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jueves, 30 de junio de 2016

Orar con el Salmo del Día


Sal 18

R/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

Palabras del Papa emérito Benedicto XVI en el acto con motivo del 65 aniversario de su ordenación sacerdotal


Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano
Martes 28 de junio de 2016

Santo Padre,
Queridos hermanos:

Hace 65 años, un hermano que se ordenaba conmigo decidió escribir en el recordatorio de la primera Misa, a excepción del nombre y la fecha, una palabra en griego: “Eucharistomen”, convencido de que esta palabra, en sus múltiples dimensiones, ya decía todo lo que se puede decir en este momento. “Eucharistomen” dice un gracias humano, gracias a todos. Gracias especialmente a Usted, Santo Padre. Su bondad, desde el primer momento de la elección, en cualquier momento de mi vida aquí, me conmueve, me lleva realmente, interiormente. Más todavía que en los jardines del Vaticano, con su belleza, su bondad es el lugar donde vivo: me siento protegido. Gracias también por sus palabras de agradecimiento, por todo. Y esperamos que pueda seguir adelante con todos nosotros por esta vía de la Divina Misericordia, mostrando el camino de Jesús, hacia Jesús, hacia Dios.

Gracias a usted, Eminencia [cardenal Sodano], por sus palabras que me han tocado verdaderamente el corazón. Usted ha recordado tanto la hora de mi ordenación sacerdotal, como mi visita en el 2006 a Freising, donde he revivido esto, y puedo solamente decir que así, con estas palabras siento interpretado lo esencial de mi visión del sacerdocio, mi trabajo. Estoy muy agradecido por el lazo de amistad que hasta ahora se prolonga durante mucho tiempo, desde techo a techo [se refiere a sus habitaciones que se encuentran vicinas en la línea aérea]: es casi presente y tangible.

Gracias, cardenal Müller, por el trabajo que hace para la presentación de mis textos sobre el sacerdocio en el que intento ayudar a los hermanos a entrar siempre de nuevo en el misterio del Señor, que se realiza en nuestras manos.

“Eucharistomen”: en ese momento el amigo belga quería indicar no solamente la dimensión del agradecimiento humano, sino, naturalmente, a la palabra más profunda que se esconde, que aparece en la liturgia, en la Escritura, en las Palabras: “gratias agens benedixit fregit deditque”. “Eucharistomen” nos lleva a la realidad de la acción de gracias, a la nueva dimensión que Cristo dio. Él transformó en agradecimiento, y así en bendición, la cruz, el sufrimiento, todo el mal en el mundo. Y así, fundamentalmente, transubstanció la vida y el mundo y nos dio y nos da cada día el pan de la vida verdadera, que supera el mundo a través del poder de su amor.

Al final, queremos insertarnos en este “gracias” del Señor y recibir la novedad de la vida y ayudar a la transubstanciación del mundo: que sea un mundo, no de muerte sino de vida; un mundo en el que el amor ha vencido a la muerte.

Gracias a todos ustedes. El Señor os bendiga a todos.

Gracias, Santo Padre.

Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo


Martirologio Romano: Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llámado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración. († c.67)

Origen de la fiesta
San Pedro y San Pablo son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.

Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.

El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.



La hermosa luz de eternidad inunda
con fulgores divinos este día,
que presenció la muerte de estos Príncipes
y al pecador abrió el camino de la vida.

Hoy lleváis la corona de la gloria,
padres de Roma y jueces de los pueblos:
el maestro del mundo, por la espada;
y, por la cruz, el celestial portero.

Dichosa tú que fuiste ennoblecida,
oh Roma, con la sangre de estos Príncipes,
y que, vestida con tan regia púrpura,
excedes en nobleza a cuanto existe.

Honra, poder y sempiterna gloria
sean al Padre, al Hijo y al Espíritu
que en unidad gobiernan toda cosa
por infinitos e infinitos siglos. Amén.

martes, 28 de junio de 2016

300 jóvenes asturianos irán a la JMJ de Cracovia



(Iglesia de Asturias) La JMJ de Cracovia 2016 lleva preparándose con especial intensidad en nuestra diócesis desde el encuentro de jóvenes del pasado verano en Ávila, con ocasión del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa.
Desde ese momento, todos aquellos que se plantearon participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, la segunda del Papa Francisco, han trabajado en diferentes iniciativas a lo largo del curso para poder costearse el viaje, o al menos financiar una parte. Pero no ha sido una preparación exclusivamente económica. Nadie llega a la JMJ por casualidad.

Los jóvenes que acudirán este verano a Cracovia han recibido catequesis previamente, el pasado domingo se reunieron antes de la Misa Joven en el Seminario para seguir preparándose, y el 19 de julio, martes, en la Catedral, están convocados todos los que van a participar en la JMJ, para participar de una Eucaristía del Envío presidida por nuestro Arzobispo, don Jesús.
Este año el destino de la JMJ es Cracovia. Es la segunda vez que una Jornada de este tipo se celebra en Polonia, el país natal del fundador de estos encuentros, San Juan Pablo II, después de que Czestochowa fuera su sede en el año 1991.
Desde Asturias saldrán alrededor de 270 jóvenes rumbo a la JMJ el próximo mes de julio. De ellos, 110 parten con las comunidades que el Camino Neocatecumenal tiene en Asturias, y unos 160, con el viaje organizado desde la diócesis, que en función del tiempo, se ha dividido en dos opciones: en autobús, y en avión.
Una vez allí, todos los jóvenes permanecerán unidos y participarán de las mismas actividades y catequesis, entre las que se encontrarán las de nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz, que se unirá a ellos en los días principales.
El viaje en autobús se prolongará durante dos semanas. Se ha contemplado como una peregrinación, no un viaje o excursión más, y pretende ser “todo un itinerario espiritual” con destino la JMJ, tal y como explica el Delegado de Pastoral Juvenil, el sacerdote José Manuel Vázquez.
“Haremos paradas en aquellos puntos del camino que nos parezca que pueden tener una especial relevancia en algún aspecto espiritual –describe– La primera será en Solesmes, cuna del canto gregoriano y la restauración del monacato. Allí participaremos de la espiritualidad monástica y compartiremos unas horas con los monjes. También pararemos en Colonia y visitaremos la Catedral, donde la tradición dice que están enterrados los Reyes Magos. Y recordaremos la JMJ que tuvo lugar allí, con el Papa Benedicto XVI. Después nos iremos a Berlín, donde pasaremos 2 noches y tendremos la oportunidad de visitar un campo de concentración. A continuación estaremos en la JMJ y al volver pararemos para ver la tumba de don Bosco y la Catedral de Turín, donde adoraremos la Sábana Santa, y finalmente visitaremos Padua, y Lourdes”.
El viaje alternativo es en avión, donde más de cien jóvenes se incorporarán a la JMJ el lunes 25, con vuelta el mismo domingo 31 de julio.
Una vez allí, los jóvenes asturianos seguirán el programa previsto, y vivirán la que generalmente es descrita como una de las experiencias más impactantes de sus vidas. Así lo describe el propio José Manuel Vázquez como una “experiencia esencial”, porque “la evangelización de los jóvenes hoy se hace a través de experiencias”. “A mí me gustan mucho y lo repito una y otra vez, esas palabras de Benedicto XVI cuando afirma que no se es cristiano por unas aspiraciones éticas ni por una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento con una persona. Ese encuentro te proporciona un horizonte nuevo y con ello, un nuevo sentido a la vida”.
“Con esa experiencia, eres capaz de descubrir nuevas prioridades en tu vida. Si hasta ese momento tu prioridad era el éxito profesional, sentimental, vivir lo mejor posible, ir de fiesta, consumir, etc. de repente te encuentras con alguien que cambia tus prioridades y descubres el valor de la amistad verdadera, la serenidad, la esperanza en el futuro, la misericordia con los más débiles y el valor de la misericordia contigo mismo, porque en el fondo, también eres débil”. “Esto lo puedes vivir en una JMJ o en cualquier otro acto eclesial –afirma– que puede ser la semilla que haga que todas tus prioridades cambien según el Evangelio. Tu vida no cambiará, porque será la misma, pero el horizonte sí que cambia. Y eso sucede sólo si tu cabeza mira hacia otro lado, y hay que tener en cuenta que hacia donde tú miras, es hacia donde caminas. Si miras para todo eso que te ofrece el mundo como la panacea de la felicidad, tú caminarás hacia ahí. Pero si en esa experiencia descubres otros valores, que son los valores del Evangelio, con su gran valor, que es Jesús, habrá un cambio. No será tu vida, efectivamente, pues esa permanecerá igual, pero sí la dirección hacia donde caminas”.


Año de la misericordia

El lema de la JMJ de este año es “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia”. El Papa eligió la quinta de las ocho Bienaventuranzas que pronunció Jesús en su Sermón a la orilla del Mar de Galilea para subrayar la importancia que tienen éstas, corazón de la enseñanza de Jesús. No es casual el lema, en pleno Año de la Misericordia, como tampoco es casual el lugar elegido para celebrar este encuentro, Cracovia, donde Jesús se reveló a santa Faustina, conocida como la capital de la Divina Misericordia. Los jóvenes visitarán el lugar de las revelaciones, la tumba de santa Faustina Kowalska y el santuario, desde donde san Juan Pablo II encomendó el mundo a la Divina Misericordia.
Por ello, también los santos patronos de esta JMJ son precisamente ellos: santa Faustina Kowalska y san Juan Pablo II, ambos polacos, y ambos relacionados entre sí; fue el propio Papa quien, en 1993 beatificó y en el año 2000 canonizó a Santa Faustina, instituyendo, además, el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la Divina Misericordia” para todo el mundo. Por eso, en su mensaje para esta JMJ 2016, el Papa Francisco afirma “Creo que la Divina Providencia nos ha guiado para celebrar el Jubileo de los jóvenes precisamente ahí, donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia en nuestro tiempo. Juan Pablo II intuyó que éste era el tiempo de la misericordia (...) Queridos jóvenes, Jesús misericordioso los espera. Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes. (...) Vayan a Él y no tengan miedo, para decirle: Jesús en ti confío”.

El sacerdote Arturo Pablo Ros ha sido nombrado obispo auxiliar de Valencia



La Santa Sede ha hecho público, a las 12.00 h. del día de ayer, que el papa Francisco ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Valencia al sacerdote Arturo Pablo Ros Murgadas, en la actualidad vicario episcopal de Valencia.

Como obispo auxiliar, le ha asignado la sede titular de Ursona (Osuna, Ursonen(sis) –España-, que tenía como metropolitana a Sevilla). Así ha sido comunicado por la Nunciatura Apostólica en España a la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Arturo Pablo Ros Murgadas nació el 10 de junio de 1964 en Vinalesa (Valencia). Después de haber trabajado en el sector de la banca, entró en el seminario mayor de Valencia, donde completó los estudios filosóficos y teológicos en la Facultad de Teología S. Vicente Ferrer (1987-1993), obteniendo luego la Licenciatura en Teología en la misma Facultad. Fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1993 en Valencia.

Su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Valencia, donde ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial de La Asunción, en Torrente (1993-1996); párroco de S. Vicente Ferrer y de Ntra. Sra. de la Buena Guía, además de consiliario diocesano de Cursillos de Cristiandad (1996-2000); miembro del Consejo Presbiteral (1998-2003); y formador del seminario mayor de Valencia (2000-2005).

Actualmente es párroco de Requena, desde 2006, y vicario episcopal de la Vicaría V, desde 2010.

lunes, 27 de junio de 2016

El Corazón de Jesús, Puerta de Misericordia. Por Rodrigo Huerta Migoya



El mes de Junio tiene tono enrojecido, lo iniciamos con San Justino y lo terminamos con los Santos Protomártires de la Iglesia romana. De rojo a rojo y estando en el centro, o mejor dicho, entre fecha y fecha, tenemos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, al que los cristianos dedicamos todo el mes.

Parece que hoy vivimos una notable recuperación en el cuidado y atención de esta devoción y otras significativas, tan denostadas y marginadas años atrás: la Consagración de España al Corazón de Cristo en el Cerro de los Ángeles, la Beatificación de Bernardo de Hoyos en Valladolid o la declaración de la Iglesia que fuera de los Jesuitas en Toledo como santuario diocesano de los Sagrados Corazones, han sido aliciente para iniciar el retorno del Corazón del Señor al lugar que le corresponde en nuestra patria, parroquias y en nuestras casas.

A veces hemos minusvalorado equivocadamente esta devoción al tener sin fundamentos y por "fantasía de beatas" la representación de Jesucristo señalándonos su pecho, cuando la misma escritura insiste de forma constante en este tema hasta en cerca de mil ocasiones. En palabras de Jesús: dónde está tu tesoro, allí está tú corazón (Mt 6,1).

En este año de la Miseriordia seguimos contemplando la acogida del Padre al hijo, tan bellamente expresado en el "logo" oficial realizado para esta ocasión. Igualmente, el Sagrado Corazón llama a la acogida con sus manos, con sus gestos y su mirada que traduce su mismo sentir: "compasión" (del griego con-pazós -sentir con/pasión; padecer/con...el hermano-).

Su costado abierto es Puerta Santa, fuente bautismal que borra el pecado; Santa Pasión que nos conforta y comienzo de la vida nueva que se nos fue dada por su muerte aceptada. ¿Como no va a cantar la Iglesia la gloria de Dios en liturgia tan señalada? No se concibe ser católico y no ser devoto del Sacratísimo Corazón de nuestro Salvador, pues es aquí donde cobran sentido las palabras de San Juan: ``Hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él´´(1Jn 4,16).

Jesús vivo, vive en los pobres, en los sacerdotes y, ante todo, en el Sagrario, "donde nos ama y habla", como diría el Beato Manuel Gonzalez. ¿Cuántas veces al día nos topamos con el Maestro pudiendo sentir su latido por esa herida de la lanza por el que nos invita a entrar y hacer morada en él?

¿Cuántos corazones se han parado, podrido, enfriado, petrificado, deshumanizado, por olvidarse de Él?... Que María, Madre que todo lo custodia en su interior, presente a su Hijo las inquietudes que no cesan de interrogarnos en nuestro propio interior para que Él las responda y las llene.


Horarios de Verano (JULIO Y AGOSTO)



DÍA
HORA

LABORABLES
(MÁRTES Y JUEVES)


18:00


SÁBADOS Y VÍSPERA DE FESTIVOS


18:00


DOMINGOS Y FESTIVOS

12:00

sábado, 25 de junio de 2016

Evangelio Domingo XIII del Tiempo Ordinario



Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (9, 51-62)

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»

Palabra del Señor

Deja que los muertos entierren a sus muertos. Por Raniero Catalamessa


El pasado abril se publicó el libro de Benedicto XVI «Jesús de Nazaret». He pensado comentar algunos de los próximos evangelios dominicales teniendo en cuenta reflexiones del Papa. Ante todo, alguna mención sobre el contenido y el objetivo del libro. Éste se ocupa de Jesús en el período que va desde el bautismo en el río Jordán hasta el momento de la transfiguración, esto es, desde el inicio de su ministerio público hasta su epílogo. Un volumen sucesivo, si Dios –confía el Papa- le da fuerzas y tiempo suficiente para escribirlo, se ocupará de los relatos de la muerte y resurrección, así como de las narraciones de la infancia, que se han quedado fuera de este primer volumen.

El libro presupone la exégesis histórico-crítica y se sirve de sus resultados, pero quiere ir más allá de este método, contemplando una interpretación propiamente teológica, esto es, global, no sectorial, que tome en serio el testimonio de los evangelios y de las Escrituras, como libros inspirados por Dios.

El objetivo del libro es mostrar que la figura de Jesús que se alcanza por tal vía «es mucho más lógica y, desde el punto de vista histórico, también más comprensible que las reconstrucciones con las que nos hemos tenido que enfrentar en las últimas décadas. Sostengo –añade el Papa- que precisamente este Jesús –el de los Evangelios- es una figura históricamente sensata y convincente».

Es muy significativo que la opción del Papa de atenerse al Jesús de los Evangelios encuentre una confirmación en las orientaciones más recientes y autorizadas de la propia crítica histórica, como en la obra monumental del escocés James Dunn («Christianity in the Making»), según el cual «los evangelios sinópticos atestiguan un modelo y una técnica de transmisión oral que han garantizado una estabilidad y una continuidad en la tradición de Jesús mayores que las que, desde ahí, se han imaginado generalmente».

Pero pasemos al pasaje evangélico del XIII domingo del Tiempo Ordinario. Refiere tres encuentros de Cristo en el curso del mismo viaje. Concentrémonos en uno de estos encuentros: «A otro [Jesús] dijo: "Sígueme". Él respondió: "Déjame ir primero a enterrar a mi padre". Le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios"».

El Papa, en su libro, comenta el tema aquí implícito de las relaciones de parentesco en diálogo con el rabino judío americano Jacob Neusner. Neusner ha escrito un libro («A Rabbi Talks with Jesus») en el que se imagina entre los presentes cuando Jesús hablaba a la multitud, y explica por qué, a pesar de su gran admiración por el Maestro de Nazaret, no habría podido ser su discípulo. Uno de los motivos es precisamente la postura de Jesús respecto a los vínculos familiares. En varias ocasiones, afirma el rabino, Él parece invitar a transgredir el Cuarto Mandamiento –que dice: «Honrarás a tu padre y a tu madre»-. Pide, como hemos oído, renunciar a acudir a sepultar al propio padre y en otro lugar dice que quien ama al padre o a la madre más que a Él, no es digno de Él.

A estas objeciones se responde de costumbre apuntando otras palabras de Jesús que afirman con fuerza la permanente validez de los vínculos familiares: la indisolubilidad del matrimonio, el deber de asistir al padre y a la madre. El Papa, en cambio, en su libro da una respuesta más profunda e iluminadora a esta objeción que no es sólo del rabino Neusner, sino también de muchos lectores cristianos del Evangelio. Él parte de una palabra de Jesús. A quien le anunciaba la visita de sus parientes, Él respondió un día: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?... Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt 12, 49-50).

Jesús no deroga con ello la familia natural, pero revela una nueva familia en la que Dios es padre y los hombres y las mujeres son todos hermanos y hermanas, gracias a la común fe en Él, el Cristo. ¿Tenia derecho a hacer esto?, se pregunta el rabino Neusner. Esta familia espiritual existía ya: era el pueblo de Israel unido por la observancia de la Torá, o sea, la Ley mosaica. Sólo para estudiar la Torá se permitía a un hijo dejar la casa paterna. Pero Jesús no dice: «Quien ama a su padre o a su madre más que la Torá, no es digno de la Torá». Dice: «Quien ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí». Se pone a sí mismo en el lugar de la Torá, y esto puede hacerlo sólo quien es superior a la Torá y superior a Moisés, que la ha promulgado.

El rabino judío tiene razón, según Benedicto XVI, al concluir: «Sólo Dios puede exigir de mí cuanto Jesús pide». La discusión sobre Jesús y los vínculos de parentesco (como aquella sobre Jesús y la observancia del sábado) nos lleva así, observa el Papa, al verdadero núcleo de la cuestión, que es saber quién es Jesús. Si un cristiano no cree que Jesús actúa con la autoridad misma de Dios y que es Él mismo Dios, entonces hay más coherencia en la postura del rabino judío que rechaza seguirle que en la suya. No se puede aceptar la enseñanza de Jesús si no se acepta también su persona.

Saquemos también alguna enseñanza práctica del debate. La «familia de Dios», que es la Iglesia, no sólo no está contra la familia natural, sino que es su garante y promotora. Lo vemos hoy. Es una lástima que algunas divergencias de opiniones en el seno de la sociedad actual sobre cuestiones ligadas al matrimonio y a la familia impidan a muchos reconocer la obra providencial de la Iglesia a favor de la familia, y se la deje frecuentemente sola en esta batalla decisiva para el futuro de la humanidad.

viernes, 24 de junio de 2016

Juan José Fernández, el organista de los niños. ¡FELIZ SANTO!


Lugones (Siero), F. TORRE
L.N.E. 24/06/2016

La parroquia de Lugones cuenta con dos organistas. Además del titular, Joaquín Álvarez, un feligrés se encarga, de manera altruista y completamente vocacional, de tocar para y con los niños del catecismo. 
Se llama Juan José Fernández, y si bien empezó a tocar de manera transitoria al Párroco, Joaquín Serrano, ha terminado por convertirse en una figura esencial del catecismo y del propio coro parroquial.
Juan José Fernández que cumple 76 años este verano, había estudiado solfeo en Oviedo, aunque su trayectoria laboral, que inició en los desaparecidos almacenes de Eutimio Alonso, de la capital asturiana, le alejó de la música.
``Siempre me gustó la música, aunque no tenía tiempo´´, explica Fernández. Tras el cierre de los almacenes, que se ubicaban en la Calle Pelayo y cuyo local lo ocupa ahora una tienda de una conocida cadena de ropa, el lugonense pasó a otro comercio del sector, almacenes Emilio Gallego, dónde se jubilo. 
El anterior párroco de Lugones me ofreció tocar el órgano, pero mi padre estaba muy enfermo y no pude aceptar, explica.
Tras fallecer su progenitor, y con la llegada de Joaquín Serrano , Juan José Fernández volvió a las teclas, primero para acompañar al propio párroco y después colaborar con el órgano, aunque no quiere desplazar a nadie.
``Tenemos un organista estupendo, y el coro lo dirige a la perfección la señora Patricia , profesora de guitarra.Yo sólo quiero ayudar, sentencia. Porque en la Parroquia, como en cualquier comunidad, lo importante es sumar´´. 

jueves, 23 de junio de 2016

ANIVERSARIO DE LA DEDICACIÓN DE NUESTRO TEMPLO


















Hoy damos gracias a Dios porque quiso regalarnos este templo, donde celebramos la fe y se reúne la comunidad cristiana. Hace más de 75 años se dedicó este templo consagrándolo al Señor, como lugar de encuentro con Dios y con los hermanos. La promesa de una descendencia y de una casa, hecha a David, se cumplió en Jesucristo, Hijo de Dios, que murió en la cruz y resucitó para nuestra salvación. Hoy, gracias a su Espíritu Santo, se hace actual su promesa y podemos celebrar los misterios divinos, recibir la gracia del perdón y participar en el sacramento eucarístico.

Los cristianos somos “hijos” respecto a Dios-Padre, “hermanos” respecto a Dios-Hijo y “templos” respecto a Dios-Espíritu Santo. El Señor habita en nosotros, como templos del Espíritu; pero quiere habitar también entre nosotros en este templo parroquial. Aquí se nos otorga la filiación divina en las aguas bautismales; aquí enjuaga Dios nuestras lágrimas; aquí cantamos su gloria y su alabanza; aquí renacen a la vida los fieles por la acción de los sacramentos.

Hoy damos gracias a Dios por este templo consagrado. Deseando agradecer al Señor la colaboración de todos aquellos que han contribuido a la edificación y al mantenimiento de esta obra. Sobre todo los que asumís tareas en la comunidad parroquial, anunciando el evangelio, educando en la fe, adornando y cuidando el templo, visitando enfermos, o realizando tareas diversas. Feliz día para todos los que formáis parte de la vida espiritual de esta comunidad cristiana.

Catequesis semanal del Santo Padre



Queridos hermanos y hermanas:

La súplica que el leproso dirige a Jesús: «Señor si quieres puedes limpiarme», manifiesta el deseo profundo del hombre de una auténtica purificación que lo una a Dios y lo integre en la comunidad. Esta petición, fruto de la fe y de la confianza en Dios, encuentra la respuesta en los gestos y en las palabras de Jesús, que, sintiendo compasión, se acerca, lo toca y le dice: «Quiero queda limpio».

Jesús nunca permanece indiferente a la oración hecha con humildad y con confianza, rechaza todos los prejuicios humanos, y se muestra cercano, enseñándonos que tampoco nosotros tenemos que tener miedo de acercarnos y tocar al pobre y al excluido, porque en ellos está el mismo Cristo. Con sus actos Jesús no busca el sensacionalismo, sino que cura con amor nuestras heridas, modelando pacientemente nuestro corazón conforme al suyo. El gesto mesiánico Jesús culmina con la inclusión del leproso en la comunidad de los creyentes y en la vida social: así se llega a la plena curación, que además convierte al sanado en testigo y anunciador de la misericordia de Dios.

Carta abierta al Cardenal Arzobispo de Valencia, D. Antonio Cañizares Llovera


Querido Sr. Cardenal Arzobispo de Valencia, querido hermano Don Antonio: paz y bien.

He seguido por los medios de comunicación tus declaraciones sobre la ideología de género y otras cuestiones afines. Efectivamente es nociva con todas sus variantes y estrategias, con hondo calado demagógico, político y cultural. Hay razones que quienes la esgrimen y subvencionan no siempre declaran abiertamente, sino que de modo paulatino van introduciendo sus postulados ideológicos con verdadera imposición, excluyendo a todo aquel que no acepte sus principios, sus métodos y sus objetivos.

No eres el único que has hablado claro al respecto. También algunos obispos españoles lo hemos hecho. Recientemente el Cardenal Robert Sarah lo hizo de modo magistral en Ávila. El mismo Papa Francisco no pierde la ocasión para señalar la engañifa que supone este derrotero que termina con la destrucción del hombre en su concepción creacional de varón y mujer, en un ataque tremendo a la familia y en una dictadura de la educación según sus principios, que llega incluso al uso y abuso del género gramatical hasta el ridículo. 

No estamos ante una libertad de expresión, siempre deseable cuando se conjunta con el respeto a los demás y a sus libertades. Es penosa la provocación impune que recientemente han escenificando, jugando con los sentimientos religiosos cristianos en la ridiculización de la imagen de María. Me sumo a la firme condena que ha ofrecido la Conferencia Episcopal y algunos obispos, por la profanación blasfema de las imágenes de Ntra. Sra. de los Desamparados y la Virgen de Montserrat contenida en propaganda difundida por Internet y que hiere los sentimientos religiosos arraigados en el pueblo cristiano de la Comunidad Valenciana, de Cataluña y del resto de España. Lo hemos visto igualmente en Madrid con el asalto de capillas en la Universidad. Y cómo retirando ayudas públicas a asociaciones católicas de claro compromiso social y cultural, se ofrecen e incrementan hacia otros entes afines a los inquilinos de algunas administraciones.

Pero veo con preocupación, aunque sin ningún temor ni amedrentamiento, que es una puesta en escena de estos grupos antisistema en contra de lo que sea y suene a cristiano. Grupos antisistema que han conseguido penetrar en el sistema de un ordenamiento político al que desprecian, pero que usarán con algún paño caliente para poderlo desmontar del todo a fin de imponernos el suyo que ni está ordenado debido a su vocación ácrata, ni es político como servicio a la ciudadanía y al bien común. Preocupa que pretendan trasladar cultural y políticamente a nuestra nación española, lo que con pasmo vemos que se ha ensayado y conseguido en otros lares de conocidos fracasos en el continente americano, donde la gente vive sin libertad, sin trabajo, sin comida, sin recursos para sobrevivir, sin paz, sin respeto a los derechos humanos.

Con mi abrazo solidario en el que te muestro mi cercanía fraterna en estos momentos, vaya también mi plegaria por ti y por el pueblo confiado a tu cuidado pastoral. Hemos de ser fuertes y lúcidos, muy pegados al Evangelio de la verdad que nos hace libres, muy en comunión con la Iglesia, con el Papa Francisco y con los demás obispos. 

No tenemos miedo ni estamos asustados. Acompañemos a nuestro pueblo con la verdadera tolerancia que nace de la paz y del respeto al otro, esa tolerancia que en los cristianos se nutre con la prudencia y la caridad, pero que no se arredra para dar razón de nuestra esperanza frente a los que no tienen esperanza ni saben razonar.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
21 Junio de 201

miércoles, 22 de junio de 2016

Otro baculazo de don Jesús (ya estaba tardando). Por Jorge Glez. Guadalix



Estamos tan acostumbrados a ese “nunca pasa nada”, que el día en que un obispo dice sí pasa, y hasta aquí hemos llegado, la gente enmudece de asombro para explotar en un grito “ostentóreo” de “baculazo, baculazo”.

Le ha vuelto a tocar a D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. Parece ser que habíacosas que no eran de su agrado en la forma de trabajar la pastoral penitenciaria diocesana y ha decidido algo tan simple como suspender a todos los voluntarios. Pues nada que objetar, será más o menos acertado, pero, desde luego,es competencia suya y ha decidido ejercerla.

Dicen que esos voluntarios eran gente entregada, generosa y bien formada, y que además de ofrecer formación cristiana eran expertos en consolar, ayudar, sanar heridas. Es decir, que un obispo se encuentra con un equipo de treinta y cinco personas bien formadas, entregadas, que dan catequesis como se debe y que además hacen una excelente labor caritativay decide prescindir de ellos. No se explica. A no ser que haya otras explicaciones.

¿Otras explicaciones? Pudiera ser. Y posiblemente la raíz de todo sea que hay gente en las diócesis y en las parroquias que enarbolan su propia vara de medir, con la que sacuden sus propios zurriagazos en forma de doctrina propia, liturgia propia, ideas propias, obediencia depende, derechos todos y obligaciones ninguna, y todo basado en un supuesto espíritu del Vaticano II que para todo sirve y para nada vale.

No falla. Me atrevería a colocarlo como uno de los principios de la vida pastoral: todo cura o laico clericalizado que se queja de los baculazos de su obispo lleva en sí un dictador experto en dar varetazos a todo lo que se menea en dirección ligeramente divergente a la suya.

La pastoral penitenciaria, la liturgia, la caridad, la catequesis, la vida católica de la diócesis, es responsabilidad última de su obispo. Es el obispo quien tiene que llevar a sus fieles a la santidad unas veces animando, otras corrigiendo y otras, si necesario fuera, a baculazo limpio para defender a sus fieles de los lobos de fuera y de los de dentro por más que se disfracen de ovejas, que haberlos, haylos.

El problema de todo esto es que llevamos años con demasiados obispos que mantienen el báculo guardadito entre algodones y apenas lo asoman en celebraciones solemnes, cogidito con displicencia, para que no se note demasiado que mandan, aunque este tipo de obispos el día que lo empuñan puedan causar una sarracina.

Llega un obispo, dice que en su diócesis manda él (¿se acuerdan de lo que pasó con aquellas jornadas de enseñanza?) y se monta la marimorena. Pues qué quieren que les diga, que entre el baculazo de don Jesús y el victimismo de esos voluntarios del foro Gaspar García Laviana, me quedo con don Jesús. Y que entre las teorías de Faustino Vilabrille y don Jesús, me vuelvo a quedar con don Jesús. Y viva el báculo, que estamos ya poco acostumbrados. Y que si la pastoral penitenciaria consistía en explicar las teorías de Vilabrille a los reclusos entonces si tengo un reproche, D. Jesús: demasiado ha tardado en lo del báculo.

martes, 21 de junio de 2016

Las Misas del Papa durante la JMJ de Cracovia serán en latín



(ACI Prensa) Lista de cinco novedades que tendrán lugar en la JMJ:

1.- Misas en latín y homilías en italiano

El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Papa Francisco, Mons. Guido Marini, indicó que los eventos centrales de la JMJ con el Papa Francisco- como la Misa Final - serán celebrados en latín y las homilías serán pronunciadas en italiano.

Añadió que la liturgia tendrá elementos de la Iglesia Católica Griega (rito bizantino) debido a la cantidad de peregrinos de esa región que estarán en la JMJ.

2.- Máxima seguridad


El Ministerio de Asuntos Interiores indicó que para garantizar la máxima seguridad de la JMJ se dispondrá de 20 mil policías, 2400 bomberos, 1500 guardianes de frontera y 800 miembros de la Oficina de Protección del Gobierno. Además, unos 400 soldados polacos y 350 extranjeros participarán como peregrinos en los eventos de la JMJ del 26 al 31 de julio.

3.- «Estrados de la Misericordia»

Ya se han terminado de construir los estrados en el parque de Blonia y en el Campus Misericordia donde el Papa Francisco presidirá algunos eventos principales de la JMJ como la Vigilia y la Misa Final.

Son de estilo simple, la imagen de Jesús Misericordioso está en el centro de ambos altares y en el lado izquierdo están las de San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska, considerados como «los apóstoles de la misericordia».

En la parte izquierda se ha colocado una cruz y la piedra del altar será la misma que utilizaron el Papa San Juan Pablo II en su última visita a Polonia en el año 2002 y el Papa Benedicto XVI en su visita apostólica del año 2006.

4.- Confesiones con el Papa


El 30 de julio el Papa Francisco visitará el Santuario de la Divina Misericordia Lagiewniki y se convertirá en el primer Pontífice en confesar en ese lugar. Según informó la página oficial de la JMJ, el Santo Padre confesará a cinco jóvenes en italiano, español y francés.

5.- Obras de caridad en el Campus de la Misericordia

En el Campus Misericordia -donde se celebrará el 30 de julio la Vigilia de Oración y el 31 la Misa Final con el Papa Francisco- se han construido dos obras de caridad que responden al llamado del Año de la Misericordia.

El Director de Cáritas de la Arquidiócesis de Cracovia, el P. Bogdan Kordula indicó que se está construyendo «un lugar de rehabilitación física y de esparcimiento para personas mayores. Además se acogerá permanentemente a una cierta cantidad de ancianos para «brindarles la mejor atención posible».

También se erigirá un almacén de 800 metros cuadrados que se llamará «Pan de la Misericordia» y allí se guardará la comida destinada a «los pobres de los más pobres».

El Beato Manuel González será canonizado el 16 de octubre



(Gabriel Ariza) El 16 de octubre será canonizado el beato Manuel González, obispo dePalencia entre 1935 y 1940.

El papa Francisco I presidió esta mañana el consistorio ordinario público para la canonización de cinco beatos. Entre ellos está el español Manuel González García, obispo de Palencia y fundador de la Unión Eucarística Reparadora y de la Congregación de las Hermanas Misioneras Eucarísticas de Nazaret.

González nació el 25 de febrero en Sevilla, donde fue ordenado como sacerdote en 1901 de manos del beato cardenal Marcelo Spínola. Más tarde, en 1916 fue nombrado como obispo auxiliar de Málaga, donde cuatro años después de convirtió en prelado residencial.

En 1935 el papa Pío XI lo nombró obispo de Palencia, diócesis en la que permaneció hasta 1940, falleciendo ese mismo año en Madrid.Manuel González fue enterrado en la catedral palentina.

Manuel González fue beatificado el 29 de abril de 2001 por Juan Pablo II después de que la comisión de Teólogos le atribuyera la curación de un linfoma agresivo a una mujer madrileña, un hecho que fue considerado como milagro.

Tras su canonización, el obispo González se convertirá en el primer santo enterrado en la catedral de Palencia. Tras conocerse la noticia, el recién ordenado obispo de Palencia, Manuel Herrera, ha remitido una carta al Pontífice mostrando su agradecimiento y gratitud por la canonización. De este modo, el beato Manuel González se convertirá en el primer santo enterrado en la catedral palentina.

Cáritas recuerda sus diez propuestas ante las elecciones



(Iglesia de Asturias) En el contexto de las últimas elecciones generales del pasado 20 de diciembre, Cáritas española lanzó una serie propuestas para animar a la sociedad y a la clase política a situar a la persona en el centro de todo y garantizar así sus derechos y su dignidad. Era una propuesta que surgía inspirada, por un lado, en la llamada que había hecho el Papa Francisco a la XX Asamblea General de Cáritas Internationalis, celebrada en Roma en mayo de 2015, al animarles a formar parte de “una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias inseguridades”. Al mismo tiempo, la instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal Española “La Iglesia, servidora de los pobres” supuso también otro aldabonazo. En él, los obispos apostaban por cinco principios sociales a tener en cuenta en la sociedad: el destino universal de los bienes, la solidaridad y la defensa de los derechos humanos, el bien común, la subsidiariedad y el derecho a tener un trabajo digno y estable.

Basándose en todo ello, Cáritas elaboró un documento con diez propuestas en las que reclamaba reformas concretas en aquellas políticas que más tienen que ver con el acceso de las personas empobrecidas a los derechos humanos, como son la protección social, la salud, la vivienda, el empleo digno o la cooperación al desarrollo. Todo ello, con el objetivo de que, en el marco de una sociedad libre, abierta y democrática, se incorpore al debate político una mirada y una sensibilidad hacia las periferias de la precariedad, la defensa de los más pobres, la alerta sobre el mal moral que supone la corrupción y una llamada urgente a recuperar una economía basada en la ética y el bien común.
Al tiempo que esta institución de la Iglesia católica recuerda y actualiza este decálogo –igualmente válido ante las próximas elecciones del día 26–, el último Informe anual de Foessa, en sus conclusiones, recoge datos que constatan que la salida de la crisis no está siendo igual para todo el mundo, y en concreto, alarma sobre los datos del Principado de Asturias donde aumenta la desigualdad, el riesgo de pobreza y el desempleo.
Una conclusión que ha hecho público este informe y que desde Cáritas diocesana, en boca de su Secretaria general, M.ª Luz Baeza, valoran como “muy acertado, porque somos testigos de ello, en nuestra labor habitual”. Y es que , para la Secretaria general de Cáritas estamos viviendo “en la España de las dos velocidades: por un lado, la mejora en algunos aspectos económicos, del que se benefician algunas personas, mientras que para otras, que son con las que nosotros trabajamos, vemos que siguen estando o están en peor situación y con peores oportunidades”. Dos velocidades que han provocado que se abra aún más la brecha de la desigualdad, al tiempo que las rentas medias se han reducido.
En ese sentido, desde Cáritas diocesana se recuerda que “Las pobrezas y las necesidades siguen siendo parecidas, pero en lo que se ha notado un retroceso es en el tema del empleo digno, y dentro de ello, nos estamos encontrando con que es cierto que hay personas que acceden al mercado laboral, pero a puestos de trabajo que no cubren las necesidades básicas de las personas”.
“Estas diez propuestas –señala la Secretaria general de Cáritas Asturias–, se han hecho a nivel nacional, y son importantes para que los políticos pongan el punto de mira en las personas que lo están pasando mal, porque una recuperación económica, si no va acompañada de políticas sociales que redistribuyan la riqueza, puede llevarnos a una España donde los que están bien, estén mejor, pero los que están mal, se mantengan en situaciones de exclusión que se hagan crónicas”

sábado, 18 de junio de 2016

Evangelio Domingo XII del Tiempo Ordinario


Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (9,18-24)

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»

Palabra del Señor

Comentario a la Palabra. Por Fray Gerardo Sánchez Mielgo O.P.



1ª) ¡Jesús pregunta sobre la opinión que la gente tiene de él!

¿Qué dice la gente? Llamativa y sorprendente actitud de Jesús. ¿Quién tiene interés en estas preguntas? ¿Fue Jesús realmente el que planteó estas preguntas a los discípulos? O, dicho de otra manera, ¿tenía Jesús algún interés en saber lo que las gentes opinaban de él? ¿Para qué? ¿Fue acaso la comunidad posterior a la pascua la que se encuentra con estas preguntas y respuestas? En todo caso, la figura de Jesús ha suscitado siempre preguntas inquietantes. El relato evangélico está sembrado de estas preguntas sobre Jesús. ¿Quién es Jesús? ¿Quién es este hombre que dice ser Hijo de Dios? Todas las respuestas corresponden a las esperanzas de Israel y revelan las esperanzas que las gentes abrigaban. Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El Mesías de Dios. Es delicado leer una página de los relatos evangélicos que hoy tenemos entre manos porque se entrecruzan tres planos expresados en el texto, pero que suscitan no pocas dificultades para su comprensión. Lucas escribe para una comunidad que cree ya en la realidad mesiánica y divina de Jesús. El propio Lucas comparte esta convicción. Pero esto ha supuesto un proceso lento que arranca especialmente de la pascua y del don del Espíritu.

¿Qué confesó Pedro en el momento en que Jesús le pregunta sobre su identidad? Pedro profiere una respuesta que desborda sus esperanzas mesiánicas. Israel espera la llegada de un Mesías con determinadas características. En ese Mesías cree Pedro quien, además, pudo pertenecer a algún movimiento de liberación por medios más o menos violentos. El Mesías procedía de la dinastía real davídica. Pero la respuesta de Pedro alcanza más lejos. Esta realidad, que desborda la comprensión judía del Mesías, es el reconocimiento de que es realmente el Hijo de Dios de un modo único, singular e irrepetible. Así lo cree Lucas. Hoy somos invitados, en medio de nuestras dudas y búsquedas, a dar el salto necesario que, partiendo de la humanidad de Jesús, alcance a su verdadera naturaleza y que fundamenta realmente la esperanza de la humanidad. Para esta tarea hemos sido convocados los discípulos de Jesús. Por la palabra y el testimonio sincero podemos ofrecer al mundo la clave que necesita para interpretar los avatares de su historia.

2ª) ¡Es necesario guardar el secreto, para evitar tergiversaciones y malentendidos!

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. En la estructura del relato lucano, la comprensión de las Escrituras y la persona de Jesús es tarea del resucitado que les abre la inteligencia para que puedan comprenderlas (Lc 24,25ss; 24,44ss) y puedan entrar en el misterio de su persona y de su misión y les entrega la clave para superar el escándalo de la cruz. Era necesario pasar por la cruz, momento en que se purifica la esperanza mesiánica, para poder entrar en la realidad mesiánica de Jesús. Mientras Marcos insiste en el secreto mesiánico como preocupación teológica y clave para comprender a Jesús, Lucas insiste una y otra vez en el pensamiento de que es difícil comprender a Jesús. Después del tercer anuncio de la Pasión, ya a las puertas de Jerusalén y después de un largo viaje en que dedicó mucho tiempo a la enseñanza de sus discípulos, escribe Lucas: Ellos, sin embargo, no entendieron nada de esto; aquel lenguaje les resultaba totalmente oscuro. Y no podían comprender el sentido de sus palabras (18,34). La pascua proyectará la luz que necesitan para entrar en su misterio. Hoy como ayer, el creyente ha de estar atento para que no se desvirtúe el verdadero mesianismo, la verdadera misión de la Iglesia en el mundo. Comprometida con lo temporal, anuncia y proclama que el verdadero mesianismo, la verdadera esperanza de los hombres trasciende la historia, la temporalidad y las barreras de este mundo.

Concierto en la Basílica de San Juan el Real


La Schola Cantorum de la Basílica de San Juan el Real ha organizado un ciclo de conciertos que comenzaron ayer miércoles y que se prolongará, durante todos los días, hasta el viernes 24 de junio.
En esta iniciativa participarán diversos coros asturianos, de Oviedo, Gijón, Langreo y Nava. Todos ellos cantarán en la misa de las ocho de la tarde y al finalizar ésta, ofrecerán un concierto a los asistentes.

viernes, 17 de junio de 2016

Nota a la feligresía sobre "Mi primera Biblia", de la editorial Susaeta


En estas recientes fechas de Primeras Comuniones, hemos apreciado con agrado que además de los detalles de tipo religioso con los que la Parroquia obsequia a los niños, son también frecuentes éstos por parte de familiares. Con ello colaboran también a su manera al enfoque espiritual de día tan importante con el detalle de una cruceita o una medalla, un misalillo, un rosario y algo muy importante: el librito de "Mi primera Biblia"... La Biblia es un tema serio; no hablamos de un poco de literatura sino del Verbo de Dios por el que entró la Luz al mundo (1).

Por este motivo, al ser conocedores de la mala traducción respecto del texto oficial propuesto desde la Conferencia Episcopal Española, con algunas expresiones heterodoxas y en la línea herética de los primeros siglos que aparecen en una Biblia muy demandada para niños y jóvenes, desde esta Parroquia rogamos a las familias que no la adquieran, evitando así la confusión de grandes y pequeños sobre las verdades de nuestra fe. 

La traducción de los textos sagrados no es "pecata minuta", sino una misión que ha de llevarse a cabo con suma delicadeza, minuciosidad y, sobre todo, fidelidad doctrinal, algo que ya señalara el Beato Pablo VI (2).
Así mismo, exhortamos cordialmente a la editorial Susaeta para que busque la forma de subsanar los errores doctrinales que contiene dicha edición y la retire del mercado, aclarando lo que está mal para futuras publicaciones; de lo contrario, dicho material no debería ser distribuido a librerías católicas.

El ejemplo más llamativo y "grave" en el relato evangélico de la institución de la Eucarística, el texto pone en boca de Jesús las siguientes palabras: ``este pan simboliza mi cuerpo que será ´´... y, seguidamente dice: ``éste cáliz simboliza mi sangre´´... Con estas expresiones se está rechazando la presencia real de Cristo en la Eucaristía, posicionándose en un contexto doctrinal próximo a los "Testigos de Jehová" y otras corrientes de pensamiento teológico protestante.

Nosotros, como católicos, creemos que la presencia real de Cristo en la Santa Hostia. «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (3)

Lugones a 15 de junio de 2016

(1) Prólogo de la nueva Biblia para jóvenes de la colección YouCAT
(2) Dei Verbum nº 22
(3) Misterium Fidei nº 39

Un tigre, una cría de pantera, marionetas, artistas de circo... una alegría que el Papa bendice


(Rocio Rancho/ Zenit)
El Aula Pablo VI en el Vaticano se convirtió este jueves 16 de junio en el escenario de los artistas callejeros que se encuentran en Roma para celebrar el Jubileo de la Misericordia.

Fueron numerosos los artistas: músicos, acróbatas, titiriteros que se reunieron en la plaza del Vaticano... Y hasta un tigre o una pantera bebé también quisieron conocer al Papa Francisco.

Los detalles de la visita al Vaticano de estos "artesanos de la fiesta", como los define el Pontífice los cuenta Zenit.



Desfile de artistas

Primero, un grupo de bailarines de Kenia actuó a la llegada del Papa Francisco. Después fue el turno de un titiritero que con marionetas provocó carcajadas a todos los presentes, incluido el Santo Padre, que seguía con atención y diversión la representación.

La música interpretada por el grupo chileno El pastelito, y las acrobacias de un grupo de jóvenes artistas y de cuatro hermanos cerraron el turno de las actuaciones. Incluso, un tigre y una cría de pantera pasaron por el escenario y el Pontífice se acercó a acariciarlos.Todo ello en un ambiente festivo y alegre como era propio para esta ocasión.

“Artesanos de la fiesta, de la maravilla, de la belleza: con estas cualidades enriquecen la sociedad de todo el mundo, también con la ambición de alimentar sentimientos de esperanza y confianza". Así define el papa Francisco a los feriantes, artistas callejeros y circenses que ha recibido este jueves en la audiencia dedicada a los participantes de este Jubileo del espectáculo ambulante y popular

Y esto lo hacen –ha observado el Santo Padre– mediante exhibiciones que tienen la capacidad de elevar el alma, mostrar la audacia de ejercicios particularmente complicados, fascinando con la maravilla de la belleza y proponer ocasiones de sana diversión.

Asimismo, aseguró a los presentes que la “fiesta y la alegría” son signos característicos de su identidad, su profesión y vida, y que en el Jubileo de la Misericordia no podía faltar esta cita.



Testigos de la fe

Además, el Santo Padre ha indicado que estos artistas tienen un recurso especial ya que con sus continuos viajes pueden “llevar a todos el amor de Dios, su abrazo y su misericordia”. Pueden ser –ha añadido– comunidades cristianas itinerantes, testigos de Cristo que están siempre en camino para encontrar también a los más alejados.

Por otro lado, el Papa felicitó a los presentes porque en este Año Santo, han abierto sus espectáculos a los más necesitados, a pobres y sin techo, presos y jóvenes desfavorecidos. También esto es misericordia, “sembrar belleza y alegría en un mundo a veces sombrío y triste”.

Asseveró que el espectáculo ambulante y popular es la forma más antigua de entretenimiento; está en manos de todos y dirigido a todos, pequeños y grandes, en particular a las familias; difunde la cultura del encuentro y la sociabilidad en la diversión. Por ello, Francisco precisó que sus espacios de trabajo pueden convertirse en lugares de agregación y de fraternidad. Así, les animó a estar siempre abiertos a los pequeños y necesitados y ofrecer palabras y gestos de consuelo a quién está cerrado en sí mismo.



Un bien para la sociedad

El Santo Padre, consciente de que por el trabajo que realizan es difícil que pertenezcan a una comunidad parroquial de forma estable, les ha invitado a “tener cuidado de su fe”, y aprovechar todas las ocasiones para “acercarse a los sacramentos”. Del mismo modo pidió a las iglesias particulares y parroquias a estar atentas a las necesidades de la gente ambulante. La Iglesia –ha asegurado– se preocupa de los problemas que acompañan la vida itinerante y quiere ayudar a eliminar prejuicios que a veces les dejan un poco a los márgenes.

Para concluir les recordó que deben siempre realizar su trabajo con amor y cuidado, confiados en que Dios les acompaña con su providencia, siendo “generosos en las obras de caridad, disponibles a ofrecer los recursos y el genio de sus artes y profesiones”.

Y finalmente, recordó a los presentes el bien que hacen a la sociedad, quizá muchas veces sin ni siquiera darse cuenta, o sin saberlo, en un trabajo que “siembra mucho bien”.

Libertad de pensamiento. Por Juan Manuel de Prada



(XL Semanal)

En 1984, explicando las artimañas empleadas por el Partido para transformar el pensamiento de la gente, George Orwell relata que ocupaba un lugar preferente hacer creer que «tanto el pasado como el mundo externo existen sólo en la mente». Ante lo que Winston Smith, el protagonista de la novela, se rebela, diciendo: «El mundo material existe, sus leyes no cambian. Las piedras son duras; el agua, líquida; los objetos sin sujeción caen hacia el centro de la Tierra. La Libertad significa libertad para decir que dos más dos son cuatro. Si eso se admite, todo lo demás se da por añadidura». La libertad, para Orwell, se funda en la verdad; y ya se sabe que nada ofende tanto (sobre todo en épocas de engaño universal) como la verdad. Por eso todos los tiranos que en el mundo han sido han tratado de escamotear la verdad de las cosas; y el hombre libre ha aspirado a desentrañarla. En esto debería consistir la 'libertad de pensamiento'. Pero... ¿de veras esta es la 'libertad de pensamiento' que hoy proclamamos?

No puede serlo por la sencilla razón de que nuestra época no reconoce la existencia de la verdad, que Orwell consideraba premisa de la libertad. El subjetivismo niega que la verdad de las cosas pueda ser conocida, pues considera que el entendimiento está limitado por la experiencia. El relativismo afirma que lo que las cosas son desde nuestra perspectiva y coyuntura no lo serían si la perspectiva y la coyuntura fuesen distintas. El escepticismo, en fin, nos impone dudar de todo, pues considera que somos incapaces de alcanzar la verdad. La verdad cierta de las cosas se ha evaporado del todo, lográndose aquel anhelo del Partido que exigía que tanto el pasado como el mundo externo sólo existiesen como figuraciones mentales. Curiosamente, esto no ocurre bajo un poder dictatorial como el que imaginó Orwell, sino bajo regímenes democráticos. Pero tal vez, como afirmaba Kelsen en De la esencia y valor de la democracia, «la causa democrática aparecería desesperada si se partiera de la idea de que puede accederse a verdades y captarse valores absolutos».

Al no reconocerse la existencia de la verdad (o ante la imposibilidad de acceder a ella), ya no puede existir adecuación del intelecto a las cosas (que era la definición aristotélica de verdad). Abolida la verdad, se invocó en un principio la objetividad, que presupone imparcialidad; pero nadie puede creer seriamente que un sujeto que no reconoce la existencia de la verdad pueda ser otra cosa sino subjetivo. Luego, el concepto de objetividad fue sustituido por los de sinceridad o autenticidad, que ya sólo pueden presumir de «decir lo que uno piensa (o siente)». La verdad se convierte, entonces, en coherencia con las ideas propias, que naturalmente habrán de ser subjetivas; pero, una vez sustraída la adecuación del intelecto a las cosas, ¿cómo sabemos que esas ideas que creemos propias no son en realidad ideas inducidas por otros? ¿Cómo sabemos que estamos diciendo lo que pensamos y no lo que otros nos han 'predispuesto' o 'enseñado' a pensar? ¿Cómo sabemos que estamos pensando y no tan sólo 'sintiendo'? A fin de cuentas, nada hay tan 'sincero', tan 'auténtico', como la expresión de sentimientos. Y nada tampoco tan fácil de excitar, de estimular y, en definitiva, de inducir: no hace falta sino comprobar la facilidad con que unas imágenes lanzadas a través de la tele logran indignarnos o conmovernos; o la celeridad con la que logran 'movilizarnos' a través de las redes sociales. Cuando la verdad ha sido sustraída, nada más sencillo que 'suministrar' pensamientos que nos hagan sentir auténticos.

Así lo creía Adam Smith, cuando afirmaba que, «en las sociedades opulentas, pensar es una operación muy especial, reservada a un reducido número de personas, que suministran todo el pensamiento que debe disponer la multitud de los que penan». Así también Rousseau, cuando explicaba cómo se 'creaba' la llamada cínicamente 'opinión pública': «Corregid las opiniones de los hombres y sus costumbres se depurarán por sí mismas». En Un mundo feliz, la fábula futurista de Huxley, esta 'libertad de pensamiento' se creaba durante el sueño, mediante un mecanismo repetitivo que hablaba sin interrupción al subconsciente; en nuestra época, se logra a través de los métodos de control social y condicionamiento de los espíritus de todos conocidos, que nos enseñan lo que podemos pensar y lo que debemos rechazar, lo que conviene decir y lo que conviene callar, para poder seguir siendo aceptados en la manada y acogidos en el redil, donde nos aguardan en el comedero los pensamientos permitidos que podemos rumiar y deglutir tranquilamente, para alivio de nuestras penas.

Carta semanal del Sr. Arzobispo


Ejercer un derecho. No pedir un privilegio

La formación cristiana en la escuela es un derecho de padres y alumnos. No es un privilegio o una concesión que las autoridades nos hacen, aunque tantas veces lo presenten así personas o grupos sociales con indudable insidia. Ese derecho está expresamente reconocido y garantizado en Declaraciones y Pactos internacionales, en la Constitución Española y en el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español. Por eso mismo, desde hace años, trabajamos para que la enseñanza religiosa escolar tenga la consideración jurídica y el trato académico, la estima familiar y la consideración social que merece por su importante aportación al pleno desarrollo de la personalidad humana.

La clase de Religión Católica busca respuestas a las grandes preguntas que todos nos hacemos, y aporta razones para amar, para creer y esperar. Se integra armónicamente en el conjunto de conocimientos y convicciones que concurren en el proceso educativo del alumno. Facilita el diálogo de la fe con la cultura, y esto ayuda a comprender las manifestaciones artísticas y culturales de nuestro pueblo, del mundo en que vivimos. Se conocen mejor otras religiones y culturas, aprendiendo a convivir. Descubre los fundamentos de la dignidad de la persona humana, ofrece un estilo de vida individual y social, suscita la conciencia de los propios derechos y de los correlativos deberes, impulsa hacia la generosidad y contribuye de este modo a la formación integral de la persona.

No es una catequesis en la escuela, que para eso ya está y debe estar la parroquia. Sino que se trata de una verdadera dimensión educativa, un factor que se necesita para poder comprender culturalmente ese dato que llamamos religión. Desde siempre el hombre ha ido percibiendo y describiendo a su manera la relación con el Misterio, la relación con Dios. Así, desde la época de las cavernas más ancestrales hasta el hombre de la tecnología más espacial, todos han sabido generar una expresión cultural respecto de ese Misterio que llamamos Dios. En nuestra historia hispánica y europea, esta relación con Dios ha tenido un punto de encuentro totalmente particular con el Cristianismo. Aunque no todos sean practicantes, sí que todos son culturalmente cristianos. Ignorar este factor significaría no entender, por desidia o por desdén, algo que nos constituye como pueblo y como civilización. La cultura que ha generado el Cristianismo, el derecho, las iniciativas sociales, las páginas de heroico testimonio y santidad, la literatura, la música, la escultura, la pintura, la arquitectura, todo quedaría relegado a una torpe censura en aras de un inculto prejuicio y de una ignorante ideología.

No es por eso un privilegio el que reclamamos, sino un derecho beneficioso, que permite que nuestras generaciones más jóvenes crezcan mejor formadas, sin censuras ni ignorancias que harían de menos su bagaje cultural. El factor religioso incluso desde el punto de vista cultural, supone el asomo a una serie de valores altamente humanizadores que permiten que las personas sepan que existe la excelencia del bien, de la paz, de la solidaridad, de la verdad, y de la apertura a Dios, cuya grandeza ni nos humilla ni nos enajena. Es un Dios amigo que no nos enemista con los demás, si es el Dios verdadero. Apuntar o apuntarse a la religión Católica en la escuela, es una manera de cultivar una visión del mundo, tener un juicio sereno sobre las cosas, e ir asimilando la sabiduría bella y bondadosa que la cultura cristiana ha sido capaz de generar.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

Gestos y posturas corporales en misa. Por Jorge Glez. Guadalix



Ayer alguien me preguntaba por las diferentes posturas que hay que mantener en la misa. La respuesta no tiene mayor complicación, aunque en la práctica veamos las posibilidades más llamativas.

Decir que sobre la celebración de la santa misa según el misal de Pablo VI, hay dos documentos que entiendo fundamentales. Uno es la “Instrucción general del misal romano”, y el otro la instrucción “Redemptionis Sacramentum”. No son documentos excesivamente largos, y además no tienen nada de farragosos. Se entiende todo perfectamente.

En concreto, sobre las posturas de los fieles en la celebración de la eucaristía, hay que leerse el número 43 de la Instrucción general del misal romano que lo explica perfectamente. Otra cosa es que también en este punto se hayan ido colando pequeños vicios que al final resulta muy difícil extirpar (que no imposible).

No son cosa baladí los gestos y posturas corporales, porque el ser comunidad también requiere que en lo externo se viva una cierta uniformidad. Por eso que cada cual se siente o levante cuando le plazca, responda o no según sus apetencias o entre y salga de la misa cuando quiera no deja de ser una forma de despreciar el sentido de la celebración. Ser comunidad también en se nota en la unanimidad de los gestos externos.

Esto dice exactamente la Instrucción general del misal romano sobre gestos y posturas corporales:

43. Los fieles están de pie desde el principio del canto de entrada, o bien, desde cuando el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta inclusive; al canto del Aleluya antes del Evangelio; durante la proclamación del Evangelio; mientras se hacen la profesión de fe y la oración universal; además desde la invitación Oren, hermanos, antes de la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa, excepto lo que se dice más abajo.
En cambio, estarán sentados mientras se proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial; durante la homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio; también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio después de la Comunión.
Por otra parte, estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan, durante la consagración. Pero los que no se arrodillen para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.

¿Vicios adquiridos? Básicamente dos.

Uno de ellos, el permanecer sentados hasta el inicio del prefacio, cuando el pueblo debe levantarse en el “orad hermanos para que este sacrificio…”. Sin embargo es muy fácil de arreglar. Basta en ese momento que el sacerdote haga un ligero gesto con la mano invitando a ponerse en pie y en pocas semanas la gente lo aprende.

El otro vicio, lo de no arrodillarse en la consagración. Lo que es un gesto de adoración, hay quien lo identifica como una humillación, y dicen que como tienen la dignidad de hijos que de arrodillarse nada. Pues qué bien. Tan vicio que hay parroquias que carecen de reclinatorios. Debe ser que el párroco es tan democrático que prohíbe arrodillarse por sus narices. Las cosas de la libertad. Este tiene peor arreglo. Porque los que se quedan de pie por ignorancia aprenden y sin problemas. Lo malo son los que han decidido que no se arrodillan “por principio". En esto las religiosas “modernas” son irreductibles: antes muertas que de rodillas.

Sobre vicios y errores en la celebración, a veces sin mala voluntad, la lectura de la instrucción “Redemptionis Sacramentum” no tiene precio.

Blasfemos y cobardes. Por Guillermo Juan Morado.



Faltar públicamente al respeto a Dios o, por extensión, a la Virgen María, a los santos o, incluso, a la Iglesia, se ha convertido, parece, en un recurso fácil de promoción personal o de agitación política, por parte de “artistas” con afán de notoriedad o de grupos radicales igualmente necesitados de que se hable de ellos.

Es ciertamente lamentable que estas cosas sucedan. Y uno, que las repudia, siempre se ve, a la hora de repudiarlas, en una especie de dilema. No se sabe qué es mejor o peor. Darle notoriedad a un blasfemo – persona o colectivo - es propiciar que se hable de él, que es, en el fondo, lo que busca. Callar del todo tampoco es coherente con la fe y con el honor que debemos tributar a Dios y a lo sagrado.

No creo que haya que callarse. Hay que protestar contra eso. Sobre todo, desagraviando, que equivale a una reparación ante Dios. Muchos ofenderán, o querrán hacerlo, a Dios. Si desagraviamos, estamos presentando nuestra protesta ante lo que es absolutamente injusto. Y no hay mayor injusticia que ofender a Dios.

También los católicos, y los demás creyentes, debemos pedir el amparo de las leyes que, en última instancia, se apoyan, o dicen hacerlo – con un mayor o menor grado de incoherencia – , en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que habla de la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Y esa Declaración Universal, en lo que tiene de mejor, se basa en la ley moral natural.

A mí me ofenden todas las blasfemias. Pero, si alguna me resulta especialmente aborrecible, es la blasfemia contra María, la Madre de Jesús, la Madre de Dios. Hay que ser de lo peor para ofender a la Madre de Jesucristo.

En la convivencia civil entre personas normales se considera una terrible afrenta insultar a la madre del otro. Y es lógico que lo sea. No se admite que, alguien que quiera ofendernos, lo haga vituperando a nuestra madre.

Permitir que, públicamente, se haga burla de nuestra Madre, María, es más de lo que se nos puede pedir, a los católicos, que podamos tolerar.

Hay cosas que, simplemente, no se pueden tolerar. La ofensa a la Virgen es una de ellas. Contra eso, tolerancia cero.

Habrá que recurrir a todos los medios legítimos para evitarlo.

Los que ofenden saben que no se juegan demasiado. Saben que no les vamos a pegar un tiro. Lo saben y, como son cobardes, se aprovechan de ello.

Pero, sin necesidad de pegar un tiro, hay que dar la batalla: legal, mediática e intelectual.

¡Basta ya de estas ofensas! ¡Basta ya!

El Papa reconoce como mártires a 115 españoles asesinados durante la Guerra Civil



(Antena 3) El Papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce el martirio de 115 españoles asesinados durante la Guerra Civil española (1936-1939). La oficina de prensa del Vaticano comunicó la aprobación del "decreto de martirio" de José Álvarez-Benavides y de la Torre y de otros 114 compañeros asesinados por "odio a la fe" entre 1936 y 1938.

Álvarez-Benavides nació en Málaga en 1865 y murió en 1936 en Almería, donde ejercía como decano del capítulo de la catedral. El Pontífice reconoció su martirio y el de sus compañeros con un decreto firmado durante un encuentro mantenido con el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

También se aprobaron las "virtudes heroicas" del padre Vicente Garrido Pastor, sacerdote diocesano fundador del Instituto Secular de las Obreras de la Cruz, nacido en Valencia (este) el 12 de noviembre de 1896 y fallecido el 16 de abril de 1975.

Por último, el Papa Francisco también aprobó las "virtudes heroicas" de María Elisea Oliver Molina, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo (carmelitas), nacida el 9 de julio de 1869 y muerta el 17 de septiembre de 1931.

El padre Vicente y María Elisea Oliver serán considerados desde ahora "venerables" y para que puedan ser beatificados deberá aprobarse un milagro gracias a su intercesión, mientras que para que sean proclamados santos será necesario un segundo milagro.

Las clarisas de la Universidad Laboral de Gijón, «auténticas madres» al servicio de mil alumnos


(Religion en Libertad) 
Eran monjas todoterreno. Durante 41 años las clarisas de la Universidad Laboral de Gijón (Asturias, España) se encargaron del cuidado de los alumnos internos en este centro provenientes de familias sin recursos, consagrándose a las tareas de lavandería, ropería y cocina. Después de rezar y desde muy temprano, ya estaban en marcha.

Las clarisas vivieron muchas experiencias en su etapa en Gijón desde 1955 hasta 1996, cuando se trasladaron hasta Cigales, en Valladolid, debido a la escasez de alumnos internos.

Una de las monjas, Sor María Esther, cuenta a Adrián Ausín para El Comercio de Gijón algunas vivencias de su etapa en La Laboral y las aventuras del resto de las hermanas.

Comienza la jornada

A las seis, en pie. Tras el aseo, el rezo en el coro, cantado y hablado, durante hora y media. A las ocho, desayuno. Y media hora después, a la tarea. Unas monjas, a la cocina (donde un retén ya se había adelantado a primera hora para ir preparando los desayunos); otras a la lavandería y otras a la ropería. Así arrancaron todos los días, de lunes a domingo, en el monasterio de las clarisas de la Universidad Laboral desde 1955 hasta 1996, año en que abandonaron Gijón, ante la merma progresiva del número de internos, rumbo a Cigales (Valladolid) en su mayor parte.


Ellas fueron, durante 41 años, el sostén diario de aquel gigante levantado bajo la dirección de Luis Moya para acoger internos a huérfanos de la minería (y también de la pesca y la agricultura), junto a otros becados de familias sin posibles, a quienes se formaba en disciplinas que fueron la antesala de la Formación Profesional.

Llegó a haber un millar. Y siempre recibieron puntuales sus cinco comidas diarias, así como la ropa lavada, planchada, remendada, si era el caso, y clasificada. Un ejército silencioso se encargaba de ello. Hasta 80 monjas de clausura, en su momento más intenso, con un régimen «casi cuartelario».

La experiencia de Sor María Esther
Sor María Esther, gijonesa y actualmente interna en Villaviciosa, recuerda que aquella experiencia «fue fuerte». Pero añade: «La energía joven nos capacitaba». En una comunidad de tal volumen y con una tarea de tal calibre, precisa, «se requería una disciplina muy rígida para llevar a la vida diaria la organización del trabajo y de la vivencia de la regla». Y a tenor de sus intensos recuerdos y los de la mayoría de las 124 religiosas que pasaron por la Laboral (muchas ya fallecidas) lo lograron con creces. «En aquel trajínla experiencia espiritual también fue profundísima y muy enriquecedora», rememora. Pues el silencio, norma fundamental de toda clausura, era la nota dominante también en el convento gijonés, pese a que por encima del mismo sobresalieran los sonidos de los útiles en la cocina o de la maquinaria en la lavandería.


Ese silencio fue lo primero que cautivó a sor María Esther, entonces Mercedes Martínez, cuando en 1974 acudió al convento a visitar a aquella amiga que había ingresado en las clarisas. Tenía 20 años y un novio que estudiaba Arquitectura. Era «una agnóstica convencidísima». «Yo sabía que Dios existía por mi educación cristiana, pero él estaba en su bolita y yo en la mía y entre ambas no había conexión posible», rememora.Impresionada por «el ambiente de paz que allí se respiraba», regresó el 29 de junio a la toma de hábito de sor Gema y no paró de llorar. La abadesa, sor María Dolores, intuyendo una nueva vocación, le regaló el libro de una beata, Isabel de la Santísima Trinidad, y cuando acabó de leerlo de un tirón «era otra». El 10 de agosto de 1974, víspera de Santa Clara, Mercedes ingresaba en la Laboral para cumplir su primer año de postulante, al que siguieron dos de novicia, tres de profesa de votos temporales y el sexto de la profesión solemne.

A ella le tocó la ropería. Los sábados, los internos dejaban la ropa sucia y esto iniciaba un mastodóntico proceso. Primero clasificarla para optimizar el lavado. En la lavandería se sustanciaba la tarea más dura del convento pues manipular ingentes cantidades de ropa mojada, en especial las mantas, requería un importante esfuerzo físico, hasta tal punto de llegar a ser conocido como «el matamonjas». Allí lavaban la ropa de un millar de alumnos de la Laboral (cuando ingresó sor María Esther eran ya 800) y de otros 500 del Intra (Instituto de Educación Secundaria Laboral).



Cosían los vaqueros rotos

Una vez lavadas ropa y sábanas, tocaba el turno de planchar, remendar y distribuir en taquillas. Cada prenda tenía el número de su propietario, de modo que en su casillero se iban apilando las prendas correspondientes, más un juego de sábanas, común al inicio y personalizado cuando debieron empezar a llevarlas ellos mismos. Al final del proceso, el contenido de cada taquilla se metía en una bolsa con la numeración del alumno y en unos carros de zinc se llevaban hasta la antesala de las habitaciones, donde los propios alumnos se encargarían de su distribución.

Sor María Esther se encargaba de planchar, zurzir y clasificar, unas tareas no exentas de pequeños incidentes. «Había chicos que no marcaban su ropa o bien se les había despegado la identificación. Entonces teníamos un despacho para resolver las reclamaciones y allí iban cuando les faltaba algo». También rememora cuando empezaron a recibir pantalones vaqueros rotos. «Nosotras no hacíamos más que coser hasta que vinieron a avisarnos: 'Que no hermana, que se llevan así'».

La cocina

La labor de la ropería, a decir de sor María Esther, era más liviana que la de la lavandería, «la más dura», y la de la cocina, motivo por el cual cuando terminaban la tarea en este departamento acudían a los otros a prestar su ayuda siempre hasta cumplir su 'horario laboral' de mañana (de 8.30 a 1) y tarde (de 7 a 9.30). Siete horas intensas complementadas con otras cuatro horas y media de rezos, los almuerzos y dos pequeños recreos diarios.

Sor María Jesús

En la cocina, desde la apertura del convento, gobernó sor María Jesús, una hermana de origen vasco que había tenido experiencia en la prestigiosa Casa Nicolasa, en Bilbao, y en los fogones del convento de Zamora, de donde partieron para Gijón las primeras 23 clarisas el 29 de septiembre de 1955 con la abadesa, María Dolores del Salvador, al frente.

Aquella inmensa cocina que hoy se visita en la Laboral usó en sus inicios una vajilla de cerámica blanca con el escudo del centro y unas legumbreras de alpaca bañada en plata «muy antipáticas de fregar». De allí salían el desayuno (con un bocadillo incluido para el recreo), la comida, la merienda y la cena de un millar de alumnos, casi medio centenar de jesuitas, quienes asumían las tareas de enseñanza, y las propias monjas.


Gracias a la experiencia previa, sor María Jesús tenía un sexto sentido para calcular las cantidades y realizar los encargos para la semana. A la Laboral, llegaban ingentes cantidades de proveedores que no dejaban de fascinarse del silencio sepulcral que reinaba intramuros. El carnicero, al principio, llevaba por ejemplo dos vacas enteras y él mismo fue quien inició a las hermanas en las tareas de despiece, que acabaron por asumir ellas mismas para luego distribuirlas en grandes neveras. Recuerda sor María Esther cuando había que limpiarlas periódicamente y tomaban antes un poco de coñac, con gesto contrariado, para sobrellevar el frío del interior.

Cuando la comida estaba lista, se pasaba de las marmitas a las legumbreras y éstas se hacían llegar al comedor de alumnos a través de una doble hoja de madera abatible, donde alguno de los internos ejercía, por rotación, de camarero. «Muchos habían venido de las aldeas sin ningún conocimiento de cómo comportarse en la mesa y los jesuitas les aleccionaban desde el centro del comedor: «¡El tenedor se coge con la izquierda; el cuchillo con la derecha!»... Según recuerda sor María Esther, «se comía muy bien y siempre sobraba comida». Los alumnos, en sus cartas a sus familiares, daban fe de ello. Alababan mucho la comida, las chuletas del menú y para las clarisas esto era una fuente de honda satisfacción.



La aventura de sor Icíar en la cocina

Sin embargo, tanto trajín por fuerza debía tener algún pequeño incidente en la cocina. El mayor, el más recordado, fue el protagonizado por sor Icíar. Al parecer, una marmita no había quedado bien cerrada y cuando ella fue a quitar el vapor, se abrió de repente y le saltaron las lentejas a los brazos y las piernas, donde le quedaron incrustadas. La descubrió tirada en el suelo su propia hermana, sor Begoña, y fue traslada en camilla a la Cruz Roja. «Cuando pasaba por delante de la imagen de la Virgen, ella, que era vasca, dijo: 'Amachitu, ¡mira cómo estoy!». A sor Icíar debieron extraerle las lentejas de brazos y piernas una por una y realizarle después numerosos injertos de piel. Al final, se recuperó y volvió a la actividad rutinaria rebautizada en la Laboral, cariñosamente, como «sor Lentejas».



Sor María Dolores

En los veranos, con la marcha de los alumnos, una buena parte de las monjas se iba para Cigales a ayudar en las tareas del convento vallisoletano, levantado con los fondos obtenidos por su tarea en la Laboral: 50.000 pesetas al año por cada cien alumnos atendidos, según el convenio firmado en 1957 con el Ministerio de Trabajo, revisable cada tres años. Cuando el monasterio de Zamora aceptó hacerse cargo de la intendencia de la Laboral en 1955, la abadesa, María Dolores del Salvador, inició el segundo período de su vida tras levantar el nuevo convento zamorano. Empezaron sin clausura un 29 de septiembre con 23 hermanas, pues el convento no estaba construido. Sería un 'añadido' de Moya.

En 1961 se estableció la clausura y Gijón se desgajó de Zamora. La madre María Dolores inició entonces su tercera gran obra: construir el monasterio de Cigales, pues el de Gijón era una propiedad estatal y siempre tuvieron presente que no sería definitivo. En 1976 se inauguró Cigales y Gijón pasó a depender de Valladolid.


Comunidad actual de Cigales 

Cuando a María Dolores le fallaron las fuerzas la relevaría sor Inmaculada, una leonesa muy humilde que causó un hondo pesar al fallecer repentinamente tras casi seis años al frente del monasterio. Para entonces, los internos habían bajado a cifras muy prudentes que decicieron a las monjas a plantear formalmente su marcha en 1995. El patronato de la Laboral les pidió un año de prórroga y accedieron.

El 21 de diciembre de 1996, las últimas clarisas eran homenajeadas cariñosamente en la iglesia y el teatro. Se iban, 41 años después, como las auténticas madres de la Laboral.