Las conferencias cuaresmales de la catedral de Notre-Dame de París son, desde 1835, las más famosas del mundo. Surgieron por idea del joven laico Frédéric Ozanam, beatificado por Juan Pablo II en 1997. Aunque, al principio, el arzobispo de París albergaba dudas sobre si convenía que tuvieran lugar en Notre-Dame, cuando se decidió a dar su aprobación consideró que la denominación más adecuada era, siguiendo el consejo de los que avalaban la propuesta de Ozanam, la de «conferencias».
Nada de sermones, charlas o pláticas, sino conferencias de teología impartidas desde el púlpito de la catedral. Y el primer orador fue el famoso padre Lacordaire, dominico, quien logró proyectar luz sobre las cuestiones más candentes de aquel tiempo valiéndose solamente de los principios de la fe cristiana y del dogma católico.
Las de este año tienen lugar, mientras concluyen las obras de reparación de Notre-Dame, en la iglesia parisina de Saint-Germain l’Auxerrois. Versan sobre literatos y sacramentos. Es decir, sobre cómo cada uno de los seis escritores seleccionados han vivido la experiencia de la participación sacramental y cómo ésta los ha introducido en una mejor comprensión de Dios, de la Iglesia, del hombre y del mundo.
El título del ciclo, que concluye hoy por la tarde, es este tan sugerente: «La mystérieuse musique des sacrementes. Littérature et spiritualité» (La misteriosa música de los sacramentos. Literatura y espiritualidad). Y lo escritores a los que fueron dedicadas las sesiones dominicales postmeridianas de esta cuaresma fueron: Léon Bloy, Paul Claudel, Charles Péguy, Georges Bernanos, Joris-Karl Huysmans y Marie Noël.
Pueden seguirse en internet a través de KTO. A las 16,30. Hoy es la última. Promete ser interesante, porque es sobre una poetisa poco conocida en España: Marie Noël (1883-1967). Ha sido introducida ya la causa para su beatificación. Habrá que dedicarle en un futuro, en Asturias, algún acto cultural y religioso de aproximación a su vida y a su obra literaria.
De mano de Ozanam y sus amigos nacieron también las Conferencias de San Vicente de Paúl. Contemporáneamente a las de Notre-Dame. Eran las dos laderas de un volcán en plena erupción: la de la fe y la del amor. Veritas et caritas. Las de San Vicente de Paúl fueron traídas a España por un músico, al que le cambió totalmente la vida después de haber confesado y comulgado, en 1839, en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, en París: Santiago de Masarnau y Fernández (1805-1882), en proceso de beatificación. «¡Día de sensaciones, grandes, puras, benéficas! ¿Cómo podré agradecérselo al Señor?», dijo refiriéndose a esa fecha memorable.
Masarnau nació y murió en Madrid, pero se formó musicalmente en Londres y París. Amigo de los más renombrados compositores, su actividad artística fue extraordinariamente creativa. Mas su corazón estaba con los pobres, a los que se dedicó con toda el alma y a los que entregó todo cuanto estaba en su mano dar. Cuando murió Masarnau, Concepción Arenal, que había creado una Conferencia de San Vicente de Paúl femenina, dijo de él: «Hemos perdido un artista, un sabio y un santo».
El próximo martes 26 de marzo de 2024, en la Santa Iglesia Catedral de Oviedo habrá un concierto en el que se interpretarán, con órgano y piano, piezas del Siervo de Dios, que así es como se les llama a los que están en proceso de beatificación, Santiago de Masarnau. Lo organiza la Sociedad de San Vicente de Paúl para conmemorar los ciento setenta y cinco años de la fundación de las Conferencias en España por el artista, sabio y místico Masarnau. De este modo, la caridad, la cultura y la santidad se harán presentes simultáneamente, gracias a la música, en un solo acto, en un lugar sagrado, en un contexto de oración cristiana, como exordio del Triduo pascual.
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