
Ante el inicio de la Semana Santa 2025
Queridos hermanos:
Con los ojos puestos en la Semana Santa, trataremos de vivirla con el consejo de San Pablo a los cristianos de Roma: "gozosos en la esperanza; pacientes en la tribulación; constantes en la oración" (Rom 12, 12). Que entremos por las puertas de esa bendita Semana no sólo con nuestras palmas, sino con el entusiasmo con el que las gentes de Jerusalén recibieron al Mesías que llegaba a ellos como lo vemos aquí en Lugones, montado en una borrica.
Saboreemos el encanto del Jueves Santo con todo lo que este día de gracia supone: el amor fraterno, la caridad, el sacerdocio y, especialísimamente la eucaristía. San Juan Pablo II en la carta que nos dirigía a todos los sacerdotes en 2004 con motivo de este día, decía: ''Hemos nacido de la Eucaristía. Lo que decimos de toda la Iglesia, es decir, que «de Eucharistia vivit »'' y afirmaba: ''Al atardecer, os veo entrar en el Cenáculo para iniciar el Triduo pascual. Jesús nos invita a volver cada Jueves Santo precisamente a aquella «sala grande» en el piso superior (Lc 22,12), y ahí es donde quiero encontrarme con vosotros, queridos hermanos en el Sacerdocio''. Somos invitados a la mesa del Señor, a su Santa Cena, de la que somos indignos, pero de la que tan necesitados nos sentimos. La noche en vela junto al Señor en el monumento en esa madrugada suya de plegaria en el Huerto de los Olivos prolongará el ambiente de oración de esta jornada.
La profundidad del Viernes Santo, se distingue en nuestra Parroquia como jornada peregrina con el Vía Crucis de la mañana, la procesión del Santo Entierro tras el oficio de la Pasión y la de la noche silenciosa con María en su soledad. Este día convoca a contemplar la cruz y mirar al crucificado. Benedicto XVI explicó con bellísimas palabras lo que es realmente el madero santo: ''La cruz es manantial de vida inmortal; es escuela de justicia y de paz; es patrimonio universal de perdón y de misericordia; es prueba permanente de un amor oblativo e infinito que llevó a Dios a hacerse hombre, vulnerable como nosotros, hasta morir crucificado''. El mundo enmudece en este Viernes que marcará todos los viernes de la historia, y este silencio se prolongará a lo largo de todo el Sábado Santo, el día de María, en que aguardamos expectantes mirando a Nuestra Señora.
Y el inicio del Domingo de Resurrección, ya al comenzar la noche con la solemne Vigilia Pascual, nos hará vibrar recordando aquella Hora Santa en que Jesucristo salió del sepulcro. Y en la mañana del domingo haremos nuestra la sorpresa de las mujeres: "verdaderamente ha resucitado el Señor". Es la jornada para caer en la cuenta que todas las piedras del camino pueden ser superadas, ahí están las palabras del Papa Francisco en la bendición "urbi et orbi" del año pasado: ''Y he aquí el gran descubrimiento de la mañana de Pascua: la piedra, aquella piedra tan grande, ya había sido corrida. El asombro de las mujeres es nuestro asombro. La tumba de Jesús está abierta y vacía. A partir de ahí comienza todo. A través de ese sepulcro vacío pasa el camino nuevo, aquel que ninguno de nosotros sino sólo Dios pudo abrir: el camino de la vida en medio de la muerte, el camino de la paz en medio de la guerra, el camino de la reconciliación en medio del odio, el camino de la fraternidad en medio de la enemistad''.
María nos va a acompañar en esta Semana Santa, de modo muy especial como Madre de Esperanza. En muchos lugares representan esta imagen de Nuestra Señora con un ancla, y es que ese es el símil de la santa virtud, y a Ella nos agarramos hasta el final como el barco en plena tormenta, que para evitar ser arrastrado por la corriente y la tempestad envía al fondo del mar su ancla para aferrarse a las rocas firmes ante el oleaje. También María en su Soledad aguardaba -y meditaba- en su corazón la esperanza de que se cumpliría la promesa de su Hijo, que al tercer día habría de resucitar.
De corazón os deseo a todos una fructífera vivencia de estos días santos para crecer en esperanza por medio de la oración, el ayuno y la limosna: ¡Feliz Semana Santa y gozosa Pascua florida!
Joaquín Manuel Serrano Vila,
Párroco de San Félix de Lugones
Arcipreste de Oviedo
Consiliario del Cristo de la Piedad y la Soledad
No hay comentarios:
Publicar un comentario