(COPE) Llevaron hasta el final las palabras del Apóstol en la Sagrada Escritura cuando dice alegraos por todo ello aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversidad de pruebas
Uno de los grandes aspectos que hemos de meditar en este itinerario cuaresmal hacia la Luz es saber acompañar a Dios en la Cruz para llegar al culmen del Sepulcro Vacío. Hoy hacemos memoria de las Santas Perpetua y Felicidad que llevaron hasta el final las palabras del Apóstol en la Sagrada Escritura cuando dice “alegraos por todo ello aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversidad de pruebas”.
Su vida transcurre entre finales del siglo II y principios del III, etapa en que la persecución se encuentra fuertemente recrudecida. Perpetua pertenecía a una familia muy honrada que, durante la prisión escribió su vivencia de Fe y cuanto le había tocado pasar. Felicidad es su esclava que, en la prisión dio a luz una niña a la que criaron y educaron, posteriormente, en la Fe las comunidades cristianas.
Pero no fueron ellas las únicas que marchaban al suplicio, pues les acompañaban otros pocos fieles que había sido catequizados por el Diácono Sáturo. Este, a pesar de haber sido apresado, se presentó voluntariamente. Todo había empezado con el decreto de matar a quienes siguiesen a Cristo. Con esta orden, los soldados buscaron a los cristianos por todos los sitios para darles muerte, encontrando a Perpetua y demás esclavos reunidos en oración. Por este motivo son condenadas a muerte.
Providencialmente la niña nació poco antes de morir. Concretamente dos meses antes. En medio de los espasmos del parto un soldado se burlaba de ella diciéndole que si así gritaba ¡cómo lo haría cuando le desgarrasen las fieras! A lo que ella comentó que ahora el parto lo sufrió ella, pero el circo a manos de las fieras será un sufrimiento de Cristo por ella. Las Santas Perpetua y Felicidad mueren mártires, el año 203 al comienzo del siglo III.
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