“Bendito San Cristóbal, tú que tuviste la gracia de llevar a Jesús sobre tus hombros, que tan fuerte y poderoso te sentías, y el Señor te hizo ver tu pequeñez y tu vida se llenó de luz, cuando descubriste como su fuerza y no la tuya, te hacía esta vez sí, verdaderamente fuerte. Glorioso San Cristóbal pide a tu amado Jesús, que nos libre de todo mal.
Dame Señor mano firme y mirada vigilante para que a mi paso no cause daño a nadie.
A ti Señor que das la vida y la conservas, suplico humildemente, guardes hoy la mía en todo instante.
Libra Señor, a quienes me acompañan, de todo mal: choque, enfermedad, incendio o accidente. Enséñame a hacer uso también de mi coche, para remedio de las necesidades ajenas.
Haz en fin, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirando la hermosura de este mundo logre seguir y terminar mi camino con toda felicidad.
Te lo pido, Señor, por los méritos e intercesión de San Cristóbal, nuestro Gran Patrono. Amén.”
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