Su milagrosa curación de un carcinoma maxilofacial avaló la subida a los altares del padre Ormiéres
(El Comercio) La religiosa Celina Sánchez del Río, de la congregación de las Hermanas Ángel de la Guarda, falleció ayer en Valladolid a los 83 años tras enfermar hace dos semanas. Natural de Cimadevilla, fue alumna trece años y profesora, durante diecisiete más, del centro gijonés, donde, precisamente, falleció el fundador de la congregación, el padre Luis Antonio Ormières en 1890. Esta vinculación no fue casual y marcó su vida hasta el último momento. Al padre Ormières se le atribuye su curación milagrosa del carcinoma maxilofacial que le fue diagnosticado en el año 2001. Su testimonio, así como del de la doctora que la atendió y el marido de ésta -testigo de la curación- fueron vitales para que la Santa Sede aprobara la beatificación del fundador, celebración que tuvo lugar el 22 de abril de 2017 en la catedral de Oviedo.
Según explicó la propia religiosa, todo comenzó cuando acudió al dentista por unas molestias en la boca. La derivó al especialista, que le diagnosticó el cáncer. Entonces, Celina tuvo que someterse a tres operaciones en Palencia, donde estaba destinada. A pesar de las intervenciones, el carcinoma seguía avanzando y la oquedad que tenía el paladar no cerraba. En ese periodo, se mudó al colegio Canillejas, en Madrid. Allí, por prescripción médica, acudió a la consulta de un otorrino, que decidió hacerle una biopsia. El resultado de la prueba fue sorprendente: el cáncer había desaparecido «sin tratamiento».
La hermana explicó que, desde el diagnóstico inicial, las religiosas que la conocían y su propio entorno se habían encomendado al fundador de la congregación. A él atribuyeron, sin duda, su curación.
La doctora que le había operado tampoco podía creerlo, al igual que su marido, también médico y testigo de la curación. Pero lo cierto es que el agujero «se cerró espontáneamente en quince días» y no quedó rastro de la enfermedad.
No había «explicación ni clínica ni científica», por lo que la congregación decidió retomar el proceso de beatificación del padre Ormières iniciado años antes. Después de numerosos trámites -que incluyeron el testimonio de la doctora y su marido-, el papa Francisco aprobó, el 14 de enero de 2016, la beatificación del fundador de las Hermanas del Ángel de la Guarda.
Eucaristía en San Pedro
La religiosa sintió «una gran emoción» al conocer la noticia, así como un inmenso agradecimiento por todo lo sucedido. Según señaló, esos dieciséis años fueron «esenciales» en su vida por el profundo cambio experimentado en su manera de vivir la fe y la consagración. Y así lo transmitió en los encuentros que mantuvo tanto con alumnos como con padres y otros miembros de la comunidad educativa. «Habitualmente hablas de milagros y la persona no está. Pero yo estoy presente».
Sentía una profunda conexión con el padre Ormières desde niña y se ha mantenido hasta el final, pues la hermana Celina empezó a enfermar el pasado día 16, justo coincidiendo con el aniversario de la muerte del fundador. Semanas antes tuvo tiempo de disfrutar de su Gijón natal, donde había pasado parte de las navidades.
La noticia de su muerte , conocida a última hora de ayer- causó un hondo pesar en la comunidad educativa. La congregación tiene previso celebrar una eucaristía en acción de gracias por su vida la semana que viene en la iglesia parroquial de San Pedro. Por ahora, el día y la hora están por concretar.
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