(COPE) En menos de un mes conmemoraremos a la Reina de los Cielos desde la Advocación Mariana de La Merced. Hoy celebramos a San Ramón Nonato, muy vinculado a este Título en honor de La Virgen. Nacido a comienzos del siglo XIII en Portell (Barcelona), recibe este sobrenombre de Nonato porque le sacaron con vida del seno materno, una vez había muerto su madre. Desde pequeño da muestras de un gran amor a la Virgen visitando frecuentemente la Ermita de San Nicolás.
Por entonces su padre le pone al frente de sus posesiones, pero él, gracias a una profunda amistad con Pedro Nolasco, empieza a plantearse una vocación al sacerdocio, renunciando a los bienes de la tierra para tener así un tesoro en el Cielo. En una segunda misión de administrar más bienes paternos, él siente que la Virgen le pide su servicio en la Orden de la Merced, dedicada a cuidar y liberar a los reclusos.
Siguiendo la voz de la Providencia ingresa en este carisma, ordenándose también sacerdote. Pronto marcha a tierras de África a liberar a los cautivos, característica propia de la espiritualidad de los mercedarios y él así lo quiere hacer. Su anhelo por servir a Dios en los demás, le hace ponerse en el puesto de algunos presos para redimirles, sintiendo un mayor amor de la Divina Providencia por todos ellos.
Una vez vuelto a España, es nombrado Cardenal por el Papa Gregorio IX, quien le reconoce sus méritos por vivir las virtudes en grado heroico, siendo un grato ejemplo de camino de perfección en todo su ser. Sin embargo, cuando marcha a Roma, no le da tiempo ya que antes, incluso, de los cuarenta años, muere, en medio de un clamor popular que le reconoce como Santo. Las reliquias de San Ramón Nonato fueron sepultadas en la Iglesia de San Nicolás en Portell.
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