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sábado, 10 de agosto de 2024

Reflexión ante la Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad: La Sinodalidad de "todos, todos, todos". Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Escribo estas líneas tras haber vivido desde fuera la Peregrinación; no he participado más que en el acto de bendición del Sr. Arzobispo a los peregrinos y en el Te Deum final en Covadonga, pero sí acogí en mi propia casa a sacerdotes seculares de otras diócesis españolas y a dos laicos que participaron activamente, así como pude saludar y conversar con sacerdotes, religiosos y laicos que han vivido esta aventura de fe tan especial. Igualmente, pude recibir en mi Parroquia a un sacerdote, un diácono y un seminarista del Instituto del Buen Pastor, que es una Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio no sólo reconocido por la Santa Sede, sino en plena comunión con el Papa. Compartimos afablemente la cena en Lugones e intercambiamos impresiones, opiniones y puntos de vista diversos. Quedé impresionado de la hondura de alma de estos jóvenes peregrinos que hicieron esos días una ruta a pie pidiendo en primer lugar por el Santo Padre y por la Iglesia, por España y su fe.

Reconozco que soy un novato en la realidad de la Tradición, pues he crecido con la liturgia del Vaticano II, aunque bien es verdad que tuve la suerte de que los sacerdotes de mi parroquia natal siempre destacaron por el cuidado y la atención de la liturgia, por ello puedo decir con orgullo de los dos únicos curas que yo he conocido al frente de mi primera comunidad parroquial que se caracterizaron por su fidelidad a las rúbricas, su ars celebrandi y su preocupación en preservar que no se desvirtuara el rito sacramental con elementos que no buscan servir a la gloria de Dios, sino servirse de Dios para glorificaciones y protagonismos personales como pudieran ser la introducción textos, cantos, símbolos o discursos ajenos a lo indicado por la Santa Iglesia. Sin embargo, me ha tocado ver en diferentes lugares de Asturias y de España desde mi juventud de todo en lo que se refiere a abusos litúrgicos y, aunque nunca tuve relación con la liturgia tradicional dado que todos mis años de seminarista transcurrieron bajo el pontificado de Don Gabino Díaz Merchán, era evidente en aquellos años que solo unos pocos vestían de "clerigman" o traje talar, y creo que nadie celebraba la misa en latín; resultaba absolutamente estigmatizante cuando no directamente discriminatorio y motivo mofa y befa por parte de unos "hermanos" manifiestamente muy tolerantes con sus propios "carismas".

En los últimos años en que me ha tocado acompañar pastoral y formativamente a seminaristas, me he dado cuenta de lo mucho que han cambiado las cosas: es innegable que las nuevas generaciones tienen una sensibilidad muy especial para este mundo de la Tradición y que antaño fue tan perseguido, ridiculizado o despreciado; más hoy, es un hecho que esto que algunos llaman "fenómeno conservador" se ha vuelto imparable en la laica Francia o en la poliédrica USA, sin olvidar esta "España Nuestra" (que diría María Ostíz) que cuenta ya con templos prácticamente en todas las diócesis dedicados al rito hoy llamado "extraordinario" de la Santa Misa, cuando -no podemos olvidar- que durante siglos fue el único rito para todo el orbe católico y del que vivieron y bebieron nuestros grandes místicos y santos. El tiempo pasa y las tornas cambian como cuando se da la vuelta a la tortilla, y así los que antaño en la diócesis de Oviedo llevaban la voz cantante (desde una pastoral en muchos casos ideologizada) hoy lloran no junto a los canales de Babilonia, sino en las sedes que les quedan -pues sus iglesias están vacías- de chigres y sidrerías, y allá donde un reducto retroalimentado y cuasi extinto "forúnculo" (que diría el venerable -RIP- D. Ángel Garralda) no dicen ''cantadnos un cantar de Sión'', pero sí recuerdan como plañideras ''aquel tiempo de Tarancón'' y el desaparecido "espíritu social del postconcilio." 

Algunos de estos históricos y ya arrugados personajes consideran este resurgir tradicionalista "preocupante, lamentable y bochornoso": ¿Es todo lo que tienen que decir y aportar hoy los adalides de la libertad y progresismo carismático? ¡mas de lo mismo! Es comprensible en ellos cierto malestar, pues tienen que comprobar de manera dramática la elección de mucha gente obviando sus llamadas comunidades de base, absoluciones colectivas, creatividad heterodoxa, inventos litúrgicos y moralinas sobre la realidad de una opción de miles de seguidores que aquellos llaman conservadores, con una liturgia más tradicionalmente católica y mucho más exigente en el plano moral que nos pocos de esos rechazaron en sus propias vidas, actos y hechos consumados, justificándolo todo. Yo, de haber sido un cura obrero o progresista (¡ojo! que también muchos que así se definieron no dieron un palo al agua en su vida y vivieron y viven como auténticos burgueses) no sólo me quitaría el sueño la Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad, sino que hasta pediría la baja por depresión, pues algo tiene que molestar, ciertamente, constatar que aquello que has secundado en la vida desde la muerte de Nietzsche -y no la de Dios- se extingue irremediablemente como los dinosaurios. 

El Papa Francisco nos pide una Iglesia que sea cada vez más sinodal, aunque hay algunos manifiestamente en contra de esta sinodalidad, hasta el punto que en el propio Sínodo han tratado de hacer trampas intentando hacer desaparecer las propuestas que a algunos curiales no les interesaban, así como sacar de la chistera aquellas sugerencias absolutamente tendenciosas. De esto sabe un rato Don Jorge González Guadalix, sacerdote madrileño que entre las propuestas que hizo llegar a la Santa Sede estaba la duda que a tantos nos interroga: ¿Cuál es el problema en dejar a los católicos que viven como un bien espiritual la liturgia de siempre, y permitirles el acceso a ese rito?... Resulta ridículo que luego se permitan celebraciones en bañador, con pistolas de agua o incluso se hable de aprobar el uso de la liturgia africana, y es que da la impresión de que aquí vale todo menos este rito. Puedes hacer una celebración disfrazado de superman o montar un circo litúrgico que nadie te dirán nada,y puede resultar hasta "simpático", pero una celebración en el rito extraordinario para algunos resulta "preocupante, lamentable y bochornoso"... 

Hubo también una presencia notable de sacerdotes asturianos; no pocos presbíteros diocesanos de Oviedo se hicieron presentes en las celebraciones o prestaron su ayuda a la Peregrinación. Un sacerdote comentó parafraseando las palabras de Alfonso Guerra en las elecciones de 1986 que ''a esta diócesis ya no la conoce ni la madre que la p...''. Las viejas glorias "progresistas" han muerto, secularizado, o son ya simples progresaurios jubilados de discurso aburrido y fosilizado en sus batallitas que repiten como una mala digestión. Los ordenados en los últimos treinta años no los veo en sus tejidos sociales, comunidades de base, ni foros contestatarios y, además, éstos han perdido también el miedo para mostrar abiertamente sus criterios.

Algo poderosamente llamativo que tiene la peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad es que para nada es clerical; ha nacido de los laicos: jóvenes laicos -¡multitud!- matrimonios y familias enteras de hoy en día... Es curioso, tenemos sacerdotes convocando a los fieles para hacer "círculos del silencio" y homenajes a guerrilleros donde acuden cuatro almas después de ir por las recetas del médico, y aquí, que nadie los ha llamado, nace del sentir propio de los fieles -''sensus fidei''- y superan las expectativas y capacidades de acogida. Hay también sordas resistencias ante un fenómeno que considero imparable, incluso entre algunos responsables del Culto Divino: ¿tanto inconveniente había en que pudieran celebrar la Santa Misa cumpliendo todos los requisitos de Traditiones Custodes; no hay otros abusos a diario donde se mira hacia otro lado?... El Papa Francisco en la JMJ de Lisboa 2023 manifestó que en la Iglesia ''hay sitio para todos, todos, todos'', y así entiendo que deba ser, pero los peregrinos de Nuestra Señora de la Cristiandad tuvieron que celebrar la eucaristía en un prado de Sorribas (Piloña): ¿no estaban éstos incluídos también en ese "todos, todos, todos"?... Tal vez no había sitio para ellos en la Posada, o quizá algo ingenuos, fueron a los suyos y los suyos no los recibieron... Cuánto le hubiera gustado a mi querido hermano sacerdote D. Luis Marino, fallecido hace un par de años, asistir a las celebraciones a la vera de la que fuera una de sus parroquias durante tantos años como la de San Pablo de Sorribas; desde el balcón del cielo seguro que no se perdió detalle. Ojalá dejemos libre al Espíritu Santo que nos habla también en las matemáticas, pues los números hablan solos, y hagamos realidad las palabras del Papa: "¡todos, todos, todos!"...

2 comentarios:

  1. Deo Gratias, padre. Por fin estamos en camino de volver a ser católicos como siempre han sido los católicos. El camino de Cristo, de los Apóstoles y de todas las generaciones de nuestros antepasados durante veinte siglos. A cargar con la Cruz, y seguir a Nuestro Señor. Kyrie Eleison de Nuestra Santa Madre Iglesia, levanta nuestro castigo por haber sido tibios y comodones, por entregarnos al mundo aunque no somos del mundo, y déjanos adorarte en la Sancta Missa profundamente arrepentidos.🙏 Miserere Nobis.

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