Bienaventurado San Martín de Tours, que estuviste lleno del Espíritu del Señor, teniendo siempre inextinguible caridad por los necesitados, tú que lleno de amor y generosidad, cuando viste al mendigo que estaba tiritando de frío, sin saber que en verdad era Cristo, no dudaste en darle la mitad de tu capa, y no se la diste completamente, puesto que la otra mitad pertenecía al ejército romano; tú que no buscaste reconocimiento sino solamente favorecer a tu prójimo, hallaste gloria ante el Señor. Y cuando el Salvador se te apareció vestido con la media capa tanto como para expresar aprecio por tu gesto y Él te dijo “Hoy me cubriste con tu manto”, decidiste no servir más en el ejército y dedicar tu vida a Dios y por la salvación de las almas, siendo desde entonces un propagador de la fe y un hombre santo totalmente dedicado a quienquiera estaba en necesidad.
Glorioso San Martín, tú que obraste milagros y prodigios, quien con gozo, amabilidad y la más exquisita bondad ganaste los corazones de todos y no cesaste de trabajar por su bienestar: dame tu mano y ayúdame para salir de toda falta y escasez que hoy me aflige y causa desasosiego.
Glorioso San Martín, mi bienaventurado patrono, humildemente te pido con gran fe que me alcances de Dios, fuente de todas misericordias, que mis caminos en esta tierra, mi trabajo y mis fatigas sean limpiados y abiertos con claridad. En el nombre de Dios Omnipotente, oh San Martín de Tours, remueve todo lo que me haga daño y dame trabajo y prosperidad. Oh bienaventurado aliviador, dame tu santa protección, asísteme, te lo suplico, en estos tiempos difíciles: (con mucha fe pide ahora por lo que necesitas).
Tú, noble San Martín, que tienes milagroso poder, lleva cuanto antes mis ruegos a los Cielos, pide para mi hogar todo bien; que salgan los dolores, ruinas y miserias, y que el Señor se digne que merezca bienaventurada fortuna en mi trabajo (negocio), y con ella, abundancia y prosperidad, para que pueda dar libremente a todos los que están en necesidad.
San Martín, bendito obispo de Tours, que tus virtudes y caridad me acompañen siempre. No cesaré de rogarte y de agracecerle a Dios Todopoderoso por todos los favores recibidos; y prometo ser caritativo y dar a todos mis hermanos y hermanas en necesidad.
San Martín, por favor intercede por mí; libra y protege a todos mis seres queridos y a mí de todo mal. Amén.
Rezar un Credo, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
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