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lunes, 1 de agosto de 2022

Sacerdote advierte de los peligros de ideologías como el liberalismo y el comunismo

El P. Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis española de Almería, advirtió recientemente sobre el peligro que entrañan ideologías como el liberalismo y el comunismo.

En un hilo publicado en su cuenta de Twitter, que cuenta con más de 53 mil seguidores, el P. Góngora indicó que “tanto liberalismo como socialismo son hijas de los mismos padres con diferentes madres (nominalismo-teosofía, luteranismo-gnosis,...)”.

“Y como hermanastras, andan siempre a la gresca en el lodazal del materialismo positivista”, dijo.

Para el sacerdote español, la pregunta importante es: “¿Consideras a la fe católica como una ideología equiparable al resto de planteamientos que se nos ofrecen en el menú intelectual y mediático actual?”.

“Partamos de una clave. La ideología, imitando a la religión, se sustenta en una idea del hombre y de la sociedad”, afirmó.

“Una cosmovisión antropológica más o menos acertada dependiendo de los autores de cabecera que la hayan postulado y su posterior desarrollo histórico”, continuó.

El P. Góngora advirtió que las ideologías “aunque en muchas ocasiones y aparentemente abjuren de ello, tienen una pretensión de totalidad”.

“Es decir, intentan abarcar todas las dimensiones del ser humano y ofrecer ‘soluciones’ a las diferentes problemáticas de cada época (ya sean reales o intencionalmente inventadas)”, explicó.

“El problema -dijo- viene al partir de una falsa premisa y fracasar en la mencionada pretensión. Por una razón, lo humano es limitado y si no se asume es caldo de cultivo para reduccionismos interesados que son poco legítimos y por ello deben camuflarse para ‘facilitar la digestión’”.

El P. Góngora indicó que “de esta forma, la frustración a la que les conduce ese mesianismo impotente genera rechazo hacia donde realmente reside la verdad”.

“Por ello es necesario la elaboración de un conjunto de relatos, bien financiados y distribuidos, para intentar desacreditar lo evidente”, indicó.

A manera de “ejemplo actual”, el sacerdote español señaló a quienes dicen que “la Iglesia no debe meterse en política".

“Oiga usted, han politizado todo, han ideologizado hasta la náusea incluso la propia naturaleza humana y tiene el suficiente rostro pétreo de afirmar tal exabrupto con el fin de excluir”, criticó.

Para el sacerdote español, “esa exclusión de lo cristiano viene dada por el menester de ocultar todo aquello que suponga un obstáculo moral y ético a la falsa pretensión de totalidad”.

“No reconocer la limitación y obstinarse contra ella, es el pecado de toda ideología; porque es humana y por ende, pecadora”, advirtió.

El P. Góngora recordó luego la encíclica del Papa Emérito Benedicto XVI, en la que se recuerda que “la experiencia de la inmensa necesidad puede, por un lado, inclinarnos hacia la ideología que pretende realizar ahora lo que, según parece, no consigue el gobierno de Dios sobre el mundo: la solución universal de todos los problemas”.

“Por otro, puede convertirse en una tentación a la inercia ante la impresión de que, en cualquier caso, no se puede hacer nada. En esta situación, el contacto vivo con Cristo es la ayuda decisiva para continuar en el camino recto: ni caer en una soberbia que desprecia al hombre y en realidad nada construye, sino que más bien destruye, ni ceder a la resignación, la cual impediría dejarse guiar por el amor y así servir al hombre”, se lee en el documento de Benedicto XVI.

El sacerdote español destacó también un mensaje del Papa Francisco a los miembros de la “Fraternidad Política” de Chemin Neuf, en mayo de este año, en el que advirtió que “no se puede hacer política con la ideología”.

“Y por si fuera poco en el n. 101 de la encíclica ‘Veritatis Splendor’, San Juan Pablo II nos advierte proféticamente de los riesgos que estamos sufriendo ahora y que él, hace casi 30 años, dejó retratados”, señaló.

En ese numeral, San Juan Pablo II advertía del “riesgo de la alianza entre democracia y relativismo ético, que quita a la convivencia civil cualquier punto seguro de referencia moral, despojándola más radicalmente del reconocimiento de la verdad”.

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