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sábado, 30 de julio de 2022

El arzobispo de Oviedo llama a la «reconquista desde la bondad, la verdad y la belleza»

(El Debate/ Guillermo Altarriba Vilanova) El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, inauguró el curso de verano con una llamada a una «reconquista», desde la bondad, la verdad y la belleza

«Covadonga tiene raíces profundas, que durante siglos han venido arraigándose; en ellas guardamos tesoros que tienen sabor cristiano». Así inauguraba este martes el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, el curso de verano de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que se celebra en el Museo del Real Sitio de Covadonga, en Asturias. Titulado El tesoro enterrado: las raíces cristianas de Europa, son tres días en los que –señalan desde la organización– se analizó la crisis de la civilización occidental y se propuso como solución «la roca que es cimiento seguro: Cristo, nuestra esperanza fiable».

Los frutos cristianos

En esta línea, Sanz destacó la «urdimbre cristiana» de nuestra sociedad –del arte al derecho, por ejemplo–, y recordó la visita de San Juan Pablo II al santuario asturiano en 1989. «Pongo confiadamente a los pies de la Santina de Covadonga el proyecto de una Europa sin fronteras, que no renuncie a las raíces cristianas que la hicieron surgir», dijo el pontífice entonces; unas palabras que el arzobispo consideró «llenas de esperanza».

Así, Sanz planteó que nos encontramos en «una encrucijada de la historia», y que es necesario regar debidamente las raíces cristianas de Europa para que sigan dando frutos. El prelado llamó a ejercer una nueva «reconquista», desde la bondad, la verdad y la belleza, pero advirtió que –al contrario de lo que ocurría en tiempos de don Pelayo– «hoy los turbantes que nos turban tienen otra guisa, y quizá los tenemos demasiado dentro».

Tiempos confusos

También intervino el presidente de la ACdP y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, quien recordó al sacerdote e historiador recientemente fallecido Fernando García de Cortázar, que había de participar en el curso. «Fernando fue uno de los intelectuales católicos conscientes más importantes de España en los últimos años», señaló Bullón de Mendoza, recogiendo su llamada a la actuación en la vida pública y a la esperanza.

Glosó el libro Católicos en tiempos de confusión, una obra que reprocha a los cristianos que separen la vida pública de la vida privada, y aboga por perder el miedo y salir al ágora. «Su planteamiento responde a una opción paulina; no se trata de confinarnos sino de salir a dar el combate por la validez de nuestras propuestas y soluciones», insistió Bullón de Mendoza, poniendo como ejemplo de esta actitud la labor de El Debate.

Por su parte, el secretario del Centro de Asturias de la ACdP, Jesús Hallado, recordó que este 2022 se cumplen 1.300 años desde la batalla de Covadonga, «efeméride –dijo– que jalona un itinerario de crisis de la civilización cristiana». Hallado recordó la advertencia de Jesucristo –«También a vosotros os perseguirán»– y advirtió de que «la crisis eterna es consustancial al cristianismo».

La Iglesia y Al-Ándalus

¿Cuál era el estado de la Iglesia hispana en el momento de la conquista árabe? La primera conferencia del curso, titulada La Iglesia hispana tras el 711: ¿aflicción o adaptación?, abordó esta cuestión. La ponencia corrió a cargo del catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz Rafael Sánchez Saus, quien explicó la conquista de la Hispania visigoda por parte de los musulmanes.

En su intervención, que estuvo introducida por el socio del Centro de Asturias de la ACdP Ignacio Alvargonzález, Sánchez Saus detalló el estado de crisis en el que se encontraba la monarquía visigoda a comienzos del siglo VIII, y que fue un factor fundamental para comprender «el rápido colapso de un reino que era, muy posiblemente, el más avanzado de Occidente», apuntó.

En lo religioso, el historiador desdeñó el prejuicio de que en la época cada vecino iba «con su herejía al hombro» –la gran mayoría del pueblo hispano godo, dijo, era católico y fiel a la Iglesia. Sánchez Saus sí reconoció, no obstante, que en buena parte del clero había un estado de postración moral –no eran raros pecados como la simonía, el concubinato o la participación en conjuras políticas, entre otros-, y una lacra denunciada ya en el Concilio de Toledo.

El catedrático enfatizó la importancia que tuvieron los pactos durante la conquista –muchos obispos pactaron con los conquistadores para evitar matanzas y saqueos–, y detalló el proceso de islamización y orientalización llevado a cabo por los musulmanes. «La población cristiana de Al-Ándalus –explicó– no estuvo en condiciones de proponer una alternativa al dominio musulmán hasta el siglo XI, cuando asumió los fundamentos radicalmente nuevos del feudalismo y el espíritu de cruzada».

Durante el coloquio posterior, Sánchez Saus trazó paralelismos entre la Edad Media y nuestra época: «Hoy somos prácticamente mozárabes», señaló. El arzobispo Jesús Sanz, por su parte, intervino en el debate y consideró que el factor diferencial entre ambas épocas es que hoy en día el cristianismo atraviesa un periodo de «debilidad cultural». «No sabemos dar razones de la esperanza, y nuestro pueblo se ve vulnerable frente a un ataque que sería fácil de sortear, o de hacer frente».

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