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jueves, 29 de febrero de 2024

«¡Maldita sea la tierra por tu causa!» La Cuaresma de Dios. Por Jesús Sánchez

(Infocatólica) «Éste es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido. Entonces fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, sintió hambre. Y acercándose el tentador le dijo: -- Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Él respondió: -- Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios. Luego, el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo. Y le dijo: -- Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo. Pues escrito está: Dará órdenes a sus ángeles sobre ti, para que te lleven en sus manos, no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra. Y le respondió Jesús: -- Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: -- Todas estas cosas te daré si postrándote me adoras. Entonces le respondió Jesús: -- Apártate, Satanás, pues escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y solamente a Él darás culto. Entonces le dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían. (Mt 4, 1-11)

¿Por qué hizo Jesús los cuarenta días de ayuno? Él no necesitaba hacer ayuno ni penitencia.

De las más de trescientas profecías que hablan de Jesucristo en el Antiguo Testamento, voy a hablar de la primera de todas, creo, dejémoslo en una de las primeras, porque tal vez la primera fue «pasó una tarde, pasó una mañana, día primero». Es apasionante percibir cómo la verdad de nuestro ser está recogida en la Sagrada Escritura:

«Al hombre le dijo: -- Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí comer: Maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida. Te producirá espinas y zarzas, y comerás las plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado, porque polvo eres y al polvo volverás. (Gn 3,17-19)

Una ayuda para esta Cuaresma, es que no es mía , sino que nos unimos a la cuaresma de Cristo en su entrega por la humanidad. En cada cuaresma Él Espíritu Santo busca a quien quiera inmolarse en el fuego de Dios, para interceder como víctima expiatoria junto con Dios.

Tengo que adelantarme a la muerte de Jesús: «Todo está Cumplido» para que comprendamos por qué debemos iniciar esta Cuaresma con seriedad.

Adán y Eva no fueron condenados eternamente como Lucifer y sus aliados, debido a que los ángeles eran «adultos» por así decirlo, en cambio Adán y Eva no. Si un menor rompe algo o comete algún delito ¿sobre quién cae la responsabilidad, en el menor o sobre sus padres? La respuesta siendo obvia, debemos deducir que la condena de la maldición no cayó sobre ellos, sino sobre Dios: «te costará espinas y abrojos y el sudor de tu frente»; «Al hombre le dijo…» Gn 3,17-19 ¿Qué hombre? Ecce homo: «He aquí el hombre» Jn 19,5:

«Jesús salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: -- Aquí tenéis al hombre. Cuando le vieron los príncipes de los sacerdotes y los servidores, gritaron: -- ¡Crucifícalo, crucifícalo! Pilato les respondió: -- Tomadlo vosotros y crucificadlo porque yo no encuentro culpa en él.»

Aquí está, la maldición de la tierra, que cae sobre Jesús, todo el pecado de la humanidad, pasado, presente y futuro, en una sola frase la crucifixión: muerte de maldito, las espinas (corona) que le tenía que producir la tierra y el sudor de la frente (sangre en Getsemaní), al que no tiene culpa, pero paga por la culpa de la irresponsabilidad de sus hijos.

A Jesús le costó y le cuesta aun hoy, por ello celebramos la Eucaristía, sacar de la tierra (el sembrador salió a sembrar…) del corazón del hombre, la bondad que hay en él. y le cuesta aun su pasión, su padecer, por sacar de nosotros el alimento que ha de producir la tierra buena, en sus hijos, los frutos de los dones de su Espíritu.

Desde que tenemos uso de razón, incluso de las personas que más queremos, vemos el trabajo y el esfuerzo que han necesitado para que obremos el bien, la virtud, el amor que han empleado en corregirnos, no simplemente dejándonos falsamente al arbitrio de nuestros caprichos. Dios acompañó así al hombre desde la caída, no aniquilando si quiera a Caín, sino hablándole como a un hijo por el que debía de morir, de entregar la vida. Cuántos padres hacen y harían eso por sus hijos, porque está inscrito en la imagen y semejanza de Dios que se asoció al hombre caído, comprendiendo que sólo Él podía ir en busca de esa oveja descarriada: el hombre; y desde entonces ha deseado comer esa pascua con el, para llevarlo de nuevo junto a Él más allá del Edén. De una forma perfecta esto se cumple en Cristo, y se cumple cumpliéndose, quiere decirse, la institución (y continuación) de la Nueva Alianza en la verdadera Sangre y verdadero Cuerpo de Cristo. Por eso aun hoy le costamos a Dios y a la Virgen, los dolores de parto que comparte con Eva la madre de todos los hombres, para formar en nosotros a su hijo, para dar a luz no un parto natural sino a la fe, lo que sigue costando a todas las madres empezando por la Virgen María, para que el hijo de Dios sea formado, conformado en Eucaristía viva y eficaz en cada uno de nosotros.

Esta Cuaresma no pensemos en nuestra purificación los que ya estamos luchando solo con pecados veniales, no seamos egoístas pensando en nuestra conversión, sino que unámonos a la cuaresma de Jesús, que vencerá junto a nosotros la tentación de retroceder en el intento de sufrir por los que aún no conocen a Jesucristo, su verdadero amor por ellos. Vivamos esta Cuaresma con alegría sin ir cabizbajos y sin desfigurar la cara, porque la verdadera alegría no es la propia, sino la que se comparte, la que compartimos con Cristo que se alegra y nosotros nos alegramos de que aun necesitamos hacer penitencia por todas las almas a las que se quiere acercar Jesús.

Si lo hacemos así, el Reino se dará por añadidura, y no pensando en nosotros mismos, si no en los demás. De esta forma, sin querer, nosotros mismos nos veremos limpios de todo pecado, pues «sepa que quien convierte a un pecador de su extravío salvará su alma de la muerte y cubrirá sus muchos pecados.» (St 5,20)

Ojalá pudiera escribir esto con la belleza con la que lo intuyo, lo pongo con la brevedad que exige un artículo para rumiarlo durante esta Cuaresma, y puedan acercarse a Dios todos los «leprosos» de este mundo, para ser tocados por Jesús, como lo fuimos un día nosotros:

*Y acercándose el tentador le dijo: -- Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras (corazones) se conviertan en panes (bondad).» (Mt 4, 1-11)

*«Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra». (Gn 3,17-19)

*«Me voy y vuelvo a vosotros». (Jn 14,28)

El demonio le tentó con milagros de poder y vacíos de amor, pero había una verdad escondida en sus palabras: no solo de pan, sino de la bondad. Si, porque tiene hambre y sed de justicia, por sus sufrimientos y amor convierte nuestro corazón por su palabra, incluso con esta y por esta sed, muere, pero vuelve a la tierra, al corazón endurecido de aquellos hombres, comenzando por el de Pedro y sus discípulos, para un día volver a sobrevolar sobre ella para reunirnos definitivamente con Él entre las nubes del cielo.

¿Te apuntas a esta Cuaresma?

«Por eso, Yo mismo la seduciré, la conduciré al desierto y le hablaré al corazón (…) Sucederá que aquel día -- oráculo del Señor- me llamarás «Marido mío» (…) Te desposaré conmigo para siempre, te desposaré conmigo en justicia y derecho, en amor y misericordia (…) sembraré para Mí en la tierra; tendré compasión» (Os 2,16-25)

Nota de Cáritas Diocesana de Oviedo ante el programa europeo que acaba con el reparto directo de alimentos

Cáritas diocesana de Oviedo ha hecho pública una nota en la que realiza diversas consideraciones acerca de la aplicación del Fondo Social Europeo Plus (FSE+) en materia de asistencia material básica de alimentos y de acompañamiento a las personas desfavorecidas, que supondrá importantes cambios metodológicos. Reproducimos, por su interés, la nota íntegra:

El artº 19 del Reglamento de la UE 2021/1057, por el que se establece el Fondo Social Europeo Plus (FSE+), tiene en consideración el respeto a la dignidad de las personas desfavorecidas, evitando su estigmatización y valorando sus necesidades reales para reducir el desperdicio alimenticio. Para ello, propone un cambio metodológico de manera que la asistencia material básica se proporcione de forma indirecta mediante tarjetas o vales canjeables por alimentos que, además, se complemente con medidas de acompañamiento para apoyar la inclusión social de las personas desfavorecidas.

Cáritas Diocesana de Oviedo apoya este cambio metodológico que se corresponde con su Modelo de Acción Social: Cáritas Diocesana de Oviedo ha venido generalizando la asistencia material indirecta para luchar contra la privación material a través de los equipos de las Cáritas Parroquiales (entregas en metálico, tarjetas, vales, bizum…) asociada a un acompañamiento para garantizar que esta ayuda material no solo resuelva la carencia material sino que contribuya a los incorporación social de las personas. Considera, por tanto, que es necesario que sea sostenible en el tiempo y que la persona o las personas beneficiarias tengan una participación activa en el proceso y no sean meras receptoras de bienes o servicios.

Todo cambio en el modelo tiene efectos que, en este caso, implica la finalización de los fondos europeos FEAD, programa que aborda la privación material a través del reparto de alimentos, fundamentalmente a través de las entidades como Banco de Alimentos y Cruz Roja, a las que mostramos absoluto respeto y consideración. Según el Acuerdo de Bases, las cantidades económicas destinadas a programa FSE+ son las mismas que las destinadas al FEAD y las personas beneficiarias son las que el propio programa establece.

Se abre un período de transición desde abril hasta el 31 de diciembre de 2024, momento en que las comunidades autónomas gestionarán este nuevo programa. Cáritas Diocesana de Oviedo reclama que su implementación no suponga dejar sin la asistencia material del fondo a alguna de las tipologías de personas desfavorecidas que el propio Reglamento del FSE+ relaciona: familias en general, con especial atención a aquellas con niños, niñas, adolescentes y personas en situación de dependencia; familias monoparentales, numerosas y afectadas por violencias de género; personas mayores; personas jóvenes, especialmente aquellas que se encuentren en situación de desempleo; personas con discapacidad; personas en situación de desempleo, sin ingresos o con ingresos muy bajos sobre todo aquellas en situación de desempleo de larga duración; personas inmigrantes y solicitantes de asilo ; personas sin hogar o en situación de sinhogarismo; personas que viven en asentamientos; otras personas en situación de extrema vulnerabilidad, alejadas de los circuitos.

miércoles, 28 de febrero de 2024

Diecisiete profecías de Chesterton que se han cumplido ¡además de la palabra Google!

(C.L./ Rel.) ¿Será posible que la palabra Google figure en una obra de G.K. Chesterton (18741936)? Sí, "y, por supuesto, se casó con una mujer llamada Blogg", comenta con humor Dale Ahlquist (presidente de la American Chesterton Society y uno de los grandes especialistas mundiales en la obra del escritor inglés), para sugerir que predijo internet.

Pero, que lo comente con humor no significa que sea una broma. Blogg era el apellido de soltera de su esposa, Frances, y, en efecto, el 9 de agosto de 1930 Chesterton escribió en el Illustrated London News que la palabra Google "no es menos científica por ser grotesca".

"Nunca me he arrogado el don divino de la profecía", proclamaba en esa misma revista el 10 de mayo de 1930. Pero hay unas cuantas que, si no profecías en sentido estricto, sí son anticipaciones de una mente visionaria sobre la evolución de un mundo empecinado en alejarse de las ideas cristianas para enfeudarse a "ideas cristianas que se han vuelto locas", como definía el escritor inglés las que caracterizan al mundo moderno.

"Chesterton profético" es el trabajo de Ahlquist al respecto, que forma parte del volumen Chesterton de pie. Lo publicó en su día CEU Ediciones bajo la coordinación de Pablo Gutiérrez Carreras y María Isabel Abradelo de Usera, y recoge las 28 contribuciones al congreso que organizó en febrero de 2012 la Universidad San Pablo CEU al cumplirse 75 años del nacimiento del genio londinense.

Sorprendentes anticipaciones

Y ¿cuáles son esas profecías? Atención, porque son numerosas y variadas.

1-Llegará un día en el que existirá una forma barata de transmitir información a gran número de personas. "No sé cómo funcionará", decía, "pero ese día The Times irá por detrás del tiempo": ¡todos los problemas actuales de la prensa en papel están ahí!

2-En 1905 predijo la revolución rusa, y en 1919 (dos años después de esa Revolución), que ese extinguiría tras algunas generaciones, porque no podría sostenerse: se convertiría en un imperio... y luego se desmembraría en pequeñas nacionalidades. Justo lo que sucedió a partir de 1991.

3-Predijo en 1933 la Segunda Guerra Mundial, y en un año antes, en 1932, anticipó que "probablemente comenzará en la frontera polaca".

4-Sostuvo que el Islam sería siempre "una constante amenaza", algo impensable a principios del siglo XX.

5-En 1935 anticipó que el poder económico se trasladaría de Londres a Nueva York, y luego de Nueva York a Pekín.

6-El hombre llegará a la Luna (1930)... aunque no se sentía capaz de responder qué se nos ha perdido allí.

7-Cuando aún no se había popularizado el automóvil individual, privilegio de minorías en carreteras desiertas, en 1926 apuntó que "el mundo moderno es una multitud de veloces coches de carreras que se encuentran bloqueados en un atasco".

8-En 1914 lamentaba que la gente tenía cada vez más animales domésticos y cada vez menos bebés, y en 1929 "el empeño por tener cuartos de baño y de no tener bebés".

9-También en 1929 dijo que "la verdadera religión actual no se preocupa de dogmas ni de doctrinas. Se preocupa casi únicamente de la dieta".

10-Y en 1930 escribió una frase que bien valdría para las recargadas ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos: "El materialismo moderno es solemne con los deportes porque no tiene otros ritos que solemnizar".

11-En 1926 advirtió sobre la revolución sexual, aunque se equivocó de costa, y se fue de la oeste (la California de 1967) a la este: "La siguiente gran herejía será simplemente el ataque a la moral: y especialmente a la moral sexual... La locura de mañana no estará tanto en Moscú como en Manhattan".

12-¿Y la actual aversión a la moral cristiana? "Un fanatismo extraño llena nuestro tiempo: el odio fanático a la moral, especialmente a la moral cristiana" (1909).

13-Sobre el aborto y la manipulación genética, en 1937: "Se permitirá al gobierno y a los expertos, sin juicio o discusión, disponer de las generaciones de no nacidos con la ligereza de los dioses paganos".

14-¿Qué habría dicho del divorcio exprés introducido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en España? "El efecto obvio de un divorcio frívolo es el matrimonio frívolo".

15-¿Y de la ideología de género y el feminismo? "Cada sexo está intentando ser los dos sexos a la vez; y el resultado es una confusión más falsa que cualquier convención".

16-También critica la gran hipocresía social:"El mundo a nuestro alrededor ha aceptado un sistema social que niega a la familia. Ayudará a veces al niño, en lugar de a la familia; a la madre, en lugar de a la familia; al abuelo, en lugar de a la familia. No ayudará a la familia" (1930).

17-Y ahondando en que "la tendencia actual de la reforma social parece que consiste en destruir todo rastro de los padres": "Borrarán la antigua autoridad parental. Su lugar no lo va a ocupar la libertad ni la licencia, sino la autoridad mucho más supresora y destructiva del estado" (1928).

Un volumen muy completo y rico

Además del citado trabajo de Ahlquist, en Chesterton de pie encontramos colaboraciones de otros expertos internacionales como su biógrafo Joseph Pearce, o Aidan Mackey, fundador del G.K. Study Centre, así como de una pléyade de estudiosos españoles que, junto a los anteriores, abordan puntos concretos de la vida y obra de Gilbert Keith.

Entre otros, Emilio Domínguez Díaz explica, por ejemplo, las razones personales que retrasaron durante al menos veinte años la conversión de Chesterton al catolicismo, que no se produjo hasta 1922 y que continúa siendo uno de los puntos más debatidos en la biografía del maestro.

Belén Rincón García recuerda las tres veces que estuvo en España (1926, 1928 y 1935) y analiza la primera, un periplo por Madrid donde fue presentado por Ramiro de Maeztu y a una de cuyas conferencias asistió la reina Victoria Eugenia. O Juan Pablo Serra analiza Manalive [El hombre vivo], de la cual habrá pronto adaptación cinematográfica, en la perspectiva de la conversión por el asombro, es decir, la visión mística de Chesterton sobre el mundo y su impacto en el carácter, el conocimiento y la moral.

Ejercicios Espirituales al Pueblo, en el Año de la Oración

(Iglesia de Asturias) El Vicario General de la diócesis, Jorge Juan Fernández Sangrador, dirigirá, entre los días 4 al 8 de marzo, unos Ejercicios Espirituales al Pueblo en este Año de la Oración 2024, instituido por el Papa Francisco el pasado 21 de enero, Domingo de la Palabra de Dios, como preparación al Jubileo de la Esperanza del próximo 2025.

En la Carta del 11 de febrero de 2022, dirigida al Pro-Prefecto, Mons. Rino Fisichella, para encargar al Dicasterio para la Evangelización, dicho Jubileo, el Papa había escrito: «Me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran sinfonía de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo». Por lo tanto, en preparación para el Jubileo, las Diócesis están invitadas a promover la centralidad de la oración individual y comunitaria.

Estos Ejercicios tendrán lugar en horario de 20 a 21 h, en la iglesia de San Tirso El Real, en la Plaza de la Catedral de Oviedo. Para un mayor aprovechamiento, se aconseja acudir a todas las sesiones y llevar consigo la Biblia y un cuaderno para tomar notas.

Año de la Oración

Tras el año dedicado a la reflexión sobre los documentos y al estudio de los frutos del Concilio Vaticano II, el 2024 será el Año de la Oración, siguiendo la propuesta del Papa Francisco. El Santo Padre ha anunciado su inicio el domingo 21 de enero de 2024, con ocasión del V Domingo de la Palabra de Dios. Ya en la Carta del 11 de febrero de 2022, dirigida al Pro-Prefecto, S.E. Mons. Rino Fisichella, para encargar al Dicasterio para la Evangelización del Jubileo, el Papa había escrito: «Me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo». Por lo tanto, en preparación para el Jubileo, las Diócesis están invitadas a promover la centralidad de la oración individual y comunitaria.

El Dicasterio ha puesto a disposición algunos instrumentos útiles para comprender mejor y redescubrir el valor de la oración. Además de las 38 catequesis sobre la Oración del mismo Papa Francisco, del 6 de mayo de 2020 al 16 de junio de 2021, ha sido publicada por la Librería Editora Vaticana una serie titulada “Apuntes sobre la Oración”. Se trata de 8 volúmenes realizados para volver a poner en el centro la relación profunda con el Señor, a través de las múltiples formas de oración contempladas en la rica tradición católica. Además, está disponible online, en versión digital, un subsidio pastoral para ayudar a las comunidades parroquiales, las familias, los sacerdotes, las monjas de clausura y los jóvenes a vivir con mayor conciencia la necesidad de la oración diaria.

martes, 27 de febrero de 2024

Francisco: «El coraje de los mártires, el testimonio de los mártires, es una bendición para todos»

(Vatican.news/InfoCatólica) A lo largo de la historia de la Iglesia Católica, muchos creyentes han sido perseguidos y asesinados por su fe. Ante esta realidad, el Papa insiste en que su testimonio «es una bendición para todos» y pide oración especial por ellos en El Video del Papa de marzo que difunde la Red Mundial de Oración por el Papa.

Historias de valentía y testimonios de amor

La vida de esas personas que se entregan como testigos de Cristo son, sobre todo, historias reales, con características que las vuelven únicas en sí mismas. En su videomensaje, que este mes recibe el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), una organización caritativa católica internacional y fundación pontificia cuya misión es ayudar a los fieles allí donde estén perseguidos, oprimidos o necesitados mediante la información, la oración y la acción – Francisco recuerda el testimonio y el dolor de un esposo que conoció en la isla griega Lesbos: «Vieron a mi mujer con el crucifijo y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí».

Precisamente la historia de esta mujer, que dejó un «ejemplo de amor» por Cristo y de fidelidad «hasta la muerte», se reconstruye en el Video del Papa del mes de marzo, en el que se alternan también imágenes de comunidades cristianas en peligro y se citan ejemplos de valentía: como el del primer siervo de Dios de Pakistán, Akash Bashir, que murió a los 20 años en 2015 para evitar un atentado terrorista contra una iglesia llena de fieles en Lahore.

Mártires, héroes de todos los tiempos

Hay muchos mártires escondidos, los héroes del mundo de hoy, que llevan adelante una vida ordinaria con coherencia y con el valor de aceptar la gracia de ser testigos hasta el final, hasta la misma muerte. El Papa insiste: «Hermanos, hermanas, siempre habrá mártires entre nosotros, es la señal de que vamos por el camino correcto». El hecho que haya mártires significa que algunos han arriesgado sus vidas para seguir a Jesús, para vivir según su mensaje y encarnar en el mundo su Evangelio de amor, paz y fraternidad. No lo han renegado ni olvidado, sino que han mantenido firme su fe y han demostrado su fidelidad a Jesucristo. Por eso indican el camino correcto para la Iglesia.

«Una persona que sabe me decía que hay más mártires hoy que al inicio del cristianismo», añade Francisco, subrayando como el tema de los cristianos perseguidos y que dan la vida por su fe es de gran actualidad. Solo en el 2023, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recibió denuncias en 40 países de personas asesinadas o secuestradas a causa de su fe. Nigeria se convirtió en el país con mayor cantidad de asesinatos; en Pakistán, en la diócesis de Faisalabad los templos y los hogares de los cristianos de Jaranwala fueron atacados; y, en Burkina Faso, los católicos de Débé fueron expulsados de su aldea debido, únicamente, a su fe; por solo mencionar algunos ejemplos.

Frente a este panorama, la presidente ejecutiva de la fundación pontificia, Regina Lynch, expresa: «La libertad religiosa, reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, es un derecho inalienable y ningún cristiano debería perder la vida por ejercerlo. Es crucial garantizar el derecho a practicar la fe como parte de la dignidad de todos los seres humanos». En ese sentido, asegura que la intención de este mes de Francisco es «muy importante para animar a orar por las víctimas de la persecución, así como abogar por aquellos que sufren discriminación por su fe. Además, debemos involucrar a los políticos para que defiendan los derechos de los más vulnerables».

La valentía de testimoniar con la propia vida

El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda lo que decía un día San Francisco de Asís a sus hermanos: «Anuncien siempre el Evangelio. Si es necesario, usen palabras». Y agrega: «Estamos llamados a dar testimonio de Cristo con toda nuestra vida. Un mártir es un testigo de Cristo cuya existencia misma es un testimonio vivo, es decir, encarna el Evangelio poniendo en riesgo su propia vida, sin recurrir a la violencia. La intención de oración del Papa nos interpela: ¿Cómo damos testimonio de Cristo allí donde estamos? No todos estamos llamados a arriesgar nuestra vida para ser fieles a Jesucristo, pero puedo preguntarme: ante situaciones que van en contra de la ética cristiana, del Evangelio, en mi trabajo, mis actividades, mi círculo social o en mi familia, ¿tomo posición para seguir el camino de Cristo a pesar de las dificultades y los desafíos que puedan surgir, o lo esquivo? Por eso, oremos con el Papa para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero».

lunes, 26 de febrero de 2024

¿Qué es un mártir? ¿Cuántos tipos de martirio hay? ¿Por qué no necesita un milagro para ser beato?

(J.L.N./ Rel.) No se puede entender el cristianismo sin los mártires. Desde el nacimiento de la Iglesia hasta el día de hoy, ha habido cristianos que han dado testimonio de Cristo hasta la muerte. Desde san Esteban, a los cristianos nigerianos asesinados en la actualidad a causa de su fe; desde san Pedro y San Pablo a los cristianos que están siendo atacados y perseguidos en países de mayoría musulmana o en estados comunistas. Pero como atestiguó Tertuliano ya en el siglo II, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Y para los creyentes, los mártires son un ejemplo de confianza total y de entrega a Dios, unos privilegiados para mostrar el camino hacia el Cielo.

¿Qué es un mártir?

Un mártir es aquel que testifica la verdad de su fe hasta la propia muerte. El martirio es por tanto el testimonio del amor de Cristo llevado al extremo de derramar la sangre a causa del Evangelio, víctima del odio a esta propia fe por parte de sus verdugos. De hecho, el término “mártir” significa “testigo”. San Agustín de Hipona lo explicaba de una manera muy fácil de comprender. “Lo que en latín decimos testes (testigo) en griego se dice martyres (mártir). Por tanto, un mártir es testigo de Cristo incluso en la tortura y la muerte. Y este santo también advertía que "no hace al mártir la pena que padece, sino la causa o motivo por qué padece". Y la causa por la que murieron fue por odio a la fe. No se puede entender el cristianismo sin los mártires. Desde el nacimiento de la Iglesia hasta el día de hoy, ha habido cristianos que han dado testimonio de Cristo hasta la muerte. Desde san Esteban, a los cristianos nigerianos asesinados en la actualidad a causa de su fe; desde san Pedro y San Pablo a los cristianos que están siendo atacados y perseguidos en países de mayoría musulmana o en estados comunistas. Pero como atestiguó Tertuliano ya en el siglo II, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. Y para los creyentes, los mártires son un ejemplo de confianza total y de entrega a Dios, unos privilegiados para mostrar el camino hacia el Cielo. Según el Concilio Vaticano II, el martirio es una “gracia”. Aunque se puede desear o pedir conforme a la voluntad de Dios, hay que estar dispuesto a confesar a Jesucristo en cualquier momento o circunstancia concediéndola Dios a quien considera digno de ella. El martirio supone el testimonio de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Precisamente por eso, no es posible alcanzarla sin la gracia de Dios. Y a su vez es también un acto de hacer propias las virtudes cardinales: prudencia, justicia y templanza. El martirio está unido a la Iglesia desde su fundación. Todos los apóstoles, excepto san Juan, murieron siendo mártires. Antes que ellos, el protomártir san Esteban, fue lapidado por, precisamente, ser testigo de Cristo. A partir de entonces, la persecución nunca ha abandonado a la Iglesia. En el Imperio Romano hubo sangrientas persecuciones que dejaron numerosos mártires. Más tarde, con la llegada del islam muchos cristianos entregaron su vida. En distintas partes del mundo donde los misioneros llevaban el Evangelio, ya fuera por el norte de Europa, en Asia, en África, Oceanía o en la propia América, también hubo mártires, ya fueran los propios misioneros o los conversos de aquellas tierras. Más adelante, con la Revolución francesa llegaría un nuevo mundo y nuevas persecuciones. Por otra parte, el socialismo y el comunismo han dejado tras de sí millones de muertos por todo el mundo: en España, en toda Europa, en Rusia, en China, Vietnam… Porque mártires sigue habiendo hoy y los habrá hasta el fin de los tiempos. Ya lo avisa el Evangelio: “Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio”.

¿Qué dice el Catecismo del martirio?

En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el punto 2473, se explica con claridad que “el martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. ‘Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas me será dado llegar a Dios’ (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 4, 1)”. Y añade en el punto siguiente: “Con el más exquisito cuidado, la Iglesia ha recogido los recuerdos de quienes llegaron hasta el extremo para dar testimonio de su fe. Son las actas de los Mártires, que constituyen los archivos de la Verdad escritos con letras de sangre”.

¿Quién fue el primer mártir del cristianismo?

San Esteban, conocido como el protomártir, fue el primero de los seguidores de Jesús que padeció el martirio. Fue asesinado a causa de su fe en Jerusalén, se cree que cerca de la Puerta de Damasco, donde hoy se encuentra la iglesia de San Esteban, y cuya devoción comenzó rápidamente entre los primeros cristianos. En este sentido, Esteban fue uno de los primeros que siguieron a los apóstoles. Era tan apreciado por la comunidad de Jerusalén que en los Hechos de los Apóstoles es citado como uno de los siete elegidos para ayudar a los apóstoles en su misión, donde se le definía como “un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo”. Este protomártir realizaba prodigios y milagros, lo que generó recelos, por lo que instigaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, al decir que lo habían escuchado pronunciar expresiones blasfemas contra Moisés y contra Dios, y fue ante el Sanedrín. Los Hechos recogen el discurso de Esteban, en el que relató la historia de la Salvación. “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios”, concluyó Esteban. Palabras que le costaron la vida. Los presentes estallaron en fuertes gritos, fue arrastrado fuera y lapidado. Entre los que aprobaron su asesinato estaba Saulo (san Pablo), quien pasaría de ser perseguidor de los cristianos a ser el apóstol de los gentiles.

¿Cuáles fueron las primeras persecuciones contra los cristianos?

Los primeros cristianos vivieron bajo el Imperio Romano, donde el cristianismo no estaba permitido y donde llegó a ser incluso percibido como un peligro. Durante varios siglos se produjeron numerosos mártires cristianos durante las diez grandes persecuciones que se produjeron entre el siglo I y principios del siglo IV y que llevan los nombres de los emperadores que gobernaban en cada una de ellas: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano. Muchos de los grandes santos de los primeros siglos fueron mártires de estas persecuciones. De hecho, San Pedro y San Pablo murieron mártires en Roma en esta primera persecución. Otros tantos santos como Justino, Perpetua y Felicidad, Sabina, Inés, Sebastián, Lorenzo, Ignacio de Antioquía, Policarpo, Eulogio, Fructuoso, Cosme y Damián, Justo y Pastor… y un largo etcétera. Miles de cristianos murieron mártires por todo el imperio romano, en muchos casos con condenas terribles: fueron arrojados a las fieras, quemados vivos, crucificados, decapitados… Sin embargo, pese a las persecuciones, que variaron en duración e intensidad, el número de cristianos no sólo no disminuyó, sino que fue constantemente en aumento. Tertuliano, en el siglo II, escribía: “Persigan y asesinen; ignorando que la sangre [de los mártires] es semilla de nuevos cristianos”. Y también en este siglo en la llamada Carta a Diogneto, de autor anónimo, se puede ver: “¿No ves que [los cristianos], arrojados a las fieras con el fin de que renieguen del Señor, no se dejan vencer? ¿No ves que, cuanto más se los castiga, en mayor cantidad aparecen otros?”.

¿Cuál es el siglo de los mártires?

Las persecuciones a los cristianos en los primeros siglos fueron muy grandes y servirían para forjar una Iglesia y un cristianismo incipiente, por lo que son fundamentales en la historia de la Iglesia. Pero lo cierto es que el siglo con más mártires en números absolutos es el siglo XX. Nunca tantos cristianos fueron asesinados debido a su fe en la historia como en este pasado siglo, a pesar de que no hay una conciencia general sobre estos hechos. Y aunque es imposible tener una cifra exacta o incluso aproximada, esta cifra puede superar los tres millones de cristianos asesinados por el mero hecho de serlo. En su libro, El siglo de los mártires (Ediciones Encuentro), el reputado historiador Andrea Riccardi afirma: “El siglo XX, el siglo de la democracia, del progreso, de la libertad, ha sido también el tiempo en el que la vida de muchos cristianos ha sido pisoteada, porque representaba algo profunda y pacíficamente alternativo. Su presencia no era objetivamente amenazadora o políticamente subversiva; sin embargo, fue convertida en blanco de una gran agresividad: debía ser suprimida porque casi parecía un desafío, aunque no lo representaba concretamente. Este era el designio frío y el ímpetu de los hombres y de los sistemas que han encarnado los grandes totalitarismos del siglo XX: los comunismos a partir de la Revolución de 1917, el nazismo. Pero es también la experiencia de la lucha anticristiana en España y en México. Herir de muerte a los cristianos y eliminarlos de la sociedad representaba casi una ‘consagración’ pública de estas ideologías y políticas”. Pero incide en que los mártires van más allá de estos ejemplos. “Los cristianos han caído también en la misión, en las guerras, en la incertidumbre de la situación política, como pasó en el África poscolonial. No faltan los cristianos perseguidos y asesinados por pertenecer a comunidades minoritarias, oprimidas por una mayoría religiosa”, especialmente el islam, añade. Destacan aquí las masacres perpetradas en el Imperio otomano contra los cristianos armenios y otros cristianos que vivían bajo este mandato, considerado como el primer holocausto del siglo. Los cristianos asesinados por la Unión Soviética, por China y por otros regímenes comunistas por todo el mundo, la persecución nazi, el holocausto armenio, la persecución en España y México, las numerosas persecuciones en África y muchos más por motivos diversos… hacen viable el cálculo de al menos tres millones de cristianos asesinados en el pasado siglo XX por odio a la fe.

¿Necesita un mártir un milagro para ser declarado beato?

Para que un mártir sea declarado beato por parte de la Iglesia no hace falta un milagro, puesto que la vía para la beatificación es diferente a la de otras causas de santidad. Tradicionalmente, han existido dos vías para la beatificación: se podía introducir un proceso de beatificación por virtudes heroicas, o bien por un proceso de martirio. En 2017 se añadió una tercera vía: la de quien hubiese ofrecido libre y voluntariamente su vida a causa de la caridad. De este modo, en la causa del martirio el proceso se centrará en el momento de la muerte del siervo de Dios y en demostrar que murió por odio a la fe. Por tanto, no se evalúa el modo de vivir las virtudes, sino que las pruebas que se deberán aportar se centrarán en el momento de su muerte. Benedicto XVI lo explicó así: "Es necesario recoger pruebas irrefutables sobre la disponibilidad al martirio, como derramamiento de la sangre, y sobre su aceptación por parte de la víctima, pero también es necesario que aflore directa o indirectamente, aunque siempre de modo moralmente cierto, el odio a la fe del perseguidor". En definitiva, en los casos de martirio no se produce la declaración de Venerable, pues no es necesario el proceso del milagro. Por lo tanto, una vez aprobada la ponencia por las dos grupos -Comisión de Teólogos y Congregación de Cardenales y Obispos- se presenta al Papa, que si lo considera adecuado procederá a promulgar el decreto por el que se aprueba el martirio del siervo de Dios, y ordenará su beatificación.

¿Cuántos tipos de martirio existen?

Existen hoy tres tipos de martirio, aunque sólo en uno el cristiano entrega completamente su vida. Se trataría entonces del martirio rojo, el martirio blanco y el martirio verde. De este modo, el martirio rojo o de sangre es en el que el cristiano derrama su sangre por Jesucristo o es asesinado por causa de su fe. El martirio blanco es que el se da en lugares donde hay hostilidad hacia la fe católica, donde uno puede ser perseguido en distintos grados, pero donde no derrama su sangre ni es asesinado por odio a esta fe. Y por último, y el menos conocido, sería el martirio verde, término que proviene de una antigua homilía del siglo VII en Irlanda y que se centra en la penitencia y el ayuno extremos por amor a Dios. Este tipo de martirio se asocia normalmente con los eremitas de Egipto, que influyeron enormemente en el monacato irlandés. Esto explica por qué tantos monjes irlandeses se retiraron a lugares de extrema solitud y clima severo.

¿Dé donde nace la fuerza para afrontar el martirio?

El propio Papa Benedicto XVI respondía a esta pregunta en la Audiencia General del 11 de Agosto de 2010: “De la profunda e íntima unión con Cristo, porque el martirio y la vocación al martirio no son el resultado de un esfuerzo humano, sino la respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios; son un don de su gracia, que nos hace capaces de dar la propia vida por amor a Cristo y a la Iglesia, y así al mundo. Si leemos la vida de los mártires quedamos sorprendidos por la serenidad y la valentía a la hora de afrontar el sufrimiento y la muerte: el poder de Dios se manifiesta plenamente en la debilidad, en la pobreza de quien se encomienda a él y sólo en él pone su esperanza (cf. 2 Co 12, 9). Pero es importante subrayar que la gracia de Dios no suprime o sofoca la libertad de quien afronta el martirio, sino, al contrario, la enriquece y la exalta: el mártir es una persona sumamente libre, libre respecto del poder, del mundo: una persona libre, que en un único acto definitivo entrega toda su vida a Dios, y en un acto supremo de fe, de esperanza y de caridad se abandona en las manos de su Creador y Redentor; sacrifica su vida para ser asociado de modo total al sacrificio de Cristo en la cruz. En una palabra, el martirio es un gran acto de amor en respuesta al inmenso amor de Dios”.

El sacramento cuaresmal. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

Las oraciones en lengua española de la edición última del Misal romano han sido revisadas en su totalidad con el fin de que fuesen más fieles, en la literalidad, a los textos originales en latín.

Algunas resultan extrañas a oídos de quienes han empleado durante décadas la edición anterior. Una de ellas es ésta del domingo pasado, primero de Cuaresma, en la que se dice: «Dios todopoderoso, por medio de las prácticas anuales del sacramento cuaresmal (quadragesimalis exercitia sacramenti) concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo».

¿Qué es el sacramento cuaresmal?, se preguntan muchos sacerdotes y fieles, que no entienden bien a qué se está refiriendo esta traducción novedosa.

Y, para saber cuál es su significado, es preciso remontarse a la antigua y venerable consideración del tiempo de Cuaresma como el de un combate, el que emprende la Iglesia entera, ejército en orden de batalla, contra el Maligno, sus obras y sus seducciones, siendo el ayuno, instituido por Cristo mismo en el desierto, el arma más eficaz para derrotarlo durante la sagrada cuarentena eclesial.

El carácter militar puede apreciarse en la actual traducción de la oración colecta de la Misa del Miércoles de Ceniza: «Concédenos, Señor, comenzar el combate cristiano (praesidia militiae christianae) con el ayuno santo, para que, al luchar contra los enemigos espirituales (contra spiritales nequitias pugnaturi), seamos fortalecidos con la ayuda de la austeridad (continentiae muniamur auxiliis)».

¿Qué es entonces el sacramento cuaresmal? La primera acepción de «sacramentum» en este contexto es «juramento militar». Es decir, la firme determinación, el compromiso, la implicación personal, la convicción, la lealtad, la perseverancia con la que se van a acometer los entrenamientos, las maniobras, las pruebas, las estrategias que se precisan para alcanzar las victorias parciales y la victoria final del combate último. Y, por encima de todo, la promesa inquebrantable hecha a Dios de mantenerse en el propósito inicial y de tratar, por todos los medios posibles, a sabiendas de las dificultades que inevitablemente habrá que arrostrar y de los sacrificios que será necesario autoimponerse, alcanzar la meta y conseguir los laureles de la gloria.

Eso mismo es también lo que el pueblo cristiano se juramenta («sacramentum») que hará al salir a pelear, bajo el estandarte de Cristo, en una batalla que durará cuarenta días («quadragesimalis»), en la que, insisto, el arma principal será el ayuno, que purifica y autentifica la oración y la caridad. Éstas dos son, en realidad, de todos los días del año.

Hay que decir que hoy el ayuno ha quedado tan relegado en las prácticas cuaresmales que los sacerdotes ya ni saben cómo proponerlo en las vaguedades que predican acerca de la Cuaresma, presentándola como si fuese el paseo romántico de unos turistas que emprenden un viaje, en plan aventura, por un desierto de postal, privándose tan sólo de algunas, poquitas, cosillas. A Wadi Rum, en Jordania, por ejemplo. Nada que ver ni con la extenuante marcha de Israel hacia la Tierra prometida, según el libro del Éxodo; ni con la estancia de Jesús en las solitarias estepas a las que lo condujo el Espíritu para ser tentado por el diablo, ni con las asperezas del modo de vida de Juan el Bautista, ni con los rigores ascéticos de los primeros monjes cristianos de Oriente.

Por otra parte, aunque, en teología, la noción de «sacramento» está reservada principalmente a los sietes signos sensibles que, instituidos por Jesucristo, según el Concilio de Trento, comunican la gracia, estos cuarenta días gozan del privilegio, conferido por la Iglesia, de ser, por la observancia de la materialidad de las obras penitenciales, un sacramento, que, al igual que la Eucaristía, hace posible el que quien se aplica en cumplirlas, por inspiración y con el auxilio de la gracia, se adentre en los arcanos del misterio de Cristo. Se retomará esta idea en la oración sobre las ofrendas del domingo primero de Cuaresma: «El comienzo de un mismo sacramento admirable».

Así pues, la Cuaresma es un período sacramental en el que toda la Iglesia se encuentra en estado de Ejercicios espirituales. De aquí el que estas fechas sean muy apropiadas para hacerlos individualmente. Como a muchas personas les resulta imposible recluirse durante varios días, a causa de sus obligaciones familiares o profesionales, en una casa para Ejercicios, en ésta y en cualquier otra época del año, les cabe la posibilidad de participar en los que, desde el 4 al 8 de marzo, de 20,00 a 21,00 horas, se predicarán en la iglesia de San Tirso el Real de Oviedo. Serán unos Ejercicios espirituales, con el Evangelio de san Lucas, abiertos a todo el Pueblo de Dios.

La Nueva España, domingo 25 de febrero de 2024, p. 26

domingo, 25 de febrero de 2024

¡Qué bien se está aquí!. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

La Cuaresma siempre la comenzamos del mismo modo: miércoles de ceniza, con el evangelio donde el Señor nos explica cómo orar, ayunar y dar limosna. El primer domingo el evangelio del desierto y las tentaciones, y en este segundo, como es tradición, el pasaje de la Transfiguración. Esto tiene de bueno que cada año tenemos la oportunidad de redescubrir un nuevo detalle en el que no habíamos caído, o algún versículo que se ajusta más a mi realidad presente, pero también está el riesgo de tomar el tiempo cuaresmal en pura rutina y rendirnos pronto, o abandonar la exigencia de estos días por que no estoy logrando los objetivos que me he marcado ó, sencillamente, porque una vez "caído" ya doy por perdido todo momento de gracia. Tenemos aún muchos días por delante para lucha; no desfallezcamos, volvamos al perdón, y empecemos de nuevo.

Se une hoy la escena de Cristo en lo alto de un monte del cuál el evangelista no nos da el nombre, pero que todos los expertos apuntan que fue en el alto del Tabor, junto con la del pasado domingo en el desierto con del pasaje que este año no era tan detallado como en los otros ciclos, donde sí vemos a Jesús en ese monte llamado de "las tentaciones"... Los evangelios de estos dos primeros domingos son dos referentes para nuestra preparación para la Pascua, que anticipa nuestro examen para cuando Dios nos llame a su presencia. Por un lado está lo que nos toca hoy y aquí, y cómo es atravesar la llanura y batallar con las tentaciones, pasar por un trance desagradable en esta lucha en que sólo nos vemos confrontados optando por lo que Dios nos pide, y lo que prefiere nuestro cuerpo. Y, por otro lado, está lo que anhelamos y esperamos alcanzar que es llegar a la cumbre de la Pascua definitiva. Seguramente el demonio nos saldrá al paso más de una vez para decirnos: ¿Quién te ha dicho a ti que hay un cielo para que te estés privando de nada?... Quizá también esto les pasó a los discípulos de Jesús: dejaron sus vidas, sus familias, su trabajo y marcharon tras Jesús, y como vemos en los evangelios ni entendían todo ni estaban siempre a la altura de lo que el Señor esperaba de ellos.

Tampoco nosotros entendemos siempre su llamada, ni estamos a la altura de lo que espera de nosotros, pero ante la mentira del demonio que se empeña en susurrar  y torturar nuestros oídos y entendimiento, sale al paso el mismo Cristo que en plena peregrinación terrenal les muestra de algún modo en su transfiguración un anticipo del cielo y su gloria, un adelanto de lo que será la Resurrección como quien advierte: ¡que nadie os diga que no hay nada arriba de la colina que merezca el esfuerzo de subir, pues ya os muestro yo que aquí cómo y cuál  será el premio!... Todo esfuerzo por convertirnos, ayunar y esforzarnos por ser santos siempre será poco aunque tendrá su recompensa, pues la grandeza del cielo no es comparable a todos los placeres juntos que este mundo nos ofrezca. Podemos acumular todo el dinero que queramos, que de nada nos servirá una vez muertos; podemos comer en los mejores restaurantes o concedernos todos los caprichos humanos, que eso tan sólo nos hará más desgraciados a la larga. Sólo el que se mortifica, y valora su cuerpo y su espíritu en la pequeñas cosas, verá luego la gloria de Dios. 

Y esta escena tiene un gran valor para interiorizar en estos días, y es que la transfiguración tiene lugar cuando Jesús sabe que pronto habrá de subir a Jerusalén: llevar consigo a Pedro, Santiago y Juan como testigos presenciales de esta teofanía tenía en realidad un fin pedagógico, como era prepararles de algún modo para ser testigos de su pasión y muerte, que estaba ya próxima. Se avecinaba algo muy duro, y el Señor quiso prepararles para que no perdieran la fe, aunque presenciar la transfiguración nos los convertiría en superhombres ni desaparecerían sus flaquezas. Pero algo de especial tuvo, pues en la noche del Jueves Santo en aquella angustia del Señor en el Huerto de los Olivos de nuevo serán estos tres, sus más íntimos, los que estaban allí a su lado. Y, curiosamente, Juan será el único que permaneció al pie de la cruz; Pedro el primero en ir corriendo a ver el sepulcro vacío, y Santiago el primero de los apóstoles en confesar a Jesús con su vida muriendo decapitado. Monte de las tentaciones y monte Tabor, esto es lo que experimentamos los creyentes a lo largo de nuestra existencia: momentos de aridez y noche oscura, momentos de luz y de gracia, épocas donde sentimos que Dios enmudece o se oculta, y otras donde lo sentimos interactuando con nosotros de corazón a corazón. No siempre se puede estar en lo alto del Tabor, no podemos levantar tiendas de campaña atrincherándonos sólo donde estamos bien momentáneamente, pues para llegar a la gloria eterna hay que bajar de nuevo del monte y seguir cruzando el desierto para llegar a la Pascua prometida, donde los Santos podrían confirmarnos lo bien que se está allí... "Y no digáis nada, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos"... 

Evangelio Domingo II de Cuaresma

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor

sábado, 24 de febrero de 2024

Gracias Hermanitas por tanto bueno regalado al Occidente asturiano. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Con mucha tristeza me entero de la marcha de las queridas Hermanitas del Asilo "Hogar de San José" de Cangas del Narcea, donde durante más de un siglo han sabido dar al interior de unos muros fríos tal calidez humana y cariño, que cuando uno entraba en ese edificio no se sentía en una residencia al uso, sino en una casa familiar donde las puertas siempre estaban abiertas; donde siempre había una sonrisa y un detalle al recibirte. Las primeras Hermanas llegaron en el mes julio de 1899, sin duda un regalo de la Virgen del Carmen a su Cangas del alma. Cuando uno entra en esa capital del suroccidente por el barrio del Corral, ahí está la Capilla del Asilo que en su fachada y bajo la espadaña las Hermanitas pusieron con acierto el rostro de Nuestra Señora del Acebo, la cual da la bienvenida a todo el que llega a la villa. 

Cuando fui ordenado sacerdote -nunca me cansaré de contarlo y repetirlo- mi primer destino y primer amor fue aquel bello y amplio suroccidente asturiano al que jamás olvido, y donde aún estaría hoy si se hubiera cumplido mi deseo en voluntad propia desobedeciendo el mandato que la Iglesia que me impuso obligándome a hacer las maletas. Llegué a mis siete parroquias (tres del concejo de Degaña, tres del concejo de Ibias, y una del concejo de Cangas de Narcea) con la idea clara de vivir todo el tiempo en ellas. Y aquí también la obediencia a lo que el Arzobispo de entonces y su Consejo Episcopal tuvieron a bien, cambió mis planes. No querían que viviera siempre en Cerredo; les parecía una localidad muy alejada de todo y tenían miedo que aquello me pasara factura en el tiempo y me aislara del resto de sacerdotes del Arciprestazgo. Ante este temor me obligaron a tener mi segundo domicilio en uno de los pisos para sacerdotes que la Diócesis tiene en la calle La Paz de Cangas de Narcea, encima del hotel El Molinón. Así, a regañadientes, me sentí obligado no hacer una mudanza sino dos, teniendo parte de mis cosas en el piso que tenía en la parroquia de Cerredo, y acondicionar al mismo tiempo el piso que había dejado mi antecesor, Don Julio Villanueva (q.e.p.d.) el cual tuvo que ser jubilado a la Casa Sacerdotal por problemas graves de salud. 

Ahora, con más años encima, he de reconocer que aquella obligación me hizo bien; esto me permitía bajar algún día de la Semana a Cangas para despejar de la rutina de cura trota-pueblos. Normalmente iba a dormir el domingo, y así tertuliar con los compañeros sacerdotes en el bar del hotel, comer al día siguiente en el Riesco y hacer compras... Los lunes Don "Neyo", el coadjutor, solía escaparse a su Pola de Lena natal para ver a sus padres, y yo con gusto le celebraba la misa vespertina en la Basílica. De las muchas personas buenas que allí encontré en aquel idílico Sur-Occidente fue la Comunidad de Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Cangas del Narcea, a las que tuve de amigas y aliadas desde el primer día. La entonces Superiora Sor Ángeles Román Sánchez y yo hicimos buenas migas, por lo que siempre encontré en ellas soluciones y facilidades para todos los problemas que yo les presentaba.

Que tenía que limpiar las ánforas de las parroquias o luego las del Arciprestazgo, ellas lo hacían con gusto y mimo; que algún sacerdote de la zona tenía algún feligrés desamparado y con urgencia de encontrarle acomodo, ellas movían cielo y tierra... La Hermana Ángeles (Superiora) siempre se ofreció para lo que necesitara: comida, los manteles de las parroquias... lo que fuera. Siempre que iba a verla salía cargado de estampas, medallas y libretos de Santa Teresa de Jesús Jornet, las cuales me venían muy bien para mis visitas a enfermos y mayores, al ser ésta la patrona de la ancianidad. Yo le decía que estaba bien, que no necesitaba nada; a ella, como a tantos, le extrañaba... Como si por estar en "el fin del mundo" uno no pudiera ser feliz. Sor Ángeles me decía: "voy a reñir a Don Carlos Osoro; mira que mandarte a esa montaña tan arriba"... Y yo le contestaba: "y lo contento que estoy yo con mis ovejitas"... Muchos sacerdotes han denominado el Occidente asturiano como la Arcadia feliz, y yo así lo suscribo. En el Arciprestazgo del Acebo éramos diecinueve sacerdotes entre los diocesanos y los dominicos, y siendo muy distintos y plurales todos recuerdo con cariño la fraternidad con que nos reuníamos y compartíamos las fiestas o nos ayudábamos para éstas. Y las Hermanitas siempre estaban pendientes de nosotros a pesar de que el propio trabajo en el Asilo apenas las dejaba moverse para echar una mano en aquello a lo que se ofrecían y que buenamente pudieran colaborar. 

Ya en mi tiempo de Arcipreste, Sor Ángeles me comentó que sonaban ruidos respecto a eminentes cierres de algunas de sus comunidades, pues aunque tenían novicias y vocaciones, era superior el trabajo y las numerosas casas que atendían que la edad y las fuerzas de un número elevado de ellas en la Congregación. Al final, gracias a que ella, se movió se pudo renovar la comunidad de Cangas con religiosas jóvenes de Latinoamérica, aunque ya en aquel momento imaginamos que con el paso de los años la Congregación se vería obligada de nuevo a seguir cerrando casas y restructurando su presencia, con lo que Cangas, al no ser un lugar histórico de la Congregación ni una ciudad principal, sufriría este doloroso trance de tener que decir adiós a las Hermanitas. No es el primer adiós; en Cangas del Narcea aún pervive el recuerdo de congregaciones que aquí dejaron lo mejor de sí, y ya sólo vive en la memoria algunas como las Agustinas Recoletas o las Hijas de la Caridad. Ya hace décadas que el Occidente asturiano tuvo que decir adiós a las Hermanitas con su marcha de la localidad de Serantes (Tapia de Casariego), como también la Cuenca del Nalón lloró su marcha del Asilo de Ciaño en 2015. Es otra pobreza para nuestro mundo rural que se va vaciando de fieles, sacerdotes y de vida consagrada. No hace mucho fue el adiós de las Hijas de la Caridad de Luarca en 2013, las Dominicas de la Anunciata, primero de Pesoz en 2012, y luego de Navia el pasado 2023. En todo el Occidente sólo dos comunidades permanecen: las Dominicas de clausura de Cangas de Narcea y los Dominicos de Corias, que se mantienen a pesar de que la ilusión del P. Emiliano y el P. Patxi ya no es la de dos novicios. 

Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados deberían ser nombradas Hijas Adoptivas de Cangas del Narcea por esa gigante y silenciosa labor que han llevado a cabo en el Concejo durante ciento veinticinco años, en los que hicieron verdad su lema de "cuidar los cuerpos para las almas". Todo reconocimiento para su Obra y misión se quedará corto, pero aunque les otorguen la Medalla de Oro de la Sociedad de Artesanos de Cangas, o le pongan a la explanada frente al Asilo el nombre de Plaza de Santa Teresa Jornet, todo serán minucias con respecto a la caridad que ellas han dispensado en el Concejo ganándose el respeto de todos con la evidencia de su buen hacer, y que ha logrado que hasta el más ateo quisiera terminar allí sus días. Una persona de Cangas dijo en cierta ocasión que el Asilo de las Hermanitas era el mejor de todo el Occidente, y yo le dije que sin duda; bastaba ver aquel relicario humano donde lo bien atendidas y mimadas estaban sus residentes, los cuales era habitual que celebraran sus cumpleaños con más de cien velas... Me hubiera gustado participar de su despedida con la eucaristía qué, presidirá el querido Don Jesús Bayón párroco emérito, junto al P. Emiliano que ha sido su fiel capellán estos últimos años, y junto a Don Juanjo el párroco actual, y los sacerdotes de la Unidad Pastoral. Al no poder hacerme presente en Cangas me uní espiritualmente dando gracias a Dios por el regalo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparado al todo el occidente asturiano. Ellas han cumplido al detalle lo que su fundador el P. Saturnino les pidió: ''La caridad cristiana es virtud excelente y sublime, cuyo fin principal no es otro que la unión del hombre con Dios y de los hombres entre sí por medio del dulce lazo del amor evangélico''. Dios os pague tanto bien hecho y tanto amor, Hermanitas.

El negro futuro de la pastoral rural. Por Jorge González Guadalix

(De profesión de Cura) He estado siguiendo con atención la información sobre el encuentro de obispos, vicarios y arciprestes de Iglesia en Castilla que han celebrado los días 19 y 20 de febrero en Ávila para tratar de los nuevos retos de la pastoral rural. Recojo en este post el resumen que ofrece a sus lectores Religión Confidencial. Los datos son pavorosos:

Este es el retrato en cifras de las nueve diócesis de Castilla, envejecida tanto en población como entre los propios sacerdotes. Una tierra que cuenta con 15 obispos, 1505 sacerdotes, más de 5000 catequistas y 3600 religiosos (con casi 1600 monjas de clausura), pero con tan sólo 39 seminaristas (según datos de finales de 2022).

Los sacerdotes, con una media de edad de 69 años, se concentran principalmente en la franja de 75 a 90 años, y han de hacer frente a 3761 parroquias de las cuales 3157 son rurales. El 84% de dichas parroquias está en localidades de menos de 2000 habitantes. Y esto hace que se multiplique la dedicación de los sacerdotes, que destinan más de 2 millones y medio de horas a la administración de Sacramentos, visitas a enfermos, acompañamiento espiritual, despacho parroquial.

Me preocupa porque vivo esta situación, aún sabiendo que la situación de Madrid es completamente otra. Un sacerdote para tres pueblos es todo un lujo.

Evidentemente que hay que cambiar. Por supuesto que hay que hacer algo. Yo no sé el qué, pero no es fácil ser optimista en estas circunstancias, porque los datos globales son los que son, pero si vamos a cada caso, un sacerdote con doce, quince, veinte pueblos a su cargo hace lo que puede que bastante será. Me imagino que residir en el menos chico, hacer ahí lo que buenamente pueda y estar pendiente de sus veinte pueblos con sus veinte templos necesitados de mantenimiento, atender urgencias en forma, sobre todo, de sepelios y celebrar las fiestas patronales con una cierta dignidad.

Podemos ponernos en plan muy positivo, incluso afirmar, como el arzobispo de Valladolid que estamos ante una nueva oportunidad misionera. Lo que estamos es ante una crisis tremenda de la pastoral rural, un clero muy envejecido ¡media de edad de los sacerdotes de 69 años! y el desánimo y la resignación de los compañeros que, por más ilusión y buena voluntad que pongan, que la ponemos, llegan a donde llegan, que es apagar los fuegos de las urgencias del día a día.

Sigo leyendo la noticia de Religión Confidencial: José Luis Lastra, Vicario de Pastoral de Burgos, concretizó cómo afecta toda esta realidad presentada anteriormente al trabajo de las diócesis y a los propios sacerdotes. Destacó el hecho del avance en discernimiento comunitario y en ser “Iglesia en salida”, pero también la “impotencia y el desánimo ante la pobreza humana y eclesial”. Constató asimismo una notable mejora en comunicación, pero a su vez una falta de cercanía y de pastoral de Primer Anuncio. Y una autocrítica clara: “los curas estamos muy ocupados, pero escuchamos menos”, lo que se traduce en el hecho de que “algunos no acaban de encontrar su puesto en una Iglesia más participativa y sinodal”, y que “los más jóvenes no saben qué hacer en los pueblos”. Por ello, existe la conciencia de que “algo hay que cambiar”.

Con la que está cayendo, con curas llevando quince, veinte o veinticinco pueblos, lo de no encontrar su puesto en una iglesia más participativa y sinodal es hablar por hablar. En cualquiera de esa multitud de pueblos existe una participación en forma de cuidado de templos, avisos y echar una mano. La auténtica sinodalidad. Y los curas jóvenes… pues hay que entender su postura. Salen del seminario, hijos de su tiempo, y los mandas a atender una quincena de pueblos donde el más grande tiene doscientos habitantes, con la perspectiva de enterrar muertos, mantener unos templos y algún crío de catequesis, que jóvenes ya no quedan. Normal que lo pasen mal.

Comparto la conclusión de que algo hay que cambiar. Algo. ¿El qué? ¿Dónde? ¿En Roma, en la conferencia episcopal, en las curias?

viernes, 23 de febrero de 2024

La tentación del sacerdote. Por Patxi Bronchalo

Os voy a contar parte del sufrimiento de los sacerdotes. Es muy duro no tener nada mas que dar salvo a Cristo cuando a mucha gente le interesa todo menos Cristo. Este es nuestro camino de hacernos humildes y santificarnos.

Por eso es también la tentación de los pastores de adaptarse a los criterios del mundo para poder tener así, a cualquier precio, ovejas a las que pastorear. Esto lleva a algunos a sucumbir. Ninguno de nosotros estamos libres. El aplauso del mundo termina enganchando al sacerdote, modelando su pensamiento y su modo de obrar. Es eso o aceptar una vida llena de incomprensiones y soledades, que es como fue la vida de Cristo, por cierto. Jesús habló de esto en el Evangelio de San Juan, capítulo 10. Advirtió de la tentación de saltar por la valla del redil para tener ovejas a toda costa en vez de entrar por la única puerta, que es Él mismo, con sus palabras y su vida.

Un pastor que humanamente tiene éxito puede hincharse de orgullo y empezar a dialogar con una tentación que le lleva a decir: "la Iglesia no sabe adaptarse, mis hermanos no saben llegar a las ovejas, yo si se, si todos hicieran lo que yo iría mejor, yo voy a salvar a Iglesia". Es ahí donde empieza el círculo vicioso del aplauso que alimenta más el orgullo y la progresiva separación de los criterios de la Iglesia. ¿Entonces un pastor no puede recibir aplauso y ver frutos? Puede. Lo malo es creerse él el salvador del mundo frente al resto de pastores.

En ese mismo capítulo de San Juan el Señor ha dicho que Él, además de ser la puerta, es el Buen Pastor. Osea que quien hace y quien es importante es Jesús. Los pastores necesitamos pasar tiempo con Jesús y parecernos a Él en todo. ¿Qué recibía Cristo continuamente? ¿Elogios? Eso venía del demonio. A Jesús le querían mucho hasta que decía o hacía algo que a los fariseos no les gustaba. Entonces venían los insultos y las incomprensiones. Los mismo que le querían le daban la espalda y dejaban solo. ¿Cómo lo soportaba? Con una profunda vida de oración y de unión a su Padre. Jesús no se alimentaba de los disgustos, eso nos amarga a cualquiera. "Mi alimento es hacer la voluntad del Padre", explica en San Juan 4,34.

Solo me queda pedirte que reces por nosotros, los pastores. También ante la cruz de la vida estamos sometidos a tentaciones muy grandes para hacernos sucumbir. El demonio sabe bien que destrozando al pastor se destroza a las ovejas.

Desde nuestro brocal: Cuarenta nanas postreras

Era en un bosque donde el leñador descubriría la fechoría que cuarenta ladrones hicieron en su robo sembrando terror y muerte. Ali Babá será ese joven persa que aparece como héroe que los desmantela. Cuarenta eran. Como fueron también cuarenta los años de trasiego por un desierto inacabable por el que el pueblo de Israel tuvo que merodear en su salida cansina de Egipto, tal y como nos relata el libro bíblico del Éxodo. Cuarenta eran. Esos fueron los días que Jesús tuvo de ayuno entre dunas lejanas y abismos rocosos, dando batalla al demonio que vino a tentarle. Cuarenta eran. Ese es el número que cada año se repite en el calendario cristiano precisamente llegando la cuaresma. Hace las cuentas con el éxodo judío y el desierto de Jesús, no con la hazaña de Ali Babá, y así nos preparamos para celebrar la pascua resucitada que nos obtuvo el Señor venciendo su muerte y la nuestra.

Y, un año más, un grupo de cristianos hacen suyo ese número para señalar la peregrinación hacia la vida y el señalamiento de una muerte. Su gesto se llama precisamente “40 días por la vida”, y responde a un movimiento internacional de oración y ayuno para el fin del aborto. Orar y ayunar mirando una clínica abortista donde son sacrificados los niños más indefensos y vulnerables, los que cabría esperar que están en el refugio más seguro como es el seno de sus madres. Sin más ofensiva que la mirada llena de piedad por parte de los voluntarios que se arriesgan ante los ojos escépticos, despectivos o burlones de quienes ven semejante “barricada”: un puñado de personas que rezan discretamente el rosario, con un mensaje respetuoso hacia las mujeres encinta en el momento de entrar en el abortorio: tú no estás sola. Porque ese es el drama añadido al momento de sacar de sus entrañas al hijo concebido: la soledad, la incomprensión, el miedo. Son muchos los factores que se acomunan en esta tragedia, y la madre gestante no es la única ni a veces la principal responsable de la muerte de un pequeño, por más que sea ella la que ha concebido y la que puede evitar la fatal interrupción. 

El papa Francisco no ha dudado en señalar el aborto como una de las tragedias humanas más terribles de nuestra época: «Entre estos más débiles, de los que la Iglesia quiere ocuparse con predilección, están también los niños no nacidos, que son los más indefensos e inocentes de todos, a los que hoy se quiere negar su dignidad humana para poder hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo una legislación para que nadie pueda impedirlo». Y conmovido añadía dirigiéndose a las madres que han abortado: «después de este fracaso, también hay misericordia, pero una misericordia difícil. Tu hijo está en el cielo, cántale la nana que no le cantaste, que no pudiste cantarle». 

Al igual que sus predecesores, el papa ha sido claro en esta defensa de la vida humana desde el momento de su concepción. Y en más de una ocasión se ha manifestado con esta contundencia: «no se debe esperar que la Iglesia cambie su posición en este tema. Quiero ser completamente honesto al respecto. No es un tema que esté sujeto a supuestas reformas o “modernización”. No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana. Pero también es cierto que hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy difíciles, en las que el aborto se les presenta como una solución rápida a sus profundas angustias, especialmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como consecuencia de la violencia o en un contexto de extrema pobreza». 

Cuarenta días junto a una cruz moderna en la que son sacrificados los nuevos inocentes. Todo esfuerzo será poco para estar junto a estas mujeres que necesitan de nuestra comprensión, ayuda, oración y cercanía para que no cometan algo terrible que jamás las abandonará el resto de sus vidas. Por el contrario, será un regalo para todos acoger a ese niño concebido para ver la luz más sorprendente y no la oscuridad de la muerte más prematura. 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

jueves, 22 de febrero de 2024

Necrológica

Falleció el P. Julián Corral Gutiérrez C.M.F. 

Nació en Fermoselle (Burgos) el 9 de Agosto de 1934 en el seno de una familia profundamente religiosa. Su hermano Miguel también profesará como religioso claretiano. 

Ingresó Julián en la Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María el 5 de Julio de 1945 en Segovia, donde cursa "Humanidades". De ahí pasa a Santo Domingo de la Calzada y Valmaseda, donde completa las Humanidades. El 16 de Agosto de 1950 comienza el noviciado en Salvatierra y profesa un año después el día 16 de Julio. En Santo Domingo de la Calzada hace primero la Filosofía (1951 - 1954) y seguidamente cursa los estudios de Teología también en Santo Domingo de la Calzada (1954 - 1958) donde es ordenado sacerdote el 15 de Agosto de 1958. A continuación hace el año de pastoral en Madrid (1958-1959). 

Durante los primeros años de su ministerio sacerdotal se dedicó principalmente a la educación y en enseñanza en los colegios de la Congregación. Después de unos años en la formación de candidatos a la Congregación y de una experiencia misionera en Chile, al reorganizarse las Provincias del norte de España en el año 1968, creándose la Provincia Claretiana de León, quedó adscrito a ella continuando por unos años en esas mismas tareas educativas en el Colegio de Zamora (1968 - 1975).

En 1975 fue destinado a las parroquias rurales de San Julián de Belmonte de Miranda, Santa Eulalia de Begega, San Cosme de Estacas, San Martín de Leiguarda, Santa María Magdalena de Llamoso, San Juan de Montovo, San Martín de Ondes, San Julián de Quintana, San Pedro de Quintana, San Martín de Pigueña, Santa María Magdalena de Corés, San Román de Cueva, Santiago de Pigueces, San Julián de Santullano y San Miguel de Villardevildas donde permaneció hasta el año 2001, con la excepción de un año sabático que pasó en Madrid. En estos años ejerció de Ecónomo, Párroco "in solidum", así como de superior en varios trienios de la comunidad claretiana.

En el año 2001 es destinado a la Comunidad y Parroquia del Inmaculado Corazón de María de Oviedo como vicario parroquial durante el trienio 2001-2004. En esta Comunidad siguió durante 22 años colaborando en las actividades de la Parroquia y de la casa tanto como vicario parroquial como haciendo las veces de ecónomo. Al empezar a manifestarse con más fuerza los síntomas de la enfermedad fue trasladado a la Comunidad asistencial de León en el verano de 2023. 

Falleció en León el pasado 17 de Febrero de 2024. La celebración de su funeral tuvo lugar en la Capilla de la Casa de Espiritualidad de León el sábado 18 de Febrero a las 12:00 horas. A continuación se procedió a la inhumación de sus restos mortales en el Panteón de la Congregación en el Cementerio Municipal de León. 

D.E.P. 

Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano Rvdo. Sr. D. Faustino González García

Nació en Carrea (Teverga) el 5 de mayo de 1929

Muy joven ingresó en la Orden de Frailes Menores Capuchinos en cuyo seno profesó con el nombre de Fray Santos González de Carrea. Fue destinado en 1950 a la misión de la Orden en Venezuela donde recibió la ordenación sacerdotal el 3 de abril de 1953 en la Arquidiócesis de Barranquilla (Venezuela).

De regreso a España ejerció la docencia en la Universidad Pontifica de Salamanca, en la Universidad de Comillas así como en el entonces Instituto Teológico de San Dámaso de Madrid como profesor de Sagrada Escritura. 

Se incardinó en la diócesis como sacerdote secular en 1992

Sus destinos pastorales fueron:

Vicario Parroquial de San Juan de Ávila - Avilés (1992 - 1994)

Párroco de Nuestra Señora de Covadonga de Roces - Gijón (1994-2000)

En 1998 pasó a la situación de jubilado fijando su residencia en Gijón. Entre los años 2000 a 2008 colaboró en la Parroquia de San José de Gijón así como en las fiestas de la parroquia de San Emiliano de Vega 

Llevaba años delicado de salud sin apenas salir de su domicilio en la calle Cienfuegos de Gijón. En los últimos años superó un cáncer de colon y otro de piel. Recientemente sufrió un ictus cuyo deterioro concluyó con su fallecimiento en la madrugada de este jueves 22 de Febrero en el Hospital de la Cruz Roja de Gijón. Tenía 94 años de edad, y 70 de ministerio sacerdotal. 

D.E.P. 

Su funeral tendrá lugar este viernes, 23 de febrero, a las 17 h en la que fue su última parroquia, Nuestra Señora de Covadonga de Roces (Gijón). Estará presidido por nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes.

 ''Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo'' (Sal 137)