Páginas

viernes, 28 de julio de 2023

Vamos niños al sagrario. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) La otra noche, las niñas del campamento de las Siervas del Hogar de la Madre de Braojos, mantuvieron turnos de adoración al Santísimo de nueve a nueve. Es decir, comenzaron a las nueve de la noche y turnos de vela de hermanas, monitoras y niñas hasta las nueve de la mañana.

Al día siguiente, en la homilía, les hablé de san Manuel González, la devoción a la eucaristía y esa campaña que mantuvo toda la vida como reparación por los sagrarios abandonados. Acabé con una llamada a que dedicaran horas a estar en oración delante del sagrario y hasta me atreví a cantar con ellas y que aprendieran esa canción tan tierna de mi infancia que decía eso, seguro que recuerdan:

Vamos niños al Sagrario
Que Jesús llorando está,
Pero viendo tantos niños
Muy contento se pondrá
Muy contento se pondrá

No llores, Jesús, no llores,
Que me vas a hacer llorar,
Pues los niños de este pueblo
Te queremos consolar.

Ahí quedó la cosa.

El caso es que ayer llego al templo parroquial de Braojos a las 13:30 h. y me lo encuentro abierto y un montón de niñas rezando ante el sagrario. Ahí me quedé. Y al salir, me dice una religiosa: “como nos dijo eso del sagrario, venimos algunos ratos a rezar".

Sorpresa gorda por la tarde en misa. Empiezo la comunión y las niñas a cantar muy bien acompañadas por una guitarra que hacía su función: “Vamos niños al sagrario…” Oigan, que me emocionaron…

Ya sé que no faltará un purista en teología que me dirá que afirmar que Jesús está triste o llora va en contra de la impasibilidad del Verbo, infantiliza la divinidad de Cristo y propone una fe ñoña y sensible. Me importa un bledo. O dos.

Lo que me importa es que las niñas comprendieron la presencia real de Cristo en la Eucaristía, que comenzaron a valorar la oración delante del sagrario y que, en medio de sus múltiples actividades, han ido sacando sus ratos para la adoración. Si esto es fe inmadura, que nos dure mucho tiempo.

Ha terminado el campamento hace un rato. Al acabar la misa, algunas chicas han hecho públicamente su compromiso de consagración a la Virgen y de colaborar con el Hogar de la Madre dutrante un tiempo. Una de las monitoras comienza un año de discernimiento ya en comunidad. Otra, que como monitora conocí, ha venido este año con su hábito ya de religiosa profesa. Me cuentan que tienen muchas vocaciones.

Es lo que pasa. Te montas un campamento católico y llega la respuesta.

Católicos de base, abstenerse. Aquí estamos para alturas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario