(Cofradía del Cristo de la Piedad y Nuestra Señora de la Soledad)
En estos tiempos de Pascua, de alegría porque la Luz venció a la oscuridad, la Vida a la muerte y el Amor al pecado, nuestra Madre de la Soledad debería haber cambiado sus ropas negras por las blancas de la alegría de la resurrección.
Pero no va a ser así.
Cristo nos entregó en la cruz a la Virgen María y la convirtió en nuestra Madre. Una madre que sufre por la agonía de sus hijos, que llora por todos lo que en estos tiempos oscuros están muriendo en soledad. Una madre de luto. Tantos muertos no pueden ni deben pasar desapercibidos. Son nuestros hermanos, víctimas de una pandemia cruel.
Por eso, la Junta de Gobierno de la Cofradía ha decidido, por unanimidad, mantener el luto de Nuestra Señora.
Qué Ella nos proteja a todos.
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