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sábado, 8 de junio de 2024

El Inmaculado Corazón de María, Madre de Amor

(COPE) La unión del Señor con su Madre, la Virgen, es algo siempre intrínseco. Prueba de ello es que ayer la Iglesia vivía la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y hoy recordamos el Corazón Inmaculado de su Santísima Madre. Si en el Antiguo Testamento el Señor por boca de Ezequiel dice que cambiará nuestro corazón de piedra por uno de carne, esto se muestra especialmente en la Mujer más Perfecta salida de las Manos de Dios.

En el Evangelio cuando Simeón toma al Niño Jesús en sus brazos y entona el cántico del Nunc Dimittis -”Ahora Señor según tu promesa....”- profetiza a María directamente “Y a ti una espada atravesará tu Corazón para que queden de manifiesto los sentimientos de los hombres”. Tanto Gregorio Taumaturgo del siglo III, Teodoto de Ancira en el siglo V y Ruperto de Deutz en el siglo XII mencionarán esta Devoción Mariana.

San Juan Eudes que había sido el gran propagador del Corazón de Jesús también se dedicó a difundir el Amor al Corazón Inmaculado de María. De hecho las fundaciones que lleva a cabo tiene este Título de La Virgen. Sobre todo destaca Congregación de Jesús y María para los religiosos y la Sociedad del Corazón de María Admirable para laicos, así como Nuestra Señora de la Caridad del Refugio para las religiosas.

En 1859 el Padre Claret fundó la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Por su parte el sacerdote belga, Teófilo Verbist fundó en 1862 la Congregación del Inmaculado Corazón de María. De esta misma forma se apareció la Virgen en Fátima a los tres pastorcillos mostrándoles su Corazón cubierto de llagas por las ofensas continuas de los hombres. El Papa Pío XII instaura la festividad en 1944 para que fuese estímulo de paz y reconciliación en esos tiempos tan cruciales.

ACTO DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA

¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.

Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.

Rezar tres Avemarías en honra del poder, sabiduría y misericordia del Inmaculado Corazón de María, menospreciado por los hombres. Terminar con las siguientes jaculatorias:

¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
Refugio de pecadores, rogad por nosotros.

¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
Avemaría, padrenuestro y gloria por las intenciones del Papa.

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