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martes, 11 de abril de 2023

''Verdaderamente ha resucitado''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Un grito recorre estos días todo el orbe católico: ''¡Ha resucitado el Señor! Sí; verdaderamente ha resucitado''... Es una alegría que no se limita a Jerusalén, ni a Roma, sino a cada rincón del planeta donde haya un cristiano, pues he aquí el pilar de nuestra fe como nos recuerda San Pablo: ''Si Cristo no resucitó, vana es nuestra esperanza''. Estamos en la fiesta de las fiestas o, mejor dicho, en la solemnidad de solemnidades. Nos felicitamos unos a otros en navidad, y es algo hermoso, pero con más motivo debemos felicitarnos estos días, pues un nacimiento es algo dentro de lo esperado, pero venir del más allá, regresar de la muerte y salir del sepulcro para no volver a él sólo lo ha logrado uno: Jesucristo nuestro Salvador. 

Hay lugares donde en estos días de "la Octava" se grita esta noticia por las calles, y es una cadena de saludo y respuesta; uno saluda diciendo que ha resucitado el Señor, y otra persona responde que así es, que verdaderamente ha resucitado. Es también un testimonio público de fe que no queda aprisionado por nada, que supera geografías, lenguas y costumbres; la verdad de que Cristo con su muerte ha vencido a la misma sigue siendo noticia de actualidad, vuelve a descolocar al mundo una vez más, y es que desde aquella noche en que su sepulcro quedó vacío, nada ha vuelto a ser lo mismo. 

No es algo fácil de asumir; es un misterio que nos sobrepasa, por ello se queda corto un día, una octava y hasta una cincuentena para interiorizar esta verdad de fe; necesitamos todo el año cristiano que vive precisamente de este acontecimiento y que se prolonga en cada domingo, cada día del Señor en su victoria sobre el pecado y la finitud. La liturgia de la palabra de este tiempo de Pascua nos ayudará a empaparnos de los testimonios no sólo de aquella mañana de Pascua, sino de cómo se extiende la noticia al tiempo que Cristo resucitado se va apareciendo a unos y a otros. También veremos cómo desde esta experiencia pascual la Iglesia empieza su andadura. En las próximas semanas la liturgia de la Palabra pone nuestra atención principalmente en el Nuevo Testamento, y es que todo este está estructurado y arquitrabado a partir de la experiencia del Resucitado. 

Ha resucitado pensando en nuestra salvación. He ahí el secreto de cómo Jesús vence al sepulcro con el ingrediente secreto es el amor, que en Él no tiene medidas ni cálculo alguno posible. Resucita no para regresar a vivir con nosotros de nuevo en la mundanidad de nuestra pobre existencia, sino para darnos altura de miras, para que podamos vivir con la paz de saber que las tristezas de aquí, de este suelo terrenal, aquí se han de quedar, pues Jesucristo Resucitado nos ofrece la vida con mayúsculas que no acaba, aquella en la que ya no habrá muerte, ni llanto, ni dolor, sino alegría sin fin. 

El solemne canto del Aleluya resuena aún en nuestros templos, la luz del nuevo cirio pascual sigue llamando la atención de nuestros ojos, la experiencia de la cuaresma y la semana santa se quedan cortas con lo que supone la auténtica experiencia de la Pascua, donde constatamos la mayor verdad de fe de la historia como es que nuestro Redentor vive... Ojalá nuestro corazón se ensanche en este tiempo Pascual no sólo contemplando su resurrección, sino poniendo los medios para resucitar nosotros también en el  aquí y ahora de una nueva vida de mayor fidelidad al evangelio, de mayor unión a los sacramentos y de caridad para con los hermanos. 

A todos, ¡muy feliz y santa Pascua Florida!

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