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martes, 3 de abril de 2018

Presentación del Pregonero

Sr. Consiliario y Párroco, Hermana Mayor, Junta Directiva, hermanos y miembros de la Cofradía, familiares de D. Alejandro, feligreses y amigos todos:

Este año, haciendo una excepción, me ha parecido oportuno -en mi humilde atribución como ceremoniero- suprimir la presentación de nuestro pregonero, pues cuando uno se encuentra en su casa no necesita ninguna presentación elocuente o rimbombante.

El encargado de pregonar esta Semana Santa de Lugones 2018 fue elegido por muchos motivos, de los que tan sólo citaremos dos: por un lado, el formar parte de esta familia parroquial y de cofrade -por la participación de la suya propia-. Y por otra, el deseo de la Cofradía de adherirse con este sencillo guiño al Año Jubilar Mariano de Covadonga. Y lo hacemos con este M. I. sacerdote del que presumimos, como él presume, de ser hijo de este pueblo y de esta Comunidad.

Querido “Jano”:

En tu inherente deber de ser hijo de la obediencia, como decía tu querida Santa Teresa, te ha tocado nada menos que formar parte de ese admirado Cabildo de capitulares que, con mimo siempre cuidaron y cuidáis el hogar de la Madre, pulmón de Asturias y Cuna de España. Quizá la canonjía no sea todo oropel; tiene también el dejar en segundo plano la andariega pastoral entre la gente, tan querida por ti, para subir y servir al Real Sitio, lo que pudo haber supuesto particularmente otro subir a Jerusalén, pero los caminos de Dios nunca dejan de sorprendernos y por algo y para algo será que Él y Ella así lo quieran.

Nosotros, aprovechándonos de esta situación, te pedimos a ti que estas tan cerca de la Santísima Virgen, que amaneces y anocheces a sus pies, que encomiendes ante ella a Lugones para que su Hijo sea cada día más conocido aquí, donde tantos lo necesitan, incluso sin saberlo.

Te damos las gracias por aceptar ser nuestro Pregonero este año, y hacerlo en una fecha tan compleja para cualquier párroco, más aún para uno que cuenta nada menos que con catorce feligresías.

Que Dios te lo pague y premie con creces.

Lo dicho; estás en tu casa, estás en tu Iglesia, y el micro es tuyo.

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