(Aleteia) Bernard de Fontaine (san Bernardo de Claraval) nació en el castillo Fontaines-les-Dijon, en la Borgoña - Francia en el año 1090. Sus padres eran los señores del castillo y recibió un alto nivel de educación junto a sus siete hermanos en las materias de latín, literatura y religión.
Se le considera el hombre más importante del siglo XII por su santidad y sus aportaciones a la Historia. Impulsó la arquitectura gótica, fue predicador de la Segunda Cruzada (aunque los cristianos perdieron ante los musulmanes), impulsó la Orden del Císter, desempeñó la función de abad de forma ejemplar… También defendió al papa Inocencio II del antipapa Anacleto.
Una personalidad que arrastraba
De su personalidad se dice que era líder, amable, simpático, alegre, inteligente… Se le llamaba el «doctor boca de miel» (melífluo) por la dulzura de sus palabras. Atrajo a muchas almas a Dios. Hasta tal punto, se dice, que había mujeres que tenían miedo de presentarle a sus novios para que no los convenciera y se entregaran a la vida religiosa.
Una conversión anhelada
San Bernardo no siempre fue así. Tuvo su conversión.
Durante algunos años vivió con las facilidades propias de su familia noble y frecuentaba la vida social con superficialidad. Sin embargo, notaba que la vida de lujo y fiestas no le llenaba el corazón.
Una noche de Navidad, durante la celebración litúrgica, se quedó dormido. Entonces se le apareció la Virgen con el Niño en brazos en Belén. La Virgen le ofreció a Jesús para que lo amara e hiciera que muchos otros lo amaran también. San Bernardo decidió en ese momento dar un giro a su vida y consagrarse a la vida religiosa y al apostolado.
Propulsor del Císter
En el año 1113, teniendo 23 años, ingresa como novicio en el convento de la Orden del Císter junto con un grupo de unos 30 hombres de origen noble que él mismo había reunido. Entre ellos estaban sus cuatro hermanos mayores, uno de ellos casado, al que convenció de que renunciara a su esposa e hijos para hacerse monje. Su padre ingresó al fallecer su madre, y también se entregaron a la vida religiosa su hermana santa Humbelina y el marido de esta.
El superior del convento era san Esteban Harding, que vio en Bernardo una vocación firme y fiel. De ahí que en 1115, cuando el monasterio está demasiado lleno, decide enviar al joven monje para que funde el monasterio de Claraval (Clairvaux). Así, a lo largo de su vida fundará 68 monasterios, siempre siendo abad de Claraval hasta su muerte.
A san Bernardo de Claraval se le atribuye una de las oraciones más rezadas por los cristianos a la Virgen, el “Acordaos”. Esto se debe a una confusión con el padre Claudio Bernardo, del siglo XVII, quien la difundió. Sin embargo, hay que decir que el santo contribuyó a la devoción a la Santísima Virgen con sus escritos.
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