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domingo, 10 de diciembre de 2023

10 de Diciembre: Santa Eulalia de Mérida, Patrona de la Archidiócesis de Oviedo

Los avatares de Santa Eulalia de Mérida y su relación con la capital asturiana. Por Carlos Fernández Llaneza 

"Nieve ondulada reposa / Olalla pende del árbol/ Su desnudo de carbón/ tizna los aires helados / Noche tirante reluce/ Olalla muerta en el árbol".

Son versos de Federico García Lorca dedicados a Santa Eulalia de Mérida, nuestra patrona, sí. Su festividad fue el pasado 10 de diciembre y como no hay santo sin octava, bien merece la efeméride una pequeña mirada hacia esta joven que sufrió el martirio en la ciudad de Emérita Augusta (Mérida) el 10 de diciembre del 304 a la edad de 12 años en tiempos de las persecuciones de Diocleciano, según se cree.

Su llegada a Oviedo la cuenta el Obispo Pelayo: "Tras la muerte de Aurelio le sucedió Silo en el reino (..) Llegó a la ciudad que llaman Mérida y sacó a la Santísima virgen Eulalia, que había sido allí muerta por el prefecto Calpurniano y sepultada por los cristianos, del sepulcro en el que yacía y la metió en una caja que él mismo había mandado hacer. Y halló también la cuarta parte de la cuna de esta Virgen la cual, con la virgen santa Eulalia, trajo consigo a Asturias, al territorio de Pravia (..) Después de unos años, el Rey Alfonso el Casto trasladó la ya nombrada virgen Eulalia y la antedicha parte de su cuna a la iglesia de San Salvador de la sede de Oviedo, que él mismo había establecido, y la colocó en el tesoro de San Miguel Arcángel, colgando la caja con Santa Eulalia de la cadena de hiero que pendía sobre el Arca, en la que se esconden las varias y numerosas prendas de los santos. La parte de la cuna era costumbre llevarla al coro, para veneración de los fieles en el día de su festividad".

Esa tradición de venerar la cuna, habitual ya en el siglo XII, mutó por la costumbre de llevar ante el altar la arqueta que contiene las reliquias de la santa, en una celebración en la que solían participar los miembros de la Corporación Municipal; no en vano, Santa Eulalia de Mérida ostenta el patronazgo de la ciudad, de la provincia de Asturias y de la Diócesis ovetense desde el 16 de febrero de 1639 por concesión pontificia del Papa Urbano VIII, siendo Obispo de Oviedo don Antonio Valdés.

En 1617 se constituyó una cofradía con el fin de atender al culto y a la celebración religiosa en honor a la santa, además de organizar las fiestas populares pero, como tenemos más yerba que tenada, dejaremos a la cofradía para otra ocasión.

Pero no pasemos tan rápido sobre las fiestas que no es cosa menor y es que, con motivo de la concesión del patronazgo, se celebraban en la ciudad festejos religiosos y profanos. En el acta capitular conservado en el A.C.O. y recogido en el libro "La reliquias de San Salvador" de Enrique López Fernández, leemos: " Que salgan los trece capitulares de a caballo y con la mayor modestia y compostura acompañen el Guión donde vaya el Breve del Patronazgo. Que el Magistral busque libros en la biblioteca para escribir la historia de la Santa. Que se corran toros, que se cante misa solemne y que predique el Sr. Obispo, que los prelados de las religiones asistan a Vísperas, Misa y Comedias. Y como parecen pocos los Capitulares de a caballo, que salgan también el maestro de la Capilla y el organista y los que tengan caballo. Que nadie suba a la torre para evitar desgracias en los fuegos de artificio. Que se pongan las ropas más ricas en la sacristía?"

Sobre la posesión de las cenizas de Santa Eualia hubo sus más y sus menos entre Mérida y Oviedo y esto llevó a Antón de Mariguerrera a componer unos versos, "Cuando examen les abeyes" que se consideran entre los primeros escritos en asturiano: "Dirán ellos: morrió acá; /diremos nos: non morrió, / que está viva pa Asturies, /si está muerta pa vos (..) /Ella está mui bien acá. /L'otro vaya per ú fo, /porque están del nuestru llau /l'obispu y gobernador. /Nosotros los del capote, /cual con un ral, cual con dos, /seguiremos esti pleitu /fasta llevalu ante Dios".

Bien por fe, bien por respeto a una secular tradición ovetense, no estará de más preservar viva la llama del recuerdo hacia Santa Eulalia.

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