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jueves, 5 de mayo de 2016

Carta Semanal del Sr. Arzobispo


Nuestra diócesis de Oviedo ha tenido el honor de contar con una muy ilustre visita: el cardenal Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Este dicasterio vaticano se encarga de velar para que cuanto la Iglesia cree siga siendo en verdad eso que Jesús propuso en su predicación, en sus signos y gestos, y en su entrega redentora con la que dio la vida por nosotros, muriendo y resucitando por nuestra salvación. El símbolo de la fe es lo que la larga historia cristiana no ha cesado de orar con unción, de testimoniar de mil modos, de anunciar misioneramente, de reflexionar con la hondura de la razón y el diálogo con las culturas que ha ido encontrando. Ha sido la fe de la Iglesia la que los santos pusieron como punto de partida y como horizonte último en su mirada. Por esa fe dieron su vida los mártires y esa fue la que motivó que los misioneros de todos los tiempos fueran hasta los confines de la tierra para anunciar la Buena Noticia. Esa fe es la que los grandes maestros nos han ido explicando con lo mejor de su teología, la que los artistas y escritores han plasmado con el talento de sus pinceles, de sus composiciones y sus obras literarias.

Pero la fe tiene que ser la fe de la Iglesia, no lo que en un momento dado se diluye con abaratamiento de rebajas en la confusión, o lo que se puede imponer con la rigidez inhumana como una carga. La fe nos permite estar ciertos de lo que Dios nos dice, lo que nos pide y de su cercanía con la que nos acompaña.

El Cardenal Müller está al frente de ese dicasterio que vela por la fe de la Iglesia. Junto a un nutrido grupo de obispos y teólogos, ayuda al Santo Padre para que esa fe de los cristianos se mantenga fiel, sea bella y verdadera en su propuesta, y se pueda oportunamente corregir cuando queda traicionada por exceso crédulo o por defecto infiel.

Le ha traído a Oviedo, tras hacer escala en Valencia y Madrid, la presentación de su reciente libro que acaba de publicar la BAC, “Informe sobre la esperanza”. Recuerda el otro libro que años atrás publicó la misma editorial, teniendo por autor a quien en aquel momento estaba al frente de ese mismo dicasterio de la Santa Sede: el Cardenal Joseph Ratzinger: “Informe sobre la fe”. Dice Müller al comienzo de su libro: «el hombre vive siempre en tensión hacia el futuro, imaginándolo, planificándolo, soñándolo. De este modo la vida siempre cuenta con un nuevo atractivo, pues se espera el encuentro con lo nuevo, con algo grande que nos permita crecer como personas. Sin embargo, el futuro es también la región de lo desconocido y, en sí mismo, contiene también amenazas que despiertan temor. La esperanza es, precisamente, lo que nos permite caminar hacia el futuro, confiando en aquellos brotes que nos preanuncian la plenitud que anhelamos y que, además, nos permiten vencer los temores». Estas palabras son un precioso comentario a lo que repetidamente nos dice el Papa Francisco: «no os dejéis robar la esperanza, esa que nos da Jesús».

Estamos más que agradecidos al Cardenal Müller por habernos visitado, haber puesto en nuestras manos un libro que nos ayudará a dar razón de nuestra esperanza cristiana. En la conferencia que nos impartió ha sido precioso su comentario sobre la esperanza de la familia, y una excelente guía de lectura de la exhortación postsinodal que nos acaba de entregar el Papa Francisco, ayudándonos a leer correctamente ese texto papal importante que en algunos de sus divulgadores ha sido sometido a subrayados ambiguos que han sembrado confusión y perplejidad. Gracias, Señor Cardenal.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

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