 18 horas con presencia del arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González. Las misas se repetirán a diario y a la misma hora hasta el próximo jueves 7 de septiembre. El día 8, Festividad de Covadonga, la eucaristía será a las 12 horas y estará presidida por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. Esa será la misa final de las voces blancas del santuario.
Desde 1945
En este último curso fueron siete los escolanos, una cifra lejos de los más de sesenta niños que llegó a albergar en sus mejores tiempos. En ese descenso de alumnado basó el Cabildo la decisión de echar el cierre, según explicaron entonces «sopesada» y «muy dolorosa». Defendieron además que fueron «muy numerosos los intentos y las iniciativas» para evitar el cierre de toda una institución en Covadonga, donde llevaba presente desde 1945.
Hace un mes, antiguos escolanos en «desacuerdo» con la decisión de la Iglesia reclamaron acciones para evitar el fin, como incorporar alumnos en «situaciones de riesgo o vulnerabilidad», buscar un nuevo modelo de financiación o constituir un patronato «independiente del Arzobispado de Oviedo».
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