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miércoles, 1 de marzo de 2023

«Nuestra Catedral será la primera en cumplir el Plan Director, con la restauración de las vidrieras»

Otilia Requejo Directora de la Oficina de Bienes Culturales del Arzobispado «Entre la Iglesia y el Principado hay una muy buena coordinación para mantener el patrimonio eclesial»

(El Comercio) El suyo es un cargo complejo, pero también uno de los más atractivos para una arqueóloga de vocación. Al frente de la Oficina de Bienes Culturales del Arzobispado de Oviedo, Otilia Requejo (Oviedo, 1963) gestiona un patrimonio que implica un recorrido histórico e identitario por no menos de quince siglos, desde la inscripción fundacional de la iglesia de San Martín de Argüelles, del año 583, hasta hoy mismo. Antes de este fenomenal desafío, en el que lleva desde finales de 2019, Requejo fue directora general de Patrimonio Cultural del Principado, lo que le otorga una privilegiada perspectiva de la riqueza cultural de la región.

-¿Cuál es el estado general del patrimonio de esta Diócesis?

-En la Diócesis hay inventariados 3.576 edificios religiosos, y con los medios de que disponemos y el despoblamiento rural, se puede considerar que el estado general es bastante aceptable. En zonas despobladas hay dificultades para que los edificios de la Iglesia se conserven. La conservación y mantenimiento de las parroquias compete al párroco como administrador y a los feligreses, porque, lógicamente, la Diócesis no puede asumir el coste que supone el mantenimiento de esos miles de edificios religiosos. Sí que colabora con líneas de subvenciones a las parroquias, pero es insuficiente.

-El Principado ayuda...

-Sí, aquí entra la colaboración con otras instituciones, sobre todo la Consejería de Cultura, con sus propias subvenciones, inversiones directas y convenios. Los ayuntamientos también colaboran, y los edificios que son Patrimonio de la Humanidad o son Bien de Interés Cultural (BIC) también optan a inversiones del Estado a través de los ministerios de Cultura y de Transportes. Y son muy importantes las aportaciones de particulares y de fundaciones que colaboran con la Diócesis, como la Fundación María Cristina Masaveu, la de José Fernández Cardín o la Fundación Valdés Salas. Y no es de ahora: párrocos y feligreses han sido los grandes conservadores a lo largo de los siglos.

-¿Cuánto invierte el Arzobispado de forma directa?

-Desde 2015 a 2022, ha destinado 11.684.100 euros a esto.

-¿En qué se refleja esa inversión?

-El Seminario ha supuesto una inversión importante; Valdediós, también, y en la mayoría de las 932 iglesias parroquiales, vía subvenciones. Sobre todo, se pretende ayudar a las del medio rural.

-El caso de Valdediós es paradigmático. Se restauró de forma digna con una escuela taller, luego pasó una orden, tuvo unos años de abandono que se notaron mucho, luego tuvo otra orden femenina y vuelve a estar vacío.

-Los monjes hicieron importantes trabajos de mantenimiento, y la comunidad femenina también. Estamos en un momento de transición en que se están valorando las vías de mantenimiento. Es complicado que venga otra comunidad, así que se están valorando otros usos. Se ha realizado una importante inversión en el espacio de acogida, se ha renovado la sala capitular por completo, se ha mejorado el sistema de visita con las audioguías y Cultura también ha invertido en el Conventín. La Diócesis va a seguir invirtiendo en la hospedería, en su cubierta. La idea es generar recursos para hacer sostenibles los edificios. El problema de las humedades y las avenidas está en estudio.

-El presupuesto del Principado para 2023 destina 1,2 millones a la restauración patrimonial, de lo cual medio millón se va al Prerrománico.

-Es una gran inversión, y en monumentos de primer orden. Quiero destacar que la gestión de los bienes BIC y Patrimonio Mundial funciona a través de la comisión mixta Iglesia-Principado, en la que técnicos de ambos mantenemos reuniones periódicas para evaluar el estado de determinados edificios y se establecen prioridades, con una muy buena coordinación. La de la cripta de Santa Leocadia y la de Santa María del Naranco son actuaciones muy importantes, para resolver problemas de humedades.

-Barbón ha dicho, de hecho, que la conservación del Prerrománico es una prioridad para él. ¿Se nota diferencia en la actitud de los diversos partidos ante el patrimonio eclesial?

-Los partidos están concienciados. Hay coordinación y fluidez entre el Principado y la Iglesia. Es un patrimonio de todos, y de todos es el interés en mantenerlo.

Mil años y una rehabilitación

-Cornellana cumplirá 1.000 años en 2024. No parece que vaya a estar completamente rehabilitado.

-Lo que siempre se dice de Cornellana es que no se hace nada, y no es así. Se lleva trabajando muchos años en procesos muy largos, tanto la redacción de los proyectos como la tramitación administrativa, con financiación estatal. Son plazos que no se pueden obviar. No se hace nada físicamente en el monumento, pero sí que se está trabajando en los ministerios y en Cultura. El Principado asumió el coste de las cubiertas, luego hubo que redactar el proyecto para la adecuación de la envolvente. Ahora se va a la segunda fase, que es la consolidación de la envolvente y los forjados, y se trabajó también en la iglesia. Son procesos lentos, hay que entenderlo.

-¿Cumplirá 1.000 años en plenas obras de consolidación de la envolvente?

-Es que compete a Cultura y quiero ser muy respetuosa, pero sí puedo decir que cumplirá 1.000 años en mejores condiciones que las que ha tenido hasta ahora.

-Obona. Da miedo entrar...

-Estamos en conversaciones con el Principado y el Ayuntamiento para ver qué salida se le puede dar. Estos monasterios están incluidos en el Plan Nacional de Abadías, Monasterios y Conventos del Ministerio de Cultura, con la coordinación del Instituto de Patrimonio Cultural de España. En el marco de este grupo de trabajo se establecen metodologías y actuaciones, así como la elaboración de planes directores, el primer paso, necesario e imprescindible, para abordar el tratamiento integral de estos complejos monumentales. Aquí están incluidos, junto a Obona, el de San Miguel de Bárcena, Valdediós, Santa María de Villanueva de Oscos, Hermo, Cornellana, Corias, San Vicente de Oviedo y la portada barroca y el claustro de Santa Clara de Oviedo.

-¿Las ruinas del monasterio cisterciense de Tina, en Pimiango?

-Está en estado de ruina. Lo que habría que hacer es consolidar la ruina y hacer un entorno, como hacen los ingleses, que convierten las ruinas, bien cuidadas, en un bien cultural de interés. Ese tipo de actuaciones se han visto en el Arzobispado con otros elementos de menor entidad, valorando la ruina como elemento histórico. En Inglaterra hay ruinas de abadías impresionantes, que son una belleza.

El empeño de los feligreses

-A veces, los feligreses, como los de Marentes (Ibias), se sienten abandonados y con las manos atadas para arreglar su iglesia.

-Sí. La contrapartida de tener un patrimonio tan destacado es que la mayoría está protegido. Tenemos casi cien edificios que son BIC, tienen la máxima protección. Hay un millar en la segunda figura de protección, la del inventario de patrimonio cultural, lo que implica que tienen protección integral, y, aparte de la licencia municipal, se precisa la autorización de Cultura, que tiene que ver que los proyectos y actuaciones se ajusten a la protección. Eso ralentiza la ejecución. La Diócesis tiene la Oficina de Bienes Culturales, con una oficina técnica de obras que revisa todas las propuestas para que se adecuen a todos los requisitos, apoyando a los párrocos en sus dudas, materiales o proyectos que les van a aprobar o no en Cultura. La aportación de los fieles es fundamental, son comunidades muy orgullosas de su patrimonio, que lo ven como muy identitario, muy propio. Muchas veces, el único recurso turístico de un pueblo es su iglesia, y conservarla interesa a todos. Me gustaría destacar también la labor de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la conservación del patrimonio.

-¿Hay muchos incidentes?

-Hay robos, pero no piense en las zonas más despobladas. Por ejemplo, en San Juan de Priorio, un BIC, hemos tenido que parar obras porque nos han robado los canalones y las placas de cobre.

-Covadonga tuvo el año pasado 1,7 millones de visitas. ¿Hay algún avance con Parques Nacionales sobre los accesos?

-Desde el Patronato de Covadonga se está trabajando en facilitar la gestión del tráfico. Es un tema muy complicado, al que se está dando un nuevo impulso.

-¿Falta comunicación y difusión otros bienes patrimoniales, más allá de Covadonga?

-Estamos trabajando en divulgar el patrimonio. En 2022, sacamos una web específica del Prerrománico. En Valdediós trabajamos mucho en difusión, hemos estado en Fitur con el Ayuntamiento de Villaviciosa, con una acogida importante. Actuaremos en Santa Cristina y en Santullano en este sentido también. Y el Principado también están trabajando en esa divulgación. Sí que habría que avanzar, pero se están haciendo cosas.

-San Miguel de Lillo tiene la mitad de su longitud original, a causa de un terremoto. ¿Sería viable una reconstrucción como las que se hacen en Inglaterra, distinguiendo claramente entre original y reconstruido?

-No. El edificio se ha consolidado. Sería impensable. Sí una reconstrucción digital, pero no física.

-¿Y se plantea ese tipo de reconstrucciones en realidad virtual? El Observatorio del Territorio de la Universidad de Oviedo trabaja en ese sentido...

-Conozco a Felipe Fernández y su equipo. Sería cuestión de establecer algún contacto con ellos para ver si estuvieran interesados.

-¿Habría que ceder patrimonio, o abrirlo a otros usos que puedan generar recursos?

-En San Pedro de Villanueva y en Corias se ha llegado a convenios para su uso como paradores de turismo. Cornellana se ha cedido al Ayuntamiento para poder optar a la financiación estatal y darle un uso vinculado al Camino de Santiago y otros aún no definidos. Es una opción que se valora.

-'Parroquias con mucho arte'. Hábleme de esta iniciativa y de lo que se está consiguiendo.

-Es una iniciativa con la Delegación de Medios para divulgar y dar a conocer tanto el patrimonio de las parroquias como la labor de párrocos y feligreses en su conservación. Una vez a la semana, difundimos iniciativas de conservación, con fondos de las parroquias o de personas que hacen donativos muy importantes, como el caso de las pinturas de Villalegre, en Avilés, que se recuperaron por la donación de una feligresa.

-En San Julián de los Prados se han revocando las paredes de piedra, como era en un principio.

-A mí me gusta. Creo que es necesario para la conservación de las pinturas, es una prioridad. La actuación se está realizando con técnicos muy solventes. Una vez que veamos cuál es la mejor solución, cómo se comportan los materiales, se tomará la mejor decisión.

-La escultura y relieves de las iglesias románicas eran policromadas en su origen. ¿Se recuperará la policromía en el Románico asturiano?

-En el Pórtico de la Gloria se ha hecho. Tras el trabajo de restauración, me parece una belleza. Tenemos muchísimo románico en Asturias, pero no es que se plantee recuperar la policromía, sino que, si en una determinada actuación de rehabilitación se comprueba, con estudios previos o con análisis, que hay restos de pintura, habría que recuperarlos.

-¿Algún ejemplo?

-Cualquiera de las del Románico de Villaviciosa. Estoy a favor, si se conservan los restos de pintura, de recuperarlos.

-¿Y si le pidiese diseñar un recorrido para un visitante?

-Empezaría por la Catedral, con un discurso diacrónico desde la Alta Edad Media hasta nosotros. Pero es que le tendría un mes, porque habría que visitar los edificios prerrománicos, el monasterio de Valdediós, Covadonga, hacer algún tramo del Camino de Santiago, primitivo y costero, visitando las numerosas iglesias y ermitas vinculadas a su tránsito. No me olvidaría de la ruta del románico de Villaviciosa, ni de la de los monasterios del suroccidente; y habría que recorrer los pueblos, tanto del oriente como del occidente, descubriendo en cada en cada uno de ellos una iglesia, capilla o ermita, en entornos naturales privilegiados.

-Y aún dicen que visitar la Catedral es caro.

-Todo eso redunda en su conservación y mantenimiento, que no es barato. Quiero recordar que, justo antes de la pandemia, se restauraron los cinco retablos de la girola, y eso fue una inversión muy importante. Ahora se va a acometer el problema de humedades de la cripta y se está trabajando en el proyecto de restauración de las vidrieras, que será la culminación del Plan Director de la Catedral, que lleva ejecutándose 25 años. Con esto quedaría completado, y será la primera Catedral que cumpla su Plan Director. Eso sí, hay que buscar financiación para la restauración de las vidrieras.

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