(COPE) La vocación a la Santidad gracias al Bautismo tiene muchos caminos para llegar hasta la perfección de la Fe con el Premio del Cielo. Hoy nos acercamos hasta la figura de una mujer que conoció la vida matrimonial y luego terminó en la consagración. Ella es Santa Juana Francisca de Chantal. Nacida en Dijon (Francia) en el año 1572, su madre muere siendo ella muy pequeña y su padre le da una formación totalmente cristiana.
Casada muy joven con el barón Cristophe De Rabutin-Chantal, nacen seis hijos. Posteriormente mueren dos y el marido fallece en una cacería. Ella se hace fuerte en la dificultad y se encarga de la educación de sus hijos. Su suegro, un hombre muy soberbio le obliga a vivir en su Castillo. Cuando ella ofrece resistencia le amenaza con desheredarle y que sus hijos no perciban nada de lo que les corresponde por su padre. Es una época en la que debe soportar insultos y calumnias.
En ese momento un hecho crucial surge en su vida: el conocimiento de San Francisco de Sales que le marcará, cuando iba a ver a su padre. De aquí surgió una fortaleza espiritual y una escucha al Espíritu que les impulsó a fundar la orden de la Visitación de Annecy.. Otro de los dones que recibió fue el apoyo espiritual de San Vicente de Paúl. Este último detalle le haría pensar en un Instituto similar a las Hijas de la Caridad.
Sin embargo al intervención desde las altas esferas eclesiásticas hicieron que la Congregación terminase siendo un carisma de Vida Contemplativa dentro del Monasterio. Su nombre fue La Orden de la Visitación de la Virgen y dada la influencia de San Francisco de Sales les llamaron las salesas. Santa Juana Francisca de Chantal muere en el año 1641. Mucha fue la correspondencia que mantuvo con San Francisco de Sales. Cuando murió el Santo obispo le fueron devueltas y ella las destruyó dado su carácter sagrado.
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